27.744-I Supertodo SAEF (L - Tribunal Fiscal de la Nación

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TRIBUNAL FISCAL DE LA NACION
Buenos Aires, 30 de Mayo de 2012.
AUTOS Y VISTOS:
El Expte. Nº 27.744-I, caratulado: “SUPER TODO S.A.E.F. s/apelación-IVA”y
CONSIDERANDO:
I.- Que a fs. 7/14 la actora interpone recurso de apelación contra la resolución Nº 255/06,
de fecha 22 de junio de 2006, dictada por la Jefa reemplazante de la División Revisión y Recursos de la
Dirección Regional Mar del Plata de la A.F.I.P.-D.G.I., por la que se determina de oficio la obligación
tributaria en concepto de Impuesto al Valor Agregado, respecto de los períodos fiscales 12/1993 a
08/1994 inclusive, con sus respectivos intereses resarcitorios y se aplica una multa equivalente a tres
(3) veces el impuesto dejado de ingresar con sustento en el art. 46 y 47 inc. a), b) y c) de la Ley 11.683
(t.o. 1998 y modif.).
Manifiesta que lo reclamado por el Fisco Nacional se encuentra prescripto conforme lo
dispuesto por el art. 56 de la ley de procedimiento fiscal que establece un plazo de cinco (5) años, y que
se encuentra cumplido en agosto de 1999. Que la postura de Fisco Nacional, amparada en la
interpretación del art. 16 de la Ley 23.771 y el art. 65 de la Ley 11.683, resulta insostenible y
contradictoria. Señala que de la normativa en análisis surge que la promoción de la causa penal no
impide la sustanciación de los procedimientos administrativos sino que su única limitación es el dictado
de la resolución administrativa. Entiende que -conforme surge del art. 16 de la Ley 23.771- el
organismo recaudador debió haber iniciado las actuaciones administrativas y suspenderlo al momento
de dictar la resolución administrativa que determinara la deuda, sin poder iniciar el procedimiento
determinativo luego de operada la prescripción. Agrega que la liquidación, presentación de las
declaraciones juradas y pago en el Impuesto al Valor Agregado es mensual, y que por ello -conforme se
desprende del informe pericial contable obrante en la casua penal- el período fiscal agosto de 1994 (el
último de los períodos sobre los que se efectuó ajuste) cuyo vencimiento fue el 20 de septiembre de
1994 habría prescripto en la fecha 21 de septiembre de 1999, es decir, cinco (5) después.
Respecto del fondo de la cuestión, señala que todos los elementos contables, impositivos
y de otra índole para demostrar la improcedencia de la determinación efectuada no existen en la
actualidad. Expresa que ello es así en virtud de haber transcurrido más de doce (12) años desde la fecha
de la presentación de las declaraciones juradas, y que a la fecha no existe obligación de conservar dicha
documentación. Que por ello, entiende que se coloca a su parte en un estado de indefensión y viola su
derecho de defensa. Que, por otra parte, indica que las diferencias son estimadas no en base a los libros
de IVA VENTAS sino de otras planillas que no coincidirían con las planillas de caja, y que no hay
documentación respaldatoria de los ajustes efectuados por lo que resulta arbitrario el actuar del
organismo recaudador. Asimismo, expresa que las declaraciones juradas de los períodos fiscales en
análisis fueron en tiempo y forma presentadas, y que las mismas eran coincidentes con las planillas de
caja y demás documentación respaldatoria.
Con relación a la multa aplicada, manifiesta que la sanción impuesta es improcedente
por encontrarse prescripta la acción del Fisco Nacional. Asimismo, entiende que el monto de la misma
resulta excesivamente elevado y solicita se morigere en virtud del principio de razonabilidad.
Respecto de los intereses resarcitorios, expresa que estando prescripta la obligación
principal también lo están sus accesorios. A su vez y para el supuesto de que se considere no prescripta
la obligación principal en esta instancia, agrega que dado que el proceso penal suspendió la acción
administrativa, sin acreditarse culpabilidad alguna, la mora por dicho lapso no le es imputable por lo
que el cómputo de los intereses debería comenzar a calcularse desde junio de 2006, es decir, al
momento de determinarse la deuda en sede administrativa en virtud del principio de razonabilidad.
Asimismo, a fs. 47/50vta. la actora solicita beneficio de litigar sin gastos indicando que
le resulta imposible abonar la tasa de actuación. Manifiesta que al carecer de medios suficientes si no se
concediese dico beneficio, se verían vulnerados su derecho a la defensa y la igualdad de partes,
dejándola en un estado de indefensión al denegársele el acceso a la justicia. Sostiene que frente a una
sociedad anónima debe analizarse su concesión desde una óptica comercial siendo el recurso financiero
un insumo más del giro empresario. Agrega que la imposibilidad de abonar el importe exigido no se
debe a una falta de liquidez sino a una imposibilidad concreta debido a que la empresa ha dejado de
funcionar hace varios años y tiene una gran cantidad de juicios y pedidos de quiebra. Cita abundante
jurisprudencia a su favor, y ofrece prueba.
II.- Que a fs. 60/72 el Fisco Nacional contesta el recurso y niega todos y cada uno de los
hechos alegados por la recurrente. Manifiesta que la obligación tributaria de los períodos fiscales
determinados no ha prescripto toda vez que la misma se encontraba suspendida debido a la tramitación
de la denuncia penal efectuada. Indica que, conforme lo establecido por el art. 57 de la ley de
procedimiento fiscal, el plazo de prescripción se empieza a contar a partir del primero de enero del año
siguiente del cual la obligación hubiera vencido. Que ello es así debido a que el organismo recaudador
tiene a su cargo una significativa masa de contribuyentes que volvería muy dificultoso el cómputo en
forma individual y que, por consiguiente, la ley citada ha dispuesto la anualización con el fin de
uniformar la situación al respecto.
Señala que se le ha iniciado un proceso penal en el marco de la Ley 23.771 y, en
consecuencia, su plazo ha quedado suspendido hasta el momento en que se dicte sentencia firma
conforme lo establecido por el art. 65, inc. c) de la ley procedimental. Que el art. 16 de la Ley 23.771
dispone que la causa penal no impedirá la sustanciación de los procedimientos administrativos
vinculados con los mismos hechos pero que no podrá dictarse resolución administrativa antes de quedar
firme la sentencia en sede penal. Explica que debido a ello, una vez terminado el proceso en sede penal,
el Fisco Nacional procedió a determinar de oficio la obligación tributaria, y cita doctrina explicativa
sobre el fundamento de la norma contenida en el art. 65, inc. c) de la ley de procedimiento fiscal. Por
último, sostiene que, en caso de duda acerca de la prescripción de un derecho, debe optarse por la
subsistencia del mismo, máxime en el derecho tributario en virtud de la indisponibilidad fiscal y su
finalidad de satisfacer las necesidades públicas. Cita jursiprudencia a su favor.
Respecto a la cuestión de fondo, sostiene que la resolución administrativa es la
consecuencia de un procedimiento efectuado en legal forma y dictado por autoridad competente,
revistiéndo todos los requisitos formales para su validez y fundado en las normas citadas en forma clara
y precisa. Manifiesta que, respecto de los períodos fiscales 01/1994 a 08/1994, el ajuste se basó en la
documentación secuestrada en el allanamiento realizado en distintos domicilios de la empresa,
detectándose diferencias entre planillas de trabajo respecto de ventas en las que figuraban nombres de
personas que no se encontraban registrados en los Libros de IVA y que, en consecuencia, se las
consideró como ventas omitidas y se ajustó su débito fiscal. Que, respecto del período fiscal 12/1993,
se ajustó el débito fiscal en función de ventas presuntas estimadas en relación con sueldos no
registrados, lo cual surge de las actas que se confeccionaron con el personal que se encontraba
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trabajando en el lugar. Entiende que no es procedente el planteo de la actora en cuanto que no debía
conservar la documentación respaldatoria una vez transcurridos doce (12) años desde el pago, por
encontrarse suspendido el procedimiento. Señala que ante la falta de comprobantes el organismo
recaudador cuenta con las herramientas necesarias para reconstruir la materia imponible sobre base
resunta debiendo el contribuyente probar la inexistencia del hecho antecedente que da lugar a la
presunción.
Con relación a los intereses resarcitorios, expresa que los mismos no tienen carácter
penal, y que en la presente causa se encuentran cumplidos los requisitos para la procedencia de su
aplicación por que la presentación de declaraciones juradas inexactas le es imputable a la actora quien
no ha podido probar la inexistencia de mora culpable.
Respecto de la multa aplicada en autos, manifiesta que ha habido por parte de la actora
un obrar engañoso cuyo resultado importó un perjuicio fiscal. Que la defraudación fiscal requiere
subjetivamente la intención de dañar al Fisco Nacional. Expresa que tales conductas están penadas por
el art. 46 de la ley de procedimiento tributario y que el art. 47 de la citada ley establece presunciones
que invierten la carga de la prueba. Sostiene que el hecho de haber disminuido la obligación impositiva
mediante la doble contabilidad resulta demostrativo de la intención de ocultar su situación fiscal.
Asimismo, entiende que la presunción de defraudación opera por el simple reconocimiento del actor
sobre la falta de concordancia entre la documentación y la declaración jurada presentada. Por último,
considera que no hay elementos de juicio en la causa que permitan probar que la infracción fue
producto de un error excusable de hecho o derecho.Ofrece prueba, reserva la cuestión federal y solicita
se confirme el acto apelado, con costas.
III.- Que a fs. 97 se elevan los autos a la Sala “B” y se ponen para dictar sentencia.
IV.- Que, a continuación, debe este Tribunal entrar a analizar la causa de acuerdo a los
términos en que ha quedado trabada la litis.
Que la determinación apelada tiene su origen en estimaciones realizadas por el Fisco
Nacional en base a documentación que fuera secuestrada en allanamiento efectuado en domicilios de la
actora. Dicha documentación no respalda lo declarado en las declaraciones juradas presentadas por la
actora, y ante la ausencia de comprobantes, se procedió a estimar la materia imponible conforme lo
permite el art. 18 de la ley de procedimiento fiscal.
Que, a su vez, la actora considera que la presente causa se encuentra prescripta, y que
debido a ello no le corresponde conservar documentación respaldatoria transcurridos más de cinco (5)
años. Asimismo, entiende que el organismo recaudador ha actuado en forma arbitraria y sin respaldo
documental para efectuar los ajustes.
V.- Que, en un primer análisis, corresponde indicar que es de aplicación el art. 56 inc. a)
de la ley de procedimiento fiscal por tratarse de un contribuyente inscripto ante la administración fiscal.
La citada norma prevé un plazo de cinco (5) años, y que, conforme lo dispuesto por el art. 57 de ley
citada, comenzará a correr a partir del 1 de enero siguiente al año en que se produzca el vencimiento de
los plazos generales para la presentación de la declaraciones juradas e ingreso del gravamen. Que, por
consiguiente, en el caso de autos la fecha en la que hubiese comenzado a correr el plazo de prescripción
era el 1 de enero de 1995.
Pero, en el caso, con fecha 1 de agosto de 1994 el organismo recaudador denunció en
sede penal la presunta comisión de un delito previsto por la Ley 23.771 y, recién con fecha 30 de
agosto de 2002 se dictó en dicha causa sentencia disponiendo el procesamiento de Roberto Doumic,
respecto al ejercicio 1994 y el sobreseimiento respecto a los ejercicios 1992 y 1993 (ver fs. 60/65vta.
del Cuerpo de Antecedentes Causa Infracción Ley N° 23.771). Que tal decisorio fue notificado al
organismo recaudador con fecha 4 de septiembre de 2002 (Ver informe de la División Revisión y
Recursos a fs. 66/69vta. del Cuerpo de Antecedentes Causa Infracción Ley N° 23.771).
Que en fecha 28 de abril de 2006 se corre vista a la actora de los ajustes practicados (ver
fs. 8/28 del Cuerpo de Determinación de Oficio M° 2).
Que, así las cosas, no se advierte que desde la fecha en que haya quedado firme el
decisorio de fecha 30 de agosto de 2002 hasta el 22 de junio de 2006 en que se ha dictado la resolución
determinativa de oficio apelada, se cumpla el plazo de cinco (5) años requerido por el art. 56 inc. a)
para tener por prescripto el derecho del Fisco Nacional de determinar, exigir y aplicar multa.
Asimismo, se advierte que la actora no señala ni prueba en forma exacta, clara y precisa, cuáles son los
intervalos de tiempo que considera cumplidos para que la prescripción opere en la presente causa.
Que las normas impositivas deben ser interpretadas computando la totalidad de los
preceptos que la componen, de manera tal que el próposito de la ley se cumpla de acuerdo con las
reglas de una razonable y discreta interpretación (“Parfums Francais SRL” – CSJN 16/6/1992 Imp.T.L-B – pág.2108; en el mismo sentido, “Taconi y Cía.SA”-CSJN-7/9/1993 – Imp.-T.LII-A – pág.220).
Dado que la primera fuente de hermenéutica es la letra de la norma, no es admisible una
interpretación que prescinda del texto legal; por otra parte, debido a que la falta de previsión no se
supone en el legislador, se reconoce como principio que las leyes deben interpretarse adoptando el
sentido que concilie las disposisciones y deje a todas con valor y efecto, y no aquél que las ponga en
pugna o las destruya (“Reig Vázquez Ger y Asociados c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”
– CSJN – 14/5/1991 – Imp. T. XLIX-B – pág.1534; en mismo sentido, “Parada, Aidee c/ Normabuena,
Luis E.” - CSJN – 21/4/1992).
Que, sentado ello, cabe tener en cuenta lo dispuesto por el segundo párrafo del art. 16 de
la Ley 23.771, a saber: “La promoción de causa penal no impedirá la sustanciación de los
procedimientos administrativos, vinculados con los mismos hechos, pero no podrá dictarse resolución
administrativa antes de que haya quedado firme la sentencia judicial, la que constituirá cosa juzgada
en cuanto a la materialidad de los hechos”. Que respecto a la norma en análisis se observa que de la
misma no surge que el organismo recaudador deba -como lo sostiene la actora- en forma obligatoria dar
inicio al procedimiento administrativo y suspenderlo llegado el momento de emitir la resolución
administrativa. Simplemente está indicando que no impedirá la sustanciación del procedimiento
administrativo lo que dista de la obligación de comenzarlo y suspenderlo luego al momento de dictar la
resolución. administrativa. Por otra parte la norma contenida en el art. 65 inc. c) de la ley de
procedimiento fiscal en forma clara y concreta establece que el plazo de prescripción se suspende desde
el momento en que surja el impedimento precisado en el citado art. 16 de la ley 23.771 hasta tanto
quede firme la sentencia judicial dictada en la causa penal respectiva.
A través de una razonable interpretación de las normas, en su conjunto, en forma
armónica, y teniendo como primer criterio de interpretación la propia letra de las normas, se concluye
que la acción del Fisco Nacional al momento de iniciar el procedimiento determinativo de oficio no se
encontraba prescripto.
VI.- Que, respecto a la falta de respaldo documental de los ajustes y la arbitrariedad de
los mismos, corresponde expedirse acerca de si el Fisco se encontró en la especie legalmente habilitado
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para recurrir al procedimiento de determinación de oficio sobre base presunta, a la luz de lo que
dispone el art. 16 de la Ley 11.683. De la conclusión a la que se llegue dependerá el tratamiento de los
restantes argumentos expuestos por la actora, ceñidos a la improcedencia de la metodología aplicada
para practicar el ajuste cuestionado, que como ha quedado expuesto, encontró su fundamento en la
existencia de empleados no declarados por la sociedad y, por ende, remuneraciones del personal no
declaradas, todo ello detectado, por la inspección llevada a cabo por el Organismo Recaudador.
Asimismo, ante irregularidades detectadas ajustó el débito fiscal por ventas omitidas de declarar
conforme lo que surge de las planillas contables secuestradas en el domicilio de la recurrente.
Que, sabido es que en el modo de determinación de la obligación tributaria en nuestro
sistema positivo, la denominada estimación de oficio, constituye la alternativa supletoria de la
determinación de oficio sobre base cierta. La ley de procedimiento tributario fija un orden de prelación
cronológico, ya que aquella solo procede en los casos en que debido a la inexistencia de elementos,
registración contable con notorias deficiencias, documentación que no resulte fehaciente e
insuficiencias de diversa índole, se torna imposible la apreciación inmediata de los hechos y bases
imponibles.
Que, de tal modo, la administración fiscal debe agotar los medios que le permitan
reconstruir la materia imponible de modo directo (o sobre “base cierta”) y recién frente a los supuestos
antes mencionados, recurrir al método indiciario, que se presenta así como excepcional y subsidiario.
Que, la existencia de aquél presupuesto esencial, en cuanto subordinante del método
estimativo empleado, surge claramente de los hechos antecedentes de la causa, en donde el Fisco
Nacional hace valer un indicio que se encuentra contemplado en una ley impositiva y despliega sus
efectos a partir de su constatación, para luego corregir los resultados que el criterio presuncional
permite confrontar.
Que, respecto de los métodos establecidos por la norma, “la mención de la ley es
simplemente enunciativa, de manera que los índices que consignan pueden ser modificados,
complementados, sustituidos por otros, a condición de que los medios elegidos por el fisco tengan
vinculación o conexión normal con las circunstancias del caso; con lo cual alude, evidentemente, a las
prácticas y usos del comercio. Los indicios deben ser razonables y no responder a apreciaciones
puramente subjetivas del funcionario interviniente; o como dijo el Tribunal Fiscal: la elección de los
indicios básicos y del procedimiento a emplear en la determinación de oficio, no debe ser discrecional,
pues una determinación impositiva válida implica método adecuado, indicios representativos para el
caso particular y congruencia en los resultados, debiéndose desechar a las presunciones cuando la
contabilidad no ha sido impugnada” (Carlos M. Giulani Fonrouge y Susana C. Navarrine.
“PROCEDIMIENTO TRIBUTARIO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL”. Lexis Nexis, 9na. Edición.
Buenos Aires, Argentina, 2005. Pág. 187; con citas a los fallos: “Yankelevich” - CSJN del 30/4/53,
“Perello” - T.F.N. del 27/8/62 y “La Unión S.R.L.” - T.F.N. Sala “A” del 28/2/91).
Que la Sala II de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en los Contencioso
Administrativo Federal in re “Oyhamburu, Pedro A. y otro (13/04/1993)” ha dicho: “Las presunciones
constituyen elementos de juicio aptos para aquellos casos en los que no existen registraciones
contables y documentación relativa a las operaciones del contribuyente, y para aquellos otros, en los
que existiendo tales registraciones o documentación, unas y otras adolecen de deficiencias”.
Que, conforme lo dispone el art. 18 inc h) en forma expresa, el ente recaudador detectó
que la actora no había declarado remuneraciones efectivamente erogadas y, en consecuencia, procedió a
efectuar ajustes considerando la suma resultante como ventas omitidas de declarar en base al indicio
referido. Corresponde señalar que no se observa por parte de la actora ningún agravio en concreto ni
prueba que permita desvirtuar la conclusión arribada en sede administrativa.
Que la jurisprudencia ya había admitido esta presunción en la causa “Juan Walicki
S.R.L.” (T.F.N., Sala A, 1/10/01), considerando que el monto de remuneraciones abonadas y no
declaradas suponía su pago por rentas de la actividad empresarial, por lo que se las consideró ventas
omitidas en el impuesto al valor agregado (Carlos M. Giulani Fonrouge y Susana C. Navarrine.
“PROCEDIMIENTO TRIBUTARIO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL”. Lexis Nexis, 9na. Edición.
Buenos Aires, Argentina, 2005. Pág. 202).
Que, asimismo, el organismo recaudador constató diferencias entre las planillas de caja
utilizadas para fines fiscales y otro juego secuestrado del que surgen operaciones de venta cuyos
montos y nombres no son coincidentes, y cuyos ingresos no son incluidos por lo que estima que los
mismos han sido evadidos.
Que el último párrafo del art. 18 de ley procedimental dispone: “La carencia de
contabilidad o de comprobantes fehacientes de las operaciones hará nacer la presunción de que la
determinación de los gravámenes efectuada por la Administración Federal en base a los índices
señalados u otros que contenga esta ley o sean técnicamente aceptables, es legal y correcta, sin
perjuicio del derecho del contribuyente o responsable a probar lo contrario. Esta probanza deberá
fundarse en comprobantes fehacientes y concretos, careciendo de virtualidad toda apreciación o
fundamentación de carácter general o basadas en hechos generales. La probanza que aporte el
contribuyente no hará decaer la determinación de la Administración Federal sino solamente en la justa
medida de la prueba cuya carga corre por cuenta del mismo.”
Que reiterada jurisprudencia ha dicho que “las estimaciones de oficio debidamente
fundadas gozan en principio de presunción de legitimidad; no obstante, cabe admitir la demostración de
los errores que las descalifican, estando dicha prueba a cargo del contribuyente” (“Kanawati, Josefina”
– TFN-Sala C de fecha 22/4/1996, “Sidertec SA” - TFN-Sala B de fecha 15/11/1996, “Galizia Bargut
SA” - TFN-Sala D de fecha 6/7/1679, “Sivaslian Carabad” - CNACAF-Sala I de fecha 27/2/1979).
Que “la carga de la prueba no supone ningún derecho del adversario, sino un imperativo
del propio interés de cada litigante; es una circunstancia de riesgo, que consiste en que quien no prueba
los hechos que debe probar, pierde el pleito” (cfr. CNCiv., Sala C - La Ley T.117:808, 11371-S),
correspondiendo concluir que los agravios de la recurrente, sobre quien pesaba la carga de probar sus
afirmaciones (arg. Art. 377 del C.P.C.C.N.), al no ser sustentados por actividad probatoria idónea,
resultan meras consideraciones dogmáticas que no logran conmover las conclusiones a las que arribara
el juez administrativo en las resoluciones apeladas en autos.
Que, en el presente contexto resulta aplicable la regla "onus probandi incumbit ei qui
dicit", debiéndose señalar que la carga de la prueba es correlativa a la carga de la proposición de los
hechos, pues como lo establece el artículo 377, C.P.C.C.N., cada parte deberá probar el presupuesto de
hecho de las normas que invoque como soporte de su pretensión, defensa o excepción. Y que, cuando
se presentan impugnaciones fundadas, donde han surgido distintos elementos que podrían dar lugar a la
existencia de una maniobra fiscal, el contribuyente tiene, inexcusablemente, que recurrir a todos los
medios de prueba que estén a su alcance.
Que, debe señalarse que pese a que el contribuyente pudo ofrecer y aportar elementos de
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prueba que demuestren, en el caso concreto, la irrazonabilidad de los métodos utilizados, en virtud del
legítimo derecho de contradicción que le compete, no lo ha hecho en la presente causa.
Que, por otra parte, no resulta procedente el agravio referido a la falta de la prueba
documental correspondiente a los períodos fiscales en análisis. Ello por cuanto es dable suponer que de
haberlos conservado, al momento de la verificación en sede administrativa y la sustanciación de la
causa penal, tendría que haber agregado dicha documentación a las causas a efectos esclarecer su
situación frente al Fisco Nacional y la justicia. A su vez, corresponde indicar que, toda vez que los
períodos fiscales no se encuentran prescriptos -tal como se dijo en el punto V de esta sentencia-, la
actora tenía el deber de conservarlos.
Que,a mayor abundamiento, el art. 33 de la ley de procedimiento fiscal establece, con el
fin de asegurar la verificación de la situación impositiva de los contribuyentes, que se podrá exigir la
conservación de los documentos y comprobantes de las operaciones por un plazo de diez (10) años.
Concordantemente, el decreto reglamentario en su art. 48 dispone que los contribuyentes o
responsables deberán conservar los comprobantes y documentos que acrediten las operaciones
vinculadas a la materia imponible por un plazo que se extenderá hasta cinco (5) años después de
ofrecida la prescripción del período fiscal a que se refieren.
VII.- Que, respecto de los intereses resarcitorios sobre los cuales se solicita se morigeren
por considerarlos excesivamente elevados, cuadra señalar que los mismos constituyen una
indemnización debida al Fisco como resarcimiento por la mora en que ha incurrido el contribuyente o
responsable en la cancelación de sus obligaciones tributarias. Cabe señalar que, en forma reciente, la
CSJN ha revisado la doctrina de fallos “Ika Renault” en donde se expuso que “si bien en el precedente
de fallos 304:203 el Tribunal estableció que resulta aplicable la última parte del art. 509 del Cod. Civil
que exime al deudor de las responsabilidades de la mora cuando ésta no le es imputable, las
particularidades del derecho tributario... que indudablemente se reflejan en distintos aspectos de la
regulación de los mencionados intereses (fallos 308:283, 316:42 y 321: 2093), llevan a concluir que la
exención de tales accesorios con sustento en las normas del código civil queda circunscripta a casos en
los cuales circunstancias excepcionales ajenas al deudor que deben ser restrictivamente apreciadas han
impedido a éste el oportuno cumplimiento de su obligación tributaria. Ello es así máxime si se tiene en
cuenta que, como lo prescribe la ley y lo puntualizó la corte en otros precedentes..., se trata de la
aplicación de intereses resarcitorios cuya naturaleza es ajena a la de las normas represivas” (cfr. CSJN,
Citibank NA c/ DGI, 01/06/2000).
VIII.- Que, en cuanto a la multa aplicada en tres (3) veces del monto del tributo evadido,
la misma se sustenta en lo dispuesto por el art. 46 de la ley procedimental, habiendo hecho mérito el
juez administrativo de las presunciones contempladas en los inc. a), b) y c) del art. 47 del mismo texto
legal.
Que tal como se resolvió en el punto V de esta sentencia, los derechos y acciones del
Fisco Nacional, no se encontraban prescriptos al momento del dictado de la resolución determinativa
de oficio por la que se aplicó la multa.
Que, el actor no ha ofrecido prueba alguna tendiente a desvirtuar las presunciones
invocadas por el Organismo Fiscal, limitándose a manifestar que la misma resulta exorbitante, sin
alegar defensa alguna respecto de la conducta dolosa imputada.
En relación al quantum de la sanción aplicada, si bien la graduación de la pena es
discrecional del juez administrativo en función de las circunstancias de la causa, obviamente no queda
exenta de la revisión posterior que este Tribunal pueda realizar de la aplicación de dicha facultad
punitiva como juez revisor de la razonabilidad del acto sancionatorio. Ello así, se advierte en el acto
atacado una falta de merituación concreta de los hechos que conducen al juez administrativo a
graduarla en tres (3) veces el impuesto evadido. Por el contrario no surgiendo de las constancias de
autos la existencia de antecedentes sumariales de la encartada, se considera prudente reducirla al
mínimo legal del artículo 46 de la ley procedimental.
IX.- Que, respecto del beneficio de litigar sin gastos solicitado, la ley N° 25.964,
sancionada en noviembre de 2004, en su art. 9º prevé la exención de la tasa de actuación para las
personas que actuaren con beneficio de litigar sin gastos, instituto procesal éste que no se encuentra
regulado en la ley de ordenamiento y procedimiento tributario, sino en el Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, el cual en su T II, Cap VI, arts. 78 y s., regula el incidente cuyo trámite como
tal se contempla en el art. 7º de la Ley N° 25.964.
El beneficio de litigar sin gastos comprende un privilegio restrictivo y excepcional,
debiéndose por ello demostrar fehacientemente la ausencia de recursos para costear total o
parcialmente la demanda que se ha de iniciar (conf. Enrique Falcón, C.P.C.C.N., Anotado-ConcordadoComentado, T. I, pág. 471) (ver en igual sentido, C.N.C.A.F., Sala III, in re “Setti”, del 2/5/91;
“Persoglia” del 14/5/91; “Trifone Reinaldo Omar”, del 9/4/02, entre otros).
El presupuesto de hecho de la exención es entonces la situación de pobreza en que se
encuentran aquellas personas a las que se concede el beneficio de litigar sin gastos.
Corresponde aclarar que la concesión de este beneficio “... queda librada a la prudente
apreciación judicial, en tanto los medios probatorios incorporados al incidente reúnan los requisitos
suficientes para llevar al ánimo del juzgador la verosimilitud de las condiciones de pobreza alegadas “
(C.S.J. N. , “Siderman José y otros c/Nación Argentina y Provincia de Tucumán s/daños y perjuicios”
E.D. T. 132, pág. 142), por lo que es el Tribunal quien debe efectuar en cada situación concreta, un
examen particularizado de las pruebas aportadas a fin de determinar la carencia de recursos, o la
imposibilidad de obtenerlos, de quien invoque el beneficio para afrontar las erogaciones que demande
el proceso en cuestión. Dicho de otro modo, que aquellos medios probatorios ofrezcan presunciones
suficientes, precisas y concordantes para concluir que las condiciones económicas de que dispone el
peticionario no alcanzan para hacer frente a otras erogaciones que no sean las de su propia subsistencia
(ver en tal sentido, C.N.C.A.F., Sala V, in re “Coto Domingo A. c/Caja de Ret. Jub. y Pens. de la P.F.A.
S/beneficio de litigar sin gastos”, Causa Nº 45.750/95, del 5/4/99).
Que la actora ha acompañado prueba testimonial a fs. 44/46.
En este orden de ideas cabe poner de resalto que la concesión del beneficio requerido
procedería en tanto los medios probatorios reúnan los requisitos suficientes para llevar al ánimo del
juzgador la verosimilitud de las condiciones de empobrecimiento alegadas, para lo cual deviene
menester, en cada caso particular, que se efectúe un examen pormenorizado a fin de determinar la
carencia de recursos y la imposibilidad de obtenerlos de quien invoca el privilegio de considerarse
dispensado de afrontar las erogaciones que demande el proceso (conf. C.N.C.A.F., Sala I, in re “Ernesto
Singler SAIC (TF 17100-I) - Incidente BLSG- c/DGI”, del 18/09/2001).
Cabe precisar que la carencia de recursos que configura tal situación de pobreza no
puede confundirse con dificultades financieras o problemas de iliquidez, ni siquiera, conforme ha dicho
esta Sala in re “Marcos Kleiman “ del 5-12-88 (B 2613), aquellas que pueden dar lugar al concurso
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preventivo. Se trata de una incapacidad económica severa -tener sólo lo indispensable para procurarse
la subsistencia- que impide afrontar el pago de la tasa.
Que, por otra parte, cabe destacar que la falta de ingreso de la tasa de actuación no obsta
a la continuación del juicio ante este Tribunal, por lo que no puede argumentarse que el rechazo del
pedido del beneficio de litigar sin gastos podría violentar o limitar el derecho de defensa en juicio y, en
tal sentido, el análisis de los presupuestos fácticos para la procedencia del mentado beneficio se debe
realizar con un criterio restrictivo.
Que, en definitiva, con la sola prueba testimonial no se ha acreditado en forma clara y
precisa una situación de pobreza que permita otorgar la concesión del beneficio solicitado.
Que, por lo expuesto, corresponde rechazar la solicitud del beneficio de litigar sin gastos
e initmar a la apelante el ingreso de la tasa de actuación. Asimismo, se deja constancia que el beneficio
de litigar sin gastos ha sido solicitado con carácter provisorio hasta el momento de dictar sentencia.
Por ello, SE RESUELVE:
1) Confirmar la resolución recurrida en cuanto determina impuesto, accesorios y aplica
multa, la que se reduce al mínimo legal previsto en el art. 46 de la ley 11.683. Costas en proporción a
los respectivos vencimientos.
2) Rechazar el beneficio de litigar sin gastos, con costas.
3) Intimar a la actora para que, en el plazo de cinco (5) días, ingrese la suma de pesos
cincuenta y ocho mil trecientos treinta y cinco con nueve centavos ($ 58.335,09), en concepto de tasa
de actuación bajo apercibimiento de librar boleta de deuda conf. arts.2, 3 y 7 de la ley 25964.
4) Se deja constancia que la presente sentencia se dicta con el voto coincidente de dos
miembros titulares de la Vocalía 5ta. y 4ta. Nominación, por encontrarse en uso de licencia el Vocal
Titular de la 6ta. Nominación (Conf. Art. 184, segundo párrafo, de la ley 11.683, t.o. en 1998 y su
concordante 59 del R.P.T.F.N.).
Regístrese, notifíquese, oportunamente devuélvanse los antecedentes administrativos y
archívese.
ARMANDO MAGALLON
VOCAL
JOSE LUIS PEREZ
VOCAL
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