Pág. 017-020 JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y TRIBUTARIO – CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES JUZGADO N° 8 AUTOS: SENIPEX S.A. C/GCBA MEDIDA CAUTELAR FECHA DE SENTENCIA: 2002/05/07 INGRESOS BRUTOS. ATRIBUCIÓN JURISDICCIONAL. CONTROVERSIAS Buenos Aires, 7 de mayo de 2002 VISTOS: Estos autos para resolver el planteo introducido por la Compañía de Tierras Sud Argentino S.A., continuadora de Senipex S.A., en el punto II del escrito de inicio en el que se solicita como medida cautelar la suspensión de los efectos de la Resolución 1 13-SHyF-2002 y de los demás actos administrativos que la precedieron. Según el relato de la actora, el objeto de la resolución N° 2001-DGR-2001 fue rechazar el recurso de reconsideración administrativo oportunamente deducido contra la resolución N° 6154-DGR-2000 que determinó de oficio la materia imponible de Senipex S.A. en concepto de impuesto sobre los Ingresos Brutos por períodos mensuales 12/94 al 12/97 por las sumas de $ 43.789,65 (capital) y $ 51.438,79 (intereses) y aplicó una multa equivalente al 65% del tributo determinado por la suma de $ 28.463,30, (ver fs. 5), situación que ocasionó la interposición del recurso jerárquico previsto en el Código Fiscal, remedio que fue desestimado por la Secretaría de Hacienda y Finanzas del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante resolución N° 113 – SHyF- 2002. De la presentación surge que la sociedad fue constituida con objeto de desarrollar las actividades de “ganadería e inmobiliaria”. En los períodos que fueron objeto de la determinación de oficio, la actora desarrollaba las actividades de ganadería en las jurisdicciones de la Ciudad de Buenos Aires, razón por la que su situación fiscal se enmarcaba dentro del Convenio Multilateral. La demandante funda su pedido en los arts. 9, 177 y 189 y ss. Del Código Contencioso Administrativo y Tributario, en tanto la eventual ejecución de la obligación contenida en la resolución conllevaría graves perjuicios en el desarrollo normal de su actividad. Y CONSIDERANDO: 1.1 “La procedencia de las medidas cautelares del art. 177 y 189 del CCAyT se halla condicionada a que se acredite la apariencia o verosimilitud del derecho invocado por quien las solicita (fumus bonis iuris), y el peligro en la demora (peiculum in mora), que exige la probabilidad de que la tutela jurídica definitiva que la actora aguarda de la sentencia a pronunciarse en el proceso principal no pueda, en los hechos, realizarse, es decir que a raíz del transcurso del tiempo, los efectos del fallo final resulten prácticamente inoperantes”. (Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Sala II, “Valenciana Argentina José Eisenberg y Cia. S.A.I.C. c/ GCBA s/acción meramente declarativa art. 277 CCAyT”, del 23-3-01). Cabe adelantar que la verosimilitud del derecho invocado por la parte actora surge de su exposición. Sin entrar de lleno al análisis del fondo de la cuestión –que gira en torno a si corresponde computar como base imponible del Convenio Multilateral a los Ingresos Brutos de todas las actividades desarrolladas por la actora o tan solo las que provengan de un proceso único económicamente inseparable y si el procedimiento realizado por el fisco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en ocasión de llevar a cabo la determinación de oficio, fue el correcto- atento el carácter provisorio propio de este tipo de pronunciamiento, parece que el planteo de la parte actora tiene sustento jurídico suficiente para obtener la protección cautelar del derecho que persigue, en relación a la determinación de la diferencia en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos por los períodos mensuales 12/94 al 12/97 y la aplicación de la multa por omisión de dichas diferencias. La doctrina de la Comisión Plenaria (Convenio Multilateral 18-08-77) emanada de la Resolución N° 2/85 dictada en ocasión del tratamiento del recurso jerárquico impetrado en el expediente 16/84 caratulado “Iriarte y Cia. S.C.S.”, avala tal convicción. Ciclo Reuniones con Especialistas en Tributación 1 C.P.C.E.C.A.B.A. 31-10-2002 En ese pronunciamiento, ante hechos similares al presente caso, la Comisión sostiene que resulta: aplicable el régimen del Convenio Multilateral por la totalidad de los ingresos que integran los rubros objeto de su explotación comercial –era acopio de cereales en la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires y comercialización de toros bienes muebles solo en la Provincia de Buenos Aires. Ahora cabe analizar la segunda cuestión referente al procedimiento seguido por el organismo fiscalizador al momento de llevar a cabo la determinación de oficio. La actora a fs. 8 vta./9 pone de manifiesto que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no ha dado cumplimiento a los procedimientos establecidos para dirimir las controversias entre los fiscos dispuestos en las normas vigentes, por lo que los actos emanados del organismo fiscal se encuentran viciados; que esto es así debido a que el fisco debió aplicar el procedimiento establecido en la Resolución N° 62/95 de la Comisión Arbitral, específicamente lo normado por su artículo 3°, que establece que “el fisco actuante que dictare resolución determinativa que afecte la distribución las demás jurisdicciones involucradas, remitiendo copia de la resolución determinativa, a fin de que las mismas, si así lo deciden, puedan controvertirla y presentar el caso a la Comisión Arbitral”. Y que asimismo debió dar cumplimiento al procedimiento descripto en el Protocolo Adicional al Convenio Multilateral, que establece los pasos a seguir una vez que se encuentre firma la determinación de oficio de la que resulten diferencias de gravamen por atribución en exceso en defecto de base imponible, entre las jurisdicciones en las que el contribuyente desarrolla la actividad. La doctrina de la Sala G de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil emanada de la causa caratulada “Ferrometal c/Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires” (Revista Impuestos 1990-A-1239) avalaría tal postura. En ese pronunciamiento, la Cámara sostuvo que “en efecto, es preciso advertir que el pronunciamiento hizo mérito del supuesto en que por virtud de una interpretación distinta de la situación fiscal del contribuyente, una jurisdicción se considerase acreedora de diferencias de gravamen por atribución en defecto de base imponible respecto de otra u otras de las jurisdicciones en las que aquél desarrolla su actividad, debe seguirse el procedimiento contemplado en el Protocolo Adicional al mencionado Convenio, que la Municipalidad capitalina ratificara mediante la ordenanza 39.078 del 13 de junio de 1983”. Expresa el mencionado Tribunal que “…en la sentencia se destaca que el mentado complemento configura un acto interjurisdiccional entre los distintos fiscos adherentes, que los obliga y que no puede apartarse por la sola voluntad unilateral. Cabe agregar que la omisión del procedimiento regulatorio de la actuación del fisco que se considera acreedor del gravamen y de aquéllos que, como ocurre en el caso, lo han percibido íntegramente, para que manifiesten su conformidad con la liquidación notificada, pone de manifiesto circunstancias relevantes en orden a la validez del acto administrativo dado por el fisco que se considera acreedor, que el análisis de los agravios revela una total falta de consideración. Concluyendo que “el procedimiento no sólo no aparece cumplido por la gestión capitalina sino que tal omisión es apreciada como transgresión de los recaudos que impone el art. 7) inc. b), de la ley 19.549, en cuanto a la fundamentación del acto administrativo, en el derecho aplicable, y que ello trae como consecuencia la sanción de nulidad contemplada por el inc. B) del art. 14 del mismo cuerpo legal. En definitiva, no puede aceptarse el criterio municipal de impugnar los aspectos sustanciales de la relación tributaria, y dejar absolutamente de lado todo el procedimiento que debió cumplir para la admisibilidad de la acreencia que pretende, presupuesto indispensable para el dictado de un acto válido…”. 1.2 En cuanto al requisito de peligro en la demora, la Alzada tiene dicho en relación al art. 189 CCAYT, que “los supuestos de procedencia de la suspensión califican al daño como “grave”, sin imponer la irreparabilidad del perjuicio… la evidencia del perjuicio, calificado de “inminente o irreparable” (Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Sala II, “Playas Subterráneas S.A. c/G.C.B.A. s/nulidad de acto administrativo”, del 29-12-00). Jurisprudencia y doctrina afirman que los presupuestos mencionados se relacionan de tal modo que, a mayor verosimilitud del derecho, corresponde no ser tan riguroso en la apreciación del peligro del daño y –viceversacuando existe el riesgo de un daño extremo e irreparable, la exigencia respecto del fumus se puede atemperar (Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Sala II, “Grosmark e Hijos S.A. c/GCBA s/impugnación de actos administrativos- inc. apelación de medida cautelar”, del 11-4-01, con cita del fallo CNFedConAdm, Sala II, “Pinzón, Jorge E. C/ C.S.J.N.”, LL Sup. Dcho. Administrativo del 20-2-98, pág. 61, y otros). El grado de verosimilitud que presenta el planteo de la parte actora, sumado al monto que estaría involucrado en las actuaciones que dieron lugar a este proceso, me convencen que conocer la medida cautelar es una decisión valiosa, y ajustada a los presupuestos legalmente establecidos para su procedencia, en relación al impuesto determinado de oficio y a la multa consiguiente. Por último, cabe hacer una consideración en torno a otro de los elementos que meritúa la normativa, cual es el menor perjuicio al interés público que trae aparejada la suspensión del acto en ejecución. Ciclo Reuniones con Especialistas en Tributación 2 C.P.C.E.C.A.B.A. 31-10-2002 Sin juzgar sobre la suerte que podría correr una ejecución fiscal, puede considerarse beneficiosos para el fisco evitar afrontar un juicio de repetición por tributos cobrados indebidamente, con los gastos, costas, y dispendio jurisdiccional que ello implicaría, estando pendiente de tramitación y resolución la acción de impugnación de los actos de determinación e oficio del tributo, en un caso como el presente. 1.3 La cautela otorgada, lo es sin perjuicio de considerar que, además, en el caso de autos resulta aplicable el criterio sostenido por la Corte Suprema de Justicia, en cuanto ha establecido que los recaudos de procedencia de las medidas cautelares en materia tributaria deben evaluarse con suma prudencia, atento que “la percepción de las rentas públicas en el tiempo y modo dispuestos por la ley es una condición indispensable para el funcionamiento regular del estado” (confr. doctrina de Fallos 312:1010; 313: 1420; 314: 1714, entre otros). De acuerdo a los extremos desarrollados, se hará lugar el planteo efectuado por la actora, respecto de la suspensión de los efectos del acto impugnado, ordenando al fisco local abstenerse de iniciar ejecución fiscal por los conceptos comprendidos en este punto. La pretensión cautelar que se otorga, lo es sin perjuicio del posterior análisis que corresponda hacer a este tribunal, en el momento procesal oportuno, respecto de otras diversas cuestiones, una vez que se cuente con otras alegaciones y el material probatorio que respalde a las posiciones jurídicas de las partes. 1.4 Ahora bien, es dable señalar que si bien en el Título V (Capítulos I y II) del Código Contencioso Administrativo y Tributario local no se ha dispuesto en forma expresa, como requisito de procedencia de las medidas cautelares, la exigencia de la contracautela, cierto es que su imposición resulta consustancial con la propia naturaleza del instituto cautelar. Ello es así, toda vez que el requisito de la contracautela responde a exigencias valorativas, como lo es la de garantizar la reparación de los daños que puedan ocasionarse a la demandada, en los supuestos en los que aquella haya sido decretada en forma indebida. Es decir, que la finalidad del instituto, y así resulta en el orden nacional y provincial, no es otra que la de garantizar uno de los principios más sensibles en todo estado de derecho, cual es el de la igualdad de las partes en el proceso, máxime cuando aún se encuentra pendiente su bilateralidad. En el caso de autos, considero que corresponde imponer una contracautela real de $ 5000.Por todo lo expuesto, RESUELVO: 1) Decretar la suspensión de los efectos de la resolución de la Dirección General de Rentas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires n° 6154-DGR-2000.- 2) Decretar, en consecuencia, que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, debe abstenerse de iniciar ejecución fiscal contra el contribuyente Senipex S.A., en relación con los conceptos vinculados con la resolución cuyos efectos se suspenden en el punto 1) de este decisorio. 3) Con carácter previo a la notificación a la demandada de la medida cautelar decretada, deberá la actora concretar la caución real mediante el depósito de la suma de $ 5000 en el Banco de la Ciudad de buenos Aires a la orden de este juzgado y como perteneciente a estos autos, conforme lo expresado en los puntos precedentes. 4) Regístrese y notifíquese a la parte actora por Secretaría con habilitación de días y horas. Ciclo Reuniones con Especialistas en Tributación 3 C.P.C.E.C.A.B.A. 31-10-2002