QUERELLA CUANDO CONSTITUYE UN ACTO ILICITO. DAÑOS Y

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385208. . Sala Auxiliar. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CXVIII, Pág. 92.
QUERELLA CUANDO CONSTITUYE UN ACTO ILICITO. DAÑOS Y PERJUICIOS.
(LEGISLACION DE TAMAULIPAS). Por lo general, dar a la autoridad noticia de la
comisión de un delito entraña una conducta que la ley permite hasta el punto de que la
denuncia es obligatoria cuando se trate de actos perseguibles de oficio, a diferencia de los
casos de querella necesaria. La circunstancia de que una querella sólo en ciertos casos pueda
configurar el delito de calumnia (artículo 342, fracción II, y 343 del Código Penal), hace
posible la aplicación del artículo 17 del Código Civil. Cuando el acto ilícito está definido por
la ley como delito, sus efectos se regularán por el Código Penal, pero en aquéllas hipótesis en
que el hecho, aunque no comprendido dentro de una figura delictiva, debe por otros motivos
reputarse ilícito, engendra la obligación de pagar daños y perjuicios, si es "lesivo" (artículo
15 y 16 del Código Civil) o se realizó "contraviniendo la ley" (artículo 13), o bien "sin causa
legal" (artículo 15), del citado Código. Una conducta puede ser ilícita aunque no quepa
dentro de la definición de ningún delito configurado en la ley punitiva, y si está comprendida
dentro de un género de actos que de ordinario son ilícitos, por implicar el ejercicio de un
derecho, puede convertirse en comportamiento ilícito, dentro del campo del Derecho Civil, si
el daño que causa es notoriamente innecesario o excesivo (artículo 15, fracción V, del Código
Penal, aplicado al tema por analogía), o si se obró dolosamente o con grave negligencia, en el
caso, si el quejoso se querelló contra una persona estimándola responsable del delito de abuso
de confianza por haber firmado documentos en donde reconocía tener en su poder en calidad
de depositario, ciertas mercancías y haberse dado cuenta el querellante que los objetos
depositados ya no se hallaban en el lugar donde se constituyó el depósito, pudo con buena fe,
y sin incurrir en notoria imprudencia o torpeza suponer que el depositario había cometido el
delito mencionado, aun cuando posteriormente por sentencia firme se haya declarado que no
fue el acusado, sino otra persona, quien dispuso de las mercancías depositadas.
Amparo civil directo 5358/46. Banco Nacional de México, S. A. 13 de octubre de 1953.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Felipe Tena Ramírez. La publicación no menciona el
nombre del ponente.
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