AÑO XIII. MADRID 7 DE ABRIL DE 1873 NÚM. 568. EL PABELLO REVISTA CIENTÍFICA Y PROFESIONAL MEDICINA, o-jnbrffir PiGANO 0 E -ÍFDO'lOq oídir. Y FARMACIA. L A ACADEMIA MÉDICO-QUIRÜRJÍGA MATRITENSE FBÍDDJ89 JUTÜJÍXSÍU Í =89 KTETL ..B^íISy yDDIOSTq ^ 53BCKJ 9JJ 01J9lq I9D FILOSOFIA r O S I T I V A . — HETODa ANALITICO. tifie Bfí SDO ,?ofiB i -9ríCf ÍBrn'ion BictiiímÉi BÍIÜ eh oioü'iq le 'í909Í(ífit .' LA 'I Qífefl LA CIRUJIA .98Bfo í>nu§nin sb oí ! - o o IS.J sjnsfOfiioa s o n o m s q i i o o \ ooLtínsio s i d [a rnrjPAT n3^ i OB'IñiBli Sdsb OÍOS ÍUDÍJ 9ÜD OÍ^SUCf .OtíIfiíO íSfíI Í-A MATERIA tA LEY CAUSAL ES LA UNIDAD. LA FENOMEKAL E L IÑFISITO. ES ACTIVA T SIGUE LAS HISMAS L E T E S TIDA E S CN EFECT0 CO!BPLEJ0 DEBIDO AL ra íeb i 9 h 9 0 0 i q 89 02ÍD EN E L HUNDO ORGÁNICO OUE EN ÉL INORGÁNICO. CONCURSO DE VARIAS CAUSAS TODAS NATURALES. SALUD ES UN ESTADO DEL SER VIVIENTE DEBIDO Á LA RELACION ARMÓNICA ENTRE LA ORGANIZACION Y LOS AGENTES LA ENPERSTEDAD E S UN ESTADO DEL SER VIVIENTE DEBIDO SIEMPRE Á ALTERACIONES MATERIALES DE LOS SÓLIDOS. LÍQUIDOS ( LOS AGENTES NATURALES iüpÍBüO •Oír SON GRANDES MODIFICADORES DE LOS ESTADOS DE SALUD Y ENFERMEDAD. TODO MEDIO TERAPÉUTICO OBRA MODIFICANDO LA PARTE MATERIAL DE LA ORGANIZACION. LIBRE EJERCICIO DE LA MEDICINA, CIRCIÍA Y FARMACIA. POR LOS MÉDICOS. CIRUJANOS Y FAP.MACÉCTICOS, CON SUJECION Á LOS CÓDIGOS GENERALES D E L ESTADO LIBERTA» DE ENSEÑANZA. iDVERTENCI á los enfermos de las buenas y seguras oficinas, para hacerlos estrellar en las boticas ecoCon el presente n ú m e r o r e c i h i r á n gratis nómicas ó baratas. Si todas las personas de posición apropósito nuestros suscritores el pliega 568 de la B I BLIOTECA, d sea el pliego i 5 del RESUMEN DE para hacer este gran beneficio no reúnen de LAS LECCIONES DE CIRUGÍA, dadas en el consuno sus esfuerzos para sacar de todo error Hospital m i l i t a r de Madrid por D. CESÁREO á los interesados, esto es, á los enfermos, la profesión honrosa quedará abandonada por los FERNANDEZ DE LOSADA. prácticos dignos, que no podrán, desoyendo á su conciencia, competir con los manejos de SECCION DSCTRINAL aquellos que en el mundo solo tienen un objeto: ganar mucho dinero. El Dr. Crolas, creCRÓNICA CIENTÍFICA. yendo hacer un verdadero servicio á tan buena causa, ha demostrado los puntos siguientes, FAKMACIA ECONÓMICA.— INFLUENCIA DE LA PRESIÓN ATdignos de tenerse en cuenta por los farmacéuMOSFÉRICA EN LOS FENÓMENOS DE LA VIDA. ticos españoles: 1. ° Las buenas medicinas deben venderse El Dr. Crolas ha dado en el Lyoji Medical el grito de alarma, manifestando su deseo de caras; y, apesar de los precios en apariencia que le oigan, no solamente sus colegas todos, elevados, solo producirán beneficios. si que también los numerosos enfermos ex2. ° Las medicinas baratas solamente puepuestos diariamente á graves peligros, que dan den confeccionarse empleando medios punipor resultado no pocas víctimas á causado esa bles, y producen siempre abundantes benepunible industria que llaman farmacia barata. ficios para el vendedor y graves perjuicios para {xaRtUm^ Hace mucho tiempo existe esta terrible pla- ;^renj^rpio. p^r, . . ga, lo mismo en Francia que en,España, pero Establecidos estos puntos, las conclusiones ántes estaba bastante limitada para que el m é - que de ambos se derivan aparecen naturaldico pudiese no preocuparse mucho de su en- mente comenzando por el primero, ó sea por fermo n i el farmacéutico de su vecino. : -i las medicinas hechas á conciencia. Es común Hoy, empero, el mal aumenta de suerte que creencia que ei farmacéutico gana un 80 por á la simple vista: se conoce; y si el médico de- 100, y. sin embargo, si es honrado gana mucho sea continuar teniendo en la. Farmacia el auxi- menos de lo que en otras profesiones se gana. liar que á todas horas necesita, debe proteger^al Los que miran solamente á la especulación se práctico honrado y proceder-contra la corrien- esfuerzan en proclamar la vulgar creencia, d i te general, que cada dia se esfuerza en separar ciendo: «Miéntras nuestros colegas ganan el 80 SPíf: 146 EL PABELLON MEDICO. por 100, nos contentamos con ganar un 20 ó un 25».Esto es de todo punto falso, como después veremos. En el farmacéutico hay que considerar dos hombres á la vez: el hombre científico primero, el comerciante después. Dejemos ahora al hombre científico y ocupémonos solamente del comerciante, puesto que aquí solo debe tratarse del precio de coste y precio de venta. Para establecer el precio de una farmacia normal preciso es proceder del mismo modo que en otro cualquier comercio, tomando en consideración la cifra de las compras y la de los gastos generales. Ordinariamente el que calcula se contenta con observar la diferencia que existe entre el precio de compra y el precio de venta, pero cuidando ante todo de adquirir ciertas sustancias que perfectamente se prestan á la siguiente operación: 1. ° Todos saben que en Farmacia la cifra dé los negocios es baja. 2. ° La cifra de las compras es más importante de lo que algunos creen, y sube á medida que el farmacéutico es más honrado y concienzudo; porque si quiere, como debe, emplear sustancias de primera clase y productos químicos puros, preciso será que los pague á elevados precios. Ademas, está obligado á comprar cada año cierta cantidad de productos, tales como los artículos especiales y las aguas minerales; adquisición que aumenta considerablemente la cifra de las compras, que dejan después escaso beneficio. 3. Q Los gastos generales, de que nadie se ocupa, son, no obstante, excesivos para el farmacéutico. No puede ménos de pagar un alquiler muy alto por su oficina y laboratorio, precio que no está de acuerdo con el número de negocios; contribución; gas; un discípulo ó practicante, por lo ménos, que no puede tratársele con miseria si se ha de tener en él justa confianza en un momento dado, así como para poder dedicarse al cuidado del laboratorio, el análisis de los productos que adquiere, etc.. y, por último, necesita hacer otros mil gastos, propios y peculiares de la profesión, que aumentan considerablemente la cifra general. Por manera que, considerándolo bien y sustrayendo de la cifra de las ventas que pueden suponerse á una farmacia ordinaria los gastos generales y el ínteres del dinero destinado á los 7 DE ABRIL gastos de carrera, título, establecimiento de tienda y de laboratorio, vendremos á concluir que el beneficio no llega al proclamado 25 por 100, y ménos todavía si se tiene en cuenta que el jefe de la casa, si se le considera como comerciante, no disfruta de sueldo n i emolumento de ninguna clase. E n r e s ú m e n , el farmacéutico, que incesantemente ha estudiado hasta la edad de veinticinco años, que ha sufrido sus exámenes y, por consecuencia, ha gastado una suma considerable de tiempo y de dinero hasta obtener su título, si procede con honradez, como muchos, vivirá decorosamente, pero no llegará á hacer fortuna. Después de haber demostrado que el buen farmacéutico jamas alcanza un 25 por 100 de beneficio, probado queda también que todo el que vende á 30 y aun á 50 por 100 ménos de los precios usados por el primero solo puede emplear medios culpables, no solamente para adquirir ganancias fabulosas , sino para vivir ménos modestamente de lo que su profesión puede permitir. Hablando en tésis general, esta clase de farmacéuticos tiene una manera especial de adquirir las sustancias medicinales y los productos químicos de que se sirve, así como una manera sui generis de emplearlos, dividirlos y pesarlos. El lector comprenderá muy bien en qué consiste este arte especial, y no hay para qué abusar de su paciencia con una innecesaria explicación. Conocidos son los accidentes que acometen á hombres y animales que pasan con rapidez desde una presión de muchas atmósferas á la presión normal, causados por la vuelta al estado libre del ázoe que se habia disuelto anexionándose á su sangre. Las burbujas de gas, dice M . Bert, pueden no interceptar la circulación sino en ciertos puntos del cuerpo, y principalmente en la región lumbar de la medula espinal, de donde resultan paraplegias y reblandecimientos; pero cuando aparecen en bastante cantidad obstruyen los pulmones, hinchan y paralizan el corazón, causando una muerte más ó ménos r á pMávJpiGiq edeb .siiesoejí 3B'ÍOÍÍ 8Bboí k 9jjp -iml El peligro de la descompreEioh brusca varía según las especies y según los individuos de 1873 EL PABELLON una misma especie. De las investigaciones de M. Bert parece resultar que el peligro es tanto mas grande cuanto mayor es la altura de la especie; de modo que miéntras en el hombre se producen los accidentes mortales á cinco atmósferas y en el perro á las siete, en los gorriones no sobreviene la muerte sino á las once atmósferas. En los últimos experimentos verificados por el sabio profesor de fisiología Citado ha procurado buscar la explicación de tan extrañas d i ferencias. M. Bert ha comprobado también que la sangre arterial de un perro que respira á la presión normal está saturado de ázoe y solo á tres atmósferas empiezan á aparecer las burbujas de gas que contiene el líquido sanguíneo. Los accidentes pueden, sin embargo, no manifestarse sino á siete atmósferas, aun cuando la muerte puede sobrevenir á una presión muy inferior á la que acabamos de indicar. Esto sucede á los buzos y las que trabajan en las cañerías, de los cuales algunos quedan paralizados y hasta muertos por descompresiones que no afectan seriamente á otros. Y hay quien sucumbe á descompresiones sufridas anteriormente sin molestia. Basta'para que se produzcan estos hechos que las burbujas sereuñan de una manera particular. ¿Cómo acaece la muerte en las circunstancias que acabamos de enunciar? He aquí la explicación de M . Bert: las burbujas de ácido se aglomeran en el ventrículo derecho y en las arterias pulmonares. Allí quedan sin disolverse, porque la sangre está saturada de ácido, quedándose detenidos los movimientos der órgano central de la circulación. Lo que prueba que efectivamente el ázoe mata al penetrar en los vasos; por lo que es posible devolver la vida á un animal ya paralizado, haciéndole respirar oxígeno. De estos hechos deduce M . Bert consideraciones muy importantes, siendo una de ellas hacer respirar el oxígeno á los buzos y á los mineros, ó á los que se ocupan de análogos trabajos, desde el momento en que notan algún malestar. La respiración del oxígeno constituye un remedio sencillo, poco costoso, de un empleo fácil é inofensivo, y que, empleado a tiempo, evitará grandes catástrofes. Esta explicación ha dado lugar á una discusión entre varias notabilidades. 147 MÉriCO. M. Bouillaud no puede admitir la teoría de M. Bert sobre la causa de estas muertes repentinas, producidas por simples decompresiones. Los resultados á que pretende haber llegado M. Bert, dice, son tan singulares que desearía que M . Claudio Bernard los verificase con cuidado ántes de tomarlos bajo su responsabilidad. M. Bernard se admira del juicio que su ilustre colega acaba de hacer de las experiencias concluyentes de M . B e r t , experiencias que nada tienen de extraño, y que explican un poco más claro que hasta ahora la acción que ejercen sobre la economía los gases arrastrados en el torrente circulatorio. El fenómeno es, añade M . Milne Edwards, de los más simples. Durante la descompresión sucede lo que se verifica todos los días en un sifón de agua de Seltz: la expansión del ácido carbónico comprimido. Es fácil darse cuenta de estos fenómenos asistiendo á los experimentos de M. Bert. ¡Dichosos los que creen! exclama por conclusión M. Bouillaud.—No, replica vivamente Milne Edwars. ¡Dichosos los que ven! B. ONOFRE TRILL. SECCION CIENTIFICA. DIPSOMANÍA Y ALCOHOLISMO, El dipsómano está ó se cree siempre alterado. Bebe con cualquier pretexto noche y dia. En un principio todos los líquidos le parecen buenos; pero después advierte que el sentimiento de la sed se apaga mejor por medio de las bebidas alcohólicas. Supone que el agua, mezclada con vino, aguardiente ó rom, se hace más desalterante, y por este motivo se deja arrastrar más por su funesta inclinación: ignora que el alcohol produce un efecto anestésico sobre los nervios del estómago, que entorpece la sensación de la sed sin destruirla y que reaparece enseguida con más intensidad que si no hubiese bebido. El Dr. Sinclair, que ha hecho un estudio especial de esta enfermedad, no se explica la causa ni el remedio de la dipsomanía, pero ha observado con grande exactitud sus efectos. El dipsómano, que ha adquirido la costumbre de ceder á su inclinación, se encuentra muy pronto bajo la influencia del alcoholismo, sin tener conciencia de ello, pues que ha bebido sencillamente por desalterarse, y entónces el alcohol comienza á ejercer sus estragos. 148 EL PABELLON MEDICO. El alcoholismo, que procede de la ingestión repetida, aunque sea en dosis moderadas, de bebidas alcohólicas en ayunas ó cuando el estómago está vacio, produce los efectos siguientes: 4.° Turbaciones de la circulación, manifestadas por plenitud de pulso, calor en las manes, enrojecimiento de las orejas, congestión de la cara, inyectación de la conjuntiva, inflamación de los párpados. 2. ° Turbaciones de las funciones digestivas, manifestadas por incomodidades del estómago, hambres irresistibles sin apetito, repugnancia hacia los alimentos sólidos, necesidad exagerada de especias, deseo inmoderado de beber, digestiones incompletas, relajamiento de las fibras musculares del tubo intestinal. 3. ° Turbaciones del sistema nervioso, manifestadas por la imposibilidad de entregarse á un trabajo continuado, sobrexcitación, movilidad en las ideas, locuacidad, risa sardónica, irritabilidad, humor desigual y moroso, inercia en los músculos de la cara, debilitación de la memoria. .obííunqoipo oomodiBO Cuando el dipsómano atraviesa sin corregirse el primer período así caracterizado de la enfermedad, camina al delirium tremens; pero, si se corrige, es aún tiempo de recobrar la salud. En otros artículos de este periódico hemos expuesto los funestos efectos y el miserable fin á que están condenados los que padecen esta terrible enfermedad; ahora nos resta demostrar que los dipsómanos que no se detengan en el uso, siquiera sea moderado en apariencia, de las bebidas alcohólicas caerán irremisiblemente en el delirium tremens. Pero ¿puede cambiar de régimen el dipsómano? El Dr. Sinclair y otros médicos han observado que no basta la voluntad: es menester que la acompañe un régimen apropiado, que ataque en su origen la causa de la dipsomanía. En Grecia, en Italia, en el Mediodía de Francia y en nuestro pais es muy rara la dipsomanía; pero es frecuente en Alemania, y toma las proporciones de una calamidad p ú blica en Suecia, Noruega y Rusia. Ciertas comarcas montañosas de Europa no están libres de esta enfermedad; mas se modifican y atenúan sus efectos acudiendo á medidas higiénicas, que en estos casos son preferibles á las curativas. Agrupando y caracterizando los hechos precedentes, llega el autor citado á esta conclusión: 1. e Que la dipsomanía proviene casi siempre del uso del vino, el aguardiente, el agua alcoholizada ú otras bebidas análogas, cuando se toman éstas en ayunas ó en el espacio que media de comida á comida, no produciendo semejantes efectos el vino tomado durante las comidas. 2. ° Que la dipsomanía confirmada se agrava con las bebidas alcohólicas tomadas en ho- 7 DE ABRIL ras extraordinarias, y no se cura si se toma con exceso el vino, aunque sea aguado, durante las comidas. La sangre del dipsómano es espesa y larvacea, y carece, al parecer, de uno de sus elementos, la potasa, como sucede en el que padece el escorbuto. Este elemento, la potasa de los glóbulos de la sangre, que falta á la sangre del dipsómano, se le puede devolver por medio de una.alimentación y de un régimen adecuados. En efecto, cuando la potasa abandona los glóbulos rojos de la sangre, proviene de que, siendo eliminada constantemente esta base del serum por las excreciones, se rompe el equilibrio entre el líquido que sobrenada en los glóbulos y el que éstos contienen, como acontece en el escorbútico. Pero esto puede consistir también, como indica M . Dumas, en que la presencia del alcohol en la sangre determina una ruptura de equilibrio y un movimiento de exósmosis del interior de los glóbulos al serum, que determinaría el empobrecimiento de potasa, y esto es lo que sucede en los casos de alcoholismo. El autor de este estudio participa de la opinión de aquellos que consideran como un peligro para una nación dar á los individuos patatas y alcohol de este tubérculo en grandes cantidades para su alimentación. El dipsómano debe comer en abundancia uvas frescas y secas, porque contienen bastante cantidad de potasa, lo cual constituye un placer para estos enfermos, pues manifiestan una afición singular á las pasas. i q 98 sop BiBq fiíe^a Las poblaciones del Norte de Europa que se libran de la dipsomanía .hacen mucho uso de ciertas aguas mineralizadas, á causa de pasar por terrenos arsenicales, de los que toman algunas cortísimas cantidades de arseniatos alcalinos ó terrosos mantenidos en disolución, en este último caso, por el ácido carbónico. ri£ La dipsomanía exige, pues, tres suertes de tratamientos: 1. ° Supresión de la sensación anormal de la sed: el té negro, un poco cargado, es el mejor remedio conocido, y hay razones para creer que esta propiedad del té explica por qué se ha popularizado tanto su uso en Inglaterra y en los países en donde la cerveza es la bebida habitual: por este mismo motivo no se aclimata en los países consumidores de vino, en los cuales no se hace sentir la necesidad del té, y son preferidos el chocolate y el café. 2. ° Supresión de la causa de esta sensación : uso habitual de la uva fresca ó seca; en Inglaterra se consumen cantidadas prodigiosas. 3. ° Supresión de las congestiones: uso momentáneo del agua mineral arsenical. Para producir la pronta y decisiva curación de la dipsomanía basta obtener: 1.° Que el enfermo renuncie á beber en los intermedios de las comidas todo licor alcoholizado ó vinoso. 1873 EL 149 P A B E L L O K MÉDICO. 2. ° Que tome té al desayunarse. 3. ° Que tome durante el dia, si no puede resistir la sed, algunas cucharadas de té cargado, azucarado y frió, pues el té caliente provocaría la traspiración. 4. ° Que en la comida de la tarde beba vino mezclado con agua, ligeramente arsenical. 5. ° Que formen parte del régimen habitual las uvas ó las pasas. De esta suerte disminuyen al cabo de algunos dias los síntomas peligrosos y desaparecen en algunas semanas, si no abandona la fuerza moral al enfermo. Estas reglas prácticas, deducidas de la observacionv dan un excelente resultado cuando se trata de jornaleros, soldados, marineros, y aun de particulares que viven en familia, y se las recomendamos á nuestros comprofesores para que las apliquen en los casos de esta enfermedad que observen en su práctica. ^Hay, ademas, en los aficionados á las bebidas espirituosas otra inclinación que causa terribles estrados y es más difícil de curar. Se ha descubierto en Inglaterra de algún tiempo á esta parte una costumbre singular: una clase numerosa de la sociedad en sus fiestas y regocijos se entrega al uso del éter. Las comunicaciones del Dr. Draper no dejan lugar á la duda sobre este particular; el éter ha llegado á ser para los habitantes del Sud de Irlanda lo que es el opio á los chñios, el ajenjo para los franceses, el ginebra para los ingleses. En las comarcas de Autrin, Londanderry y Tyrone y las ciudades de Draperstown, AÍargharey, Ornayh es donde parece más repartida la afición á beber éter. Son muy raros en los libros de terapéutica los casos en que el éter se recomienda como estimulante del sistema nervioso. E l Sr. Pereira habla, si, del químico Briquet, que tomaba hasta media azumbre de este líquido, y de un joven que lo usaba á la dosis de dos onzas y de otro que llegó á ingerir un litro diario. Pero en estos casos se empleaba el éter como calmante y con el fin de poner término á grandes sufrimientos. Tailor ha dado á conocer el p r i mer caso en que dicho producto se ha puesto en uso como excitante. Entre el pueblo ingles existe, bien ó mal fundada, la opinión de que las damas aristocráticas se sirven habitualmente de él como estimulante enérgico. Sin embargo, la afición á beber éter data todo lo más de cinco ó seis años. Esta sustancia, ingerida en el estómago á dósis bastante elevadas, ejerce á l a larga sobre la organización una acción análoga á la del alcohol y da origen á trastornos morbosos de síntomas casi idénticos á los que éste produce. Existen, sin embargo, algunos caracteres diferenciales entre la intoxicación por el éter y el alcoholismo. En la del éter: 1.°, aparecen más pronto las alteraciones morbosas y se atribuyen principalmente á la acumulación de esta sustancia en la materia cerebral; 2.°, la cantidad necesaria para dar lugar á la intoxicación crónica es ménos que la que se necesita para producir el alcoholismo; 3.°, la marcha i n vasora y progresiva es mucho más rápida; 4.°, cuando la intoxicación cesa desaparecen los síntomas mucho más pronto. El consumo de éter ha tomado en Inglaterra durante los seis últimos años proporciones verdaderamente extraordinarias. En Omayh «e han vendido en este tiempo más de mil galones. Así es que los casos de intoxicación no dejan allí de presentarse. Por eso nos proponemos tratar en otro número este triste é interesante punto de la Medicina patológica. P R i m MÉDICA ESPAÑOLA. i ! ! -6tD sáar goí'of). oi'itsjiTsi ntonoma-im á obfrfsf) EL FAGKEDENISMO Y E L ! olloi MERCURIO. (De L a Época Médica.) El accidento más enojoso y comprometido que puede acontecer en el chancro venéreo es sin duda alguna el fagedenismo, palabra con la cual se han querido expresar los desórdenes rápidos y ordinariamente terribles que tienen lugar, tanto en la parte ocupada por el chancro como en todos los demás tejidos limítrofes; pero esta palabra lleva en sí el inconveniente de expresar una entidad patológica que, si no siempre rigurosamente en la forma, es idéntica en el fondo á las ya conocidas con el nombre de gangrena, podredumbre de hospital, difteria, etc. Seria curioso ver un cuadro diferencial genérico, etiológico y sintomático de estas distintas entidades morbíficas, que todas son una, que su modo de producción es igual en todas ellas, obedecen á una misma ley y se combaten con los mismos medios terapéuticos. No- se concibe en la actualidad por qué se conserva tanta r i queza de nombres para conocer un mismo objeto, que si bien en un tiempo tuvieron su razón de ser, hoy, que se posee una nccion clara y precisa de la condición genérica de estos, al parecer, diferentes estados morbosos, no puedo permitirse continúe, á ménos de no dar la preferencia á lo oscuro y confuso sobre lo claro y evidente. Todas estas variedades patológicas, más aparentes qne reales, tienen una lazada común y un mismo fondo, la gangrena, que es su unidad. Éste es el término común y ordinario, el efecto más constante de varias causas que, unas veces con evidencia absoluta y otras de una manera no tan perceptible, explican siempre de un modo suficiente el proceso necrósico. La inñamacion, las obstrucciones de los vasos, la descomposición pútrida de los productos de secreción por una parte, y por otra las condiciones desfavorables que rodean á los individuos, así como las alteraciones de la sangre, son las causas comunes de una misma enfermedad, decorada con tan distintos nombres. Cuando la nutrición general se halla comprometida y viciosamente alimentado el organismo, seguidamente éste se predispone de manera que 150 E L P A B E L L O N MÉDICO. cualquiera causa que obre localmente en un punto de su extensión determine alli la muerte de los tejidos. Y bien, haciendo aplicación de todo lo que precede á los chancros venéreos cuando se hacen fagedénicos, resultará que la faz ofrecida por ellos en ese momento de su existencia cae bajo la ley común de todo proceso necrósico, y esta proposición es de una exactitud tan rigurosa que bastará examinar rápidamente los fenómenos que preceden á la manifestación fagedénica para dejarla plenamente comprobada. ¿Qué sucede en el chancro indurado, en el fagedénico, pultáceo ó diftérico, ó bien, por último, en el inflaroatorio fagedénico gangrenoso? Helo aquí. En el indurado se observa que los tejidos son asiento de una especie de apoplejía plástica que los destruye con más ó ménos rapidez á causa de retardarse ó suspenderse la circulacion por haber obliterado los vasos. En los fagedénieos pultáceos 6 diftéricos, en que la identidad con la podredumbre de hospital es tan evidente, su desarrollo es debido á un proceso irritativo de los más claros: no hay induración, pero si edema ó ingurgita clones producidas por la trasudación de los vasos, exúdate que origina la anemia local, comprimiendo los capilares y suspendiendo la circulación, y da lugar á la gangrena como última consecuencia. Y, finalmente, en los inflamatorios fagedénicos ó gangrenosos, la inflamación juega el papel principal, pudiendo terminar perla mortificación de los tejidos, como sucede siempre en todas aquellas ocasiones en que las células se sobrecargan de materiales, y modificándose sus naturales relaciones con los vasos nutricios aferentes, se alteran y mueren. Como se ve, nada hay de insoluto en la sucesión de estos fenómenos morbosos, y su causa puede ser explicada, ya por la violencia con que obre localmente, ó ya, y esto es muy esencial, por hallarse grandemente prediápuesto el organismo, efecto de sus malas condiciones, á mortificarse en todo punto donde sufra una agresión exterior de cierta importancia. No es tampoco necesario hacer intervenir al elemento especifico en la demostración del proceso necrósico, ni ha sido conveniente crear y sustituir la palabra fagedenismo á la de gangrena, que expresa un hecho morboso de todos conocido y no expone á las trascendentales consecuencias que siempre trae consigo la diversidad de nombres aplicada al conocimiento de un mismo objeto. Bueno es que se presente un objeto á la inteligencia bajo todas las variadas formas de que pueda revestirse, pero sin perder de vista ni por un solo momento su unidad; de otra manera el objeto se fracciona, y cada fracción representa una unidad distinta. El fagedenismo^ pues, queda reducido simplemente á la gangrena, y ésta producida por causas no ignoradas de nadie. No en todas las variedades del chancro se administra como medio terapéutico el mercurio; resérvase esta medicación únicamente para los duros ó infectantes, y se proscribe en absoluto en los blandos ó no infectantes. No entra en nuestro plan ocuparnos de la dificultad de establecer el diagnóstico de los chancros venéreos en infectantes y no infectantes, fundado solo en la dureza ó blandura revelada por 7 DE ABRIL ellos al tacto; pero no podemos dejar sin consignarlo que cuando un chancro caracterizado de blando ha inficionado la economía se sale del paso diciendo: se traía de un chancro misto; poco importarla este inocente juego de palabras; pero miéntras tanto se ha perdido el tiempo y, lejos de establecer una medicación racional, se ha tenido abandonado al enfermo á los solos esfuerzos de la naturaleza, impotente en presencia de la afección sifilítica, á la que no ha podido aniquilar por no habérsele auxiliado en tiempo oportuno con una medicación apropiada. Fácilmente se comprende el por qué no se emplea la medicación mercurial para combatir chancros no infectantes. Si no hay un virus que inficione la economía entera, si el virus venéreo no se encuentra todo en toda ella, es claro que sería, no solamente ocioso, sino perjudicial en alto grado introducir en el organismo un agente ianece-sario y de la importancia del de que so trata. Los chancros en quienes más fácilmente se exhibe él fagedenismo son los llamados blandos ó no infectantes, ocasionando en ios tejidos que ocupan destrozos rápidos y terribles; parece como si se compen sara la acción de los dos virus; el uno, dilatándose, hace sus estragos con más ó ménos lentitud en todo el organismo; el otro, condensándose, se ceba en las partes donde se anidó primitivamente y las aniquila con increíble prontitud. Y bien, si el virus no infectante produce el chancro blando, y es éste en el que con más frecuencia hay fagedenismo que combatir, no concebimos cómo, en desesperación de causa, según la frase de Kicord, y en desesperación de medios de combate,, añadimos nosotros, se ha de apelar al mercurio, según pretenden muchos sifiliógrafos. ¿Á qué indicación obedecería el empleo de esta sustancia? ¿Hay dos virus ó uno solo? Si es uno, admitida desde luego la medicación mercurial; pero si son des los virus, de los cuales el infectante penetra hasta los pliegues más recónditos del cuerpo humano, miéntras el no infectante permanece fuera, es decir, en la superficie, se está obligado á motivar esta medicación, pues ha pasado el tiempo de que se crea á nadie bajo su palabra y dispensado de dar las razones de su conducta. Una clasificación de los chancros en infectantes y no infectantes, fundada en su dureza ó blandura, reservándose rectificar si la aparición de accidentes secundarios viene á demostrar un error primitivo; un tratamiento instituido con arreglo á esta clasificación, general si el origen es infeccioso y local si no lo es, pero reservándose contradecirse y combatir el estado local por una medicación general cuando ya no se sepa qué hacer, no es posible sea hoy admitida por nadie, y vale más renunciar á ella desde luego que desmentir en la práctica lo que se ha afirmado en la teoría. El fagedenismo que se desarrolla en el curso de un chancro blando jamas debe ser combatido con el mercurio. ENRIQUE DB LA ROSA. 1873 E L P A B E L L O N MÉDICO. 151 do la práctica continua que le proporciona su cargo de médico de la cárcel de Portsmouth. Ha examinado detenidamente las parálisis, la loHuevo modo de curar los vejigatorios. Cuando las mujeres padecen de neuralgia es forzoso cura, la epilepsia, las enfermedades del cerebro y otras acudir frecuentemente á los vejigatorios volantes mor- simuladas, especialmente de los órganos de los senfinados, para que desaparezca el vivo dolor que á veLa locura es lo que más frecuentemente simulan ces se localiza sobre un punto muy restringido. los criminales, y acerca de ella cita el Dr. Wilson los Este género de vejigatorios tiene un doble efecto: siguientes puntos: obra primero como revulsivo, y después por la absor1. ° En la locura fingida, el ataque empieza brusción del narcótico. Al siguiente dia se cura el vejiga- camente y sin la menor prevención; esto rara vez torio con la morfina, si es que al siguiente dia no ba sucede en la verdadera locura. comenzado á secarse la superficie, cosa que general2. ° Se nota una completa ausencia de todo síntoma mente sucede; y si fuese necesario proceder contra la puramente físico. persistencia del dolor, no deberá emplearse la sal de 3. ° Si es violento el ataque simulado, se agotan morfina, porque no seria absorbida. Será, pues, prelas fuerzas rápidamente, y en el espacio de veinticiso esperar á que la piel haya recobrado sus procuatro horas la agitación cede el puesto á un sueño piedades normales para aplicar sobre ella un nuevo largo y profundo. vejig-atorio. 4.9 Las divagaciones de la falsa locura son muy Eu estos casos se ha recurrido á las aplicaciones de poco variadas respecto de las ideas que expresan, y láudano, dos ó tres veces por dia, hechas por medio giran, por lo común, sobre un solo objeto. de un pimcel, continuando estas aplicaciones, sieudo 5. * Todo el que sefingedemente rehusa responder necesario, hasta la completa cicatrización. á las preguntas sencillas, y, si responde, lo hace de Por toda curación se cubre la región con una tela una manera completamente incorrecta y voluntariaengomada, sin impregnarla de ningún cuerpo craso. mente absurda. La piel normal no absorbe el láudano, ni debe tam6. ° Kara vez mira de frente á las personas que le poco contarse con su acción cuando se le esparce sobre dirigen la palabra. las cataplasmas. No sucede lo mismo cuando se trata 7. ° El que finge alucinaciones no sabe poner sus de la superficie de un vejigatorio, aunque esté en vias acciones y aspecto en armonía con aquellas. de cicatrización. En este caso absorbe la piel con 8. ° El ataque fingido, por lo general, es siempre bastante energía para producir el narcotismo, sobre exagerado. todo si es frecuente la aplicación 6 si se verifica sobre 9. ° En la falsa locura no hay intervalos lúcidos. El una extensión determinada. La tela engomada tiene falso demente cree fingir mejor esforzándose para á por seguro resultado el de sostener cierta humedad todas horas y en todas ocasiones parecer loco. sobre la región desnuda, y contribuye á favorecer la 10. Es tan incorrecto é incompleto el ataque finabsorción é impide las adherencias, que siempre ocurgido que es imposible asimilarle á ninguna de las ren 4 consecuencia de los demás métodos de curación. formas conocidas de enajenación. El láudano de Eousseau posee naturalmente, bajo 11. Todos los falsos ataques se parecen, más ó méeste punto de vista, una acción más enérgica que el nos, unos á otros. deSydenham. El autor se extiende después en el estudio de las Cuando se hace la primera curación aplicando el enfermedades simuladas del sistema nervioso, asi láudano, inmediatamente después de levantar el veji- como del sistema circulatorio, de las vias respiratogatorio, no es más fuerte el dolor que si se aplicase el rias, digestivas, urinarias, genitales, etc. clorhidrato de morfina, y no se produce cuando la suTambién son notables las observaciones que hace perficie ha perdido la inflamación del principio. Wilson respecto á la simulación del suicidio, que conEste método de curación por medio de los vejigato- cluyen con las siguientes lineas: rios permite utilizar la acción narcótica del opio du«Greneralmente los falsos suicidas, cuando están rante algunos dias, miéntras el clorhidrato de morfina presos, pretenden ahorcarse, y la simulada tentativa no puede utilizarse, porque no puede ser absorbido. tiene de característico que se verifica precisamente Varias recientes experiencias han probado que las en el momento en que el prisionero sabe que ha de sustancias liquidas son poco ó nada absorbidas cuan- ser interrumpido. En las prisiones en que los Crimido la piel está intacta: no sucede lo mismo cuando nales trabajan, amenazan los reos con el suicidio para presenta viva irritación. La curación por elláudano ser puestos en observación y no trabajar durante alsobre los puntos que aparecen con gran rubicundez á gunos dias. Cuando un preso manifiesta intención de consecuencia de un sinapismo es útilísima; la acción suicidarse, no hay el menor peligro en abandonarle del narcótico, ménos enérgica que después del vejiga- á sí mismo, en la plena seguridad de que no pondrá torio, es clara é innegable. en ejecución su amenaza.» También en estas condiciones se debe recurrir á la tela engomada. Preparación de los jarabes de bálsamo de tolú y de brea. Enfermedades simuladas. M. Latour, distinguido farmacéutico francés, con el M. Jorge Wilson ha hecho un profundo estudio respecto de las enfermedades simuladas, aprovechan- objeto de presentar á los médicos la posibilidad de PRENSA i i W e i EXTRANJERA 152 EL PABELLON MÉDICO. emplear el bálsamo de tolú y la brea en toda su integridad, y bajo una forma rigurosamente dosificada, ha preparado unos jarabes ya muy experimentados, y que han dado resultados excelentes en los casos en que estaban indicados la brea y el bálsamo de tolú. El jarabe tolú, al cual podría aplicarse el nombre de resino-halsámieo para disting-uirle del jarabe trasparente, cuya fórmula está generalmente adoptada, se prepara de la manera siguiente: Bálsamo de tolú Azúcar.... Polvo de goma Senegal Agua Jarabe de azúcar 100 aramos. 300 100 — 600 — 2.400 — Se divide con cuidado el bálsamo de tolú, triturándole en el mortero de porcelana con el azúcar y el polvo de goma, hasta obtener una mezcla íntima y finamente pulverizada, que se traslada á una vasija ó fuente de cobre estañado, que se calentará previamente á + 100*. Se agregará la cantidad suficiente de jarabe de azúcar hirviendo, atenuado después con la proporción de agua arriba indicada; se sigue después triturando, continüfindo la acción del calor, y cuando el bálsamo está fundido y emulsionado convenientemente fse vierte el resto del jarabe de azúcar hirviendo por cantidades fraccionadas y se mezcla y traslada á una estameña, á fin de separar, colándole, las impurezas y una corta porción de resina. Frió el jarabe, marcará 35 grados en el pesa-jarabes, y se obtendrá la cantidad de tres kilogramos, representando una cucharda (de comer sopa) 30 gramos de jarabe y uno de bálsamo de tolú. Preparado de esta manera el jarabe, queda opaco y se divide perfectamente en el agua, á la cual comunica el tinte lechoso de una emulsión. Tiene un sabor muy agradable, aunque ligeramente acre, y los enfermos le admiten bien. Posee Una propiedad coagulante bastante acentuada, y conviene especialmente para combatir las hemoptisis. Jarabe de brea.—Éste puede prepararse de la misma manera que el anterior, pero aumentando la dosis de azúcar para dividir mejor la brea. Hé aquí su fórmula: -Brea lavada en agua caliente... 100 gramos. Azúcar blanca 60O — Goma Senegal pulverizada 100 — Agua 400 — Jarabe de azúcar 2.000 — El método operatorio es idéntico al ántes expresado, pero cada cucharada grande representa 30 gramos de jarabe y nueve de brea. Mezclando ambos jarabes de tolú y de brea por partes iguales, se obtiene una preparación mista, mejor tolerada por los enfermos que el jarabe de brea solo. Para terminar, diremos debe agregarse á lo ántes expuesto que, para la preparación extemporánea del agua de brea, puede aconsejarse el uso del jarabe de la misma, advirtiendo que una cucharilla (de tomar café) representa 22 centigramos de brea. M. Latour hace constar que la práctica le ha enseñado que la dosis arriba consignada, asociada á un vaso de infusión amarga, se tolera muy bien, y el sa- 7 DE 4.BRIL bor amargo oculta ó, por decirlo asi, disfraza el olor y la acritud de la brea. Los tres jarabes están ya muy experimentados, y los profesores de Medicina que los conocen sin vacilar recurren frecuentemente á ellos. Conveniente seria que igualmente se experimentasen en aquellos puntos en que no son conocidos, puesto que llevan consi go la sanción de la experiencia facultativa, y la reco comendación de un farmacéutico tan distinguido y práctico como M. Latour. SECCION O F I C I A L MINISTERIO DE LA GOBEENACION. SUMINISTRO DE FUMIGACIONES. Í3bi La real orden de 23 de Mayo de 1868 y la órden del poder ejecutivo de 22 del mismo mes de 1869-sobre suministró de fumig-aciones á los buques que se hallan en condiciones dadas por su procedencia ó por su higiene no son lo necesariamente claras y determinantes para garantir la conservación de la salud pública de la importación de gérmenes pestilenciales, dando con ello lugar á la diversidad de procedimiento en los puertos y lazaretos sucios, con perjuicio del buen nombre de la administración española, y siendo causa de abuso en unos y de indiferentismo en otros, que el gobierno de la República no puede tolerar. La segunda de dichas disposiciones ha sido mal interpretada por la mayor parte de las direcciones especiales, cobrándose indebidamente á cada pasajero 2 pesetas 50 céntimos por la fumigación que se le saministraba. A evitar esta exacción y organizar convenientemente tan importante servicio van encaminadas las reglas que, como ministro de la Gobernación y con sujeción estricta á la ley sanitaria, he creido oportuno Primera. No se procederá á la aplicación de fumigación en caso alguno sin que ántes se haya ventilado suficientemente el buque, abriendo todas sus escotillas y colocando las mangueras necesarias. Segunda. Lazaretos sucios: 1/ observación. Para la debida purificación de las naves que arriben á los lazaretos déla Península española é islas adyacentes, sin novedad en la salud de á bordo y en buenas condiciones higiénicas, el médico de segundo recetará dos fumigaciones, una á la entrada y otra á la salida del establecimiento. En caso de haber sufrido el buque accidente sanitario sospechoso ó no ser satisfactorias sus condiciones higiénicas, dicho empleado repetirá las fumigaciones las veces que crea necesarias; consignándose en las recetas el V.0 B.0 del director ^ si se halla conforme. De lo contrarío, el gobernador decidirá inmediatamente, oyendo á una comisión de la junta provincial del ramo. . 2. a Se empleará para las fumigaciones la fórmula de cloro designada en la farmacopea española vigente. 3. * A cada 15 tripulantes y pasajeros se les aplicará una fórmula á la eatrada y otra á la salida. Asimismo y por una sola vez cinco fórmulas para cada 100 cueros al pelo y las que correspondan á los demás efectos y al buque, teniendo en cuenta que cada una es suficiente para desinfectar 700 pies cúi$QP*aiiuoei odob 92 ssaobibfioo esiae ua naidaisT 4. * Dentro del recinto de cada lazareto habrá una oficina de farmacia provista de los ingredientes necesarios para las fumigaciones y surtida de toda clase de medicamentos. 5.4 Las fumigaciones se aplicarán por los guardianes de salud, á presencia del médico segundo y del farmacéutico. 1873 153 EL PABELLON MEDICO. 6. * Constantemente permanecerá en el lazareto el farmacéutico ó un regente do la botica. Para salir de la demarcación cuarentenaria estarán sujetos como los demás empleados á lo prevenido en la regla 10 de la real orden de 25 de Abril de 1867. Los demás deberes y responsabilidad del farmacéutico ser&n los que establecen las ordenanzas de farmacia para el ejercicio en general do esta profesión. 7. a El farmacéutico cobrará por su servicio del capitán, patrón ó consignatario, j^resentando la receta del médico segundo, el precio establecido en la farmacopea de las fórmulas que se hayan empleado en la fumigación del barco, cargamento propio y tripulación del mismo; y de los pasajeros, á excepción de los menores de siete años, 2 pesetas por la fumigación que se les da á la entrada y salida y por la que se aplica á sus equipajes. El farmacéutico entregará al capitán, patrón o consignatario un recibo de la cantidad percibida por fumigaciones, inclusa la de las suministradas á ios pasajeros, y otro si el buque no fuese español al cónsul de la nación á que corresponda; el que, como el capitán, patrón ó consignatario, podrá reclamar ante er gobernador de las abusos que se hubieren cometido. 8. * Las recetas, después de percibido su importe y timbradas con el sello del establecimiento , las remitirá el farmacéutico al director del lazareto, para que sean unidas á los expedientes de ios buques respectivos. 9.1 En los casos de reclamación sobre abuso por exceso de fumigaciones ó adulteración do los ingredientes, formará V. S. el expediente oportuno en averiguación de los hechos, oyendo á la junta provincial de Sanidad y remitiéndolo después á este ministerio. 10. Los expedientes de las naves se exhibirán á cuantas personas deseen examinarlos. 11. Los medicamentos que necesiten los buques en cuarentena se facilitarán por el farmacéutico que preste el servicio de fumigaciones , con vista de la receta del director ó del facultativo de la embarcación. 12. En las cuentas de medicamentos, arregladas á las tarifas de la farmacopea, se seguirá el mismo procedimiento que en las de fumigaciones. 13. Para el abono de estancias en ios lazaretos por alimentos y medicinas suministradas á los individuos ó licenciados del ejército y armada la administración militar continuará entendiéndose con los directores , quienes cobrarán el importe de los gastos, librando y formalizando los documentos que sean necesarios. Tercera. Lazaretos de observación: 1. a En estos lazaretos solo se aplicará á los buques media fumigación, con arreglo á su capacidad y condiciones, y otra media á cada 15 tripulantes ó pasajeíosev SOÍ é eeTiJaqei ©cfofe etsp aoiosisqo' toU.ona&h 2. a Aplicará las fumigaciones un guardián que habrá defijarseá bordo de cada barco y que deberá permanecer en él hasta que sea admitido á libre plática. Este guardián percibirá del capitán, patrón o consignatario, entregándole recibo, 2 pesetas diarias miéntras dure la incomunicación de la nave, después de prescrito el régimen sanitario á que ésta ha de quedar sometida. 3/ Presenciarán las fumigaciones el director y Farmacéutico, y en defecto de este el secretario, pudiendo comunicar desde luego dichos empleados después de sufrir una fumigación. 4. a Únicamente se cobrará el valor de los ingredientes consumidos según el precio designado en la farmacopea. 5. * Los farmacéuticos de direcciones especiales serán, como los de los lazaretos sucios, nombrados por el secretario general de este ministerio. 6. a En los puertos que no haya farmacéutico determinado por la superioridad será obligación del director el cumplimiento de este servicio. El director en este caso entregará al capitán, pairen ó consignatario un recibo de la cantidad percibida por fumigaciones, y otro si el buque fuere extranjero al cónsul de la nación respectiva , concediéndose el derecho de reclamar que prescribe la observación 7;% párrafo segando de los lazaretos sucios. T1 Guando medie larga distancia entre una dirección de Sanidad y la primer botica que se encuentre, diflcultándose el servicio, y cuando otras razones de neessidad ó conveniencia para los pasajeros y tripulantes de ios buques lo exijan, so establecerá en la: dirección sanitaria ó en el punto más próximo una oficina de farmacia, como la indicada para los lazaretos sucios, percibiendo el farmacéutico los mismos derechos que los señalados á los farmacéuticos de lazareto sucio, y ateniéndose á las formalidades y deberes prescritos para ios mismos, exceptuando la incomunicación . 8. a Á los expedientes de los buques se unirá indispensablemente copia del recibo que el guardián entregue al capitán, patrón ó consignatario, firmada por aquel, y la receta del director por las fumigaciones dispuestas. 9. » Se hace extensivo á estos lazaretos lo prevenido para 7os sucios enias observaciones 2.a, 8.a, 9.VIO, H yatóioo aop BhBrneiqu?. m t e áteM ^iísfení arntrnt** Cuarta. Cuando se originen dudas y cuestiones en el desempeño del servicio, entro el director, médico segundo y secretario de un puerto, se formará el oportuno expediente; y previo informe de la junta provincial de Sanidad, y expuesta fundadamente la opinión de Y. S., se elevará á este ministerio para que puedan dictarse las medidas generales , convenientes, ó resolver con el mayor acierto el caso particular. Quinta. Los jefes de los lazaretos sucios y direcciones especiales, por su carácter y por la confianza que en ellos deposita el Gobierno, serán igualmente responsables da las faltas que en este servicio y demás del*ramo cometan sus subordinados, si con exquisito celo y constante solicitud no las corrigen oportuna y enérgicamente. Sexta. Las faltas en este servicio serán castigadas con pérdida de destino y con las demás penas á que haya lugar cou arreglo al Código. Sétima. Queda derogada, la real orden de 23 de Mayo de 1868 y la orden del poder ejecutivo de 22 del mismo mes. de 1869 por las que ha venido rigiéndose este servicio. El Gobierno espera de V. S., como jefe de Sanidad en esa provincia, desplegue el mayor celo para el cumplimiento de esta disposición y para cortar toda inmoralidad que pueda cometerse en el ramo, procurando á la vez en la aplicación estricta de las leyes sanitarias las mayores garantías para los intereses de la salud pública, que son al fin los intereses del comercio. ; Dios guarde á v. S. muchos aSos. Madrid 28 de Marzo de 1873.—Pi y Margall.—Señores gobernadores de las provincias marítimas. VARIEDADES. SOBRE EL CULTIVO DE LA ADORMIDERA. EN ESPAÑA. Uno de los agentes terapéuticos que indudablemente está llamado en España á producir una revolución agrícola y comercial es el producto que suministra á la Medicina la prodigiosa planta conocida con el nombre de adormidera blanca (papaver somnifer L.) Su cultivo viene siendo desde tiempos muy remotos patrimonio exclusivo de los turcos y de los egipcios, quienes apesar del deplorable estado de civilización en que 154 £L PABELLON MÉDICO. respecto de las demás naciones hanfiguradohan sabido sacar de aquella planta un gran partido, ya por considerar su producto artículo de primera necesidad, bien para subvenir con el lucro que les reportara á otras no ménos necesarias para la vida: de todos modos es lo cierto que han importado cuantiosas Sumas con la exportación á todo el mundo de tan excelente producto, 'siendo de todo punto vergonzoso que, pudiendo con gran ventaja en calidad cultivarse en nuestro suelo, hayamos de continuar siendo tributarios al extranjero de una sustancia inferior por muchos conceptos á la obtenida por nosotros. Tal es el opio indígena, ese poderoso agente, ese Proteo de la Medicina, bajo mil aspectos disfrazado en su aplicación á la terapéutica, sin cuyo concurso aseguraba Sydenhan que no ejercería la ciencia de Hipócrates; y cuya extracción tanto recomendaba en sus provechosas lecciones el sabio profesor de materia farmacéutica D. José M. de León, tan respetable por su ciencia como modesto por sus virtudes; en tales términos insistía, tanta era la supremacía que concedía al opio indígena sobre el exótico, que más de una vez quise llevar sus saludables consejos ai terreno de la práctica, y otras tantas se oponían á mis designios los mil obstáculos contra quienes tenía que luchar; pero llegó un día en que, desembarazado de aquellos, pude con entera libertad dedicarme á realizar la idea que por espació de tanto tiempo habia acariciado como un sueño. Con efecto, tres anos hace que di comienzo á los rabajos en el cultivo de la adormidera, durante los cuales he recogido observaciones útiles, que no dudo podrán servir de algún provecho á los que con afán se dediquen al cultivo de la referida planta, observaciones que si no arrojan la luz que en tan vital asunto fuera de desear cüipese á la pequenez do mi ingenio, no á la voluntad que le ha guiado. Abrigo, por otra parte, la duda y casi la convicción de si estos ligeros apuntes podrán servir de alguna utilidad á la clase farmacéutica, por cuanto ha sido ya tratada esta materia por profesores más competentes á quienes la ciencia debe mucho y la clase debe estar agradecida; mas si apesar de esto se encontrara en ellos alguna indicación útil á nuestro propósito, habré conseguido llevar un grano de arena al edificio que la clase en general tiene el deber de levantar. No voy á hacer una clasificación fitológica de la planta, ni detenerme á referir su historia, porque ni lo permiten los estrechos límites de este escirto, ni el objeto que me propongo lo consiente. Concretando, pues, la cuestión al cultivo de la adormidera, vamos á tratar en primer término de la vida del vegetal desde su nacimiento hasta su completo desarrollo, señalando á cada época las vicisitudes por que atraviesa y el medio de corregirlas, y en segundo lugar nos ocuparemos del singular producto que su fruto suministra á la Medicina. Preparada la tierra, convenientemente abonada, en surcos de dos á tres decímetros de altura, puede desde luego precederse á la sementera en los primeros dias del mes de Octubre, mezclando la semilla con nueve décimas partes por lo ménos de arena, á fin de 7 DE ABRIL que nazca con toda la regularidad posible, y no tan apiñada como sin la adición de aquel intermedio. Mucho contribuye esta mezcla á que la planta nazca con la igualdad que se apetece, pero apesar de este cuidado siempre salen superabundantes y en número infinitamente mayor al que debe quedar para conseguir una buena plantación; hay necesidad, pues, de entresacar las débiles en tiempo oportuno, dejando las que presentan mejor aspecto con objeto de que crezcan y se desarrollen con más fuerza. Hemos indicado que otra de las circunstancias que deben tenerse presentes para practicar la operación de la sementera es el asurcamiénto del terreno para evitar que se encharque, disposición que favorece de una manera notable al desarrollo de la plauta é impide que se crie raquítica y enfermiza. Nos ha demostrado la experiencia que dispuesto el terreno en la forma que queda dicho se consiguen plantas más robustas y con mayor número de cápsulas; por el contrario, cuando no ha intervenida aquella circunstancia, aparecen ralas y de color amarillento, cuyo aspecto revela para lo sucesivo una cosecha desgraciada. Como consecuencia, pues, de esta observación, diremos que los riegos no deben ser abundantes durante la vida de la planta. JA Á los quince ó veinte días aparece el nuevo vegetal sobre la superficie del terreno, y por espacio de más de un me?, hasta que liega la intensidad de los fríos, ha de ser objeto de un especial cuidado por parte del agricultor, á fin de que no sea víctima aquella de la voracidad de un molusco que la solicita con extraordinaria avidez; pero sí apesar de un esmerado celo por conseguir su extinción ha podido sustraerse á la vigilancia que exige el buen cultivo, destruyendo la tierna planta en más ó ménos porción de terreno, conviene en tal caso resembrar la parte de tierra cuyas plantas hayan sido destruidas por el mencionado molusco, operación casi indispensable si se atiende á la gran dificultad que existe en arrigar las nuevamente trasplantadas. Llegada la Primavera, hacía lo súltimos días del mes de Marzo, comienza á subir la planta y k elaborar en su organismo los jugos propios que le son peculiares; entóneos conviene extirparla yerba que se eponeá su desarrolle, operación que debe repetirse á los veinte dias ó un mes, pues dé lo contrario, vuelve á alfombrar el suelo con una rapidez asombrosa; apesar de un exquísitd celo por la extirpación de la yerba aún suele aparecer en los últimos dias de la planta una leguminosa que conviene arrancar con la mano para que no perjudique la cosecha. El aspecto que presenta la planta en los últimos dias de Abril nos indica sí podemos esperarla buena, en cuya época aparecen los capullos, que no tardan en abrirse, ostentando sus bellísimas corolas blancas y moradas, cuyo conjunto presenta á la vista un aspecto encantador; pasados algunos dias, bien pronto sus pétalos y estambres, abandonando el ovario, dejan descubierta la cápsula, objeto principal de nuestro asunto; no parece sino que la belleza de todos los séres de la creación se halla ;en razón inversa de su vitalidad, puesto que, al despojarse aquella de los pé- 1873 EL PABELLON MÉDICO. talos á qne poco ántes debiora su hermosura, nos demuestra así su efímera existencia. Descrito eu pecas palabras el cultivo de la adormidera, poco me detendré en examinar la planta, haciendo especial mención del uso á que se destinan todas sus partes. El Sr. Fernandez Izquierdo, ilustrado fundador de L a Farmacia Española, en un concienzudo trabajo sobre la materia, da cuantos pormenores apetezca el qué desee consultarlo, señalando á cada parte del vegetal el uso y virtudes terapéuticas. Relevado» pues, de esta no ménos importante tarea, voy á tratar exclusivamente de la adormidera, de ese precioso frutó en cuyo seno se elaboran agentes poderosos de importancia suma para la Medicina. Después que la adormidera se ha despojado de su pétalo y estambres, y cuando,el color verdoso pasa al verde amarillento, adquiriendo á la vez una consistencia semicoriacea, ya pueden practicarse en ella de cuatro á cinco incisiones en sentido del eje, con la punta de un cortaplumas, cuidando de que no sean demasiado profundas, á fin de que el líquido no penetre en el interior de la cápsula; por ellas fluye instantáneamente un líquido lechoso, tanto más denso cuanto más sazonado se halla el fruto, jugo que no tarda en condensarse, adquiriendo á las pocas horas un color rojizo y una consistencia de miel para constituir el opio, cuyos caracteres expondremos más adelante. Si la adormidera no ha llegado á su completa madurez, entonces el líquido, como más fluido, suele escurrirse por las hojas de la planta, y aun cuando se trate de recoger ántes que llegue al suelo, no compensa el trabajo y cuidado necesarios el producto que rinde, puesto que, como jugo muy acuoso, viene á quedar excesivamente mermado. Esto, como se ve, ocasiona pérdidas de consideración, por lo cual hay necesidad de que el fruto para ser iucindido presente los caracteres expuestos, los cuales indican haber llegado á su mayor desarrollo y por consiguiente mejor elaborados los jugos que contiene. Hechas, pues, las incisiones en la forma que queda * dicho, fluye espontáneamente el líquido lechoso, que no tarda en condensarse, el cual se recoge en unos jarritos por medio de una navaja de afeitar ú otro corte análogo, comenzando por la parte inferior de la cápsula, siguiendo la incisión hasta terminar en su parte superior. Concluida la operación del dia y recogido el producto, se agita con una espátula de hueso hasta que resulte una masa homogénea, á ñn de privarla del aire contenido en los intersticios, que pudiera cambiar la naturaleza del producto. Otras tantas incisiones practicadas en los intervalos de las ya incindidas pueden ser al dia siguiente objeto de una nueva recolección, produciendo igual cantidad de líquido, el cual, después de bien batido, se mezcla con el obtenido anteriormente para reducirlo á trozos de cincuenta gramos, los cuales, envueltos en hojas, de la planta, se exponen al sol por unos dias para su completa desecación. Las propiedades que presenta el opio obtenido por el medio que se acaba de indicar son las que deben caracterizar un buen producto. Reunido á su olor fuertemente vigoroso el sabor amargo, acre y nauseabundo, de color rojo leonado y cuya superficie se en- 155 negrece al contacto del aire, de fractura hepática; su consistencia varía según el tiempo trascurrido después de su extracción, blanda cuando reciente, pero pasados unos dias adquiere la necesaria para pulverizarse por la gran tendencia que tiene al endurecimiento; el agua disuelve 55 por 100 de su peso, quedando como residuo sobre el filtro una sustancia pulverulenta disgregada completamente en aquel vehículo, á diferencia de la que resulta cuando del propio modo se tratan los del comercio, de carácter gomo-resinOso, formando una masa insolublc al malaxarla con las manos; tales son los caracteres que reúnen las muestras de opio que mando á la Exposición de Vieua, en tanto grado cuanto que para introducirlo en el uso médico se necesita disminuir las dosis consignadas en los formularios. Mis investigaciones sobre la composición del opio se han limitado exclusivamente al tanto por ciento de morfina, único alcaloide que puede caracterizarle, resultando, de los ensayos practicados, contener un 12 por 400; cantidad exorbitante, si se compara con la exigua que contienen los opios del comercio. De lo dicho se infiere que, siendo un opio tanto mejor cuanto mayor es la cantidad de morfina que contiene, el obtenido por los medios indicados será preferible al que nos proporciona el comercio; por manera que es muy sensible, repito, que, pudiendo el farmacéutico sin gran sacrificio recolectar mayor cantidad que la necesaria para su consumo, vayamos á pagar un tributo al extranjero á cambio de una sustancia las más veces averiada, ó cuando ménos dé dudosa procedencia; ni puede suceder otra cosa, atendiendo al ínfimo precio á que lo ofrecen al farmacéutico, no obstante ser éste el último que lo recibe desde que el cosechero lo introdujo en el comercio. Son tantas las clases de opio que circulan por la extensa escala comercial, tan variados sus caracteres que, sin temor de ser desmentidos, podemos asegurar en algunos la absoluta carencia de la morfina, y en les que pasan por buenos un 6 por 100 á lo sumo: si, pues, con el opio que el farmacéutico puede procurarse consigue, ademas de su excelente calidad, no ser tributario al extranjero de una sustancia por cuyo elevado precio suele ser las más veces victima de la avaricia, falsificándose con frecuencia, tendremos doble motivo para aconsejar á la clase farmacéutica en general que, siendo á todas luces conveniente y provechoso el cultivo de la adormidera, procuren los farmacéuticos todos, por cuantos medios tengan á su disposición, extraer el opio en sus respectivas localidades, en la seguridad de que solo así podrán procurarse un excelente producto, abriendo al propio tiempo la explotación a una nueva industria que, considerada en grande escala, pudiera reportar un inmenso beneficio al comercio en general y no ménos utilidad á la clase de farmacéuticos en particular. MANUEL ALBAREDA. úb oiíO GACETILLA.kú saioiooiib sooibám Discusión importante. Con las valientes y trascendentales aseveraciones del Dr. Olavide acerca del 156 E L PABELLON empleo de ciertos medicamentos á altas dosis los debates de la Academia de Medicina, donde el mencionado académico ba dado ya término á la brillante exposición que ha hecho de sus opiniones sobre la materia, prometen no escaso fruto para la práctica. De comprobarse pi ría experiencia la virtud que el señor Olavidese inclina á atribuirá algunas sustancias,como el ácido fénico (inyectado debajo de la piel), Tarias enfermedades cutáneas, la coqueluche, el crup, la fiebre tifoidea, el epitelioma, etc., pasarán á la categ-oria de las enfermedades fácilmente curables. Esto, que no es poco, lo han de decir el tiempo y la observación: entretanto, esperamos con interés oir cómo piensan en este asunto los académicos que van á tomar parte en su discusión. Album de locos. El director facultativo de la casa de locos de Valladolid, D. Lucas Guerra, ha presentado al ministro de la G-obernacion un magnifico álbum de fotografías representando varios tipos de dementes, con la historia médica de las observaciones hechas por el citado señor, como médico encargado de la curación. Es un trabajo del que se hacen grandes elogios, pero nosotros no lo hemos visto, si bien hemos leido que el ministro de la Gobernación ha colocado en su departamento á nuestro comprofesor señor Guerra. Historia de la Cirugía. La infatigable y erudita pluma de nuestro ilustrado colega Dr. Ullersperger sigue dando á conocer en Alemania nuestra historia científica, á que manifiesta particular afición. El periódico Dentschen Zeitschrift für Chirurgie está publicando actualmente extensos artículos acerca del asunto <3ue sirve de epígrafe á esta gacetilla, en los cuales figuran muy honrosamente los trabajos de nuestros antiguos cirujanos, principalmente con motivo de las curas tardías, y muchos nombres contemporáneos , como San Germán, Hurtado de Mendoza, Roger, Mesa, Frau, Argumosa, Santucho, Sánchez Toca, Anel, Borras, Valencia, Vergara, Rodríguez, Sarrais, Nieto, Codorniú, Carreras, Poggio, Población, Pamo, etc. El ilustre doctor alemán merece nuestro agradecimiento y entusiastas elogios. Nuevo rector. Se le ha conferido el decanato de la facultad de Medicina de esta capital al catedrático de la misma, Dr. D. Julián Calleja Sánchez, por haber renunciado el Sr. Montero Ríos, que ba pasado con igual cargo á la universidad de la Habana. Como aquí. Hemos leido en un periódico francés que los autores de una propuesta de ley para la reforma de la enseñanza de la Medicina y el ejercicio de la profesión no han logrado que de él se dé lectura en la Asamblea, ni habrá de darse en adelante por faltarla ya tiempo para entender eñ tan grave asunto. Creemos, como Él Siglo, que en todos los países la propia cansa c-s origen de idénticos fenómenos: es de advertir que todos los Parlamentos oponen mucha resistencia á las reformas médicas y sanitarias, sin otra razón, en concepto nuestro, que la de ser asuntos enteramente desconocidos para la generalidad , y la de haber advertido que nuestra clase procura muy amenudo pro domo sua. Por una parto ignoran y por otra MÉDICO. 7 DE ABRIL mingo Ferreira Villapol y D. Joaquín Brunengo y García. Los que ántes había serian monárquicos y no podrían prescribir con aciertoel uso de las aguas.. ¿Cuándo se ordenan las cosas de manera que desaparezca ese cebo patriótico con que los gobiernos entretienen el hambre galénica? La enhorabuena á los nombrados, y que les dure mucho. Fanatismo político. Un periódico de Farmacia ha hecho público que el padre del actual ministro de Fomento, D. Eduardo Chao y Fernandez, fué farmacéutico y el que con un pliego cerrado que contenia una materia explosiva hizo perder la mano derecha al cruel Eguía, cuando estuvo en Galicia de capitán general. Sin duda alguna incurrió éste en vituperables excesos; pero sin decidir si esto justifica el hecho de que parece hacerse alarde, creemos que no debía haberse entregado á la publicidad, ni citarlo como un hecho meritorio. Almidón en la tortuga de agua dulce. M. C. Dareste ha demostrado la existencia de granos de almidón, absolutamente comparables al almidón vegetal, en el huevo de gallina, así como en diversos ór-, ganos del pájaro, tanto en la edad embrionaria como en la adulta, y posteriormente ha encontrado el mismo cuerpo en el hígado, vejiga umbilical y cápsulas surenales de las tortugas de agua dulce en toda Europa. Solamente en el hígado falta algunas veces. Señales de la muerte real. Ua periódico de Medicina alemán indica una nueva señal para cerciorarnos de la maerte real de un individuo. Ei experimento es muy sencillo, y á Magnus se debe el descubrimiento: partiendo del principio fisiológico de que no hay ni es posible la vida sin la circulación de la sangre, aconseja ligar fuertemente con un hilo la parte media de un dedo cualquiera déla mano; si el individuo con el cual se hace la prueba vive, es decir, si su aparato circulatorio funciona aún, se vera que la punta del dedo envuelto se hincha, se entumece, presentando un color encarnado al principio, para convertirse en azul después: esta tumefacción es debida al estancamiento de la sangre producido por la presión fuerte del hilo alrededor del dedo, que hace imposible á la sangre venosa retroceder y dirigirse hacia el corazón. Este procedimiento es tan fácil, exacto y sencillo que está al alcance, no solamente de los médicos, que á veces nos cuesta trabajo el precisarlo (díganlo si no los casos de enterramientos de personas vivas que desgraciadamente han sucedido y se leen en las obras de Medicina legal), sino que ofrece, por lo simple, la posibilidad de practicarlo cualquiera sin ser facultativo ni tener conocimiento de Medicina, de modo que puede ser muy útil en los pueblos aislados y casas de campo, en donde escasean regularmente los médicos, como también en el campo de batalla, en donde los mismos soldados pueden conocer de esta manera la muerte real ó verdadera de sus compaJiéRfeí9 o b í ^ m i x CÜ) ÍÍ*D xioí&Bioqo Bbiiiípao j Un rico pobre. Tenia un avaro muy rico una catarata en cada ojo, y deseando recobrar la vista ajustó con un célebre-oftalmólogo la doble operación descoñfian. en 4.000 reales. Llegó el diafijadoy el hábil operador estrajo la del Tratamiento de la tiSa por el alcohol. La depilación obligada á que se someten los enfermos que ojo derecho, y para ver su resultado hizo al enfermo padecen tiña es una operación larga y doloresa, y en mirar su reloj. Apenas este distinguió aquel objeto poiq este concepto el profesor Caníoní ba hecho un gran dió un grito de alegría y dijo: —Gracias, doctor, no me opere T. ya el otro ojo, servicio á los favosos curando varios casos con las fricciones de alcohol, después de haber levantado las cos- prefiero quedarme tuerto... y guardar 2.000 reales. tras mediante cataplasmas tibias; el espíritu de vino Álfiny al cabo yo era ciego, y me doy por satisfecho. penetra bajo la epidérmis y allí destruye el parásito, causa del padecimiento, sin necesidad de esa opera- RESUME??.—SECCIÓN DOCTRINA!,:-Crónica cientíñea. — SECCIÓN ción preliminar tan molesta. • • . 'r-, * m r r~ CIENTÍFICA: Dipsomanía ó alcoholismo.—PRENSA JÍEMCA ESPAÑOLA: E l fag-edenismo y el mercurio.—P.EENSA SÍÉOICA EXTRANOtro dia será otra cosa. Han sido nombrados JE-RA.—SECCIÓN o?iciAt.—VARIEDADES: Breve resena sobre el cultivo de la adormidera en España.—&ACETII.I.A. ~ - "tn+^Mpo médicos directores intérinos de los baños de La Isabela ó Saeedon, Montemayor (en Cáceres), Paterna (en CáMADRID: 1873. diz), y Zujar (en Granada), respectivamente, los seño- | . - £ 9 8 U B a res D. Pedro Solia, D. Antonio Pérez Piñeiro, D. Do- -lis a? Imprenta de Berenguilio.—Huertas, 70.