355 obras en marcha, una inversión ambiciosa y necesaria Por Humberto Armenta Los constructores con proyectos en el DF nos enfrentamos a un gran reto que nos ha encomendado el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard: Lograr la finalización de las obras en 2010 para que la capital de la República muestre su mejor cara durante la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución, un objetivo ambicioso, pero a la vez necesario para que la capital de nuestro país sea moderna y competitiva. Para lograrlo, la administración de Ebrard está dedicando un 30% de sus recursos a infraestructura, lo que ha permitido poner en marcha 355 proyectos de gran necesidad para todos. Con ellos se mejorará la imagen, la conectividad y la competitividad para la captación de inversión de la Ciudad de México. Un buen ejemplo es el nuevo corredor vial de Constituyentes, inaugurado el pasado 15 de enero. Gracias a esta obra de más de 5 kilómetros de longitud, se va a poder agilizar el traslado entre las delegaciones Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, así como la zona de Santa Fe y la salida y entrada a Toluca, mejorando la comunicación entre la Ciudad y el Estado de México. Esta obra beneficia cada día a 700 mil habitantes, que ahora reducen en una hora su tiempo de recorrido, lo que se traduce en un valor muy superior al de los 600 millones de pesos de inversión. Los beneficios a futuro son mayores y se van a disfrutar durante muchos años. Una vez terminados el resto de los proyectos programados por el gobierno del Distrito Federal, los 4.5 millones de vehículos que circulan diariamente por la ciudad podrán hacerlo más ágilmente; los millones de ciudadanos que se desplazan en transporte público lo harán más rápido y más cómodos gracias a obras como el Metrobús o la línea 12 del Metro; los capitalinos contarán con mayor cobertura y mejores servicios sociales gracias a la construcción de preparatorias, hospitales y centros deportivos; disfrutarán de una mejor red hidráulica, que impulsará la meta de llevar agua a todos los hogares; y, además, podrán disfrutar de una mejor ciudad gracias al mejoramiento de la imagen urbana a través de obras como la rehabilitación del Centro Histórico, la construcción de ciclovías o el mantenimiento y la recuperación de construcciones históricas. A estos beneficios de las obras, hay que sumar también su capacidad de detonar más puestos de trabajo. Actualmente, se están generando 60 mil empleos directos e indirectos que sirven para llevar una fuente de sustento a las familias de todos estos trabajadores. Los constructores estamos convencidos de que este es el camino hacia el progreso. Todos estos beneficios, presentes y futuros, harán de la Ciudad de México un modelo a seguir. El 2010 será el año del renacer de esta gran urbe. México 28 de enero de 2009