Tenancingo, México15 de Junio de 2011 (RESUMEN EJECUTIVO) VALORACION DE PRUEBA ILICITA EN LA ETAPA PRELIMINAR. El objeto de la reflexión que pretende construir el contenido de mi exposición, es establecer la necesidad de la prueba, su valoración y por lo tanto, su necesaria exclusión cuando esta es ilícita en la etapa preliminar, en todos aquellos actos de molestia que constituyen la facultad reservada a los Jueces de Control o Garantías en la fase de la investigación. Porque resulta paradójico, que el órgano jurisdiccional emita decisiones que en su aspecto fáctico se sustentan en pruebas obtenidas de manera ilícita, cuando por definición, él es el garante de que, en las técnicas de investigación que emplee la fiscalía respete no solo los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las personas, sino también aquellas reglas que impone el orden jurídico. Sin embargo, parece que constituye un obstáculo a la función elemental del Juez de Control, el caracter adversarial que imprime el sistema acusatorio, bajo el postulado de que al sustraer de las partes la discusión y debate que entre ellas debe existir, por la intromisión del órgano jurisdiccional, para verificar la forma en que se obtuvieron los datos de prueba, inevitablemente deriva en romper el equilibrio e igualdad de armas, incluso más, en sustituirles. Porque cuestionar la forma de obtención de los datos de prueba en que la fiscalía sustenta su teoría fáctica, inevitablemente conduce, bien a justificar su omisión sustituyéndole en su exposición o simplemente complementándola; o en caso contrario, a beneficiar a la defensa, cuando se confirma su ilicitud, también 1 sustituyendo la argumentación necesaria o la abierta denuncia, que correspondía a ésta realizar. Ello demuestra la insuficiencia del Principio de Contradicción, como también el de Lealtad de las Partes, cuando es claro que la exposición del fiscal respecto a los elementos probatorios obtenidos en la investigación, no se encuentra constreñida a que, para su evaluación, deba exponer, necesariamente, como presupuesto elemental, la forma en que los obtuvo, es decir justificar su licitud. El antecedente se constituye entonces, por la condición de espectador en que se ha querido colocar al Juez de Control, bajo la premisa de que le está prohibido acceder a la carpeta de investigación de la fiscalía, a fin de no contaminarse, privándolo también del deber esencial que establece su existencia, realizar el control o verificación del respeto a los derechos fundamentales y el sometimiento a los requisitos de legalidad que el Ministerio Público debe observar en todos los actos de investigación. Consecuentemente, debe afirmarse que la valoración de las pruebas o de los datos de prueba en que el Juez funda su decisión, conducen al argumento inferencial de que si no existió señalamiento o denuncia de la defensa, respecto a transgresiones que muestren la ilicitud del dato de prueba, estas deben ser necesariamente consideradas como obtenidas con regularidad y merecedoras de eficacia demostrativa, lo que sin duda conduce a una presunción de culpabilidad, que trastoca inevitablemente, el principio Constitucional, de Inocencia, piedra angular del sistema acusatorio. La realidad imperante en México, demuestra que el inicio de la implementación del sistema acusatorio, no obstante sus bondades, ha creado un desequilibrio en la Procuración y Administración de Justicia, porque si debemos reconocer que la falta de tecnificación de los operadores del sistema, en su etapa preliminar origina deficiencias en los actos de investigación, no puede negarse que siendo el 2 resultado de ellos lo que sustenta la resoluciones judiciales, estas se encuentren purgadas de todos los defectos de aquellas. El problema central se encuentra entonces, en la convalidación ordinaria de las técnicas de investigación, que por desconocimiento en su obtención o abierto engaño de la fiscalía, ha llevado a los Jueces de Control, a valorar incluso pruebas ilícitas y sustentar con ellas sus decisiones. Por tanto, resulta imperativo que se establezca como un presupuesto esencial para valorar los datos de prueba, en todos los actos de decisión del Juez de Control, que el acusador exponga con objetividad y lealtad, no solo su contenido, sino acaso más, la forma en que fue obtenido y la técnica de investigación que empleó para ello. JUEZ DE CONTROL Y JUICIO ORAL DEL DISTRITO JUDICIAL DE TENANCINGO. ESTADO DE MEXICO. LICENCIADO SIMON BERNARDO ALVAREZ BASTIDA. [email protected] 3