¿DESPIFARRAMOS LA ENERGÍA? Mantener las luces encendidas durante 24 horas está causando estragos en el equilibrio de la naturaleza. Ser una ciudad que nunca duerme es la característica de grandes metrópolis como Nueva York o Tokio. Sin embargo, mantener las luces encendidas durante 24 horas, 7 días a la semana, está causando estragos en la salud y en el equilibrio de la naturaleza. La sobreexposición a la luz eléctrica está causando estragos en la salud humana. Dolor de cabeza, estrés y de posibles accidentes de tráfico son las consecuencias, según un estudio de la Universidad Nacional. No obstante, es en la vida animal donde se paga un precio más alto. Según la EPM, una persona promedio usa 38KVh (Kilovatios hora mes). Esto quiere decir que una familia de cuatro personas tiene un consumo medio mensual de cerca de 152 KVh. El problema de un gasto excesivo y poco responsable de la energía eléctrica es la contaminación lumínica, la cual no resulta tan perceptible como otro tipo de contaminación. ¿PODRÍAMOS HACER UN USO MÁS RACIONAL DE ELLA? La forma más (eco)lógica de ahorrar energía es no consumirla, o al menos, hacerlo de forma sensata. No es extraño ver habitaciones con luces encendidas sin nadie dentro, o estar en camiseta en invierno o con jersey en verano por el uso exagerado de la calefacción y el aire acondicionado. Los electrodomésticos más eficientes son más caros, pero son una inversión que se amortiza en menos de cuatro años. Después de su vida media (diez años), se consigue un ahorro de un 74,7% del consumo eléctrico total con respecto al consumo de un electrodoméstico no eficiente. Las administraciones suelen ofrecer Planes Renove con ayudas para subvencionar la compra de estos aparatos menos derrochadores. Por ello se deberían tomar medidas como estas: • • • • • • • • Aproveche la máxima luz solar posible diariamente para la aclimatación e iluminación de su vivienda. Abra las ventanas y evite encender las luces mientras sea de día. Aproveche el aire natural para secar su ropa, así ahorrará energía evitando el uso de la secadora. Utilice el lavavajillas sólo una vez al día. Las paredes con aislante térmico ayudan a que la casa siempre mantenga una temperatura ideal, sin tener que abusar de la calefacción ni el aire acondicionado. Comprar electrodomésticos de bajo consumo y alta eficiencia. Programar los distintos electrodomésticos a no muy altas temperaturas. Cambiar las bombillas por unas de bajo consumo. Apagar completamente todos los equipos eléctricos y electrónicos que se posea en la vivienda. El consumo responsable de energía es cada vez más acuciante en todos los hogares occidentales, no sólo por el ahorro económico que supone, sino también por la reducción de la demanda de combustibles fósiles, minimizándose así, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, principal causante del calentamiento global.