MINDFULNESS APLICADO AL RUNNING El entrenamiento mental se hace patente en todas nuestras facetas de la vida. Situaciones como el trabajar, comer, dar un paseo o estar tumbado en el sofá son todas idóneas para poder llevar a cabo la práctica del mindfulness. Hoy vamos a hablar de la práctica del mindfulness aplicado al running, deporte extendido por su aplicación en prácticamente cualquier lugar. Lo puede practicar cualquier tipo de persona, sin distinciones de edad o estado físico. Además de ser un deporte cómodo y saludable, puede practicarse a cualquier hora del día, por lo que su número de aficionados es cada vez mayor. Esta práctica ha hecho que generalicen una serie de hábitos que, pese a poder obtener resultados satisfactorios, hace que muchos adeptos pierdan la continuidad en su práctica. Hablamos de la medición del tiempo en el momento de salir a correr. La motivación de superar una marca, de mejorar un tiempo estipulado, o de realizar una cantidad determinada de kilómetros puede ser un ejercicio motivante a la hora de practicar, pero cuando uno se acostumbra a obtener ese tipo de satisfacción, ese afán de superación, provoca una desconexión con el mundo que te rodea que hace que no llegues a disfrutar plenamente del deporte, incluso de generar un estrés por no obtener la marca esperada o por no salir un día en concreto a correr. Permítete al menos un día a la semana, salir a correr por lugares donde nunca lo has hecho, con la ausencia del reloj, sin ningún tipo de objetivo estipulado. Simplemente disfruta del entorno que te rodea. La cantidad de estímulos que una persona recibe cuando corre son muchos, muchísimos. Date el placer de observar aquello que te rodea, de respirar todo tipo de aromas que vas recibiendo, de escuchar todo tipo de sonidos que van apareciendo en tu entorno. Si disfrutas del running con música, permítete dejártela en casa. O en todo caso, disfrutar del tipo de música que escuchas de una manera diferente. Prestando atención al ritmo y no a la letra, tratar de llevar el ritmo de la guitarra o de la batería, o distinguir los tonos diferentes de la armonía. Si tu caso es que practicas el running en una cinta de correr, sumérgete en la cantidad de sensaciones internas que van apareciendo. Observa los pensamientos que van apareciendo y déjalos pasar. Disfruta de esa sensación de cansancio. Esa contradicción que hace que tus pensamientos dicen que pares, pero tu cuerpo sigue. Este tipo de pensamientos pueden hacer detenerte, pero al dejarlos fluir, van a seguir apareciendo otros, y tu cuerpo rápidamente olvida esas sensaciones para seguir funcionando. Que el running no se convierta en un mecanismo rutinario, sino que te permita descubrir una serie de sensaciones placenteras. ¡Sal, y disfruta! “Nunca sabrás lo que tu cuerpo es capaz de hacer una vez entrenes a tu mente”