7 Celebraciones para Cuaresma Tercera Semana: RESPONSABILIDAD Canto inicial Introducción: Normalmente no debemos esperar la intervención sobrenatural de Dios para solucionar nuestros problemas. Somos nosotros mismos los que debemos ingeniárnosla y solucionar la tragedia de hambre que sufren millones de personas en todo el mundo. El pasaje de la multiplicación de los panes nos enseña que después de un día con Jesús, aquella gente fue capaz de compartir lo que tenían. Nosotros, después de años y años junto a Jesús, ¿qué somos capaces de compartir? (silencio) Dios y Señor nuestro: te damos gracias por tantas cosas de las que disfrutamos, aunque sabemos que hemos de compartirlas con quienes carecen de todo. Queremos ser de verdad generosos y desprendidos y colaborar activamente con el bien. Es lo que te pedimos humildemente en nombre de Jesucristo, tu hijo, nuestro guía y hermano. Amén. 7 Escuchamos la canción DIOS DE LA TIERRA (Ap 21,3) http://www.brotesdeolivo.es/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=537&Itemid=14 8 Cuántas tragedias padece el mundo, cuántas demandas a Dios hacemos, y cuántas veces Él no contesta: parece sordo, guarda silencio. Cuanto menos afines seamos, con más motivo hemos de hacerlo. Y al buscar lo bueno que hay en todos, Dios mucho más nos saldrá al encuentro Da la impresión de que no le importa tanto dolor, hambre y sufrimiento, y surge una luz que nos recuerda lo que ya nos dijo en otros tiempos… para hablarnos del Dios de la tierra, y por qué razones no lo vemos. Nos dirá que por cerrar los ojos del alma que nos hace ir ciegos. “Cuando en verdad seáis uno, en la tierra me verá mi pueblo. porque juntos-conmigo sois yo, Enmanuel, el mismo Dios del cielo. Sólo buscando con los distintos en el Dios Uno nos fundiremos, y si somos miembro libre y fiel, con más sed ser cuerpo ansiaremos. Y de todo eso que me piden, dádselo vosotros, de lo vuestro. Yo, desde los cielos, no haré milagros: vosotros, Dios de la tierra, hacedlos.” Y hallaremos al Dios de la tierra fruto de la oración en silencio y todos verán en los tejados lo mucho rezado en lo secreto. Lectura del evangelio de Marcos (6,34-44) Al desembarcar, vio un gran gentío y sintió lástima, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas. Como se hacía tarde, los discípulos fueron a decirle: –El lugar es despoblado y ya es muy tarde; despídelos para que vayan a los campos y a los pueblos vecinos a comprar algo para comer. Él les respondió: –Denle ustedes de comer. Ellos respondieron: –Tendríamos que comprar pan por doscientos denarios para darles de comer. Les contestó: –¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver. Lo averiguaron y le dijeron: –Cinco panes y dos pescados. Ordenó que los hicieran recostarse en grupos sobre la hierba verde. Se sentaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la vista al cielo, bendijo los panes y los partió y se los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; y repartió los pescados entre todos. Comieron todos y quedaron satisfechos. Recogieron las sobras de los panes y los pescados y llenaron doce canastas. Los que comieron eran cinco mil hombres. 8 Compartimos resonancias de la Palabra Se propone un tiempo para compartir lo que nos ha dejado la Palabra, lo que nos invita a rezar y contemplar. Algunos puntos de reflexión (que más que leerse pueden servir al animador para motivar el compartir): 1. Si de nuestra relación con Dios no se desprende la exigencia de compartir lo que tenemos para saciar las necesidades de los otros, podemos estar seguros de que nuestra espiritualidad es falsa. Si no veo a Dios en el que muere de hambre, mi dios es un ídolo que yo me he fabricado. 2. Jesús primero siente compasión de la gente, y después invita a compartir. No pidió a Dios que solucionara el problema, sino a sus discípulos. 9 3. El pan que verdaderamente alimenta no es el pan que se come, sino el pan que se da. 4. Dejemos tiempo de ecos, acción de gracias y súplicas. En el Año de la Fe la renovamos en comunidad: (habrá que repartir la oración previamente) Creo en Jesucristo, el Señor, revelación de Dios y del sentido de la vida. Creo en Jesús, el hombre lleno del Espíritu, Morada de Dios entre los hombres. Creo en el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Dios que en Jesús se hizo visible, Espíritu que nos hace clamar: Abba, Padre. Creo en la Iglesia, Comunidad de los que creen en Jesús, que vive de su mismo Espíritu. Acepto la vida como misión recibida de Jesús, Para que todos los hombres le conozcan y salven su vida. Espero mi plenitud, y la de todas las cosas, en Él. Padrenuestro Canto Final (el mismo que al inicio) Las oraciones y algunos de los textos de esta celebración están tomados del libro “60 encuentros eucarísticos”, de la colección feadulta.com A lo largo de estas celebraciones cuaresmales sería bueno mantener algunos signos en todas ellas: la Biblia abierta, una vela, la cruz, cenizas… Y ubicar visible la palabra que orienta cada celebración (responsabilidad, en este caso), para ver el camino hecho. 9