Copia digital - Biblioteca Virtual de la Real Academia

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SEMANARIO
FARMACEUTICO.
oí no
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Año I.—Num, 29.
BhrüdM .Üéí&iihttóhsib'o nsd&b eun eódecja «oí sb eshci^sj
n goi asrifin
M A D R I D 20 DE A B R I L DÉ 1 8 7 S ,
£l k B o í e s u q
Servicio q u í m i c o forense.
psso cías neo
d JOS oinoiJ
Siempre que se anuncia una reforma én nuestra legislaóionj
confiando en la competencia de los que se encargan de llevarla á
cabo, esperamos que responda á las necesidades para que se h a
pedido y al progreso general de la época, tanto más, cuanto q u é
tenemos en todas las naciones del mundo civilizado excelentes modelos.que imitar, ya que falte la originalidad á tales trabajos. Pero
nuestras esperanzas sufren una nueva decepción, y vemos y tocamos siempre los mismos defectos, igual empirismo que é n las leyés anteriores que se tratan de reformar, ó bien acomodar al sistema político nuevo. .
Sugiérennos estas reflexiones los artículos d é la novísima
provisional de Enjuiciamiento criminal que á las cuestiones m é dico-legales se refieren. Leídos detenidamente,^ s e 'encuentrá1 :en
ellos consignado cuanto en las disposiciones anteriores-Sé p^esCribiai^el' mismo sistema, las mismas disposiciones qüemáída de fijo
determinan en esta parte tan importantísima de la administración
de justicia; hasta la palabra ^ e ^ o - q u í m i c o se consigna en ella,
tomada de lo legislado en 1862, en que fué introducida para sustituir la de farmacéutico, que no se quiso figurase en ella por áfgü^
nos, poco aficionados seguramente á que adquiera importancia
nuestra profesión. Pero ¿es pasible hoy sustituirnos en las investigaciones químicorlegales, como se quiso por los que han sido siempre sus enemigos más temibles, por serlo embozadamente y eUlas
ocasiones en que no pueden defenderse? El tiempo se ha encargado de demostrarlo negativamente, como no podía menos de suce«»
der. Los tribunales superiores, los jueces, en una palabra, todos
los'encargados de administrar justicia, se han dirigido á nuestros
comprofesores en demanda de auxilio, y así es que por la palabra
j)er¿tó-químico debe entenderse farmacéutico.
Si los farmacéuticos y sólo ellos en la actualidad pueden desempeñariel penoso y difícil cargo de peritos en los casos químicolegales, la ley ha debido ser esplícita en esto, y á su vez consignar
SEMANARIO
en los prestípuéstos del Ministerio y en la partida del material para
los Juzgados, la cantidad^ficienrt,e áLfinrde cubrir esta deuda y reintegrarles de los gastos que deben ocasionárseles, además de abonarles los h o n o r a r ^ ^ f r f f g ^ d i e ^ t ^ i ^ 9 , ^ |usto dejarles expuestos á la pérdida de unos y otros, gravándoles indebidamente
con esta carga, ni ménos con indicaciones vagas como las del artículo 361, pues á las Diputaciones y Municipios no les impone la
ley porque se rigen eT deber de consignar en sus presupuestos cantidad aíguna con este objeto; así que ninguno, que sepamos^:la ha
iPQlJ§Í^$id@ípbi%naígnAm6irp r o í eb jsisnsioqmpo &l no obajulnoa
Cierto; es que:el art. 259 prescribe á los Jueces faciliten á los
peritos jas cpsas y elementos directos de apreciación sobre que
hubiere de recaer su informe; pero nada consigna acerca do los
ip^ispenpables para: prácticar el análisis á que hubiese lugar, y lo
deja la leyrá la re,aUzacion de las costas, ó lo que es lo mismo, no
tiep^en ígaraJítía. alguna de cobro en la mayoría de casos: los que
trabajaren ;como-perit()8 éi\ias caüsas, según viene sucediendo hasta
aquí, y por consiguiente imponiéndose una carga indebida á quien
^ ^ y i M ^ m p á r á imponerla.
8£á89 ñ o r m O i O i ^ u B
Si, como indicamos, del material de los Juzgadjos seisatisfaciesen
ios hiQíiomnos correspondientes, estos podrían á su vez hacer efectivos los mismos -de ios encausados al cobrarse las costas, y únicam e p ^ í IOS/¡fallidos pesarían sobre la Administración, íque bien
yeoompeííSsida^uedaria con el buen servicio que entonces habla de
eniaontrar para los diversos casos qne ocurrir pudieran. ;
En una palabra, la novísima ley, que tendrá, no lo cuestionamos,
nHi^hísimo mérito en su mayor parte, en la que se refiere al punto
objetó l e este artículo, lo deja todo en la situación precaria que
siei^prei ha:tenido, y bien seguros estamos de su insuficiencia para
ü f m v Stis^prescripciones en determinadas causas: n i áun ha tenido
presente lo dispuesto en la ley de Sanidad relativamente á las
Justas consultivas de laS iAudienciás, que tan buenos resultados
polrian dar si se hubiesen llegado á establecer.
En tal situación no es de extrañar ocurra lo que ocurriendo
viene, que para salir del paso, unas veces se nombra un perito
químico para que practique todos los análisis á que haya lugar en
toda la Nación, retribuido tan mezquinamente, que difícil es hallar
quien desempeñe el cargo, ó de encontrarle, en su poder se eterniza$ijio&if)Suntos de un modo lamentableJ y esto parece a ú n mucho
hacer en t a » vital shunto, por: lo. tpe se suprimen las pattidas del
FARMAGÉÜTlfcP.
presupuesto como una niedida de econamía, en tanto qu«í esn,cosas
más fútiles, si no innecesarias, se emplean muchos mUlg>i&9|> ganoi')
Y cuando esto sucede, como en la actualidad, se busca á quien
echar el muerto encima, y se encomienda á los prQf§fto?^^o'ia'(
Universidad este trabajo, para cuyo desempeño no tienen obligación alguna; pero se olvida que si se dedican á él habrán de faltar
involuntariamente á las átehciones de la enseñanza, invirtiendo
además en su cumplimiento materiales destinados á aquella, hoy
que hasta lo infinito se han escatimado en perjuicio cíela misma, y
que en el presupuesto vigente, con g r a ^ s j ^ r p r e ^ j ^ ^ a ^ ^ ^ suprimen á granel ayudantes y mozos, de manera que el catedrático
tendrá á su vez que suplirlo todo.
Con esta medida, cuya justicia es problemática si es que no se
puede calificar de abusiva, ó cuando ménos de inconveniente, se
imposibilita la asistencia de los Jueces, testigos y procesados al ensayo, según la ley previene deben y pueden hacerlo respectivamente, pues se encuentran entre los qiie se han de examinar, algünbs
relativos á causas que se siguen en provincias bien distantes dé la
de Madrid, en donde se ha de verificar el exámen de los peritos
acerca de las materias .sobre que el Juez ha creído débia esperar
informe para eipitir^^fallo.* "
. . .au-sA.
Creemos esta situación auormal, muy transitoriaíiy ¡esperamos
con fundamento del actual Ministro de Justicia qu§.como perdona
ilustradisima que es, fijará su atención en asunto tan vital, y que
al llevar á la Asamblea Constituyente su presupuesto, incluirá en él
las cantidades necesarias en cada Juzgado, que es donde deben
practicarse los exámenes periciales según el espíritu d^ la ley, para
que esta atención sea llenada cumplida y efieazuiente, único medio de abandonar la senda seguida hasta hoy, de un modo fácil,
económico y eficaz, no cometiendo los actos injustificados que de
muy antiguo se viene^ cometiendo para poder llenar esta prescripción legal, y produciendo dificultades en su realización, así
como imponiendo obligaciones de inmensa cuantía á qui^n^T^r^r:
»^^lfi;flB^«M*V^\%ai69iií le
"
mBm oi-ñ ríe f>d&iG\ eiaS
Para terminar, de ^al modo, se prescinde ya de las condiciones facuitativas de los peritos, que se autoriza la elección de estos ei?tre personas que no posean título alguno c i e n t í f i c o , ^ ^ ¡ i | ^
no existan profesores competentes, y creemos que nunca podrá ser
llamado perito en una ciencia quien no la haya e s t u d i a ^ p a j c a ^ r
tener un titulo que precisamente hoy es tan fácil a d q ^ r j i r . ^ ^ j n
SEMÁÑÁHIO A'i
El asunto es de suyo tan importante por una parte, las vejaciones que á l a clase se la imponen son tan grandes por otra, que
insistiremos un dia y otro sobre él, hasta conseguir lo que es justo
y conyeniente.
iQfafr
Asuntos científicos.
JABÁBES DE T0LU Y DE BREA, POR LATOUR,
Farmacéutico en Jefe del Hospital Militar de San Martin.
Las fórmulas que siguen tienen por objeto emplear el bálsamo
de Tolú y de brea íntegros. Estas fórmulas, especialmente la del
de Tolü, han sido experimentadas con excelentes resultados.
El jarabe de Tolú, al que podría darse el nombre de resino balsámico, para distinguirle del de las Farmacopeas y algunos formularios, se prepara del modo siguiente:
sorr
Bálsamo de Tolú. , . .
A z ú c a r . . . . . . ,' .
Goma del Senegal en polvo.
Agua
Jarabe simple
.
.
.
100 gramos.
300
»
100
»
600
»
2.400
»
Se divide con cuidado el polvo del bálsamo, triturándole en mortero de pasta Ó mármol con el azúcar y la goma, hasta obtener una
mezcla intima y finamente pulverizada, que se pone en vasija de
cobre estañado y calentada á 100° de antemano, se añade suficiente
cantidad de jarabe simple hirviendo y diluido en la proporción del
agua indicada, se tritura con cuidado continuando la elevación de
temperatura, hasta que el bálsamo se emulsione convenientemente,
y se le añade el resto del jarabe simple hirviendo, por porciones
la mezcla se la lleva á la ebullición, y después se pasa por un colador de bayeta para separar las impurezas y una pequeña cantidad de resina.
oip^ii-dQ oJ)fl©ifío.qmí omot
Este jarabe en frió marca 35° en el areómetro; la cantidad que
sé obtiene es la de tres kilógramos; 30 gramos ó una cucharada de
las ordinarias representa un gramo de bálsamo de Tolú; es opaco
se diluye perfectamente en «1 agua, á la que pone lechosa, ó comunica el aspecto de emulsión; su sabor es agradable, y los enfermos lo toleran fácilmente. Posee una propiedad coagulante muy
marcada, y conviene en las hemotisis.
FARMACÉUTICO.
Dé igual modo puede prepararse el jarabe de brea, pero es útil
aumentar la cantidad de azúcar á fin de dividirla lo mejor posible.
La fórmula siguiente ha sido experimentada:
Brea lavada con agua hirviendo'
Azúcar blanca
Goma Senegal en polvo.. . . .
Agua
Jarabe simple
100 gramos.
600
»
100
»
400
»
2.000
»
B.V
Se sigue el procedimiento anterior. Cada cucharada de 30 gra^
mos representa un gramo de brea.
Si se mezclan estos dos jarabes en igual cantidad, se obtiene un
jarabe mixto mejor tolerado que el de brea sólo.
Creo deber añadir que el uso del jarabe de brea para preparar
instantánéamente el agua es el mejor medio que puede emplearse. Una cucharada de las del café representa próximamente 0*22
gramos de brea. La práctica me ha enseñado que esta dosis, añadida
á u n vaso de infusión amarga, se tolera bien, y bajo esta forma los
pacientes experimentan ménos repugnada al tomarla.
(Buílet. de la Societe Roy. de Pharm. de Bruooelles.)
jtffffiQ ob coxooaniG snu b-iim ñons^vih j-.g-jcí siLora obocuO *.T
.oióivisa te saobnjslíüoñfb ^ m u o n o - o z st/p iioiíod w n i h q * I x bsh
Hace tiempo que la atención de los químicos se halla fuertemente excitada por la diversidad de principios que la digital ofrece:
asi que han llegado estos á hacerse el objeto preferente de sus i n vestigaciones. Noucher ha estudiado en época reciente la digitalina,
sirviéndose para ello de productos procedentes de los laboratorios de
Gubler, Homolle y Nativelle, habiéndole conducido la observación
á las conclusiones siguientes:
•
1. a Que la reacción verde del ácido clorhídrico con la digitalina
la producen también la mayor parte de los ácidos enérgicos, no sien'
do por lo tanto exclusiva del clorido-hídrico.
2. a Que esta coloración necesita para producirse el contacto del
aire, y se obtiene también con otros principios de la digital, como
la digitaleina y el producto sublimado de la digitalina.
WfQ
3. * Que la digitalina se desdobla, dando lugar á la formación de
gflicSfeu0^1 ^'10$% X vAobild Jo s'iíno eJnsmí'iu^í ornoo , o i 3 i f i \ ^ f
4. a Que por la acción del calor la digitalina produce un subli mado cristalino, al que el autor
provisionalmente el nombre de
ácido pirodigitálico.
SEMANARIO
li^V. Que se abstiene de emitir opinión acerca de la homogeneidad de la digitalina cristalizada, porque le parece dudosa.
6. a Que la digitalina deHomolle, perfectamente purificad,a, presenta al microscopio una forma cristalina semejante á la de Nativelle.
„
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&>{i&íd dt^óirsA
7. a Que la digitalina globular se porta con los ácidos el calor
del mismo modo que la cristalizada. . . . . . .í. ngA
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Actos oficiales.
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80Í39
rrKiosoííi 88 i8
MINISTERIO DE LA GOBERNACION.
SdfilS [
(Conclusión de I« orden sobre lazaretos del número anterior.)
El Director en éste caso entregará al capitán, patrón ó consignatario un recibo de la cantidad percibida por fumigaciones, y otro
si el buque fuere extranjero al Cónsul de la nación respectiva, concediéndose el derecho de reclamar que prescribe la observación 7.a,
párrafo segundo de los lazaretos sucios.
vv' '
7. a Cuando medie larga distancia entre una Dirección de Sanidad y la primer botica que se encuentre, dificultándose el servicio,
y cuando otras razones de neóesidad ó conveniencia para los pasajeros y tripulantes de los buques lo exijan, se establecerá en la D i rección sanitaria ó en el punto más próximo una oficina de Farmacia, como la indicada para los lazaretos sucios, percibiendo el Farmacéutico los mismos derechos que los señalados á los F a r m a c é u ticos de lazareto sucio, y ateniéndose á las formalidades y deberes
prescritos para los mismos, exceptuando la incomunicación. ;;cfD;s
8. a A los expedientes de los buques se unirá indispensablemente copia del recibo que el guardián entregue al capitán, patroif ó
consignatario, firmada por aquel, y la receta del Director por las
fumigaciones dispuestas.
imfa.!
1 tteaWxó ota*,) ol ion ob
9. a Se hace extensivo á estos lazaretos lo prevenido para los
sucios en las observaciones 2.a, 8.1, 9.a, 10, 11 y 12.
Cuarta. Cuando se originen dudas y cuestiones en el desempeño del servicio entre el Director, Médico segundo y Secretario del
lazareto, como igualmente entre el Director y Secretario de un
puerto, se formará el oportuno expediente; y prévio informe de la
Junta provincial de Sanidad, y expuesta fundadamente la opinión
de V . S., se elevará á este Ministerio para que pue^íjigi dio^i'SQ.lu^
. O 31T (I . T M I I i c É vPüú&y1 A Ma8
nledidas generales convenientes, ó resolver con el mayor acierto
el caso iparticularw
: í ^ í o o s i ^líTcansqsibnl. "¿isa «ciiéiteixt
Quinta. Los Jefes de los lazaretos sucios y Direcciones especiales, por su carácter y por la confianza que en ellos deposita el
Gobierno, serán igualmente responsables de las faltas que en esté
servicio y demás del ramo cometan sus Subordinados, si con exquisito celo y constante solicitud no las corrigen oportuna y enérgtó^BDÍifiBS. . o b 0 8 eb oluiii lé obibpoubo úá sí i ^byonsO oibs*! .CE
Sexta. Las faltas en este servicio sérán castigadas con pérdida
de destino y con las demás panas á que haya lugar con arreglo al
Código.
.
>íí>«?H&tí h. •••íoi'-iti 'Hi[.;-:'f
Sétima. Queda derogada la Real orden de 23 de Mayo de 1868
y la orden del Poder Ejecutivo de 22 del mismo mes de 1869 pollas que ha venido rigiéndose este servicio.
El Gobierno espera de V , S., como Jefe de Sanidad en esa provincia, desplegue el mayor celo para el cumplimiento de esta disposición y para cortar toda inmoralidad que pueda cometerse en el
ramo, procurando á la vez én la aplicación estricta de las leyes sanitarias las mayores garantías para los intereses de la salud pública, que son al fin los intereses del comercio.
Dios guarde á V . S. muchos años. Madrid 28 de Marzo de
1873. = P í y Margall.=Sres. Gobernadores de las provincias m a r í támai&ioítóm eynoia&loiq er.l l í d ^ a s i sfe m é is. nos sup ft oh:.
snsiv son oa sup IR aoij-psoioojc ÍIQÜIÓL.ijo ¿ou cu^^u _.n ui/uiii w v ^ i
•••Uai eb aoJw^qrnoor. tciojBfl!,ii'.,5 .*'.! bb miish'iq oioisiots-Is ne íscáíaiKi
Hotieias varias.
^vr
9b>.-Miticm ee\oa$»m JWV&O»^ VA S§SIOO oD^i^ijir O Í ^ U / X —
La Asociación médico-farmacéutica se ocupó en su asamblea
primera de solicitar como un acto de justicia la reciprocidad en el
ejercicio de las profesiones médicas en el vecino reino, ó de no, la
abolición del decreto, hoy ley, en virtud del cual los profesores portugueses pueden ejercer su profesión en España. Por lo que se refiere á la Farmacia, queda demostrada la justicia y conveniencia de
dicho acuerdo á la simple lectura del siguiente párrafo acerca de un
discurso del Sr. Drack que inserta el Journal da sociedad Pharmacéuiicíi lusitana, en que para el Sr. Córrela «la enseñanza farmacéutica está en España mucho mejor organizada que en Portugal,
por cuya razón la reciprocidad del valimiento en los títulos satisfaría un deber, proporcionando al país los servicios de los farmacéuticos españoles que han dado m á s sólidas garantías de competencia
SEMANARIO FARMACÉUTICO.
y aptitud.» Como nuestros vecinos no aceptan la recíproca en esta
materia, será indispensable recordar al Gobierno jespañol que excuse pedir acordadas sobre ios títulos expedidos en Portugal para habilitarlos en.España, porque las condiciones de' la carrera.son muy
distintas y salimos peijudicados en el cambioúcjj'gi «¿isa «omsidoO
—Con el nombre de Zoatrofos ha examinado la Academia de Medicina de Barcelona un alimento medicamentoso, del farmacéutico
D . Pedro Genové, y le ha concedido el título de socio. .Distinguidos profesores se han apresurado á ensayarle en los niños y personas débiles. Deseamos conocer más detalles para ocuparnos de sus
propiedades é indicaciones.
.o^ifcoO
: ^ G o n etgracejo que es proverbial á nuestro apreciable colega
E l Siglo médico^ da cuenta á sus lectores de que 42 farmacéuticos,; y
entre ellos 4 de Madrid, expenden el ya célebre, hasta cierto punió,
aceite de bellotas, y se extiende en consideraciones edificantes sohre
este hecho, largando de paso á los médicos una andanada no menos merecida. Lo encontramos muy bien, pero nos sorprende su,
sorpresa, pues no nos podemos explicar cómo dados los principios
reinantes (entiéndase profesionales) no se expende ya en las oficinas de Farmacia, cuanto vender se puede, más todo se andará; así
como en la cuestión de anuncios vemos el progreso realizado en
nuestro citado colega y algunos otros, progreso que obedece á no
dudarlo al que con él han de recabar las profesiones médicas: de
igual modo no dejaremos de asistir alborozados al que se nos viene
encima en el ejercicio práctico de la Farmacia, acompañados de m á s
de un doctor Dulcamara anunciando específicos.
—Nuestro ilustrado cóléga. 'El Pabellón Médico se lisonjea de
que el Colegio de Farmacéuticos de Madrid haya admitido ¡do^proposiciones del colegial Sr. Marin y Sancho, en que se pide la abolición de las Ordenanzas de Farmacia en una, y en otra que se declare por la Corporación útil á los intereses de la Farmacia española
presentar competencia á los profesores y empresas extranjeras en
la elaboración y venta de los medicamentos llamados específicos.
Espere i?/ Pabellón y no cuente con tanta facilidad con la victoria,
pues si porque haya, motivo para discusión, el Colegiólas ha admitido, no debe creerse por esto que, renegando de su historia y
antecedentes, éntre por el camino del desprestigio, admitiendo hoy
lo que siempre ha desechado, y por cierto no ha mucho, en votación recaída sobre otra proposición presentada por el mismo señor,
muy análoga á las que hoy están á la orden del dia.
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