Varia - Biblioteca Valenciana

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75 aniversario del éxodo
republicano en Alicante.
Marzo 2014
cecilio alonso
Entre el 26 y 30 de marzo de 2014, la
«Comisión cívica de Alicante para la recu-
peración de la Memoria histórica» programó unas
jornadas internacionales sobre el final de la guerra givil en el puerto de Alicante y la pérdida de
la democracia en España en 1939.
Los actos se abrieron el día 26 en la Sede de
la ua con la proyección de la película La maleta mexicana, presentada por el profesor Emilio
Soler, y continuaron el jueves 27 con una mesa
redonda de presentación de los portales <memoriarecuperada.ua.es> y <devuelvemelavoz.
ua.es> con participación de María Teresa Molares (profesora de sociología de la ua), Glicerio
Sánchez Recio (Catedrático de Historia Contemporánea) y María José Capellín (profesora de la
Universidad de Oviedo). El primero de dichos
portales es un espacio de información personal
sobre perseguidos por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa, durante la Guerra
Civil y el franquismo en la provincia de Alicante, cuyo fichero contiene ya más de 12.000
casos. El segundo se trata de un portal temático
que ofrece en abierto un amplio archivo sonoro
de las emisiones de Radio París o Radio España
Independiente, entre otras.
El viernes 27 se rindió homenaje a las vícti-
Laberintos, 16 (2014), pp. 478-479, ISSN: 1696-7410
mas del franquismo en el Cementerio Municipal
de Alicante, con lectura de poemas ante la tumba
de Miguel Hernández a quien se dedicó también
una ofrenda floral en su monumento de la antigua cárcel alicantina. Por la tarde, en los locales
del «Club Información», tuvo lugar otra mesa redonda sobre 75 años de lucha por la igualdad y
los derechos de la mujer, moderada por Rosana
Arques, de la Plataforma feminista de Alicante,
con la participación de las profesoras de la ua
Mónica Moreno Seco (Historia contemporánea),
Mar Esquembre Valdés (Derecho Constitucional) y Modesta Salazar Agulló (Salud pública)
que ofrecieron una visión panorámica de la evolución de los derechos conseguidos por la mujer
en la II República hasta nuestros días, pasando
por la guerra civil y la represión franquista.
Durante el fin de semana se llevaron a cabo
los actos más directamente relacionados con el
exilio. El sábado por la mañana, centenar y medio de asistentes visitaron en la Universidad de
Alicante la exposición «El final de la Guerra en
Alicante, Represión y Exilio», antes de recorrer
lugares señeros de los últimos momentos de la
retirada republicana en marzo de 1939, como
«Villa Manolito» en la Posición Dakar (Elda), El
Fondó de Monóver –donde estuvo instalado el
aeródromo desde el que partió el Gobierno para
el exilio– y la Plaza de Toros de dicha localidad,
improvisado campo de concentración para centenares de vencidos. La excursión se concentró
finalmente en las afueras de Petrer en las puertas
de la finca El Poblet –la llamada Posición Yuste– en la que el presidente del Gobierno Juan Negrín, fijó su residencia durante sus últimos días
en suelo español, donde se realizaron dos conse-
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jos de ministros. Por la tarde, en la antigua Casa
del Pueblo, actual sede de la UGT, se celebró la
tercera mesa redonda sobre «El final de la Guerra
Civil en la Posición Yuste y Dakar». En animado
debate, que puso de manifiesto el daño inferido
por el golpe de Casado a las previsiones gubernamentales relativas a la retirada republicana,
intervinieron el historiador Ángel Viñas, Miguel
Ull y Sergio Millares (ambos de la Fundación
Juan Negrín) junto a Carmen Negrín nieta del
político canario. La apretada agenda del sábado
se cerró con un emotivo recital de Paco Ibáñez
y Luis Pastor en el Paraninfo de la Universidad
atestado de público.
Los actos culminaron el domingo, 30 de marzo, por la mañana en el puerto de la ciudad donde
representantes de la Comisión Cívica y de diversas entidades adheridas a los actos se expresaron
ante un millar de asistentes para honrar la memoria de los millares de republicanos atrapados en
1939 de los que solo una pequeña parte alcanzó
su objetivo de escapar a los efectos directos de la
represión. Tras la actuación del Sexteto Ofua, dirigido por Mihnea Ignat, que interpretó la elegía
musical «Alicante, 25 de mayo de 1938» de Miguel Brotons, parte de su poema sinfónico «Stanbrook», se inauguró una placa conmemorativa en
el borde del muelle en honor de los defensores de
la II República, con ofrenda al mar de cientos de
flores, a los acordes de diversos himnos republicanos. ■
Laberintos, 16 (2014), pp. XX-XX, ISSN: 1696-7410
Cubierta del Stanbrook, a su llegada a Orán. Fondo Rodolfo Llopis.
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Coloquio Internacional
Antonio Machado y el
exilio republicano español
en Francia, 75 años después
(1939-2014)
monique alonso
Instituto Francés de Barcelona
Febrero de 2014. Se cumplen 75 años de
la muerte del poeta Antonio Machado en Co-
llioure y se cumplen también 75 años del exilio
de tantos republicanos españoles que se vieron
obligados a cruzar la frontera por no comulgar
con el régimen que se les impuso en su tierra.
Casi todos fueron a parar, en un primer momento por lo menos, a Francia. Algunos murieron
en los campos de refugiados que se habían improvisado para ellos. Otros tuvieron más suerte
y pudieron viajar hasta América Latina. Y otros
se quedaron en Francia, donde trabajaron y lucharon con Francia contra los Alemanes cuando
estalló la II Guerra mundial. Entre estos exiliados iba también el profesor de lengua francesa y
poeta Antonio Machado, que reposa junto a su
madre en el cementerio de este pueblo de pescadores francés.
El Instituto Francés de Barcelona, a través de
su director Yannick Rascouet, no podía dejar pasar por alto esta fecha y quiso rendir a todos ellos
homenaje. Organizó tres jornadas en el Instituto
Francés, coordinadas por la profesora Monique
Alonso, en colaboración con el Dr. Manuel AzLaberintos, 16 (2014), pp. 480-483, ISSN: 1696-7410
nar Soler, coordinador de la jornada en la Universitat Autònoma de Barcelona.
El programa fue completísimo, aunque siempre se queda el tiempo corto cuando se trata de
hablar de este tema.
Abrieron las Jornadas, el día 13 de febrero, el
director la coordinadora del Instituto Francés; el
señor Édouard Beslay, cónsul de Francia en Barcelona, y el Dr. Manuel Aznar Soler.
A continuación, ofreció la ponencia inaugural
el profesor Enrique de Rivas, sobrino de Manuel
Azaña que, con una disertación muy amena, dio
a conocer a los asistentes la vertiente más familiar de su tío y su relación con los exiliados. Sólo
alguien tan cercano a Manuel Azaña podía darnos tantos detalles del que fuera presidente de la
Segunda República española entre 1936 y 1939.
Luego, la escritora Antonina Rodrigo presentó una faceta quizá menos conocida de este exilio republicano, que es la aportación de los exiliados españoles a la cultura francesa. Nos hizo
descubrir la obra en el país galo de la cantante
Teresa Rebull, del dibujante Luis García Gallo y
del restaurador de arte José Molina. Todos ellos
muy famosos en Francia, pero prácticamente ignorados en su patria.
Siguiendo con el tema del exilio en Francia,
Sergi y Agustí Centelles, hijo y nieto respectivamente del gran fotógrafo Agustí Centelles, nos
presentaron un audiovisual muy emotivo sobre
el campo de Bram realizado a partir de clichés,
tomados por el fotógrafo a escondidas y con gran
riesgo, mientras permaneció en este campo de
refugiados.
Terminó la serie de intervenciones de la primera mañana Lourdes Prades, directora de la
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Biblioteca del Pavelló de la República de la Universitat de Barcelona, que presentó toda la documentación que se guarda en este Pabellón e invitó a los asistentes a que fueran a esta biblioteca
repleta de historia por los documentos valiosos
que contiene y por el edificio que la alberga.
Inauguró la sesión de la tarde el Dr. Manuel
Aznar Soler, quien habló del teatro y de la literatura dramática del exilio republicano español
en Francia, aunque centró su intervención en la
trayectoria de la actriz María Casares en la escena francesa.
A continuación, Georges Figueres presentó un
documental estremecedor sobre la Retirada de
1939 y nos comentó que había podido realizar
dicho trabajo a partir de un legajo de fotografías
que había encontrado escondido en el jardín de
su casa. Ignora quién las escondió allí ni cuál fue
el motivo de haberlas ocultado, pero lo cierto es
que constituyen un testimonio muy valioso sobre
ese periodo de la historia.
Una mesa redonda que reunió a hijos de refugiados clausuró las intervenciones de la tarde. Los
participantes nos brindaron sus recuerdos de cómo
habían oído ellos hablar de esa guerra y de ese
éxodo por sus padres y de cómo lo vivieron. Intervinieron Sergi Pàmies, escritor, hijo de la escritora
Teresa Pàmies y de Gregorio López Raimundo, el
mítico secretario general durante muchos años del
Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC);
Placer Thibon, directora del Centro de Documentación sobre el Exilio Republicano de Toulouse y
la profesora Vida Zabraniecki.
Cerrando los actos de esta primera Jornada,
Paco Ibáñez deleitó con sus canciones, escritas a
partir de poemas de Antonio Machado, a un au-
ditorio totalmente entregado.
Pero la Jornada prosiguió para los admiradores de Machado, ya que por la noche, y sumándose a estos actos de homenaje, el director del
Hotel Majestic, señor Pascal Billard, acompañado por Santiago Martín, su jefe de Marketing y
Comunicaciones, inauguraron la Suite Antonio
Machado, la más grande y más lujosa del hotel.
Aunque la dirección de este hotel es plenamente
consciente que a Don Antonio no le gustaba el
lujo, es para ella la mejor manera de honrar la
memoria del gran poeta y recordar su paso por
el Majestic, camino del exilio. Se sirvió a continuación un menú excelente elaborado por el gran
chef Nandu Jubany.
Volviendo al Instituto francés, el día 14 de febrero se dedicó por entero al gran poeta Antonio
Machado. Monique Alonso empezó presentando
el Largo Peregrinar del Poeta hacia la mar, su
recorrido desde que salió de Madrid en noviembre de 1936 hasta que la muerte segó su vida en
Collioure en febrero de 1939. La ponente acompañó su intervención con una proyección de documentos referentes a esta última etapa de la vida
del poeta.
La escritora Rosa Regàs completó la primera
ponencia hablando de los escritos de guerra de
Antonio Machado, recalcando su compromiso
con la causa republicana y, sobre todo, la conexión del poeta con el pueblo. Con un nudo en
la voz y una emoción difícilmente contenida leyó
algunos de estos escritos.
La Red de Ciudades Machadianas, que aprovechó este homenaje para celebrar su asamblea
anual en las instalaciones del Instituto Francés
participó en una mesa redonda en la que los reLaberintos, 16 (2014), pp. 480-483, ISSN: 1696-7410
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presentantes de cada una de estas ciudades explicaron lo que el poeta había dejado y lo que
se conservaba de él en cada una de las ciudades
representadas.
Puso fin a las intervenciones de la mañana
la escritora Filomena Garrido, que habló de las
mujeres en la obra de Antonio Machado y nos
hizo descubrir algunos escritos sorprendentes del
poeta sobre este tema.
Los actos de la tarde empezaron con unas llamadas telefónicas muy emotivas a las sobrinas
del poeta: Carmen Machado, desde Chile, respondió a las preguntas de los asistentes sobre su
tío y asimismo lo hizo Leonor Machado desde
Madrid.
Siguió el testimonio de Georges Figueres, hijo
de Juliette Figueres, la primera persona que habló con la familia Machado a su llegada a Collioure y que hasta el último momento permaneció al lado de esta familia. Nos explicó cómo el
recuerdo de la familia Machado siempre había
estado muy presente en la suya.
El periodista Xavier Febrés y Monique Alonso abrieron un debate sobre Antonio Machado y
el exilio republicano español de 1939 en Francia,
en el que también participó el público.
Puso fin a esta jornada la proyección del documental los Mundos sutiles de Eduardo Chapero
Jackson, en presencia del propio realizador y de
Ana Amigo, miembro de la Academia del Cine y
productora de la película. Un documental «poco
al uso» que entusiasmó al público.
Gracias a la colaboración de la Biblioteca del
Pabellón de la República y a algunos particulares
que prestaron sus documentos, el Instituto Francés organizó una exposición sobre este periodo
Laberintos, 16 (2014), pp. 480-483, ISSN: 1696-7410
de la historia en que se pudieron admirar documentos realmente interesantes y para algunos
muy poco conocidos.
El sábado 15 de febrero se madrugó para seguir los pasos del poeta en su última etapa del
exilio. Partió el autocar del Instituto Francés a
las 7 de la mañana para hacer su primera parada
en la Torre Castañer de Barcelona, donde se alojó Machado después de su breve estancia en el
Hotel Majestic. La siguiente parada fue en Can
Santa María, donde los viajeros fueron muy cordialmente recibidos por los propietarios actuales
de esta casa. Se desayunó en Viladasens antes de
visitar Mas Faixat, recorriendo, con las explicaciones del doctor Faixat, la finca en la que el poeta pasó su última noche en España. Los viajeros
se dirigieron luego a Collioure, donde fueron recibidos por el entonces alcalde Michel Moly, que
les acompañó siguiendo el mismo itinerario que
don Antonio en Collioure. Partiendo de la estación, se hizo una parada delante de la que fuera
tienda de Mme Figueres, dando la vuelta por el
puente hasta el hotel Quintana antes de terminar
con una ofrenda floral en la tumba donde descansan el poeta y su madre.
Después de la comida, cada uno pudo disfrutar del paisaje y de diversas instalaciones de este
pueblo costero (salazón de anchoas, cooperativa
de vino, fábrica de croquants…) antes de regresar ya de noche a Barcelona.
Pero ese día no terminaron estas Jornadas de
Homenaje ya que prosiguieron el día 25 de febrero, día del entierro de doña Ana Ruiz, madre del
poeta, en la Universitat Autònoma de Barcelona.
Abrieron esta Jornada el director del Departamento de Filología Española, Juan Rodríguez; el
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director del Instituto Francés, Yannick Rascouet,
y el Dr. Manuel Aznar Soler, coordinador de esta
Jornada.
Pronunció la primera conferencia Monique
Alonso, quien habló de Cataluña como última
morada de Machado en España. El resto de las
intervenciones fueron comunicaciones, ocho intervenciones eruditas que nos hicieron descubrir
diferentes facetas de Antonio Machado y que no
se pudieron ampliar por falta de tiempo.
Merece la pena citar los nombres de estos investigadores del grupo gexel, que están haciendo una labor tremenda por rescatar la historia.
Por orden de intervención: Manuel Aznar Soler,
Olga Glondys, Esther Lázaro, José Ramón López García, Francisca Montiel Rayo, Juan Rodríguez, Neus Samblancat y Mar Trallero.
Se proyectó asimismo a principios de la tarde,
presentado por el propio autor, el documental de
Hermindo Medal: Destierro y muerte de un poeta.
Esta Jornada de la Universitat Autònoma puso
el broche final al homenaje a los exiliados españoles y a Antonio Machado que quiso rendirles
el Instituto Francés y el grupo gexel, para conmemorar el 75 aniversario de este exilio. Esperamos que no sean las últimas.
Todos los materiales de estas Jornadas se publicarán en breve en la colección Biblioteca del
Exilio de la editorial Renacimiento de Sevilla, libro colectivo del que Monique Alonso y Manuel
Aznar Soler van a ser editores. ■
Laberintos, 16 (2014), pp. 480-483, ISSN: 1696-7410
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Operació Stanbrook.
Homenaje a la memoria
republicana (29 de mayo a
2 de junio de 2014)
empar juan
Comissió Stanbrook
http://www.operaciostanbrook.org
Poco antes de la medianoche del 28 al 29
de marzo de 1939, zarpaba del puerto de Ali-
cante con destino a Orán, bajo el mando del capitán Archibald Dickson, el Stanbrook, un viejo
carbonero inglés que esa noche evacuó en dramáticas condiciones a los últimos republicanos
españoles, cerca de 3.000 hombres, mujeres y
niños, que consiguieron embarcar hacia el exilio.
75 años después, el 29 de mayo, un nuevo barco, el Tassili II, el ferri que cubre la línea Alicante-Orán, salía del puerto de Alicante con un grupo de 94 pasajeros a bordo dispuestos a conmemorar la gesta del Stanbrook y a rendir homenaje
a sus protagonistas. La mayoría de los miembros
de la expedición tiene una relación directa con
aquellos que viajaron en el Stanbrook y con la
ciudad de Orán, son sus hijos o nietos, incluso
la que fuera su pasajera más joven, Olimpia, que
viajó entonces con apenas un mes de edad.
Meses atrás se había constituido la Comissió
Stanbrook, una comisión cívica que se encargará
de la organización del viaje, de los actos a realizar durante el mismo, de las gestiones con las autoridades argelinas y españolas y de la coordinación con las asociaciones argelinas que colaboLaberintos, 16 (2014), pp. 484-486, ISSN: 1696-7410
ran en el proyecto. El viaje, previsto inicialmente para las fechas en que lo realizó el Stanbrook,
tuvo que ser aplazado por la coincidencia con la
convocatoria de elecciones presidenciales en Argelia. L’Operació Stanbrook se presentó el 21 de
febrero en un acto realizado en el Aula Magna de
la Universitat de València con la proyección del
documental Cautivos en la arena del periodista
Joan Sella y la intervención de Helia González,
la pasajera número 2.777 de la travesía a Orán,
entonces una niña, y una de las principales impulsoras del proyecto que finalmente se realizará
entre los días 30 de mayo y 1 de junio.
A las cinco de la tarde del día 29 de mayo nos
concentramos en la terminal del ferri AlicanteOrán los 94 participantes en la Operació Stanbrook, donde fuimos despedidos por miembros
de la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica, representantes sindicales, principalmente de la CGT, periodistas y un grupo de tabalets i dolçaines que interpretaron el Himno de Riego, La Internacional,
A las barricadas, La Muixeranga i L’Estaca.
Al amanecer del día 30, cuando ya se divisaba
el puerto de Orán se realizó una emotiva ofrenda
floral lanzando al mar claveles rojos, amarillos y
morados mientras sonaba el Himno de Riego interpretado por Abel García con su viola de roda
que pondría música a todos los actos conmemorativos. Al desembarcar en el puerto de Orán,
miembros del Comité de Acogida argelino formado por las asociaciones Santé Sidi El Houari,
Bel Horizon y la Comissió Stanbrook de Orán,
nos daban la bienvenida con una rosa. Mientras
una delegación se trasladaba a un hotel de Orán
para realizar una rueda de prensa ante los me-
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dios argelinos y españoles que tendría gran repercusión en la prensa de Orán, la mayoría de
los expedicionarios fuimos trasladados al hotel
en dos autobuses protegidos por un amplio dispositivo de seguridad que nos acompañó durante toda nuestra estancia. Por la tarde tuvo lugar
uno de los actos centrales del viaje: un concierto
en el Conservatorio «Ahmed Whabi» en el que
participaron los músicos que nos acompañaban
en el viaje, Rafel Arnal y el Grupo Krama, el
cantautor panameño Rómulo Castro, hijo y nieto
de republicanos exiliados en México, y el grupo
argelino Sidi El Houari. La música mediterránea
y caribeña pronto convirtió el acto en una fiesta
colectiva. Intervino el alcalde de Orán que nos
hizo entrega de diversos obsequios y se leyó el
documento preparado por la comisión en el que
se explicaban los motivos y objetivos del viaje
así como los lazos históricos y culturales que nos
unen con la población argelina. La jornada acabó
con una cena en el patio de la sede de la Asociación Santé Sidi El Houari.
El día 31 salimos hacia Relizane donde visitamos el lugar en el que estuvo ubicado uno de los
campos de internamiento de refugiados y realizamos nuestro pequeño homenaje que finalizó de
nuevo con las notas del Himno de Riego interpretadas por nuestro compañero a la viola de roda.
En el trayecto a Mostaganem realizamos algunas
paradas en poblaciones donde habían residido algunos de los viajeros. Comimos en los locales de
la Fundación Djanatu El Arif en Mostaganem y
por la tarde visitamos el cementerio donde reposan muchos españoles. A continuación pudimos
dar un pequeño paseo por esta hermosa ciudad
antes de volver a Orán. La noche acabó con una
reunión del grupo en la que nos fuimos presentando y explicando los motivos que nos habían
impulsado a realizar este viaje, y Rómulo Castro nos interpretó alguna de sus canciones como
L’art de les teues mans, canción-homenaje a sus
abuelos maternos.
Los actos del domingo 1 de junio se centraron en la inauguración de un monolito dedicado
a la memoria de los republicanos españoles del
Stanbrook. El monumento de mármol, realizado
por alumnos de la escuela-taller Sidi El Houari,
situado en el jardín Sidi M’Hamed, un agradable
lugar frente al mar, tiene forma de pirámide truncada con una inscripción en castellano, catalán,
árabe y francés en cada cara: «En memoria de los
refugiados republicanos españoles, en reconocimiento al pueblo argelino por su acogida solidaria. Stanbrook 1939-2014». Se leyó una emotiva
carta de nuestra compañera Helia González, pasajera del Stanbrook que llegó a Orán con cuatro
años y que por motivos de salud no pudo asistir
finalmente al viaje que con tanta ilusión había
impulsado. La música de la viola de roda puso fin
a los actos conmemorativos en Orán. Posteriormente realizamos un agradable recorrido a pie por
el Paseo Marítimo, comimos en un excelente restaurant frente al mar donde degustamos especialidades gastronómicas argelinas, y tras un paseo
por el barrio de Sidi El Houari, nos despedimos de
nuestros amigos argelinos y regresamos al barco
que nos llevaría de regreso a Alicante. ■
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Arriba: la expedición en Mostaganem; abajo: la Comissió Stanbrook ante el monolito inaugurado en Orán.
Laberintos, 16 (2014), pp. XX-XX, ISSN: 1696-7410
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El reconocimiento
internacional de la acción de
Gilberto Bosques
gérard malgat
En este año 2014 del 75 aniversario de la
Retirada que llevó hacia el exilio a más de
medio millón de españoles, florecen en la prensa
de España y de América Latina numerosos artículos para subrayar el papel decisivo de México
en la ayuda y la protección hacia esos refugiados. Casi todos esos artículos señalan que entre
los múltiples actores de esta solidaridad mexicana, sobresale la figura de Gilberto Bosques Saldívar (Chiautla de Tapia, 1892 - México, 1995).
Sin entrar aquí en una descripción detallada del
enorme trabajo de solidaridad que Gilberto Bosques realizó en Francia como cónsul general de
México, primero en París (enero de 1939 a mayo
de 1940) y luego en Marsella (julio de 1940 a
noviembre de 1942), se debe recordar que Bosques ayudó y protegió a miles de republicanos
españoles, antifascistas alemanes, austriacos,
italianos, polacos, yugoslavos, judíos de la diáspora europea… quienes eran amenazados de
internamiento y de deportación. Firmó decenas
de miles de visados de emigración a México a
favor de los refugiados que llegaban de todos los
rincones de Europa y que tocaban a la puerta del
consulado.
Después de haber quedado desconocida durante muchos años –excepto de los propios exi-
liados llegados a México gracias a él y de los círculos de historiadores e investigadores–, la acción humanitaria de Gilberto Bosques en Francia
es objeto desde 2010 de numerosos homenajes,
exposiciones y ediciones, tanto en México como
en varios países de Europa: Alemania, Austria,
España, Francia e Italia.
Homenajes de México a un hijo de la
Revolución cuya acción en Europa
quedaba en la sombra
En México, este reconocimiento empezó con las
entrevistas a Gilberto Bosques realizadas por
Graciela de Garay editadas en el libro Gilberto
Bosques, el oficio del gran negociador primero en 1988 y luego en 2006 por la Secretaría de
Relaciones Exteriores de México. Otro precursor, Alberto Enríquez Perea editó en 1990 una
recopilación de documentos del archivo de la
embajada de México en Francia con un estudio
introductorio en el libro México y España: solidaridad y asilo político, 1936-1942 también editado por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Luego en junio de 2007, el Museo Histórico
Judío y del holocausto «Tuvie Maizel» de México presentó la exposición «Embajador Gilberto
Bosques: un hombre de todos los tiempos» y en
noviembre el Instituto de Investigaciones Bibliográficas y la Biblioteca Nacional de México
presentaron otra titulada «Gilberto Bosques un
hombre de la Revolución Mexicana».
El documental de Lillian Liberman Visa al
paraíso, presentado por primera vez en el marco
de un homenaje organizado por La Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal (cdhdf)
Laberintos, 16 (2014), pp. 487-491, ISSN: 1696-7410
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los 17 y 18 de noviembre de 2010, ha contribuido a ampliar y propagar el eco dado a la figura
y la acción de Gilberto Bosques. La película se
ha visto en China, Canadá, Dinamarca, España,
Francia, Israel, Italia, Uruguay, Argentina, Nicaragua, Estados Unidos y Suiza entre otros países.
En 2011 Visa al paraíso ganó tres premios: el
del público en el festival de la Amistad Sudamericana en Marsella; el de Mejor Investigación de
Pantalla de Cristal del Canal 22 en México; y
Mejor Ópera Prima en el Festival internacional
de cine documental de la ciudad de México.
En el marco de los 50 años del Tratado del
Eliseo de amistad entre Francia y Alemania, las
embajadas de ambos países en México han creado en junio de 2013 el Premio Franco-Alemán de
Derechos Humanos Gilberto Bosques. Este Premio, que se otorgará cada año, quiere reconocer
y estimular a aquellas personas, colectivos y organizaciones que en México hayan destacado en
la difusión y defensa de los Derechos Humanos,
la Paz, la Solidaridad y la Justicia, valores que
simbolizó Gilberto Bosques. El 26 de septiembre
de 2013 el primer premio ha sido otorgado a fray
Tomás González, del Albergue para Migrantes
«La 72», con sede en Tenosique, Tabasco, y a
la organización Código Derechos Humanos, de
Oaxaca, que brinda apoyo legal, psicológico y
médico a víctimas y sobrevivientes de violaciones a garantías fundamentales. En julio de 2013
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal ha inaugurado, en sus instalaciones, la
exposición «Solidaridad en tiempos difíciles: No
fui yo, fue México», que narra la vida y trayectoria de Gilberto Bosques.
En este año 2014 del 75 aniversario del Exilio
Laberintos, 16 (2014), pp. 487-491, ISSN: 1696-7410
Republicano Español en México se han organizado varios actos de homenajes. El 30 de enero
los Legisladores mexicanos han inaugurado una
exposición fotográfica titulada «Gilberto Bosques, un hombre de todos los tiempos» presentada en el vestíbulo del Palacio Legislativo de San
Lázaro, sede de la Cámara Baja del Congreso
mexicano. El 25 de marzo de 2014, en el patio
central del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (inehrm),
la Academia de Ciencias de México rindió un
homenaje a Gilberto Bosques, con la presencia
de personalidades del ámbito científico e intelectual, de exiliados españoles y judíos y sus
descendientes, así como del gobierno federal, de
la Academia Mexicana de Ciencias (amc) y de
la Cátedra del Exilio Español de la unam. José
Franco, presidente de la amc destacó la labor de
este «humanista de dimensiones extraordinarias,
un personaje universal, valiente, inteligente, generoso y sensible, así como ferviente y apasionado defensor de la democracia y la dignidad». En
el homenaje se exhibió la exposición fotográfica
titulada «Solidaridad en tiempos difíciles».
Homenajes en varios países de Europa
Numerosos homenajes y actos han tenido lugar
también en varios países europeos.
En Austria, el 4 de junio de 2003 el gobierno
austriaco dio a una de sus avenidas, en el Distrito 22 de Viena, entonces llamado Donaustadt o
Ciudad del Danubio, el nombre de «Paseo Gilberto Bosques», avenida que hace esquina con la
calle Leonard Bernstein.
En Alemania, en Berlín, del 2 de diciembre
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2012 al 14 de abril de 2013 fue presentada la exposición Letzte Zuflucht Mexico, «Último refugio México, Gilberto Bosques y el exilio de los
Alemanes y de los Austriacos después de 1939»
montada por el Aktives Museum Faschismus
und Widerstand en la Akademie der Künste. Esta
exposición relata la acción de socorro de Gilberto Bosques, la vida de los exiliados alemanes y
austriacos en México y la vuelta de parte de ellos
a la Alemania destruida de la post-guerra. También en Berlín, el 9 de septiembre de 2013, Winfried Hansch presidente de la organización alemana Alexander von Humboldt, honró la memoria del cónsul mexicano Gilberto Bosques. En el
discurso que pronunció al pie de ese monumento,
Winfried Hansch mencionó los nombres de alemanes destacados que salvaron de esa manera
su vida, entre ellos Alexander Abusch, Brigitte
Alexander, Hanns Eisler, Franz Feuchtwanger,
Charlotte y Walter Janka, Sofie y Hans Marum,
Paul Merker, Ludwig Renn y Anna Seghers. Siguiendo la iniciativa de la ciudad de Viena, la
sociedad Humboldt realiza un proyecto para que
una calle de Berlín lleve el nombre del cónsul
mexicano fallecido en 1995.
En España, en Madrid el 8 de abril de 2014 se
presentó en el Instituto de México la exposición
«Solidaridad en tiempo difíciles… No fui yo, fue
México», organizada por el Centro de Estudios
de Migraciones y Exilios de la uned y el Ateneo
Español de México A.C. Esta exposición reunía
imágenes y documentos relativos a la labor realizada por Gilberto Bosques y los diplomáticos
mexicanos en favor de los refugiados españoles
en Francia durante los años 1939-1942, período
marcado por la guerra y la ocupación alemana.
Esta exposición, realizada por María Luisa Capella coordinadora de ceme-uned, recoge las fotografías de la vida cotidiana en los dos castillos
que México alquiló por mediación de Bosques.
Las imágenes de esta exposición son fotos tomadas por los habitantes de esos castillos, retratando su vida cotidiana allí, donde tuvieron desde
servicios médicos hasta eventos culturales. La
inauguración de esta exposición ha coincidido
con la celebración los 8 y 9 de abril del coloquio
«México y la segunda República Española: diplomacia, guerra civil y exilio», organizado por
la Universidad Nacional Autónoma de México
(unam) con la Embajada de México en España.
En Barcelona, el 2 junio de 2014 –fecha aniversario del nacimiento de Max Aub en París en
1903–, en el marco del seminario internacional
Ethos humanitario y guerra: razones y pasiones,
ideologías y creencias organizado por el Grupo
de investigación «Cultura médica y científica:
prácticas, espacios, objetos e intercambios» y
con la participación del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universitat de Barcelona, una sesión ha sido dedicada
a la acción de Gilberto Bosques en Marsella. Se
presentó el documental Visa al paraíso así como
el 3 de junio en Sabadell por la iniciativa de la
asociación «Sabadell per la República».
En Francia, en el Instituto Cervantes de París,
el 27 de mayo de 2013, Gérard Malgat presentó
Visa al paraíso así como su libro Gilberto Bosques, La diplomatie au service de la liberté, Paris-Marseille (1939-1942). También en París, en
la casa Heinrich Heine de la Ciudad universitaria, del 18 de septiembre al 3 de octubre de 2013
se presentó la exposición «Letze Zuflut Mexiko,
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Último refugio México. Gilberto Bosques y el
exilio de los Alemanes y de los Austriacos después de 1939». A la inauguración de la exposición asistió el embajador de México en Francia,
Agustín García-López y la directora del Instituto
de México, agregada cultural de México en Francia, Sara Valdés.
En Montauban, la asociación Presencia de
Manuel Azaña, organizadora desde hace 8 años
de las «Jornadas Manuel Azaña» ha dedicado las
jornadas 2011 al tema de México y la República
española. Varias comunicaciones han puesto de
relieve la intensidad de los nexos entre ambos
gobiernos y la importancia de la acción de Gilberto Bosques y demás diplomáticos mexicanos
en la ayuda solidaria a los republicanos españoles exiliados. Se publicaron las actas de esas jornadas (ver la bibliografía).
En Marsella, entre la multitud de acontecimientos programados en el año «Marseille-Provence 2013, capital europea de la cultura», un
coloquio internacional «La cultura de la Europa
antifascista en exilio en Marsella (1940-1942)»,
fue organizado del 8 al 12 de octubre. En el marco de este coloquio, el embajador de México en
Francia, Agustín García-López, develó una placa
en honor de Bosques en la sede del consulado
de México en Marsella durante la Segunda Guerra mundial, en la que Bosques expidió 45.000
visados a republicanos españoles en su mayoría.
La placa, ubicada en lo que hoy en día lleva el
número siete de la Plaza Stalingrad –entonces
se nombraba 15 cours Joseph Thierry–, destaca
en francés que en ese lugar «Gilberto Bosques
ayudó y salvó sin distinción de edad, de nacionalidad, de opinión religiosa o política a todos los
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que huyeron de la represión nazi». Un párrafo
en español reproduce una cita de Bosques en la
que afirma: «Fue un privilegio encontrarme en
esa situación que me permitió desenvolver una
acción en la gran causa del hombre». El día 11
de octubre fue declarado día en honor al cónsul
Gilberto Bosques y una asamblea de más de quinientas personas se reunió en la sede del archivo
departamental, con motivo de un acto organizado
por la asociación Promemo (Provence-MémoireMonde ouvrier), con la participación del Musée
virtuel de la Résistance en Provence-Alpes-Côte
d’Azur (murel), de la Asociación Provence Solidarité avec l’Amérique du Sud (aspas), de la
Asociación des anciens combattants et résistants
(anacr) de Marseille y con el apoyo del Office
national des anciens combattants Victimes de
guerre (onacvg, section des Bouches-du-Rhône).
Laura Bosques, hija de Gilberto Bosques quien
vivió todos los acontecimientos franceses con
sus padres y Pedro Mock, nieto de Bosques,
aportaron su testimonio. También participaron
como testigos: Mélanie Berger-Volle, resistente austriaca encarcelada y evadida; Elvira Pajetta, hija de Giuliano Pajetta, resistente italiano
en Francia, deportado, quien recibió un visado
mexicano; descendientes de miembros del Grupo
de Trabajadores extranjeros (gte) de los mineros
españoles de Meyreuil. Dieron conferencias Robert Mencherini, profesor honorario de historia
contemporánea de la Universidad de Aix-Marsella y Gérard Malgat, autor de Gilberto Bosques
o la diplomacia al servicio de la libertad, ParísMarsella (1939-1942). Durante este coloquio se
presentó la exposición «Des étrangers antifascistes, antinazis et républicains en Provence entre
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491
exil, internement, répression et résistance, 19401944» dedicada a figuras que participaron en la
resistencia, y se proyectó Visa al Paraiso.
En la Maternidad de Elna, también conocida
como Maternidad Suiza, institución fundada en
1939 por la enfermera Elisabeth Eidenbenz, que
permitió el nacimiento de 400 niños cuyas madres, refugiadas de la guerra de España se encontraban internadas en campos de concentración,
las asociaciones dame, les Amis d’Illibéris, Fils
et Filles de Républicains Espagnols et Enfants
de l’Exode (ffreee), Les Amitiés Internationales
André Malraux y la ciudad de Elna, organizaron
el 13 de octubre un homenaje a Gilberto Bosques
con la presentación del libro de Gérard Malgat y la
proyección del documental de Lillian Liberman.
En Suiza, en la Embajada de México en Berna, con motivo del día de los Muertos, el 1° de
noviembre se organizó un Altar de muertos en
homenaje a Gilberto Bosques y Trudi Blom.
Algunas páginas de las luchas por la Libertad
a veces tardan mucho en surgir y en grabarse en
la historia universal de los hombres. Sólo podemos regocijarnos de que la figura de Gilberto
Bosques quede ahora mejor conocida: no es más
que justicia. ■
Bibliografía
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und Widerstand. (2012). Letzte Zuflucht Mexico,
Gilberto Bosques und das deutschsprachige
Exil nach 1939, Berlín.
Archivo Histórico Diplomático Mexicano. (1990).
México y España: solidaridad y asilo político
1936-1942, introducción y selección de Alberto
Enríquez Perea, México, Secretaría de Relaciones Exteriores.
De Garay, G. (2006). Gilberto Bosques, el oficio
del gran negociador, México: Secretaría de Relaciones Exteriores.
Malgat, G. (2013). Gilberto Bosques, la diplomatie
au service de la liberté, Paris-Marseille (1939 1942), Marseille: L’atinoir.
. (2013). Gilberto Bosques, La diplomacia
al servicio de la libertad, París-Marsella (19391942), México: coeditado por Casa Refugio
Citlaltépetl, Conaculta y Vanilia Planifolia.
Documentos audiovisuales
Liberman, L. (2010). Visa al paraíso, México: Producciones Niyta y foprocine-México.
Villiers-le-Bâcle, el 30 de septiembre de 2014
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2014: La Nueve
70 años después
évelyn mesquida
Periodista y autora de La Nueve, Los republicanos españoles que liberaron París (Barcelona, Ediciones B, 2008),
La Mémoire entre silence et oubli. Les soldats oubliés de
la libération de Paris» (Québec, Presses de l’Université
de Laval, 2006) y de Sorties de guerre des hommes de la
Nueve (encolaboración con Guillaume Piketty. Rennes,
Presses Universitaires de Rennes, 2008).
Algunos se preguntan todavía qué es lo que esos
españoles aportaron a la lucha francesa… Los españoles aportaron a todos los niveles. Primero, su
experiencia de combate y su preparación militar y
política. Todo lo que hacia de ellos luchadores diferentes de los demás, más politizados, más enérgicos
y más combativos.
Jorge Semprún, prólogo del libro La Nueve: Los españoles que liberaron París.
En 1998 publiqué en España mi primer
reportaje sobre «la Nueve». Hasta esa fecha
había ignorado la historia de esa compañía y
el papel jugado por los republicanos españoles
en el combate francés de la Segunda Guerra
Mundial.
La fotografía de un grupo de soldados y las
características que me explicaron de ella –fotografía hecha en Inglaterra, soldados vestidos con
uniforme americano, todos componentes de una
compañía militar francesa y casi todos españo-
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les…– me sorprendieron y me incitaron a buscar algún superviviente que pudiera contarme su
historia y la historia de esa compañía que además, me decían, era la primera que entró en París
el 24 de agosto de 1944 y que, simbólicamente,
fue la liberadora de la capital francesa.
Encontré algunos supervivientes, esparcidos
por diversas regiones de Francia. Me contaron
su historia y la contrasté en los archivos y en los
libros escritos por Antonio Vilanova y Eduardo Pons Prades que sólo descubrí entonces. En
Francia encontré el libro escrito por Raymond
Dronne, capitán de «la Nueve». Había publicado
el libro muchos años después de la guerra, en
1970, pero gracias a él «la Nueve», gran olvidada de la Historia, volvió a existir en un círculo
reducido de lectores.
En la historia francesa no existían esos españoles. En los diversos archivos, tampoco. Inexistentes en la memoria francesa… Lo comprobé
haciendo una encuesta entre un centenar de franceses de edades y profesiones diferentes. Incluso
varios profesores de historia e historiadores de la
Segunda Guerra Mundial, ignoraban la presencia española… Algunos lo justificaron diciendo
que en Francia habían combatido muchas nacionalidades.
Más de treinta nacionalidades. Sí… pero todas
juntas no llegan a la mitad, ni a una tercera parte,
de la contribución española. Y si todos merecen
el mismo respeto, no se puede olvidar que por el
momento histórico la enorme participación española llegada en pocos meses y además con la
experiencia de más de treinta meses de combate
contra cuatro ejércitos, (Franco, Hitler, Mussolini, Salazar), resultó especialmente útil para el
VARIA
493
ejército francés…El combate en Francia de los
exiliados españoles comenzó en septiembre de
1939.
Después de hacer conocido y entrevistado a
los diversos supervivientes de «la Nueve» que
pude encontrar, todos hombres de tres guerras
(España, Túnez, Francia), de haber escuchado el
drama de sus vidas y su extraordinario combate,
de su injusto olvido, decidí escribir el libro.
Larga investigación. Entrevistas, documentos, fotografías… La historia de «la Nueve» fue
tomando forma en el contexto de muchos otros
combates: Bosques de Inor, Narvik, Bir Hakeim,
el Alamein, Túnez, Montecassino… En todas las
batallas donde lucharon los franceses, aparecía la
presencia española.
En el 2003, con el apoyo del Mémorial Leclerc, se entregó un dossier con todas las pruebas
de la participación española a la Alcaldía de París. Anne Hidalgo acababa de llegar como adjunta al alcalde. Ella abrió, oficialmente las puertas
de la memoria.
En junio del 2004, en un coloquio organizado
en la Alcaldía y titulado Aspects oubliés de la
Libération de Paris, se habló por primera vez en
público del papel jugado por los republicanos españoles. Un soldado de «la Nueve», Luis Royo,
estaba presente. Recibió un gran aplauso del público.
Curiosamente, aunque la avanzadilla de las
tropas de Leclerc, «la Nueve», entra en París al
atardecer del 24 de agosto de 1944 y que cuando
las agencias de prensa dan la noticia el acontecimiento fue celebrado con bailes y canciones
en diversas capitales del mundo (Sydney, Nueva
York, Buenos Aires, México…), que la pobla-
ción parisina acogió con un extraordinario entusiasmo a las tropas liberadoras y que todas las
campanas de París repicaron la victoria. Desde
1945 París sólo ha celebrado cada año las fechas
del 25 y 26 de agosto como fechas liberadoras.
Salvo el 24 de agosto del 2004, ese día, sesenta años después de la Libération de París, el
alcalde de la capital, Bertrand Delanoe, rindió
homenaje público a «la Nueve», al lado de Javier
Rojo, Presidente del Senado Español, evocando
la fecha liberadora e inaugurando la primera de
las 11 placas que, desde la Puerta de Italia hasta
la alcaldía, trazan hoy el recorrido que hizo la columna del capitán Dronne aquel 24 de agosto. Y,
por primera vez, fue destacada también la figura
del teniente Amado Granell, adjunto de Dronne y
héroe extraordinario de la Liberación.
Este reconocimiento oficial de la municipalidad no impidió que a partir del año siguiente,
volviera a celebrarse cada año sólo las dos fechas determinadas para la historia, el 25 y el 26
de agosto, y fuera olvidada todavía la del 24 de
agosto. Desde entonces, sólo algún diccionario
se ha atrevido a reconocer a «la Nueve» como la
primera unidad llegada a la capital francesa ese
24 de agosto de 1944…
La proximidad de la fecha simbólica de los 70
años, y la convicción de que la Francia oficial
olvidaría una vez más la presencia republicana
española en las festividades conmemorativas,
decidió a algunos hijos de republicanos a reunirse y crear la asociación «24 de agosto 1944»,
con el fin de subrayar la fecha y de organizar una
Marcha que recordara la entrada en París de los
combatientes españoles, a través de grandes fotografías de ellos. Y con ellos, recorrer el mismo
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camino que hicieron en aquella ocasión… La
Marcha la deseábamos alegre y festiva, con música, flores y canciones…
Con el deseo de que el motivo por el que lucharon aquellos hombres estuviera muy presente, decidimos celebrar también unos días de información y cultura, alrededor de «la Nueve» y
del combate republicano.
Con este motivo, el 22 de agosto, en la Bolsa
de Trabajo de París, con el título de Révolution,
guerre et éxil des républicains espagnols se organizaron diversos actos, exposición de cuadros,
venta de libros y debates. Los debates, en los que
participaron numerosos asistentes, trataron temas como «La revolución social española», «El
exilio de los republicanos españoles y la lucha
contra el olvido» y «Los combatientes españoles
en la Resistencia francesa y en la liberación de
París».
El 23 de agosto, el autor y director de teatro
francés Armand Gatti, en su centro cultural «La
Parole errante», realizó una escenificación de
una parte del capítulo «Paisaje de Hombres en
Guerra», las entrevistas con varios combatientes
de «la Nueve», publicadas en el libro con el mismo título, retrazando la extraordinaria epopeya
de estos hombres, llegados desde sus pueblos de
España, a través de numerosos combates, hasta
el mismo Nido de Águilas de Hitler. Varios hijos
de republicanos españoles interpretaron el papel
de sus mayores. La emoción estuvo latente en
todo momento.
Durante la preparación de la Marcha, se establecieron numerosos contactos con diversos
representantes del gobierno francés, del Elíseo
al Senado, Ministerio de la Defensa, alcaldías y
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otras instituciones, que, en un principio, tibios o
reacios, fueron cediendo a las pruebas aportadas
y a la insistencia, y terminaron apoyando la iniciativa de la Asociación de forma contundente,
asegurando el recibimiento de la Marcha a su
punto de llegada, tras la travesía de la capital
francesa.
Día de lujo el 24: sol espléndido en París tras
una semana de lluvia. Fuerte afluencia desde los
primeros momentos de la cita. Más de veinte
asociaciones memoriales españolas llegadas de
Canarias, Almería, Alicante, Valencia, Santander, Zaragoza, Madrid o Barcelona, levantaron
sus banderas para reivindicar la memoria de los
españoles, setenta años después. Otras tantas
asociaciones llegadas de diversas regiones de
Francia, fraternizaron también con sus pancartas y banderas. Aparecieron grandes retratos de
los soldados… Por primera vez, el alcalde del
distrito 13, donde se encuentra la Porte d’Italie,
reivindicó en su discurso la presencia española
en aquella fecha. Rafael Gómez, el almeriense
que llegó con el Guernica, estuvo presente como
último representante de los soldados de «la Nueve». Sus 93 años apenas se notaron. La marcha
se inició poco después: centenares de personas,
cerca de dos mil, atravesaron París con música y
canciones… El Grand Orient de Francia, institución masónica que había ayudado a los republicanos españoles en 1939, tras la Retirada, se unió
a la Marcha y el Gran Maestro de la institución,
junto a numerosos miembros, recorrió también
el camino de «la Nueve». Un recorrido que duró
tres horas.
La llegada de la Marcha fue recibida por numerosos representantes de instituciones oficia-
VARIA
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les, acompañados por la hija del capitán Dronne
y por Rafael Gómez y presidida por Anne Hidalgo y el ministro de la Memoria y Antiguos
combatiente, Kader Arif.
Por primera vez, en sus discursos, tanto la Alcaldesa Anne Hidalgo como el Ministro Kader
Arif, reconocieron abiertamente la participación
de los españoles en los combates de la Segunda
Guerra Mundial. Por primera vez, las familias y
amigos de aquellos republicanos, les oyeron decir
«gracias» en nombre de la República francesa.
Ante los centenares y centenares de españoles
y franceses reunidos ante una de las placas dedicadas a «la columna Dronne», a orillas del Sena,
Anne Hidalgo pronunció su primer discurso oficial dedicado a «la Nueve»:
…Llegasteis rápidos desde la Puerta de Italia hasta
la plaza de la alcaldía. Los parisinos pensaban que
eran los americanos y en la plaza del Ayuntamiento
oyeron hablar español. Fue un gran momento, una
gran fiesta. Vosotros abristeis la ruta. Los americanos llegaron al día siguiente…
…Y cuando entrasteis en París, cuando llegasteis hasta la alcaldía y sonaron las campanas por
toda la capital, no sólo repicaron en París, sonaron
en el mundo entero porque liberar París, de alguna
forma, era conseguir ya una gran victoria contra el
fascismo, contra el nazismo…
…Evocando a todos los combatientes de «la
Nueve» querría decirles: ¡Viva los combatientes de
«la Nueve»!… Gracias por habernos permitido vivir de pie, mirar de frente…
El ministro Kader Arif, pronunció también el
primer discurso de reconocimiento por parte del
gobierno francés:
El 24 de agosto de 1944, hace justo 70 años, sonaron las campanas de Notre Dame anunciando la
llegada a la capital de los primero Franceses Libres:
Esos Franceses Libres eran españoles.
…Se llamaban Martín Bernal, Fábregas, Montoya o Moreno. Todos encarnaban una España libre y
bella. Uno de ellos, Amado Granell, fue el primer
oficial de la Segunda División Blindada que entró
en el Ayuntamiento parisino. Detrás de él, llegaban
las tanquetas que se llamaban Guadalajara, Madrid
o Guernica. Pisando el suelo parisino, fue la huella
de todo un país, España, que estos hombres inscribieron para siempre en nuestra tierra…
…Cualquiera que amenace los valores de la República debe poder encontrar frente a él a la República y a sus defensores. Los combatientes españoles en nuestro país, son el mas bello ejemplo.
Al dia siguiente, el 25 de agosto, en la conmemoración oficial de la alcaldía, el Presidente de
la República francesa, François Hollande, en su
discurso oficial, rindió homenaje también a los
combatientes de «la Nueve».
Como colofón, Anne Hidalgo anunció que la
alcaldía va a dedicar próximamente a los combatientes españoles un espacio público, situado cerca del Ayuntamiento. Ese espacio, plaza o jardín,
se llamará «La Nueve». En ese lugar se podrá
celebrar cada año, el 24 de agosto, el homenaje
a los «liberadores» de París. En el que momento
en que concluyo este artículo me llega la noticia
de que la Alcaldía acaba de aprobar, por unanimidad, el proyecto de llamar a una pequeña plaza,
situada al lado del Ayuntamiento de París, plaza
de La Nueve, aunque por el momento aún no se
sepa en qué fecha va a ser inaugurada. ■
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Sobre el libro de Manuel
García, Memorias de
posguerra. Diálogos con
la cultura del exilio (19391975)
elena poniatowska
Los libros que se refieren a la guerra de
España conmueven hasta la médula y esto
me sucede con el libro de Manuel García Memo-
rias de posguerra. Diálogos con la cultura del
exilio (1939- 1975), publicado por la Universitat
de València en España. No es la primera vez que
Manuel García habla con particular excelencia
del exilio. Ya lo había hecho como autor y editor
con el libro Exiliados. La emigración cultural
valenciana. Siglos xvi–xx. Este libro consta de
entrevistas con personajes que tuvieron que salir
de España para poder seguir viviendo, hombres,
mujeres y niños perseguidos por la guerra civil,
varios de ellos para mí entrañables: Max Aub,
Federico Álvarez, los hermanos Mayo, Adolfo
Sánchez Vázquez, Concha Méndez, avecindada
en Coyoacán, y el politólogo Rafael Segovia,
que se casó con mi compañera del Liceo Franco Mexicano, Polo Forcella. El libro de Manuel
García incluye además a mexicanos de la talla de
Octavio Paz y José Luis Martínez y a seres mágicos y creativos como los dos fotógrafos, Kati
Horna y Walter Reuter. Concha Méndez era un
sol de más en el jardín asoleado de Coyoacán,
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madre de Paloma Altolaguirre. Ese jardín también albergaba a Luis Cernuda, quien vivía con
lentitud su exilio mexicano: «Amargos son los
días / de la vida viviendo / sólo una larga espera /
a fuerza de recuerdos». Mientras le enseñó a leer
a Paloma Altolaguirre, madre de un escritor cuya
muerte todos lamentamos porque era un muchacho espléndido: Manuel Ulacia, poeta y autor de
un libro sobre Octavio Paz, con quien pasó muchos fines de año, muchos de los 31 de diciembre
de su joven vida.
Paloma, hija de Concha Méndez y Manolo
Altolaguirre, es quien más cercanía tuvo con
Luis Cernuda y nos cuenta cómo iba casi a diario al cine y asistía puntualmente a su aula en
la Universidad Nacional Autónoma de México.
Era un hombre guapo y pulcro, leía mucho, oía
música clásica y veía a muy poca gente. Gracias
a las preguntas de Manuel García a Luis Alcoriza, director de cine, me entero de que tanto Buñuel como Luis Alcoriza se propusieron filmar
la novela Bajo el volcán de Malcolm Lowry y se
dieron cuenta de que era inadaptable porque en
el cine lo que cuenta es la imagen y la emoción
visual y, aunque años más tarde Richard Burton
habría de interpretar al Cónsul, la película no
logró reflejar la vida interior de ese gran bebedor que pasó su vida en una cantina mexicana
y reflexionó durante horas en el significado filosófico de un letrero plantado en el pasto del
jardín principal de Cuernavaca que decía: «¿Le
gusta este jardín que es suyo? ¡Evite que sus hijos lo destruyan!». Malcom Lowry, que nunca
se protegió a sí mismo, pensó que este mensaje
enviado desde el más allá le estaba destinado y
sin embargo lo desoyó.
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El gran actor Augusto Benedico recuerda a
Ofelia Guilmáin y asegura que los años cuarenta
son los años del Cine Nacional Mexicano. Como
soy devota no sólo del cine de Luis Buñuel sino
de su persona, atesoro una anécdota a propósito
de un oso que vive con una familia, simplemente
porque a don Luis se le antojó meterlo a la casa
y, sobre todo, la de unas hojas de árbol que de
pronto caen sobre la cabeza de unas mujeres. Nadie entiende qué diablos hacen las hojas de árbol
dentro de los sanitarios, como suelen llamarlos
ahora en México, y por qué van a dar sobre el
cabello de las mujeres, y nadie se pregunta si vienen o no a cuento, es simplemente una fantasía
buñuelesca que el mismo Buñuel explica: «En
España hay una ciudad que se llama Cuenca, que
está sobre un acantilado. El servicio da al precipicio. Y como está muy alto se ven volar las
águilas, hay mucho viento, y el viento trae muchas hojas y a las mujeres se les llena la cabeza
de hojas».
En este momento en que acabamos de celebrar el centenario de Octavio Paz, el historial latinoamericano de Juan Gil Albert se vuelve muy
importante porque fue secretario de redacción de
la revista Taller, que Octavio Paz siempre consideró esencial dentro de la historia de la literatura
hispana. La respuesta de Juan Gil Albert es particularmente emotiva porque habla de Elena Garro
y de su hija, Elena Paz Garro, que murió un día
antes del gran festejo en Bellas Artes del centenario de Octavio Paz, el domingo 30 de marzo. Juan Gil Albert le confía a Manuel García
que no ha olvidado nunca a Elena Garro y que la
separación de ambos, Octavio y Elena, le dolió
mucho. Cuando Elena estuvo en España con su
hija también Elena, a Juan Gil Albert le extrañó
mucho que no lo buscara porque tenía una buena
amistad. También Gil Albert responde humilde y extrañado a la pregunta de Manuel García
acerca de su candidatura al Premio Príncipe de
Asturias: «Se lo dieron a Rosa Chacel. Nosotros
nos conocíamos de antes de la guerra. Luego la
vi durante mi exilio cuando viajé a Río de Janeiro». También le pregunta Manuel García a Gil
Albert: «Usted es ahora presidente del Consejo
Valenciano de Cultura, un organismo en el que
no hay ninguna mujer. ¿Qué le parece?», y con
toda humildad el entrevistado responde: «Me
dice usted una cosa que no me había planteado.
Es el primer comentario que recibo al respecto.
Claro que si usted lo dice deberíamos reflexionar sobre el tema. Me quedo impresionado por
lo que dice».
Debo afirmar aquí que tengo una enorme devoción por los republicanos y siempre atesoré su
amistad, la de Monseñor José María Gallegos
Rocafull, que comía cada quince días en casa de
mis padres y esperábamos con ilusión; la de Juan
Rejano, que parecía un toro de Miura; la de León
Felipe en su casa de Miguel N. Schultz, que llamaba a su mujer: «Bertuca, Bertuca, ven a ver a
una polaquita»; la de José Gaos y Eduardo Nicol,
a cuyas conferencias mi madre acudía desde que
leyó su libro Psicología de las situaciones vitales; la de Angelita, mujer de Miguel Prieto, gran
amigo del astrónomo Guillermo Haro, quien formaba el suplemento cultural del periódico Novedades. Aunque nunca conocimos al filósofo
Joaquín Xirau, padre de Ramón, fuimos durante
años amigos de Ramón y Ana María, y su hijo
Joaquín, menor que mi hermano Jan, muerto a
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los 21 años, solía jugar con él bajo el gran sabino
de la casa de La Morena número 426. Lo llamábamos Tin.
Todos los años, el día de Reyes, el 6 de enero, Raoul y Carito Fournier ofrecían una rosca
de reyes en su casa de San Jerónimo y allí pude
conocer a Nicolau d’Olwer, quien declaró que
Sahagún en su Historia general de las cosas de
la Nueva España, es el primero en darnos una
posible clave para la comprensión total, íntima
del mundo, la cultura y la religión aztecas. Más
tarde todas las escritoras habríamos de apasionarnos por Joaquín Díez Canedo, su pipa y sus
ediciones maravillosas, su paciencia a toda prueba para editar la monumental Terra Nostra de
Carlos Fuentes (Monsiváis decía que era necesario obtener una beca Guggenheim para poder
leerla) y Palinuro de México de Fernando del
Paso. La China Mendoza gritaba a todo pulmón
desde la entrada de la editorial Joaquín Mortiz:
«Joaquín te amo, Joaquín voy a matarme si no
me correspondes», y Joaquín, acostumbrado a
las cumbres borrascosas de la que son capaces
las mujeres enamoradas, ni siquiera sacaba su
pipa de su boca.
De todos, la amistad más profunda que hice
fue con el retraído y expectante Vicente Rojo, de
mi misma edad, con quien comparto algo intangible que ambos llevamos dentro y tiene que ver
con el silencio.
Como pude entrevistar a Félix Candela, que
aguantó mis preguntas de primeriza, me fascinó
leer lo que otro arquitecto, Enrique Segarra –
quien construyó la mitad del puerto de Veracruz
según Ruiz Funes–, admiraba al extraordinario
Félix Candela, el creador de las cubiertas aladas,
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quien trabajó para el arquitecto Pedro Ramírez
Vázquez durante las Olimpiadas de México de
1968. Candela hizo el Palacio de Deportes de la
Ciudad Universitaria y, como paso por ahí con
frecuencia, recuerdo a Candela también con frecuencia. Siempre que veo techos tirados como
pañuelos o cofias de religiosas de San Vicente
encima de construcciones, creo que las dejaron
caer desde un avión Félix Candela, inventor de
las bóvedas de cascarón de cinco centímetros,
como todavía puede verse cual ala de paloma encima del restaurante de Xochimilco.
Así como la película Subida al cielo, el gran
exilio español en México nos subió a nosotros
al cielo, al de la inteligencia, al de la nobleza y
en cierto modo al del heroísmo, porque nos enseñó que hay causas por las cuales vale la pena
jugarnos la vida. Todos nos lanzamos de cabeza
dentro del corazón republicano porque era noble,
era cálido, era generoso y hasta tenía sentido del
humor. Todas las mañanas, los que llamábamos
«los refugiados» amanecían a su nueva vida con
una entereza que ya quisiéramos para un día de
fiesta. Luis de Llano Palmer empezó a ganarse la
vida en la xeq. Nadie le tuvo miedo al trabajo, y
todos los periodistas recordamos a los hermanos
Mayo, a Faustino, a Julio, a Cándido, que hoy
podrían equipararse a Goya con todos sus retratos de la realidad, así como Goya podría ser «el
primer reportero del siglo xx», como le dijo Julio
a Manuel García.
Por último quisiera recordar a una mujer que
no aparece en el libro de Manuel García y llevaba el nombre de Encarnita Fuyola. Vivía muy
pobremente en la calle de López, arriba de la
tienda de platos, cazuelas, vajillas, sartenes, va-
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sos y jarrones llamada «El ánfora». Era vieja y
gorda. Nunca la vi sin su delantal y cada vez que
la visité la encontré en su silla de ruedas. Tuvo
un hijo con un mexicano; no la cuidaban ni el
padre ni el hijo. Me contó que había sido enfermera del Hospital Obrero, que dirigía el doctor
Juan Planelles durante la guerra, y trabajó junto a
Tina Modotti. «Yo no era importante, ni siquiera
enfermera, era una afanadora, sacaba las bacinicas». Escucharla fue un bálsamo y una lección de
vida, y una tarde, después de una copita de jerez
que compré en una tienda de abarrotes y bebimos
contentas, me confesó que ella era la guerrillera
que había ayudado a volar un puente y aparecía
en el libro de Hemingway de Por quién doblan
las campanas. A su entierro no acudió nadie, ni
siquiera su hijo.
Sólo me queda agradecerle al magnífico escritor que es Manuel García su magnífico libro, y
decirle que la lucha heroica de los republicanos
fue una lucha libertaria que él supo consignar
al entrevistar a algunos de los que vivieron su
exilio entre nosotros para honra y riqueza de la
cultura mexicana. ■
Laberintos, 16 (2014), pp. 498-501, ISSN: 1696-7410
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La re-vuelta de José
Bergamín. Crónica del
estreno en el Teatro María
Guerrero de Madrid de La
sangre de Antígona
mª teresa santa maría fernández
gexel-uab/unir
Del 11 al 14 de septiembre se representó
en el Teatro María Guerrero de Madrid La
sangre de Antígona de José Bergamín dentro
del ciclo «Una mirada al mundo». La puesta en
escena ha corrido a cargo de la Compañía Nacional de Teatro de México, bajo la dirección
de Ignacio García. También la escenografía, el
vestuario, la música y los decorados provienen
del montaje que se realizó en noviembre de
2013 en México, dentro del Festival de Guanajuato. Curiosamente, en México se siente al
dramaturgo exiliado como propio pues no en
vano fue una de las propuestas de Bergamín y
de Álvaro Custodio –y que luego continuaría
Enrique Ruelas– la que hará ahora sesenta y un
años inundó de entremeses cervantinos las plazas y calles de esa localidad mexicana. Mientras, en España se sigue considerando al escritor de la Constelación de la República como
un extraño y así ha vuelto otra vez a su país de
origen: como un extranjero cuya obra se inser-
Laberintos, 16 (2014), pp. 502-504, ISSN: 1696-7410
ta dentro de un ciclo que trae la escena lo mejor
de otros teatros internacionales como pueden
ser los de Rusia, Grecia, Alemania y Canadá.
También laten sus palabras con acentos llenos de musicalidad procedente del otro lado
del océano en esta propuesta. Y así pudimos
escuchar a unas magníficas Érika de la Llave como Antígona y a Ana Isabel Esqueira
como Ismene. Esa presencia femenina, que es
una constante en casi toda la obra dramática
de Bergamín en el exilio, se completa con el
Coro de mujeres que interpretaron Rocío Leal,
Teresa Rábago, Tony Marcín, Laura Padilla y
Abril Mayett al estilo de la primigenia tragedia
clásica. También una mujer encarna el papel de
Tiresias en la versión que dirige Ignacio García. Se trata de Rosenda Monteros, quien tuvo
como uno de sus maestros a Álvaro Custodio
e intervino en Nazarín de Buñuel. Como se
puede comprobar, la huella de los exiliados se
mantiene después de tantos años en el país de
acogida de tantos hijos pródigos. Junto a todas
ellas quedan como meras sombras los intérpretes y sus respectivos personajes masculinos:
Creonte, Arturo Beristáin; Sombra de Polinice y Soldado i, Álvaro Zúñiga; y Sombra de
Eteocles, Soldado ii y Hemón, Israel Islas. Los
tres, ya por su interpretación, ya por la poca
relevancia que les otorga Bergamín en la pieza,
aparecen como verdaderos fantasmas a lo largo
de esta pieza.
Todo el decorado y el vestuario alternan la
tradición clásica de la tragedia griega, de las túnicas y espacios evocadores de sus teatros, con
las imágenes de destrucción y las guerreras y
sombreros que nos sitúan en la reciente guerra
VARIA
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civil española o en cualquiera de las confrontaciones contemporáneas. Y Bergamín, como
Sófocles, no hace otra cosa que dar vueltas alrededor de Antígona para intentar encontrar un
sentido a su destierro, al sacrificio de su renuncia a la maternidad y, por supuesto, a su muerte. Y todo ese escenario sobrio, ese movimiento actoral mínimo, esos vestidos evocadores y
esa casi nula acción de la obra, no hacen más
que resaltar el sabor o saber que contienen las
palabras en opinión del escritor exiliado. Nada
más empezar la obra, el Coro nos advierte que
«Las desdichas son una afrenta para quien las
mira. / Y son las que vemos cuando tornamos
del destierro / Ni aun matando pudieron encontrar su patria». Así que se confirma que el teatro
es para ser visto y oído, algo difícil de conseguir en una sociedad acostumbrada a mirar, a
esperar ser sorprendida por mil y una tramas
simultáneas, a recrearse solo en la acción. El
teatro es cosa de ver y de sentir, parece decirnos y demostrarnos Bergamín, quien jalona su
Antígona con varios sonetos que detienen aún
más el momento, la magia de ese instante único
y ritual que contiene toda propuesta dramática.
Y a nuestros oídos llega también la música.
No la creada por Salvador Bacarisse, mano a
mano con el escritor, con la idea de concebir
una ópera al gusto de Rossellini y para lucimiento de Ingrid Bergman. Sino la compuesta
por el propio Ignacio García para la obra. Música que evoca una España que se mueve entre
los pasodobles toreros, las marchas de bandas
procesionales y las canciones llenas de conceptos paradójicos de las melodías infantiles. De
la cuna a la sepultura solo hay un paso parece
decirnos, aunque su mensaje pueda perderse en
el camino, al fijarnos, una vez más, solo en la
forma y no en el fondo de lo que esa música
evoca. Además, nos queda todavía la ilusión de
poder contemplar y escuchar algún día cómo
sonaría y se podría representar la labor hecha a
dúo por ambos artistas exiliados en el París de
los años cincuenta.
Dos cosas, sin embargo, chirrían en esta propuesta escénica. La primera es la relevancia
que se le da al personaje del Niño, mero deseo
no nacido en el original, y que aquí se convierte en una continuación del tirano Creonte y en
imagen del triunfo de la sangre destructora sobre la sangre fecundante. La segunda es la sensación de que se ha presentado y representado
en nuestro país de una forma algo escamoteada,
por poner una palabra muy del gusto bergaminiano. En oposición al enorme eco y resonancia que el estreno de La sangre de Antígona, en
noviembre de 2013, recibió en México, apenas
dos o tres críticas en periódicos peninsulares
se han hecho cargo de darnos su visión de esa
«re-vuelta» de Bergamín a los escenarios de su
patria. «El resto es silencio», como diría su Hamlet, emulando, a su vez, al shakesperiano. Y
no porque se haya representado muchísimo o
sea archiconocida esta obra. Todo lo contrario.
Salvo su representación en Mendoza (Argentina), bajo el título de Antígonas y la dirección
de Guillermo Heras, en Verona o en Valencia,
siempre a cargo de compañías no profesionales,
no constan otros montajes de la obra. Tampoco
porque el dramaturgo no sea conocido. ¿O lo es
y conviene resaltar de su figura tópicos que se
repiten una y otra vez para seguir ninguneánLaberintos, 16 (2014), pp. 502-504, ISSN: 1696-7410
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dole? No obstante, en esta ocasión, el hecho resulta aún más triste puesto que el año anterior
su país de acogida nos había recordado con esa
misma obra, ese mismo director y esos mismos
actores que se puede ser profeta en su patria.
Perdón, en su «España peregrina».
Así que puede ser que sea vigente esa tragedia en tres actos que escribió Bergamín hace ya
tiempo. Que resulta totalmente cierto que «Ni
aun matando pudieron encontrar su patria». Ni
aun silenciándolo, programándole en un mal
momento, realizando una mala difusión en los
medios, trayéndolo dentro de un ciclo que nos
lo devuelve como ajeno, consiguieron que Antígona no luchara para «des-desterrarlo», para
enterrar en su verdadera patria las palabras que
una y otra vez resuenan en nuestros oídos y que
son aplicables a cualquier guerra, conflicto armado o situación de injusticia social: «¿Por qué
muere Antígona? ¿Por quién muere? ¿Para qué
muere?». ■
Laberintos, 16 (2014), pp. 502-504, ISSN: 1696-7410
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