Introducción: En la Carta a los Hebreos, justamente en el pórtico de ésta epístola, encontramos el siguiente mensaje: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien así mismo hizo el Universo.” Hebreos 1:1 y2 En la multiforme sabiduría de Dios, Él ha usado tantas maneras para comunicarse con los hombres y hacerles llegar su consejo, simplificándoles el mensaje de manera que éstos entiendan, pero uno de los grandes problemas del hombre es que por muy intelectual que sea, siempre se ha hecho el desentendido. Un profeta de la antigüedad escribió: “Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende” Job 33:14 La Historia Sagrada nos revela un dato sumamente importante, cuando Dios le habló a un hombre que se encontraba olvidado en las dunas del desierto del Sinaí; tenía cuarenta años de estar perdido en esas infecundas tierras, dedicado a cuidar las ovejas de su suegro, después de haber sido un palaciego y fuerte candidato a gobernar la gran potencia de aquel entonces, Egipto. Nos estamos refiriendo al gran Moisés. La Primera vez que Dios le habló a él, fue a través de una zarza ardiente Éxodo 3:1 – 14. En el desierto es muy común que de repente un arbusto seco, debido al calor de esos lugares, aparezca ardiendo, pero lo que llamó la atención al pastor de ovejas fue que la zarza duró mucho tiempo ardiendo y no se consumía: “Entonces él dijo: iré a ver esta visión” y al acercarse a aquella dramática escena se empezó a dar cuenta que era el Dios mismo que lo estaba llamando. Lo necesitaba para realizar una misión imposible a nivel humano. Se le han de haber conturbado los pensamientos al profeta Moisés cuando escuchó la voz del Dios de sus padres, al que hacía cuatrocientos y tantos años les había prometido una tierra próspera que fluía leche y miel, a esa altura de tiempo los hijos de Abraham habían perdido toda esperanza estando cautivos en Egipto, después de haber pasado tantas generaciones y ahora hundidos en la esclavitud parecía que aquella promesa era una utopía. Pero había llegado la hora en el cual el gran Yo Soy cumpliría lo prometido. Al estar interactuando Dios con Moisés, el profeta le formuló una pregunta muy interesante y le dice: “He aquí llego yo a los hijos de Israel, y les digo: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y Respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los 2 hijos de Israel: El Dios de vuestros padres, El Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, con él se me recordará por todos los siglos” Éxodo 3:14 – 15. Dios se le revela a Moisés como el “Yo soy el que Soy” y así se le apareció antes al patriarca Abraham, el Dios mismo le dice: “Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre no me di a conocer a ellos.” Éxodo 6:3. Aunque para muchos sea extraño y no fácil de creer, el verdadero nombre del Dios que se le apareció a Moisés en el desierto NO ha sido revelado, originalmente, ese nombre se identificaba con cuatro consonantes YHVH, lo que se ha llamado “El tetragrámaton” pero la pronunciación verdadera de esas cuatro letras muy pocos la conocieron. Recuerde que el tercer mandamiento de la santa ley dice: “No tomarás el nombre de tu Dios en vano”; eso es justamente el porqué en las diferentes versiones de la Escritura se identifica a Dios con variados nombres, en unas leemos Yavé, en otras Yawe, Jehová o Adonay. En el glosario de la Biblia de Casiodoro de Reina de 1569 y revisada por Cipriano de Valera en 1602 dice: “Jehová: Nombre personal de Dios en el antiguo testamento. En el hebreo primitivo, que carecía de vocales escritas, las consonantes son YHVH, por respeto, dejó de pronunciarse y en su lugar se leía Adonay (El Señor). Para recordar esto al lector los rabinos le pusieron las vocales e, o, i, a, solo como contraseña cuando inventaron un sistema de vocales escritas para el hebreo. En los medios cristianos empezó a leerse desde fines de la edad media con esas vocales y así resultó la forma latinizada Jehová. Los hebraístas han llegado al acuerdo general que la pronunciación original debió ser Yavé, su significado se asocia con la idea de ser o existencia” Con justa razón leemos hoy en las versiones más actualizadas que la palabra Jehová fue quitada de los textos y se lee “Señor” porque realmente el verdadero nombre del Dios que se le apareció a Moisés no se conoce, no es ni Jehová ni Yavé, antes bien el que pronuncie en vano ese verdadero nombre tiene problemas, y muy serios por cierto. Jesucristo mismo cuando estuvo en la tierra y enseñó acerca de la oración dijo: “Vosotros, pues, orareis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” Mateo 6:9 ¿Qué significa la palabra “Santificado”? es “apartado”, ese nombre esta apartado. Los hombres hoy no pueden pronunciarlo, la verdadera pronunciación del tetragrámaton, el YHVH no se conoce, pero en los postreros tiempos ese nombre se sabrá: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” Isaías 52:6 y en el libro del Apocalipsis se nos dice: “Y verán su rostro y su nombre estará en sus frentes” Apocalipsis 22: 4. Ese nombre estará en la mente de los redimidos, ellos tendrán la suficiente capacidad para no pronunciar ese nombre en forma vana. 3 Jesucristo hace mención a este histórico acontecimiento que marcó la vida de Israel: “Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aún Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.” Lucas 20:37 – 38. La zarza ardiendo, era tipo y figura de la resurrección de los muertos, simbólicamente, Israel iba a resucitar de la tumba de Egipto, iba salir a la libertad, Abraham, Isaac y Jacob, aunque muertos su esperanza sigue viva en Dios y un día resucitarán. No se trata que estos tres patriarcas estén vivos hoy, las Escrituras claramente dicen: “Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.” Isaías 63:16 Jesús está indicando que es en el tiempo de la resurrección de los muertos cuando se cumplirá el pasaje de la zarza. El apóstol Pablo escribe: “Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó (hablando de Abraham) el cual da vida a los muertos, y llama a las cosas que no son, como si fuesen” Romanos 4:17 Y esta insondable sabiduría de Dios muchas veces tiende a confundir a la insensatez humana y podríamos creer que Abraham, Isaac y Jacob están vivos, pero Jesucristo lo aclara muy bien, que Moisés los menciona transportándolos al tiempo de la resurrección. Los Saduceos, la secta más poderosa en la comunidad judía cuando Jesús estuvo en la tierra, no creían en la resurrección de los muertos, pero sí creían en los escritos de Moisés. Jesucristo tuvo algunas discusiones con ellos sobre este punto doctrinal de la resurrección: “Llegándose entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron, diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: si el hermano de alguno muriere teniendo mujer y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos. Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos. Y la tomó el tercero, así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia. Finalmente también murió la mujer. En la resurrección, pues, ¿De cuál de ellos será mujer?, ya que los siete la tuvieron por mujer” Lucas 20:27 – 32. Los saduceos apelan a Moisés para rebatir la resurrección de los muertos, pero ellos ignoraban Las Escrituras y el poder de Dios: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan y se dan en casamiento; mas los que fueron tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de los muertos, 4 ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya mas morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección” Lucas 20:34 – 36. Los saduceos han de haber quedado sorprendidos de la manera tan categórica y profunda que el Maestro de Capernaum les contestó, pero todavía quedaron más atónitos y humillados cuando Jesús interpretó el pasaje del acontecimiento de la Zarza ardiente Él les dijo: “Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. Respondiéndole alguno de los escribas dijeron: Maestro, bien has dicho. Y no osaron preguntarle más” Lucas 20:37 – 40. Así que en la multiforme sabiduría de Dios, él ha hablado de tantas maneras. Como hemos visto, al profeta Moisés le habló por primera vez mediante aquella zarza ardiente que no se consumía. Ahora miremos que a cierto profeta de los tiempos antiguos, contemporáneo de Moisés, hombre rebelde dado a la avaricia, Dios le habló para reprenderlo a través de una muda bestia de carga: “Así Balaam se levantó por la mañana, y fue con los príncipes de Moab. Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel del Eterno se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. Y él asna vio al ángel del Señor, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino; e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al Asna para hacerla volver al camino. Pero el ángel del Señor se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro lado… Y viendo el asna al ángel del Eterno, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo. Entonces el Señor abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho que me has azotado tres veces?” Números 22: 21 – 28 ¡Que cuadro tan dramático el que vemos aquí! Dios usa una mula para reprender la maldad del profeta, y Balaam estaba tan empecinado que no entraba en razón y se puso a dialogar con la mula, “Y Balaam respondió al asna: ¿Por qué te has burlado de mi? ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! … Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel que estaba en el camino…” Números 22:21 – 31. Como ha de haber quedado sorprendido este insensato hombre, lleno de cólera no entendía que la mula le estaba hablando, entregándole un mensaje de parte de Dios, este es el prototipo de los hombres rebeldes, materialistas y entregados a todo tipo de lascivias, a ellos Dios les dice: “Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; o habla a la tierra, y ella te enseñará; los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué 5 cosas de todas estas no entiende que la mano del Señor la hizo? Job 12:7 – 9. Que degradación tan profunda en la que ha caído el hombre, tal parece que hay cosas que los irracionales entienden, y él no logra entender; no intuye el peligro y tropieza muchas veces con el mismo pie Bien dice el profeta Isaías: “El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento” Isaías 1:3. Realmente que el pecado embruteció al hombre de una manera tal que lo ha mandado más bajo que los irracionales; aunque ande envuelto en lujosos trajes y disque es educado en grandes planteles educativos, Dios dice: “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este mundo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 1 Corintios 1:20 Desafortunadamente entre más sabio se cree el hombre más se aleja de su Hacedor, y por eso el Eterno lo remite a la escuela de los irracionales para que estos le puedan enseñar. El hombre de hoy es más sanguinario que los rapaces lobos de la montaña que matan para sustentar su vida; toda la tecnología que el hombre ha desarrollado lo ha hecho en torno a la guerra, a la destrucción, al derramamiento de sangre, el hombre del siglo XXI es más malo, más violento, mas avaro y perverso que el hombre de los siglos pasados. Aun la religión que se supone es para darle una vida moral a los hombres también entre ellos se ven estos cuadros, la historia está ensangrentada, y cuenta como de tiempo en tiempo los religiosos han derramado sangre para imponer sus criterios dogmáticos: “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” Romanos 3:10 – 18 Este cuadro descrito en los versos leídos es la pura realidad de la condición del hombre alejado de Dios, es por ello que el Eterno de una u otra forma le ha estado hablando, pero este no entiende o no quiere entender. “La Palabra del Eterno que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras” Jeremías 18:1 – 2 Fue necesario que Jeremías llegara a la casa del alfarero y Dios allí hablaría con él, y seguramente entendería el mensaje que le quería dar “Y descendí a casa del alfarero y he aquí que él trabajaba sobre la rueda (o sea en el torno). Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano y volvió y la hizo otra vasija, según le 6 pareció hacerla. Entonces vino a mi palabra del Señor, diciendo: ¿No podré hacer yo de vosotros como este alfarero, OH casa de Israel? Dice el Señor. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano o casa de Israel” Jeremías 18:3 – 6. Dios se presenta como un alfarero y a nosotros los humanos nos dice que somos el débil barro. Él nos puede dar la forma que quiera y el hombre no debiera murmurar ante su alfarero. El apóstol dice: “Oh hombre, ¿Quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Porque me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” Romanos 9:20 – 21. Cuán importante es aceptar que no somos más que arcilla en las manos de Dios y que Él puede deshacernos y volvernos a hacer según su Santa y Soberana voluntad, de hecho, Él hará esa operación en nosotros, nos volverá al polvo de donde fuimos tomados, y según sus planes volverá a hacer al hombre en la resurrección de los muertos, esto solo es para su gloria y para su honra: “Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial” 1 Corintios 15:49, nos transformará en un brillante vaso en la gran resurrección cuando los hijos de Adán sean transformados en un cuerpo de gloria, esa es nuestra esperanza, y por ello confiamos que Él es el Alfarero y nosotros el débil barro. Como dice el título de nuestra consideración que en el pasado “Dios habló de muchas maneras”, a otro profeta le habló en medio de un torbellino; este hombre estaba viviendo una situación difícil, totalmente incomprensible, y hasta el sol de hoy no se comprende porque Dios permitió que éste santo varón viviera años tan tormentosos: “Entonces respondió el Eterno a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ese que obscurece el consejo con palabras sin sabiduría? Ahora ciñe como varón tus lomos, yo te preguntaré, y tú me contestarás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia” Job 38:1 – 4 El Eterno sometió al profeta Job a un cuestionario de preguntas, a las que Job no pudo contestar ni una, quedó aplazado: “Entonces respondió Job al Eterno, y dijo: he aquí yo soy vil; ¿Qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar” Job 40:3 – 5. Por muchos conocimientos que Job había adquirido, pues era hombre de mentalidad filosófica y de ojos escrutadores, con todo eso no le ajustaba su sabiduría para entenderle a Dios, por ello siguió confesando Job ante el Eterno: “Oye, te ruego y hablaré, te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven, por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” Job 42:4 – 6 Aun con todos los conocimientos que tenía Job acerca de Dios y su grandeza, conclusivamente dice “De oídas te había oído” quiere decir que no había entendido nada. “He aquí estas cosas son solo los bordes de sus caminos; ¡Y cuan leve es el susurro que hemos oído de él! Pero el trueno de su poder, ¿Quién lo puede 7 comprender?” Job 26:14 Definitivamente ningún humano puede entender lo fuerte de Dios; su profunda e insondable sabiduría al hombre en esta dimensión terrena es imposible entenderla, por ello el Dios ha tenido que simplificar su enseñanza para acercársele al hombre, y aun así para que éste en parte le entienda. Bien lo expresó Pablo: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33. El versículo 2 del capítulo 1 de los Hebreos así lo dice: “En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien así mismo hizo el Universo” Fue necesario que Dios visitara a los hombres a través de la persona de su Hijo hecho carne y viniera a revelarles a ese Dios Eterno infinitamente misericordioso, y esclareciera el plan de salvación que había sido presentado solamente mediante sombras y ritos en los tiempos pasados. Por ello a Jesucristo se le conoce como: “El Verbo de Dios”, “Y aquél Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14. El Verbo, palabra que viene de la lengua griega Logos que se entiende como tratado o vocero. Cristo es el vocero de Dios el Padre, trajo el mensaje más importante y esclarecedor que el hombre haya podido oír, pues está relacionado íntimamente con la Vida Eterna, y no solamente lo habló, sino que permitió que los depositarios de su doctrina lo escribieran y completaran así el Mensaje escrito desde el libro del Génesis hasta el Apocalipsis, donde se encuentra bien entretejido el Mensaje de Dios para la humanidad. El día Sábado 21 de Junio de 2014, estaremos celebrando nuestra XXXVI Consagración de Diezmos Y Ofrendas. Los valores económicos que hacemos llegar al Arca de nuestro Dios sirven para fortalecer el anuncio de su Reino, apoyando al ministerio de Educación en nuestra Iglesia para alcanzar los objetivos trazados. Nuestro Apdo. Postal 2185, Tegucigalpa, M.D.C. Honduras, C. A. Tel. 22-09-0066, 22-27-2680 y 22-24-2526 Nuestro Sitio Web: www.esperanzadeisrael.org E-mail: [email protected] 8