Problemas de revelación para los usuarios del Programa de

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VIVIENDO CON EL SUCIO SECRETO: PROBLEMAS DE REVELACIÓN PARA LOS
USUARIOS DEL PROGRAMA DE MANTENIMIENTO CON METADONA
Autoras: Sheigla Murphy (Institute for Scientific Analisys, San Francisco, California) y Jeannette Irwin (George
Washington University, Washington DC)
Referencia: “Living with the dirty secret”; Problems of disclosure for methadone maintenance clients. Journal of
Psychoactive Drugs, vol. 24 (3), Jul-Sep 1992
Introducción
Este artículo pretende explorar el manejo del estigma por parte los pacientes en Programa de Tratamiento con
Metadona, y sus consecuencias, así como el dilema en torno a la revelación del estigma y los contextos en que tal
revelación se produce. El interés sociológico sobre el concepto del estigma parte de Erving Goffman, que inicia su
estudio en 1963. El estigma es definido como un atributo negativo que separa a su poseedor de la sociedad
“normal”. Goffman indica que el negativo significado atribuido socialmente a dicho atributo resulta más relevante que
el atributo en sí.
Básicamente existen dos tipos de estigmas: aquellos que no pueden ocultarse (por ejemplo: defectos físicos,
retrasos mentales) y aquellos que sí pueden mantenerse ocultos (homosexualidad, adicciones…). Estos últimos
plantean a los sujetos el dilema de desvelar o no su estigma.
Metodología
Los datos analizados para este artículo proceden de tres estudios, realizados entre 1980 y 1989, en los que se
utilizó metodología cualitativa. Concretamente, se aplicaron la técnica de la entrevista en profundidad y la
observación participante para la recolección de los datos.
Los estudios de los que proceden los datos son:
−
“Mujeres en Metadona” (1980 – 1982): se realizaron 100 entrevistas en profundidad a mujeres en Programa de
Tratamiento con Metadona en tres clínicas del Área de la Bahía de San Francisco.
−
“Saliendo de la Metadona”: se realizaron 100 entrevistas a hombres y mujeres en diferentes fases de
desintoxicación de metadona (1) en fase de desintoxicación, (2) justo al abandonar el programa, (3) fuera del
programa por al menos dos años, (4) readmisiones a programa tras al menos dos años fuera.
−
“Estudio sobre Metadona en el Condado de Alameda”: estudio longitudinal con 143 individuos entrevistados
cada 6 meses durante dos años. Se trata de pacientes que habían estado al menos dos años en un Programa
público de Tratamiento con Metadona y que tras este período eran forzados a desintoxicarse o a pagar por los
servicios del programa.
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Todos los usuarios entrevistados cumplen los criterios de inclusión en el Programa de Metadona vigentes en EE.UU.
en la década de los 80: deben probar al menos dos tratamientos fallidos de desintoxicación y una adicción a la
heroína de al menos dos años.
Resultados
Identidad de “limbo”
Los pacientes en PTM se encuentran en una identidad intermedia, que las autoras denominan “identidad de limbo”,
entre la desviación social y la normalización, entre ser un “yonki” y una persona “normal”. Los usuarios del programa
no logran dejar atrás el estigma de “adicto” básicamente por dos razones:
Por un lado, la “adicción” costituye una identidad permanente debido a que se trata de una enfermedad crónica, a
menudo recurrente, por lo que no resulta fácil distinguir cuando se es y no se es adicto una vez que se ha sido; la
amenaza de la recaída persiste siempre. Los pacientes en PTM entrevistados, incluso aquellos que habían
abandonado el consumo recreacional de drogas durante largos períodos, no se califican ni internamente ni en
público como exadictos. El paciente en metadona se considera adicto, aunque sea a una droga legal.
Por otro lado, no existe un rito público o ceremonial que marque el paso de un estatus a otro. Al contrario, el proceso
se produce en secreto , lo cual le roba su “socialidad”. Los pacientes consideran que el público general continúa
considerando a los pacientes en metadona como “yonkies” que simplemente han sustituido una droga ilegal por otra
legal. Muchos entrevistados comentan que el estigma de “yonki” se mantiene sobre los pacientes en metadona.
Por todo ello no puede resultar sorprendente que muchos pacientes elijan ocultar su estatus de usuarios del
Programa de Tratamiento con Metadona.
Los usuarios del programa han de pasar de una identidad a otra, deben minimizar la identidad de “adicto” y
fortalecer la identidad de “normalizado”, y ello suele requerir un adecuado manejo de los contextos de revelación del
estigma.
El ocultamiento de la identidad de adicto
Las repercusiones potenciales de revelar la propia identidad de “adicto” son muy destructivas. Buena parte de los
entrevistados relatan situaciones de exclusión social tras revelar su estatus: expulsión del puesto de trabajo,
abandono de la pareja, exclusión del ámbito de la familia o de los amigos, desconfianza hacia ellos, pérdida de
valoración social…
Según indica Pfuhl (1986), las personas que portan un estigma social ocultable se mueven entre la posibilidad de
ser aceptados por medio del “desconocimiento” y la posibilidad de ser rechazados por causa del “saber sobre ellos”.
Esta posibilidad hace que mantener el secreto sobre su estigma resulte crítico para ellos, necesitan evitar el
rechazo. Con esta finalidad los pacientes a menudo se convierten en expertos “mentirosos”.
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Schneider y Conrad (1981) introdujeron el término “trabajo de ocultamiento” para referirse a esta labor llevada a
cabo por las personas que ocultan un estigma social. Este “trabajo” consiste principalmente en realizar adaptaciones
de la realidad que les permitan ocultar, en el caso de los pacientes en PTM, su adscripción al programa. Estas
adapciones requieren planificación y elaboración de esquemas que escondan su desacreditador secreto de forma
efectiva.
En este sentido, los entrevistados relatan problemas para ocultar las dosis de metadona cuando se les permite la
administración en el domicilio y un miembro de su familia desconoce su situación, problemas para recoger sus dosis
de metadona en los centros dispensadores cuando se producen viajes de trabajo con compañeros, etc. Estas
dificultades se solventan superponiendo otra construcción de la realidad que les permita permanecer en el programa
y tomar sus dosis adecuadamente.
Pero a la situación de ocultamiento persistente y adaptación de la realidad se une la existencia de personas que
conocer su situación. Los pacientes temen que estas personas desvelen su secreto al resto de sus conocidos –que
desconocen su adscripción al programa– de manera involuntaria o accidental, haciendo algún comentario frente a
quienes desconocen la situación. Esto lleva a la creación de esferas de amigos o conocidos que “saben” y otros que
“no saben”; ambas esferan han de mantenerse segregadas. Es lo que Goffman (1973) denominó “audiencias
segregadas”.
La conjunción de todas estas situaciones lleva a que en el día a día, los pacientes en PTM experimenten
considerables dosis de estrés y ansiedad. La gestión de los diversos contextos de conocimiento de su estatus no
resulta fácil. Sin embargo, estos pacientes prefieren el estrés y la obligatoriedad de la mentira al aislamiento social
que puede derivarse del desvelo de su secreto.
Contextos de revelación: revelando la identidad de adicto
Los pacientes en PTM tratan con la decisión de desvelar o no su situación diariamente. De este modo, el contar su
secreto y cuándo hacerlo se convierten en puntos focales para ellos.
Contar o no contar cobra especial relevancia cuando se conoce a gente nueva que no han utilizado drogas. El
conocimiento de su normalización podría favorecer la emergencia de su identidad de “normal”, sin embargo, se
enfrentan también al riesgo de perder esta nueva amistad o relación.
Lo más probable que los pacientes revelen su situación a quienes pueden ayudarles o a personas a las que no
podrán ocultárselo. Pero la elección depende también de la percepción que el paciente tenga de la actitud potencial
del otro hacia su pasada adicción y su tratamiento. La mayor parte de ellos comparten su secreto con quienes
consideran que entenderán su situación.
Una estrategia habitual para predecir la posible respuesta del candidato a la revelación es intentar conocer la
sensibilidad de esa persona hacia el uso de las drogas. Hablan sobre drogas y adicciones, y evalúan la respuesta
de esa persona con la esperanza de descubrir cómo se recibirá su revelación. Si la persona muestra rechazo o
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repugnancia hacia los adictos, no se revelará el secreto; si muestra simpatía o incluso ambivalencia, es probable
que se produzca la revelación.
Discusión y valoración sobre el artículo
La metodología cualitativa busca aproximarse a los fenómenos en estudio desde la perspectiva de la comprensión
interna del fenómeno. Para ello el investigador pretende penetrar en el fenómeno y ubicarse en el lugar de los
protagonistas sociales del mismo para entender sus porqués, sus percepciones, sus sensaciones y motivaciones.
Por ello, esta metodología se basa en el análisis del discurso abierto y espontáneo de los sujetos sociales.
El abordaje del fenómeno del estigma desde esta metodología constituye en nuestra opinión un acierto por parte de
las autoras. Así mismo resulta adecuado y suficientemente completo el planteamiento del marco teórico desde la
teoría de la “dramaturgia social” de Goffman para abordar este tema.
En cuanto al análisis del discurso realizado se agradece la linealidad y sencillez del desarrollo del mismo, que
permite un primer acercamiento a la vivencia del estigma por parte de estos pacientes. Sin embargo y dada la gran
cantidad de material de análisis disponible, se echa en falta una segmentación de los discursos sobre el estigma en
función del género de los actores entrevistados, perspectiva que previsiblemente produciría resultados de interés.
Igualmente, sería interesante observar las diferencias en el discurso de los entrevistados según su grado de
“normalización social”, ya que resulta esperable que su convivencia con el estigma de “adicto” se modifique a
medida que lo hace su estilo de vida.
Izaskun Bilbao Acedos
Área de Sistemas de Información e Investigación
Fundación Andaluza para la Atención a las Drogodependencias
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Goffman, E. 1963. Stigma: Notes on the Management of a Spoiled Identity. Englewood Cliffs: New Jersey: Prentice
Hall.
- Goffman, E. 1973. The Presentation of self in Everyday life. Woodstock, New York: overlook Press.
- Pfuhl, E. 1966. The deviance Process. Belmont, California: Wadsworth.
- Schneider, J. and Conrad, P. 1981. Medical and sociological typologies: the case of epilepsy. Social Sciences and
Medicine 15ª: 211 – 219.
- Strauss, A. 1959. Mirror and Masks. Glencoe, Illinois: The free Press.
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