Homenaje al diplomático mexicano Gilberto Bosques en

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Comunicado 010
Homenaje al diplomático mexicano Gilberto Bosques en Luxemburgo
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La Misión de México ante la Unión Europea, Embajada de México ante el Reino de
Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo, junto con el Centro cultural Abbaye de
Neumünster de Luxemburgo, presentan una exposición y jornada especial en honor
del Cónsul mexicano, Gilberto Bosques (1892-1995).
Este evento cultural concentra una exposición fotográfica intitulada “Gilberto
Bosques: un hombre de todos los tiempos” que permanecerá abierta del 3 de julio
al 2 de agosto de 2015 e incluirá la presentación del documental “Visa al
Paraiso” (2010, Lillian Lieberman), así como una conferencia sobre la vida del
diplomático.
Durante la inauguración de este evento, el biógrafo y académico francés, Gérard
Malgat, presentará una ponencia sobre la vida de este ilustre diplomático mexicano
quién, entre 1939 y 1943, llevó a cabo diversas acciones en defensa de los
Republicanos españoles y de los judíos perseguidos en Francia.
Para la Embajada de México es un honor unir esfuerzos con el Consistorio Israelita
de Luxemburgo y las autoridades del Gran Ducado para rendir homenaje a este
gran diplomático mexicano, ha señalado el Embajador de México Juan José Gómez
Camacho.
Más información sobre Gilberto Bosques
Cuando la guerra se cernía sobre Europa, en 1939, el presidente Lázaro Cárdenas
nombró a Gilberto Bosques Cónsul General en París en momentos en que la ciudad
estaba a punto de ser tomada por los alemanes. Por ello, fue necesario trasladar el
Consulado a Bayonne y luego a Marsella, dentro de la zona del gobierno francés de
Vichy. El principal objetivo del Cónsul era defender a los mexicanos residentes en
Francia, pero pronto extendió su protección a otros grupos, especialmente a los
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Republicanos españoles y a los judíos, así como a otros refugiados, expidiéndoles
visas y documentos que les permitieran huir del país.
La labor de Gilberto Bosques cambió el destino de al menos 20 mil Republicanos
españoles, y salvó de los campos de concentración a miles de judíos. También
ayudó a polacos, alemanes, italianos, libaneses y yugoslavos desplazados. Rentó
dos grandes propiedades en Marsella, donde dio asilo a más de 2 mil hombres,
mujeres y niños, hasta que pudieran salir de Francia.
La legación diplomática mexicana fue asaltada por tropas alemanas en 1942;
Bosques y los suyos fueron arrestados en febrero de 1943 y confinados en los
Pirineos, para luego ser trasladados a Bad Godesberg en Alemania, donde
permanecieron un año y dos meses hasta ser canjeados por prisioneros alemanes
en Lisboa. De esa ciudad partieron a Nueva York, y de allí Gilberto Bosques y su
familia se trasladaron a México, donde las comunidades españolas y judías les
dieron una gran recepción en la estación Balbuena de la ciudad de México.
En 1945, el presidente Manuel Ávila Camacho lo nombró Enviado Extraordinario y
Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de Portugal, donde siguió apoyando a los
españoles que la España franquista había dejado en el exilio. De 1950 a 1953 fue
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante los gobiernos de Suecia y
Finlandia, y en 1953 fue nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante
el gobierno de Cuba, cargo que desempeñó hasta 1964. Gilberto Bosques prosiguió
su labor humanitaria en Cuba, al gestionar que se le diera asilo a Raúl Castro en
México en los años cincuenta, y que Fidel Castro obtuviera un visado para ingresar
a nuestro país tras ser liberado del penal de Isla de Pinos el 15 de mayo de 1955.
La integridad personal y política de Gilberto Bosques, así como su incansable labor
a favor de las víctimas de la persecución fascista forma parte de una larga y
honorable tradición de la diplomacia mexicana y del Estado mexicano, que en su
momento apoyó y acogió al exilio español, argentino y chileno, entre otros.
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