Asociaciones sindicales y la negociación a nivel regional

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Asociaciones sindicales y la negociación a nivel
regional
por Héctor Horacio Karpiuk
Introducción
Como enseña Grisolia una asociación sindical es una agrupación permanente de trabajadores que
ejerce una actividad profesional o económica para la defensa y promoción de los intereses de los
trabajadores y para lograr mejores condiciones de vida. Citando a Palomeque López , señala el Dr.
Grisolia que el sindicato es una organización permanente de trabajadores asalariados para
representación y defensa de sus intereses económicos y sociales, frente a los de los empleadores y
sus organizaciones, y eventualmente, frente a los de cualquier otro sujeto privado o público por lo
que ningún impedimento existe para que los sindicatos negocien para “lograr mejores condiciones
de vida” frente a los de los empleadores y sus organizaciones, y eventualmente, frente a los de
cualquier otro sujeto privado o público actuando ya no a nivel nacional sino regional con
fundamento en la Declaración Sociolaboral del Mercosur.
Ya es hora de negociar a nivel del Mercosur
La negociación a la que aludo tiene base jurídica positiva, en lo que al derecho positivo interno de
nuestro país se refiere, a lo normado en los arts. 2º y 3º de la ley 23.551 o Ley de Asociaciones
Sindicales.
En efecto, la primera de dichas normas establece que
Las asociaciones que tengan por objeto la defensa de los intereses de los trabajadores se regirán por
esta ley.
A su vez, el art. 3º establece que “Entiéndese por interés de los trabajadores todo cuanto se
relacione con sus condiciones de vida y de trabajo. La acción sindical contribuirá a remover los
obstáculos que dificulten la realización plena del trabajador”.
Señala Corte que nuestra LAS sigue una corriente amplia consagrada en el plano internacional en el
segundo principio general previsto en la Carta Constitutiva de la O.I.T. (1.919) que reconoció el
derecho de asociarse “para todos los fines que no sean contrarios a las leyes” y coincidente también
con el convenio Nº 87 de la O.I.T. que establece también una formula amplia, consistente en el
“fomento y defensa del interés de los trabajadores.
También indica que dicha norma consagra un vasto ámbito permisivo de la acción sindical como
forma de autotutela de los “intereses de los trabajadores”, complementándolo con la determinación
de que en ese concepto deben considerarse abarcados todos los aspectos que hacen a las
condiciones de vida y de trabajo de sus representados, inclusive la remoción de aquellos obstáculos
que dificultan su realización plena como personas humanas.
Esta forma amplia, elude la prefiguración de objetivos concretos y presuntamente invariables, por lo
que permite la libre expansión a que tiende la acción sindical moderna, tratando de responder a la
variación incesante de la vida actual, cuyas transformaciones tecnológicas, económicas, sociales y
culturales plantean renovadas y crecientes exigencias a los trabajadores, no sólo como tales sino
también como personas humanas que forman parte de un grupo familiar y de una comunidad, ya sea
ésta local, nacional o regional, como planteamos en este trabajo.
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Además de ser la que mejor contempla las garantías de la libertad sindical, que no sólo debe ser
asegurada desde el punto de vista pasivo, es decir, salvaguardando la autonomía frente al Estado y
los empleadores, sino también activa, es decir, permitiendo el despliegue de todas la formas de
acción que los organismos sindicales consideren idóneas para lograr los objetivos comunes, dentro
de la legalidad es el sustento legal interno y la que nos autoriza a formular la propuesta:
En síntesis, ponderando lo normado en el art. 3º del mismo texto legal, vemos que nuestra LAS
conceptúa a nuestras entidades sindicales como aquellas entidades que tienen por objeto la defensa
de los intereses de los trabajadores, es decir, todo cuanto se relaciones con sus condiciones de vida
y de trabajo, mediante las potestades que se le atribuyen en el artículo 5º de la misma ley.
La acción sindical debe remover los obstáculos que dificultan la realización plena del trabajador,
porque su objeto contiene un concepto amplio, el que sigue los lineamientos del convenio 87 de la
OIT- de lo que entiende por “intereses de los trabajadores”.
Esta fórmula permite la libre expansión de la actividad sindical, para que pueda adaptarse a la
cambiante realidad socioeconómica .
Nada impide que, basándonos en el derecho positivo interno vigente, se pudiera negociar convenios
colectivos a nivel regional (Mercosur) que aseguren a los trabajadores un piso de derechos humanos
que deban respetar los empleadores cuyas actividades se desarrollen en nuestra región.
En la Declaración Sociolaboral del Mercosur -que no debemos olvidar que es derecho positivo
vigente para nuestro país-, se dispuso lo siguiente:
Libertad sindical
Artículo 9º.- Los trabajadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de
discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical con relación a su empleo.
Se deberá garantizar:
a) la libertad de afiliación, de no afiliación y de desafiliación, sin que ello comprometa el ingreso a
un empleo o su continuidad en el mismo;
b) evitar despidos o perjuicios que tengan como causa su afiliación sindical o su participación en
actividades sindicales,
c) el derecho a ser representados sindicalmente, conforme a la legislación, acuerdos y convenciones
colectivos de trabajo vigentes en los Estados Partes.
Negociación colectiva
Artículo 10º.- Los empleadores o sus organizaciones y las organizaciones o representaciones de
trabajadores tienen derecho a negociar y celebrar convenciones y acuerdos colectivos para
reglamentar las condiciones de trabajo, de conformidad con las legislaciones y prácticas nacionales.
Huelga
Artículo 11º.- Todos los trabajadores y las organizaciones sindicales tienen garantizado el ejercicio
del derecho de huelga, conforme a las disposiciones nacionales vigentes. Los mecanismos de
prevención o solución de conflictos o la regulación de este derecho no podrán impedir su ejercicio o
desvirtuar su finalidad.
Promoción y desarrollo de procedimientos preventivos y de auto composición de conflictos
Artículo 12º.- Los Estados Partes se comprometen a propiciar y desarrollar formas preventivas y
alternativas de auto composición de los conflictos individuales y colectivos de trabajo, fomentando
la utilización de procedimientos independientes e imparciales de solución de controversias.
Diálogo social
Artículo 13º.- Los Estados Partes se comprometen a fomentar el diálogo social en los ámbitos
nacional y regional, instituyendo mecanismos efectivos de consulta permanente entre representantes
de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores, a fin de garantizar, mediante el consenso
social, condiciones favorables al crecimiento económico sostenible y con justicia social de la región
y la mejora de las condiciones de vida de sus pueblos.
Vale decir, que -junto con la ley 23.551- esta Declaración es el otro puntal jurídico que me permite
sostener que no existe obstáculo legal para el logro de una negociación como la que aquí propicio.
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Derechos Humanos involucrados
Siguiendo al Dr. Rodolfo Capón Filas considero que los derechos reconocidos al mundo del trabajo
que deberían respetarse son los siguientes:
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Al desarrollo integral.
A un orden social justo, nacional e internacional.
A la tecnología apropiada.
A la educación y formación profesional.
A la satisfacción de las necesidades básicas.
A niveles crecientes de bienestar.
A un empleo útil.
A la seguridad social.
A los seguros sociales.
A condiciones dignas de trabajo.
A la in/discriminación.
A una remuneración justa.
A jornada laboral limitada.
Al descanso.
A vacaciones pagas.
Protección contra el desempleo.
A la organización sindical.
A la negociación sectorial.
A participar en la toma de decisiones.
A las medidas de acción directa.
Acceso a los bienes de la civilización.
A la objeción de conciencia.
Acceso a una vivienda digna.
Acceso al patrimonio cultural de la humanidad.
Erradicación del analfabetismo.
Colocar los centros educativos al servicio del Mundo del Trabajo.
Participar en los medios masivos de comunicación.
Protección especial a la mujer trabajadora.
Protección especial al joven trabajador.
Protección especial al emigrante, refugiado, exiliado.
Atención preferente del discapacitado.
Atención preferente del indígena.
Protección especial del trabajador rural.
Atención digna a jubilados y pensionados.
Pautas orientadores para esa negociación colectiva
Como señala CAUBET el principio protectorio que orienta al Derecho del Trabajo tiene su razón
de ser en el amparo de una de las partes, el trabajador, con el objeto de que, mediante esa
protección, alcance una igualdad sustantiva y real frente a la contraparte, el empleador. Trata de
equilibrar las posiciones que, por naturaleza, son desiguales, en atención a la hiposuficiencia,
debilidad y estado de necesidad inherente a la condición de dependiente del trabajador. Intenta que
quienes se desempeñan bajo la dependencia jurídica de otro no sean víctimas de abusos o
explotaciones a los que se verían sometidos sin una regulación protectoria dictada a su favor.
Evidentemente, en una negociación como la que propicío, no se puede soslayar este principio.
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Nuestro Máximo Tribunal expresamente lo puso de manifiesto en el conocido caso “Aquino…”,
en el que resaltó que es manifiesto que el art. 14 bis de la Constitución Nacional no ha tenido otra
finalidad que hacer de todo hombre y toda mujer trabajadores sujetos de preferente tutela
constitucional y que al prescribir lo que dio en llamarse el principio protectorio, es decir, que “El
trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes” y que éstas “Asegurarán al
trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor…” la reforma constitucional de 1.957 se erigió
en una suerte de hito mayúsculo en el desarrollo de nuestro orden constitucional, por haber
enriquecido el bagaje humanista del texto de 1.853-1.860 con los renovadores impulsos del
constitucionalismo social desplegados, a escala universal, en la primera mitad del siglo XX.
Conclusión
Hablar de una negociación colectiva a nivel regional (Mercosur) que persiga la unificación de
políticas laborales, por lo menos en o que hace un piso mínimo de derechos humanos que todos los
empleadores de la región deban respetar, implica mentar un proceso de genuino acercamiento entre
las naciones y las fuerzas de la producción que luce necesario toda vez que el aumento de la
pobreza en América Latina refleja situaciones diferentes que requieren para cada uno de sus países
respuestas específicas, pero que en cada caso menester resulta centrar las reformas en la calidad de
vida de la población. Es en este sentido afirmamos que los grandes problemas estructurales no
pueden ser resueltos por un determinado sector, sino por la acción conjunta de todos, dado que su
origen es multicausal.
Dentro de este contexto, deben ser tenidas en cuenta áreas como la salud que es uno de los
basamentos de la productividad de los países, porque el nivel de vida que alcance dependerá de lo
que logre el ciudadano medio con su propio esfuerzo y el de sus conciudadanos. Cuanto mayor sea
la producción de bienes y servicios, más elevado será el nivel de vida medio de la población. Pero
esto tampoco se podrá lograr sin la protección del medio ambiente mediante una acción concertada
de las autoridades estatales, los empresarios y los trabajadores -a través de la acción a nivel regional
de sus representantes colectivos, que son los sindicatos- que permita un desarrollo armónico y
asegurando un legado de condiciones de vida dignas para nuestros sucesores.
Por todo esto considero que resulta necesario asegurar que los principios mínimos y elementales de
la Declaración Socio Laboral del Mercosur se cumplan efectivamente en cada país y que no
solamente que se sancionen las normas que los incorporen al derecho patrio de cada miembro.
La política laboral, debe perseguir como fin último la armonización del hecho social, con los
principios inspiradores e inderogables que guían el Derecho del Trabajo, los derechos laborales
fundamentales establecidos por la OIT y la Declaración Socio Laboral del Mercosur.
Héctor Horacio Karpiuk
Jefe de Trabajos Prácticos en la materia "Constitucionalismo Social",
Dto. de Derecho Público de la Universidad de Buenos Aires
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