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Estilo de vida
Si las burbujas hablaran
El conde Audoin de Dampierre, haciendo gala de un impecable español,
ofreció en Madrid una cata de sus mejores champagnes. La cita tuvo lugar
en los salones de la Residencia de Francia, el lugar adecuado para su
champagne, tan acostumbrado a las embajadas que casi podría decirse que
viaja por valija diplomática.
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texto POR cristina reyes • FOTOGRAFÍA POR bor ja carbó
www.spend-in.com
Gourmet
m
“
i primo, el duque de Cádiz me dijo un día, ‘Audoin, con el apellido
que tienes, la mitad de los españoles nunca van a comprar tu
champagne’, pues me conformo con la otra mitad, le contesté”,
evoca con humor el conde Audoin de Dampierre al hablar de
sus expectativas respecto al mercado español que en la práctica
resultan más modestas “aunque puestos a soñar, me gustaría
abastecer al 1 por ciento del mercado español, o sea, cuarenta mil botellas”.
Madrid, Estados Unidos, Copenhague, Praga… Incansable, “porque en este oficio
te tiene que gustar viajar y no ser perezoso”, Audoin de Dampierre, recorre el
mundo representando el mismo champagne que un día François Mitterand encargó
personalmente para el Elíseo: 60 magnum “para la casa” que el conde entregó en
persona. “Yo nunca había sido invitado al palacio así que ese día fui agasajado con
una visita privada, es un lugar magnífico y me encantó. Me enteré de que al día
siguiente el presidente recibía al S.M. el rey de España. ¿Qué bebieron juntos? No
lo sé. Quizás la “cuvée des Ambassadeurs” del champagne Dampierre…
Anécdota tras anécdota vamos conociendo los secretos de esta maison heredera de
una de las grandes dinastías del champagne y que desde1880 sigue perpetuando
la tradición a través de varias generaciones. “Hace 20 años produje mis primeras
botellas a la antigua usanza. Trabajamos con una máquina que tenía 180 años
y que seguía funcionando. Era como si mis
botellas fueran a ser bebidas por la corte
del Zar de Rusia. Me sentí muy orgulloso
de haber producido un champagne de
tan alta calidad elaborado de forma
totalmente artesanal, fue como un
sueño”. Actualmente, aunque la casa
elabora vinos diferentes adaptados a
todos los gustos, la “Family Reserve”, una cuvée atada como
antaño por un cordel de cáñamo como en la época del reinado
de Philippe V sigue siendo la joya de la corona. Sin embargo,
de todos sus logros, hay uno del que el conde Dampierre se
siente especialmente orgulloso y es de haber conseguido
coronarse número uno en ventas en “la tienda más bella del
mundo”, Harrod’s, en Londres. “Ellos pueden comprar lo
que quieran, su tienda es magnífica e increíblemente chic y
además son riquísimos, sin embargo, vinieron a buscarme
porque mi champagne les parecía fabuloso y lo querían a
cualquier precio.”
La campaña del champagne está en pleno apogeo, y cuando
se trata de beberlo, el conde Dampierre lo aconseja “con
cualquiera de los excelentes mariscos y pescados que se
encuentran en España”, pero también con un buen jamón,
o solo, confiesa, pero siempre en buena compañía.
Lo que Audoin de Dampierre reivindica en el mundo
del champagne es el arte de vivir a la francesa y
una tradición aristocrática que, según él, se está
perdiendo. Y por supuesto, su
independencia en un sector
cada vez más deshumanizado y
controlado por multinacionales.
“Afortunadamente tengo dos
hijas maravillosas y un hijo
que trabaja para Champagnes
Dampierre. ¡A todos les gusta
el champagne así que el relevo
está asegurado!”.
El champagne
es un
lujo, todo lo que es fino y elegante
y puede beberse en buena
compañía es un lujo
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