seguridad vial - CESVI Argentina

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SEGURIDAD VIAL
Estadísticas realizadas a nivel
mundial demuestran que circular
de día con las luces bajas encendidas -desde hace unos meses incluido en nuestra Ley de Tránsitoreduce notablemente los riesgos
de la conducción y la posibilidad
de un accidente frontal.
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Una buena visibilidad es esencial para la seguridad
vial. Desde este punto de vista, probablemente usted piense que conducir su vehículo un día claro y despejado sea
totalmente seguro, o al menos más que hacerlo con tormenta o en medio de niebla. Y aunque tenga mucho de
cierto no es del todo correcto, ya que se necesita igual un
complemento: las luces bajas encendidas.
La cantidad de choques frontales relevados por el Departamento de Seguridad Vial de CESVI ARGENTINA que se
producen a plena luz del día, y la ausencia en muchos casos de huellas de frenado o de indicios de maniobras evasivas, nos dan la pauta de que conducir bajo un sol radiante no garantiza para nada la buena visibilidad.
La correcta iluminación depende más de factores que no
tienen que ver con la cantidad de luz. Dos de esos factores
afectan directamente a la seguridad del tránsito diurno, y
aquí los desarrollamos:
El factor color: La luz que se ve
Los objetos que nos rodean se hacen visibles solamente
cuando reflejan la luz que incide en ellos. Pero ningún objeto refleja toda la luz que recibe. Cierta cantidad de esa luz
es absorbida por él, y sólo una parte es reflejada.
Las distintas superficies reflejan la luz de modo diferente
aunque estén iluminadas por la misma cantidad de luz. Las
superficies claras reflejan entre un 60% y un 80% de luz
que reciben y las oscuras menos del 30%. La luz que refleja el objeto es la luz que se ve.
El color del objeto, del asfalto y de los vehículos en tránsito en este caso, sobre todo de los verdes, rojos, azules y
grises, afecta significativamente nuestra percepción de la
luz del día, porque estos objetos sólo reflejan entre el 5 y el
30% de la luz que reciben. El ojo no es tan sensible a las
zonas oscuras como lo es a las grandes luces y a los medios tonos.
El factor reflejo. Los contrastes
Cuando un vehículo se nos aproxima en la oscuridad, la luz
de sus faros nos dificulta ver el entorno. Este efecto es llamado por los científicos "reflejo incapacitante". Las superficies grandes y brillantes, o los contrastes excesivos en los
niveles de brillo son los causantes de este efecto de incapacidad visual.
Para que los contrastes sean adecuados se requiere de
una buena visibilidad. Para que el ojo aprecie bien los de-
talles y distinga los objetos, la luz debería estar distribuida
de la manera más uniforme posible. El entorno no debería
ser mucho más oscuro que el objeto que se quiere visualizar, pero tampoco notoriamente más brillante, porque los
grandes contrastes dificultan la visión.
Otra fuente importante de reflejo es la luz del día. Los reflejos del sol directo y la claridad de un día despejado pueden
tener un efecto negativo sobre la visión, que haga difícil
distinguir los vehículos sobre el pavimento negro. En un día
claro y despejado el cielo se presenta mucho más brillante
que la ruta y esto crea condiciones de visualización desfavorables. La luz solar brillante puede ser causa en este caso de un "reflejo incapacitante".
Crear condiciones que aseguren la visualización
Para asegurar una correcta visualización de los vehículos
en el tránsito, este reflejo debe ser neutralizado.
Cuando el reflejo no puede ser reducido o evitado, como
sucede en el caso de la luz del día, debe reducirse el contraste aumentando el nivel de iluminación del objeto que
debe ser visualizado con relación al área circundante. Encendiendo las luces del vehículo se equilibra el nivel
lumínico y el ojo sigue percibiendo los objetos, ya no
por la luz que ellos reflejan sino por la que irradian. Al
contrario de los objetos que necesitan reflejar una parte de
las radiaciones luminosas para poder ser vistos, las fuentes de luz se autoirradian y pueden ser vistas directamente.
La luz correcta
Tan importante como comprender la necesidad de encender las luces de nuestro vehículo es encender las
luces adecuadas. La luz de posición no es lo suficientemente intensa para reducir el contraste, y la luz alta es causante ella misma del "reflejo incapacitante". La luz baja
bien regulada es la indicada para circular en este caso.
Contar con una correcta regulación de las luces es -para la
seguridad del tránsito- de enorme importancia. Nunca debe tratar de regular los faros uno mismo. La práctica de hacerlo "a ojo", contra la pared es tan riesgosa como imprecisa. Una regulación incorrecta de las luces provocaría un
efecto de luz incapacitante.
Circular de día con las luces bajas encendidas reduce los
riesgos de la conducción. Es la luz lo que hace posible la
visión, pero es la luz que llega al ojo la única luz que se ve.
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En la reconstrucción que pasamos a detallar, el accidente
ocurrió en la Ruta Nacional N°5 próxima a la localidad de
Suipacha, Provincia de Buenos Aires, un día de Noviembre
a las 19 hs.
Por la orientación de esta ruta, los vehículos que transitan
hacia el interior del país se ven enceguecidos por la presencia de la puesta del sol en el horizonte.
El conductor del Renault 19, al realizar el sobrepaso de un
camión, se ve sorprendido por la presencia de un Peugeot
504 que circulaba en sentido contrario. Los tiempos de visualización y reacción de este primer conductor fueron tan
mínimos que la única maniobra observable, a partir de la investigación sobre el lugar del hecho, fue una maniobra hacia la banquina contraria que culminó en un choque frontal
con el Peugeot 504 que intentó frenar y esquivar por su
propia banquina.
Ninguno de los vehículos llevaba las luces encendidas ins-
tantes antes del impacto.
La falta de reacción del
conductor del Renault 19
ante la presencia frontal
del otro vehículo nos sugiere que una de las causas de este accidente
pudo haber sido la no visualización del mismo,
producto del "reflejo incapacitante", a partir de
la presencia del sol de
frente.
José María Libarona
[email protected]
Posiciones finales
El conductor del Renault 19 decide iniciar el sobrepaso del camión que circulaba por delante a una menor velocidad. La posición del sol y la altura del
camión generaban un cono de sombra sobre la posición de manejo del conductor del vehículo que lograba que, antes de iniciar el sobrepaso, no sufriera los efectos del encegecimiento.
Cuando el vehículo ingresa totalmente al carril contrario el conductor del Renault 19 se ve bruscamente enceguecido por el sol sobre el horizonte. A
pesar de esta situación decide continuar con la maniobra de sobrepaso. Es evidente que el conductor del Renault 19 no percibe al Peugeot 504 que circulaba en sentido contrario. Ambos conductores deciden en forma muy precipitada una maniobra de esquive hacia la banquina del Peugeot 504, generándose un impacto frontal de gran magnitud.
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