La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que si en una sentencia definitiva se condenó al quejoso a pagar al tercero perjudicado una cantidad determinada, la contragarantía o contrafianza debe asegurar, además del pago de los daños y perjuicios, el monto por el que se pretenda ejecutar el fallo. Así se resolvió en sesión de 18 de agosto del presente año, al fallar la contradicción de tesis 18/2010, entre dos tribunales que estaban en desacuerdo respecto a si el monto de la contragarantía que solicite el tercero perjudicado para dejar sin efecto la suspensión concedida previamente al quejoso, debe comprender el importe de la condena determinada en el juicio natural. La Primera Sala argumentó que conforme al mandato constitucional, la suspensión concedida al quejoso puede quedar sin efecto si el tercero da contrafianza para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo. Para cuantificar ese restablecimiento de las cosas, deben tomarse en cuenta: a) la naturaleza del acto reclamado; b) los efectos para los que se otorgó la suspensión y, c) los posibles alcances de la sentencia que concediere la protección constitucional. Por lo expuesto, los ministros concluyeron que cuando en un juicio de amparo se reclame una sentencia definitiva dictada en un juicio civil, en la que se haya condenado al quejoso a entregar al tercero una cantidad determinada, la contrafianza debe caucionar, además del pago de los daños y perjuicios al quejoso, el monto por el que se pretenda ejecutar ese fallo, pues el levantamiento de la suspensión concedida al quejoso implica la ejecución anticipada de una resolución cuya constitucionalidad se encuentra sub-júdice.