BOLETIN DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS - UCA - FCSE LA TEORIA DE LOS NEGOCIOS La mayoría de las TECNICAS GERENCIALES que hoy se aplican, salvo pocas excepciones, hacen las mismas eternas cosas que siempre se han hecho, pero con nombre diferente. Es una historia repetida. Grandes empresas, super estrellas universales han sido, son, presas del estancamiento. La frustración las ha invadido víctimas de una crisis al parecer inmanejable. Se aplica la manera habitual de hacer las cosas pero sin resultados eficaces. Lo que sustenta Drucker como tesis, ante estas circunstancias, en un artículo publicado en "Harvard Business Review" de septiembreoctubre de 1994 es que en grandes organizaciones "su teoría de los negocios" no funciona. Se apoya básicamente en dos ejemplos para inferir la teoría : IBM y GM. Refiere, para la primera, que la base del éxito, comercial, y económico durante mucho tiempo, fue el hardware de grandes computadoras. La aparición de las PC parecía no afectarlas. Sin la capacidad de memoria de aquellas, sin su velocidad, sin su multiplicidad para el tratamiento de los datos, poco al parecer podían alterar el panorama de las computadoras. Incluso, como un ejemplo, de que no sólo IBM no percibió claro el cambio en la realidad, el conductor de Digital expresó abiertamente su convicción que la PC no tenía porvenir. No obstante, IBM incorporó la PC, luego la PS- a su negocio. Y mostrando "cierta flexibilidad, agilidad y humildad", hizo convivir a las "main-frame" con las PS. Lo que no supo percibir a tiempo fue que las PC se convertirían rápidamente en una "commodity" más, arena peligrosa para la competencia, donde el precio baja cada día, y la diferenciación de productos tiene bajísima aplicación. Y percibir que el negocio económicamente más atractivo estaba en el software, campo propicio para la diferenciación creativa, mercado abierto al enriquecimiento del producto. En el caso de General Motors, cuenta Drucker, que su "teoría de los negocios" fue durante mucho tiempo pagar bien por ciertas empresas maduras - Buick, Spark Plug, Fisher Body, más cerca Hughes Electronics y Ross Perrot's Electronics Data System - y luego tomarlas en altamente redituables y capitalizadas. GM tenía, además, otras políticas : el mercado norteamericano de automotores era homogéneo en sus valores y segmentado en grupos socioeconómicos estables. El valor de reventa era una de las pautas fundamentales. Muchos modelos alterarían ese principio. Así GM fue haciendo crecer su participación relativa en el mercado. La base de su régimen de producción fue el taylorismo. Mientras tanto la competencia rediseño el sistema productivo, pasando de la "mass production" a la "lean production", en un proceso minuciosamente descripto en "La máquina que cambió el mundo". De la mecánica de las grandes producciones apoyadas en las ventajas -múltiples- de la economía de escala y la curva de la experiencia, se pasó a la organización flexible, dinámica y sapiente de cantidades menores, de modelos cambiantes, para todo propósito, gusto y capacidad económica. Hoy, ante las exigencias del mercado y a expensas de grandes pérdidas GM ha tomado el rumbo que le señalaron sus rivales japoneses... Lo que para Drucker h a sucedido es que "su" teoría de los negocios no funciona. Describe sumariamente Drucker que ésta tiene tres partes : a) la presciencia sobre las circunstancias que rodean el mundo de su mercado, las características de los escenarios futuros, los cambios en sus clientes. b) las creencias que los dirigentes tengan de la misión específica de sus organizaciones. e) las percepciones acerca de las capacidades esenciales propias de una organización core competence - para alcanzar su misión. Para ser válida, una "teoría de los negocios" debe cumplir según Drucker cuatro condiciones : 1) las presunciones sobre entorno, misión y capacidades propias deben ajustarse a la realidad. 2) las tres áreas deben seguir una misma línea de pensamiento. 3) la teoria de los negocios debe ser conocida y entendida por los miembros de la organización, porque es una disciplina. Disciplina tiene dos contenidos semánticos. Por un lado es una rama del conocimiento. Por el otro, una fuerza organizacional que procura un orden. 4) la teoría debe ser revisada constantemente, dada su condición de hipótesis, de tesis. Cuando se convierte en cultura de la organización, se petrifica y pierde vitalidad. El método de los escenarios Cabe preguntarnos si es "la teoría de los negocios" la que no funciona, ¿ o es qué las nuevas circunstancias dificultan una mayor comprensión del problema, y la complejidad de la formulación de escenarios, lleva a los empresarios a errar más repetidamente el rumbo ? ¿ o será que el problema es más general y por eso las empresas hoy comparten las mismas dificultades que todo sistema ofrece a los científicos sea cual fuere la naturaleza de su conocimiento : biológica, química, sismológica, física, bioquímica, electromecánica, política, geológica, meteorológica ? Esto lleva a sospechar que la conciencia de los fenómenos perturbadores no ocurre solamente en la economía, el management y los sistemas financieros, sino en la atmósfera, en la turbulencia del océano, en las fluctuaciones de algunas poblaciones, en las oscilaciones del corazón y del cerebro, en los cursos de las nubes, en el jugar de las galaxias, en el comportamiento de los cambios meteorológicos, en las corrientes del tráfico, en el crecimiento desmesurado de las células tumorales, etc. Con un agravante para la economía y el management, que tienen como sujeto el elemento más perturbante de todos : el hombre. La formulación de escenarios es producto de un sistema. Pero no de uno simple, directo, lineal. No es un modelo simulador de variables más o menos manejables : el PBI, la tasa de inflación, la relación de las divisas, el grado de crecimiento -positivo o negativopara un segmento de actividad, etc. Además hay que considerar multitud de factores y su ponderación relativa. El probable avance tecnológico de uno y todos los rivales. Sus decisiones sólitas o insólitas, racionales o dislógicas, sus intentos -los de cada uno y todos- de aceptar el statu-quo o alterarlo, las circunstancias fortuitas que puedan padecer sus estados financieros, sus capacidades organizativas, las tendencias de las materias primas, en volumen, precio, calidad, y así hasta el infinito. De los clientes, la evolución de su capacidad de compra, el nivel probable de sus demandas en valores del producto, los cambios de gustos, los golpes de la moda, el índice de actividad del segmento del mercado, las alteraciones en el poder de compra de los consumidores; y como prever la tendencia del cambio de usos, hábitos, estilo de vida, preferencias, posibilidades de aparición de productos substitutos, o la súbita presencia de competencia nueva de los países de Asia, del Este europeo; o de cualquier país en un mundo global. Todos estos factores y muchos más que sería tedioso anotar, aunque útiles y necesarios, son requeridos para pergeñar el panorama en que se cree se desenvolverá la vida en el futuro. En la formulación de escenarios se está dentro de un sistema dinámico diferencial aperiódico y complejo, no lineal, en medio de un proceso turbulento, oscilatorio, irregular, que deviene en muchos casos en un caos mental para el dirigente. Ocurre en ciclos fracturados, fraccionados, fractales. Estos sistemas, por el hecho del amplio espectro de libertad que ofrecen, pueden derivar en estados caóticos. Y la cualidad esencial que define estos estados es la impredictibilidad. Un ordenado desorden y un desorden dentro del orden. Nada regular dentro de períodos de distintas duraciones. Sin que haya en estos sistemas dinámicos complejos un punto de reposo. Sin que se advierta fácilmente el punto del proceso donde se quiebra la estabilidad; donde lo regular se hace irregular; donde el orden relativo se desordena; donde lo ordinario se torna caótico. Donde se bifurca, -se polifurca- el sistema lineal que guía nuestra intelección. Resulta así difícil asumir seguridad en la formulación de cuadros de la realidad futura, ante lo difuso y confuso del horizonte entre lo ignoto de las fronteras de lo impredictible que hace difícil medir el territorio que no se conoce, ni se sabe cómo es. Porque, como dijera Kellert, la teoría del caos es el estudio cualitativo del comportamiento inestable, aperiódico, de determinados sistemas dinámicos no lineales. Lo que se procura es tener ideas más claras sobre el comportamiento en el largo término de estos estados. No se intenta el dominio total, sino la búsqueda de aproximaciones, porque ante la percepción de lo intrincado del horizonte de la vida humana, se acepta el reconocimiento de los propios limites cognoscitivos de nuestra ciencia. Nos quita la soberbia pretendida del progreso sin fronteras. Aleja la pretensión de omnisciencia. La convicción de la imposibilidad de formular precisas, puntuales predicciones. Sólo podemos aspirar humildemente a aproximaciones probabilísticas en la construcción de modelos similares que arrojen alguna luz sobre estos estados caóticos, que podrían permitirnos afinar la percepción de señales, fortalecer la intuición de aquellas zonas donde la reflexión ve obnubilada su visión ante los picos y cimas de estos estados. Buscar ayudar a lo racional a aproximarse a lo irracional y que "lo irracional fertilice lo racional". Por eso ha dicho Prigognine que su "meta es demostrar que los sistemas estables son muy pocos y que el caos y la complejidad tienen un enorme papel en la construcción. El caos no es algo negativo, sino muy positivo. Cuando se habla de probabilidades, se habla de posibilidad de innovación, de evolución". Lo que quiere significarse es que las dificultades que percibe el empresario son cada vez mayores, más riesgosas, más elusivas, de mayores consecuencias sociales, ante lo complejo de la tarea de pergeñar escenarios, cuya conformación está seguro que no alcanzará jamás, en plenitud, contentándose modestamente con lograr la más cercana aproximación. Lo duro de la tarea, la creencia que incluso puede llegar a equivocarse, no lo debe arredrar en sus el impulso inicial creativo. Su hijo Tomás Watson (h) siguió marcando rumbos para la empresa y cuando su cardiopatía lo alejó, IBM cayó en manos de la burocracia, que suele no tener ideas geniales sino intereses de grupo, que absorbió a quienes tenían formalmente la responsabilidad de conducirla, congelando capacidades creativas y ahogándose en regulaciones detallistas, fallando en precisar la nueva misión que los tiempos nuevos ofrecen a la organización y que hasta entonces el talento de un hombre le había procurado. Distinta fue la filosofía que impulsó la forma de conducir a GM como consecuencia de su vinculación con la Dupont de Nemours. Su convicción profunda fue que más éxito que el que puede lograr una autoridad monocrática, unipersonal, napoleónica, se iba a generar por la acción conjunta, plural, de un grupo de hombres de habilidades complementarias, de capacidades similares y de una misma línea doctrinaria. El éxito obtenido en su momento por el grupo que integraba Sloan, Donalson Brown, Mooney y otros, fue la prueba que para ciertas organizaciones y ciertas misiones, este tipo de metodología conductiva funciona. intentos, sino que impulsado por la necesidad de la tarea, lo debe estimular más aún a procurar cumplirla. Como consuelo le queda que físicos, químicos, biólogos, meteorólogos, sismólogos, neurólogos, politicólogos, economistas, oncólogos, educadores y muchos más sufren los mismos padeceres. Y que, a lo mejor, en lugar de un camino determinístico según los cánones de la ciencia clásica, se abren rumbos inmensos para la creatividad, para la intuición, para el ejercicio irrestricto de la libertad, para las opciones insólitas. La visión de la misión Cabe preguntarse también sí la misión de una organización es percibida por un grupo de hombres o es la generación de un hombre solo. Es la vieja disputa entre Carlyle y Ernerson. Uno piensa que el líder interpreta las creencias del grupo que preside. Otro sostiene que la organización es orientada por la visión de un hombre, que así marca el rumbo. Sobre lo que no hay dudas es que para la implementación de la idea en acción hace falta un grupo humano coherente, participador, comprehensivo del cuerpo esencial de creencias. Creo que, justamente, los ejemplos concretos usados por Drucker, IBM y GM, son la prueba de que una vez más no caben posiciones maniqueas. Porque la separación radical entre las dos teorías no es otra cosa que la expresión de un cierto maniqueísmo intelectual -lamentablemente demasiado repetido- como una reminiscencia de Mani, el pensador persa que en el siglo III entendía que sólo existían dos principios antitéticos, el Bien y el Mal, cuya lucha constituiría la esencia del proceso del mundo, a lo largo del curso de la historia. En el caso de IBM fue, como es sabido, Tomás Watson quien dio a la organización La core-competence La percepción de las capacidades esenciales, básicas, propias, de las aptitudes, con que cuenta. la organización que se tiene la responsabilidad de conducir, es fundamental. Lo diferente en el trabajo de Drucker es que apela a la terminología – “core-competence"acuñada hace pocos años, también en un número de la Revista de Harvard, por G. Hamel y C. K. Prahalad. Estos mismos autores acaban de publicar un libro, que quizás comentaré en corto plazo y cuyo título busca respuesta a través de la 4 Es una nueva fórmula con que debe encararse el proceso competitivo. Creo que desarrollarlo minuciosamente, será una contribución positiva a la capacidad profesional a realizar en el futuro. Pero, por ahora, será una tarea para mañana. misma herramienta "Competir para el futuro". Su enfoque estriba en el desarrollo de las habilidades, las capacidades esenciales que posee cada organización. Entiende que debe concebirse una compañía como un portafolio de "core competences",- más que como un portafolio de productos -, para ensanchar dramáticamente el horizonte de la organización. Poniendo el acento en su desenvolvimiento, dicen, van a lograrse oportunidades atractivas en el futuro. Enfatizando en esas calidades se liberan potencialidades usando como palanca vías imaginativas de explotación de las fuerzas básicas competitivas de cada organización. Aplicadas ya a mercados actuales o potenciales. Es abrir un mundo de opciones. Es agrupar habilidades, conocimientos, aptitudes, tecnologías y ponerlas al servicio y al beneficio de los clientes y no clientes, a la sociedad misma. Este enfoque busca abrir nuevos espacios de desarrollo de la organización apoyándose en lo que ya pertenece a la misma, en lugar de quedar amarrado sólo al desenvolvimiento de los productos y servicios que hoy presta a la comunidad. Es focalizar los talentos en la procura de más brillantes oportunidades. Implica volcar las capacidades de inversión no en lo que hoy se hace bien sino abriendo posibilidades de crecimiento para el futuro. Esa fina calidad de percepción que posibilita la identificación de las habilidades básicas con que una empresa diferencia su fuerza competitiva, es el primer paso en este proceso sin fin de definir y basar el futuro de la organización en sus core-competencies. Esto hace a captar las claves del por qué algunas empresas crean, generan, con frecuencia y permanencia nuevas atrayentes ventajas competitivas mientras otras permanecen paralizadas en el tiempo. Julio López Mosquera 5