Hallazgos TC en Adenomas suprarrenales: Un nuevo signo, el signo del vaso. Poster no.: S-0309 Congreso: SERAM 2014 Tipo del póster: Comunicación Oral Autores: C. Vergara Díaz, D. Hernandez, J. C. Pernas Canadell; Barcelona/ ES Palabras clave: TC-Angiografía, TC, , Abdomen DOI: 10.1594/seram2014/S-0309 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. SERAM no se hace responsable por el contenido de estas páginas y no hace ninguna representación con respecto al contenido o exactitud del material en este archivo. De acuerdo con las regulaciones de derechos de autor, cualquier uso no autorizado del material o partes del mismo, así como la reproducción o la distribución múltiple con cualquier método de reproducción/publicación tradicional o electrónico es estrictamente prohibido. Usted acepta defender, indemnizar y mantener indemne SERAM de y contra cualquier y todo reclamo, daños, costos y gastos, incluyendo honorarios de abogados, que surja de o es relacionada con su uso de estas páginas. Tenga en cuenta: Los enlaces a películas, presentaciones ppt y cualquier otros archivos multimedia no están disponibles en la versión en PDF de las presentaciones. Página 1 de 17 Objetivos Introducción Los adenomas suprarrenales (AA) son tumores benignos de tipo glandular que surgen de la corteza de la glándula suprarrenal. Se producen comúnmente en los adultos, pero se pueden encontrar a cualquier edad. Los AA no funcionantes son asintomáticos y no tienen potencial de transformación maligna. Normalmente se encuentran incidentalmente cuando se realizan exploraciones (TC o RM) por otras razones, incluyéndose por lo tanto en la categoría "incidentalomas suprarrenales" [1]. El diagnóstico diferencial de éstos incluye al mielolipoma, carcinoma de corteza suprarrenal, metástasis y feocromocitoma entre otros. Los incidentalomas suprarrenales se observan en aproximadamente el 4% a 6% de la población que ha sido sometida a una prueba de imagen [2, 3] y la mayoría de ellos son lesiones benignas en pacientes sin un historial de cáncer [4, 5]. Lesiones adenomatosas se detectan en menos del 1% de pacientes menores de 30 años, en alrededor del 7% de pacientes de 70 años o más y aproximadamente el 94% de estas lesiones se corresponden con un AA no funcionante [1, 4, 6, 7]. 2% a 3% de los incidentalomas suprarrenales son malignos, porcentaje que aumenta con la edad y la frecuencia es de alrededor del 2 % para el carcinoma de corteza suprarrenal y menos del 1% para las metástasis suprarrenales [8, 9]. En los pacientes estudiados por un tumor maligno conocido el índice de enfermedad metastásica es tan alta como un 25% a 36% [10]. Otras neoplasias adrenales incluyen al angiosarcoma, linfoma y feocromocitoma, que son aún más raras en la población general. Anatomía normal y vascularización de la glándula suprarrenal [11] Las glándulas suprarrenales son un órgano par con forma de triángulo, que se asientan sobre la parte superior de los riñones. Pesan alrededor de 6 gramos y sus diámetros aproximados son 40 a 50 mm de largo, 20 a 40 mm de ancho y 8 a 10mm de espesor. Cada glándula suprarrenal se compone de dos tejidos diferentes: la corteza suprarrenal y la médula suprarrenal. La corteza sirve como una capa exterior y la médula como una capa interior, ambas de las cuales están encapsuladas por tejido conectivo. Arterias Cada glándula está irrigada por tres fuentes arteriales diferentes, llamadas arterias suprarrenales. La arteria suprarrenal media, que es inconstante, se origina en la aorta para alcanzar el borde medial de la glándula, donde se divide para dar riego a ambos lados de su cuerpo. La arteria suprarrenal superior, que se encuentra en un número de 1 a 3, se deriva de la arteria frénica superior y proporciona la vascularización sobre la Página 2 de 17 parte superior y medial de la glándula. Por último, la arteria suprarrenal inferior proviene de la arteria renal o una de sus ramas terminales e irriga al polo suprarrenal inferior. Venas (Figura 1) [11, 12] El drenaje venoso suprarrenal no guarda ninguna analogía con el sistema vascular arterial y es muy constante, existiendo una vena adrenal central que recoge casi la totalidad del drenaje venoso. Surge desde la ranura mayor de la glándula para terminar en la pared postero-medial de la vena cava inferior en el lado derecho y en el margen superior de la vena renal izquierda en el lado izquierdo. En condiciones normales la vena adrenal se puede ver realzada el la fase venosa de una tomografía computarizada realizada con contraste (TC-CC), especialmente la porción extra-glandular de la misma. La vena central en el lado derecho se puede duplicar y hasta triplicar, pero aunque algunas de estas venas supernumerarias puedan drenar hacia la vena frénica o renal derecha, siempre habrá una vena central drenando hacia la vena cava inferior [12]. La vena central en el lado izquierdo también es muy constante, teniendo una trayectoria descendente hacia el margen superior de la vena renal izquierda y teniendo la mayoría de las veces una afluente, la vena frénica inferior. Ambas glándulas suprarrenales también tienen un número de venas superficiales o capsulares que se extienden desde la superficie de la glándula hacia la grasa perirrenal o cápsula renal. Estado del arte de las características por imagen de los AA Las glándulas suprarrenales son órganos abdominales de difícil acceso, por lo tanto, se requieren exámenes de imagen como la tomografía computarizada, resonancia magnética o PET para su correcta evaluación. A continuación se describen las principales características de la TC para los AA. Tomografía computarizada La TC no sólo detecta a los incidentalomas suprarrenales, sino que también ofrece uno de los mejores medios para alcanzar el diagnóstico correcto y diferenciar un tumor benigno de uno maligno. Las principales características de los AA incluyen: una densidad homogénea; contornos lisos y márgenes afilados; bajos valores de atenuación; píxeles negativos en el análisis de histograma; lavado rápido del medio de contraste, pequeño tamaño y estabilidad en el tiempo. Debido a que estos resultados no siempre están presentes o son equívocos, múltiples protocolos para el análisis mediante fórmulas del lavado de contraste se han descrito para su evaluación. Además, otras pruebas como la resonancia magnética o el PET podrían realizarse cuando el contexto clínico lo necesite o se requiera de información adicional. Densidad homogénea Página 3 de 17 Los AA son generalmente homogéneos en cuanto a su atenuación, ya sea en imágenes con o sin contraste. La hemorragia, calcificaciones, necrosis y grasa macroscópica son hallazgos poco frecuentes [7, 13, 14]. Morfología Los AA tienden a presentar un contorno liso y márgenes afilados, mientras que las lesiones malignas tienden a presentar un borde irregular [8, 10]. Estas características por sí solas no son específicas, porque cuando se encuentran, la mayor parte de las lesiones suprarrenales son de pequeño tamaño, lisas y uniformes en su forma, independientemente de sus características histológicas . Atenuación Los AA contienen lípidos en diversos grados y éstos reducen su coeficiente de atenuación en la TC. Un valor umbral de 10 UH es generalmente aceptado como un valor de corte para el diagnóstico de un AA rico en lípidos, dado que este umbral tiene una sensibilidad del 71% y una especificidad del 98% para el diagnóstico de AA [7, 8, 10, 15]. Desafortunadamente, hoy en día la mayoría de los exámenes se realizan con el uso de medios de contraste, por lo tanto, no es posible evaluar la atenuación en muchos casos. Análisis de histograma CT La técnica implica el análisis de una región de interés de la lesión suprarrenal, que se procesa con una herramienta de análisis de histograma. La cantidad de lípidos en la lesión es proporcional al número de píxeles negativos dentro de ella [10, 16]. Los AA contienen píxeles negativos mientras que las metástasis no. Sin embargo, resultados de estudios de análisis de histograma son disímiles y los píxeles negativos se han descrito tanto en AA como metástasis, feocromocitoma y carcinoma de corteza suprarrenal. Entonces, parece ser que la aplicación clínica más práctica del análisis de histograma es servir como una herramienta auxiliar a la TC, donde puede mejorar la sensibilidad, mantenimiento la especificidad. Sin embargo, la mayoría de los departamentos no utilizan habitualmente esta herramienta como un método de análisis. Lavado # La TC es una prueba muy específica y relativamente barata para la diferenciación de los AA de las lesiones malignas. Varios investigadores han demostrado que el uso de fórmulas de lavado de contraste permiten distinguir a los AA de lesiones malignas de una manera más satisfactoria que la TC por si sola. Tanto los AA ricos como pobres en lípidos tienden a lavar contraste de una manera más rápida que las lesiones malignas y esto puede ser el resultado de la mayor permeabilidad de los vasos sanguíneos en las lesiones malignas en comparación con las lesiones benignas. La mayoría de los investigadores utilizan un porcentaje relativo de lavado del 40% (RPW) y un porcentaje Página 4 de 17 absoluto de lavado del 60% (APW) como valores de corte para una exploración realizada antes y después de 15 minutos de administrado el medio de contraste. Por lo tanto, cualquier lesión que demuestre más de un 40% de RPW o más de un 60% de APW se considera un AA, con una sensibilidad y especificidad cercana al 100%. Esta técnica es la principal herramienta utilizada para distinguir un AA de otras lesiones en muchas instituciones y es superior a la TC por si sola. Las lesiones que demuestren menos de un 40% de RPW o menos de un 60% de APW tras 15 minutos de administrado el contraste son casi siempre malignas [7, 8, 10]. Tamaño El tamaño es una variable importante para predecir la malignidad de una masa suprarrenal descubierta incidentalmente. Las lesiones más pequeñas suelen ser benignas y por el contrario las lesiones más grandes suelen ser malignas, sin embargo, es importante distinguir entre las poblaciones con o sin antecedentes de neoplasias. En general, el punto de corte se encuentra alrededor de los 6 cms, debido a que la probabilidad de malignidad aumenta a aproximadamente el 85% si la lesión es mayor que esta medida [7, 8, 17, 18]. Estabilidad en el tiempo Como regla general, cualquier lesión adrenal que aumente de tamaño en el tiempo puede ser considerada maligna y en la práctica clínica, cualquier aumento de tamaño es generalmente considerado maligno hasta que se demuestre lo contrario. Por el contrario, la estabilidad de una lesión sugiere benignidad, porque es muy raro que una lesión maligna sin tratamiento permanezca estable después de un seguimiento de 6 meses [4, 10, 14]. El umbral para la calificación de un aumento de tamaño de manera significativa es desconocido, pero se debe argumentar que la mayoría de las masas suprarrenales que exhiben un patrón de crecimiento lento no son malignas. Por el contrario, se ha descrito que los carcinomas de corteza suprarrenal tienen típicamente una tasa de crecimiento rápida de más de 2 cms por año [1, 19]. El Colegio Americano de Radiología considera, que en pacientes sin antecedentes de enfermedad maligna, con incidentalomas pequeños de menos de 4 cms, no se justifica un extenso y costoso estudio diagnóstico. Así también, si una lesión de cualquier tamaño tiene características típicas de benignidad, como un AA rico en lípidos o un mielolipoma, ningún estudio diagnóstico adicional o de imágenes de seguimiento es necesario. Aquellas lesiones estables durante al menos 1 año, se pueden considerar benignas y no es necesario seguirlas en el tiempo. Por el contrario, dado que se desconoce un punto de corte aceptado para el crecimiento de una lesión, la realización de una biopsia o una resección puede considerarse [20]. Objetivo: Describir un nuevo signo TC útil para el diagnóstico de AA. Página 5 de 17 Abreviaturas: AA = adenoma suprarrenal; TC-CC = tomografía computarizada con contraste; TC = tomografía computarizada; RM = resonancia magnética; PET = tomografía por emisión de positrones. Images for this section: Fig. 1: Anatomía y drenaje venoso suprarrenal Página 6 de 17 Material y método Se diseñó un estudio descriptivo basado en la revisión de la historia clínica y seguimiento de 50 pacientes con diagnóstico de AA, realizado por medio de tomografía computarizada con contraste (TC-CC) y que presentaron el Signo Del Vaso (Figuras 2, 3 y 4 [video]). Los pacientes fueron seguidos por medio de TC-CC, siendo posible evaluar los diámetros de los AA, la mejor fase de representación del Signo Del Vaso y el intervalo de tiempo entre las exploraciones. El diagnóstico de certeza se hizo en base a los hallazgos TC de acuerdo con el estado del arte de las características por imagen de los AA y su estabilidad en el tiempo. También fueron realizadas RM y PET a algunos pacientes encontrándose resultados consistentes y algunos pacientes fueron sometidos a cirugía, siendo el diagnóstico histológico posible. Debido a que la mayoría de nuestros estudios se realizaron a pacientes en seguimiento por neoplasias de otros órganos, con estudios TC llevados a cabo directamente en fase venosa, es que nosotros no evaluamos la atenuación de las lesiones ni las fórmulas de lavado de contraste. Así tampoco utilizamos rutinariamente herramientas de histograma como un método de análisis. Como grupo control se evaluaron estudios TC de pacientes con diagnósticos diferenciales confirmados histológicamente, como el carcinoma de corteza suprarrenal (2 casos), metástasis (15 casos), linfoma (2 casos), feocromocitoma (6 casos), hemangioma (1 caso) y mielolipoma (2 casos). Images for this section: Página 7 de 17 Fig. 2: Signo Del Vaso Página 8 de 17 Fig. 3: Signo Del Vaso en 6 pacientes diferentes Fig. 4: Signo Del Vaso Página 9 de 17 Resultados Todos los AA se presentaron con un contorno liso y márgenes afilados, involucrando a una porción o la totalidad del cuerpo de la glándula suprarrenal. El tamaño basal promedio para los AA del lado derecho fue de 21,8 mm (eje largo) y 22,3 mm para los AA del lado izquierdo. El tamaño control promedio fue de 22,5 mm y 22,4 mm respectivamente. Encontramos una estabilidad en el tiempo promedio de 1.080 días (35,5 meses) y un aumento de tamaño de 0,71 mm para los AA del lado derecho y 0,13 mm para los AA del lado izquierdo, todos hallazgos compatibles con el estado del arte de las características por imagen de los AA (Tabla 1). Ninguna patología de control, histológicamente confirmadas, tales como el carcinoma de corteza suprarrenal (todos los casos), metástasis (todos los casos), linfoma (todos los casos), feocromocitoma (todos los casos), hemangioma (todos los casos) o mielolipoma (todos los casos) presentó el Signo Del Vaso (Tabla 2; figuras 5 y 6 [vídeo]). Exámenes RM (1 caso) y PET (2 casos) fueron realizados en algunos pacientes, mostrando resultados consistentes, sin cambios en los diagnósticos y pudieron ser utilizados como exámenes de control para evaluar las variables de nuestro estudio. Además, algunos pacientes fueron sometidos a cirugía (2 casos), siendo AA el diagnóstico histológico. Entonces, todas las lesiones con el Signo Del Vaso se comportaron como adenomas (Tabla 3). El Signo Del Vaso fue mejor representado en una fase venosa (96%) y mientras más grande era el adenoma y mayor su carga lipídica, mejor se representó el Signo Del Vaso. Images for this section: Página 10 de 17 Fig. 5: Tabla 1 Fig. 6: Tabla 2 Página 11 de 17 Fig. 7: No Signo Del Vaso en distintas patologías de control (metástasis, feocromocitoma y carcinoma de corteza suprarrenal) Página 12 de 17 Fig. 8: Linfoma suprarrenal bilateral sin Signo Del Vaso Página 13 de 17 Fig. 9: Tabla 3 Página 14 de 17 Conclusiones La suma de estos hallazgos representan un alto grado de correlación entre el Signo Del Vaso y el diagnóstico de AA, el que creemos está cercano al 100%. Por lo tanto, cuando está presente, el Signo Del Vaso es un signo útil y fiable para el diagnóstico de AA. Bibliografía 1. William F. Young, Jr., M.D. The Incidentally Discovered Adrenal Mass. N Engl J Med 2007;356:601-10. 2. Mansmann G, Lau J, Blak E, et al. The clinically inapparent adrenal mass: Update in diagnosis and treatment. Endocr Rev 2004;25:309-340. 3. Bovio S, Cataldi A, Reimondo G, et al. Prevalence of adrenal incidentaloma in a contemporary computerized tomography series. J Endocrinol Invest 2006;29:298- 302. 4. Dunnick NR, Korobkin M. Imaging of adrenal incidentalmomas. AJRAmJ Roentgenol 2002;179:559-568. 5. Song JH, Chaudhry FS, Mayo-Smith WW. The incidental indeterminate adrenal mass on CT: Prevalence of adrenal disease in 1,049 consecutive adrenal masses in patients with no known malignancy. AJRAmJ Roentgenol 2008;190:1163-1168. 6. Richard T. Kloos, Milton D. Gross, Isaac R. Francis, Melvyn Korobkin, Brahm Shapiro. Incidentally Discovered Adrenal Masses. Endocrine Reviews August 1995 vol. 16 no. 4 460-484. 7. Pamela T. Johnson, MD; Karen M. Horton, MD; Elliot K. Fishman; MD. Adrenal Mass Imaging with Multidetector CT: Pathologic Conditions, Pearls, and Pitfalls. RadioGraphics 2009;29:1333-1351. 8. Giles W. L. Boland,MD Michael A. Blake,MD Peter F. Hahn,MD,PhD William W. Mayo-Smith,MD. Incidental Adrenal Lesions: Principles, Techniques, and Algorithms Página 15 de 17 for Imaging Characterization. Radiology (2008) Volume: 249, Issue: 3, Publisher: Radiological Society of North America, Pages: 756-775. 9. T J Cawood, P J Hunt, D O'Shea1, D Cole and S Soule. Recommended evaluation of adrenal incidentalomas is costly, has high false-positive rates and confers a risk of fatal cancer that is similar to the risk of the adrenal lesion becoming malignant; time for a rethink? Eur J Endocrinol October 1, 2009 161 513-527. 10. Michael A. Blake, Carmel G. Cronin, Giles W. Boland. Adrenal Imaging. AJR 2010; 194:1450-1460. 11. Rouvière, Delmas. Spanish translation from the original work in french: "Anatomie humaine: Descriptive, tipographique et fonctionnelle. Tome 2. Tronc". 11th edition. Copyright MCMXXIV, MMII Masson, Paris. 12. Nicholas Daunt, MBBS, FRCR, FRACR. Adrenal Vein Sampling: How to Make It Quick, Easy and Successful. RadioGraphics 2005; 25:S143-S158. 13. Ctvrtlík F, Herman M, Student V, Tichá V, Minarík J. Differential diagnosis of incidentally detected ad- renal masses revealed on routine abdominal CT. Eur J Radiol 2009;69(2):243-252. 14. Mayo-Smith WW, Boland GW, Noto RB, Lee MJ. State-of-the-art adrenal imaging. RadioGraphics 2001;21(4):995-1012. 15. Terzolo M, Stigliano A, Chiodini I, Loli P, Furlani L, Arnaldi G, Reimondo G, Pia A, Toscano V, Zini M, Borretta G, Papini E, Garofalo P, Allolio B, Dupas B,Mantero F, Tabarin A. AME position statement on adrenal incidentaloma. Eur J Endocrinol. 2011 Jun;164(6):851-70. 16. Bae KT, Fuangtharnthip P, Prasad SR, Joe BN, Heiken JP. Adrenal masses: CT characterization with histogram analysis method. Radiology 2003; 228:735-742. 17. Dieter H. Szolar, Melvyn Korobkin, Pia Reittner. Adrenocortical Carcinomas and Adrenal Pheochromocytomas: Mass and Enhancement Loss Evaluation at Delayed Contrast-enhanced CT Radiology 2005; 234:2 479-485. Página 16 de 17 18. Martha A. Zeiger, Stanley S. Siegelman and Amir H. Hamrahian. Medical and Surgical Evaluation and Treatment of Adrenal Incidentalomas. The Journal of Clinical Endocrinology & MetabolismJuly 1, 2011 vol. 96 no. 7 2004-2015. 19. Lynnette K. Nieman. Approach to the Patient with an Adrenal Incidentaloma. J Clin Endocrinol Metab, September 2010, 95(9):4106-4113. 20. Remer EM, Casalino DD, Bishoff JT, Coursey CA, Dighe M, Eberhardt SC, Goldfarb S, Harvin HJ, Lazarus E, Leyendecker JR, Lockhart ME, Majd M, Nikolaidis P, Oto A, Porter C, Ramchandani P, Sheth S, Vikram R, Expert Panel on Urologic Imaging. ACR Appropriateness Criteria® incidentally discovered adrenal mass. [online publication]. Reston (VA): American College of Radiology (ACR); 2012. Página 17 de 17