¡Ay, paz!

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¡Ay, paz!
EVA RIERA NAVARRO
Cosme: ese señor tan serio, tan poco hablador, al que no le gusta nada y
le molesta todo. Bueno, sí. Solo le gustan sus aficiones.
Leer largas horas, tocar la flauta travesera y el clarinete, beber su
taza de té por las tardes y ver su programa favorito que se titula ¿cómo
resolver asesinatos?
Ese programa del cual Cosme siente miedo cuando lo ve pues hay grandes
casos sin resolver y Cosme a veces cree que el asesino puede ser algún
amigo o vecino suyo. Eso le pone muy nervioso e inventa una excusa para
irse corriendo. Como:
---¡Uuuuuuy! ¡Me están esperando!
o también:
---Tengo una tarta en el horno.
Claro que nadie se cree sus excusas. Menos su vecino Pedro. Éste cuando
Cosme le dijo que tenía una tarta en el horno le dijo:
---Pues vale. Ahora entro contigo y así te ayudo a cortarla y de paso
merendamos.
---iNo, no! -gritó Cosme y le cerró la puerta en las narices.
Pero cuando Cosme estaba viendo su programa de asesinatos llegó Pedro,
entró en su casa con un cuchillo y gritó:
--- iYa estoy aquí para hacer rebanadas del bizcocho de Cosme!
Cosme se quedó paralizado y gritó:
--- i No me mates!
---Pero ¿qué dices Cosme?
--- Sí, sí, sí sí, ... seguro que tú eres el del cuchillo siniestro que
andan buscando.¿ Y cómo has entrado en mi casa?
---Pero si me diste tú la llave y me dijiste que te habían regalado una
estúpida planta carnívora y que la cuidara yo todas las tardes. Le traigo
algún bichito siempre. Por cierto, que no veo la tarta. ¿Y qué es eso del
asesino?
Cosme le quitó la llave, le dijo que le dejase el cuchillo, a lo que
Pedro respondió:
---Ah, no. Sin tarta no hay cuchillo. Y no pienso cuidar más de tu
planta.
Cosme se enfadó mucho pues siempre quería tener la razón y dijo:
---¡Llévate la estúpida planta que es otra asesina!
Pedro cogió la planta con mimo y se fue triste a su casa.
Cosme se quedó sentado muy enfadado porque se había perdido el final del
programa y encima su té de jengibre se había enfriado.
De repente sintió ganas de meterse en la cama. Solía pasarle cuando se
disgustaba. Así que cerró los ojos y se puso a dormir.
Escuchó una música muy fuerte que venía de la casa de enfrente y unas
personas que cantaban:
y que cumplas muchos más ...
---¡¿Pero qué es esto?! -Gritó Cosme- Ahora una fiesta de cumpleaños.
y con su pijama salió muy enfadado, tocó la puerta de la casa de enfrente
y abrió su vecino Emilio.
---¡¿Qué tal?! Pasa Cosme. Estamos todos los vecinos celebrando mi
cumpleaños. ¿Por qué no te apuntas? Te iba a invitar pero el año pasado
me dijiste que no tenías tiempo para esas cosas tan aburridas y que
tenías que ensayar con tu clarinete.
Entonces Cosme gritó:
---¡¡¡Pero qué escándalo es éste!!! ¡¿Te parece que voy vestido para una
fiesta?!Estaba metido en la cama.
Emilio asombrado respondió:
---Pero si son las nueve y media porque mañana trabajamos todos.
Cosme muy enfadado contestó:
---¡Yo sí que trabajo que soy bibliotecario! Ese trabajo serio, tal y
como soy yo.
Esa misma noche volviendo a casa se dio cuenta que tendría que buscar una
nueva vivienda. Un hombre tan serio como él que no soportaba ver jugar a
los niños, que no soportaba las fiestas estúpidas, que encima pensaba que
su vecino Pedro era un asesino ...
Tenía que buscar una vivienda tranquila, con paz.
Al día siguiente contactó con una inmobiliaria para alquilar su casa y
así él poder alquilar otra. En cuatro días solucionó los dos problemas:
había una familia muy divertida que se enamoró de los vecinos de Cosme.
y Cosme encontró una vivienda más pequeña con luz y según habían dicho
muy tranquila.
Se componía de 3 pisos: en el primero, vivía un matrimonio llamados Lucía
y Antón y su hija Matilde: abogada de profesión.
Cuando Cosme llegó vio la vivienda perfecta. En seguida salieron a
saludarlo los vecinos.
A lo que Cosme preguntó:
---¿Sólo viven ustedes aquí?
---No, en el tercero vive Carmela. Pero casi siempre está de viaje. Y en
el segundo vivirá usted. ¿No es perfecto?
Cosme preguntó unas mil veces:
---¿Hay paz?
A lo que los tres respondieron:
Claro.
La primera noche Cosme se sentó, vio su programa de asesinatos y dijo:
---iEsto sí que es paz! Después practicaré con mi clarinete.
De repente llamaron a la puerta. Era Lucía.
---¿Puede bajar el televisor? Mi esposo quiere escuchar música y le está
molestando. No es usted muy tranquilo ¿verdad?
Cosme se quedó sorprendido y dijo:
---Sí, ahora iba a ensayar con mi clarinete. Pero ... mejor mañana.
Cuando despidió a Lucía escuchó la música de abajo muy fuerte.
---Pues ¿no será que ustedes ya la tienen muy fuerte?
y Lucía se puso a llorar.
---iNO, no! -Gritó Cosme- Yo ... yo ... yo ...
Entonces subió su hija Matilde.
---¿Sabe que el escándalo es motivo de denuncia? Le recuerdo que soy
abogada y usted ha dañado los sentimientos de mi madre. Pero por ser la
primera vez no lo pondré una denuncia.
---Gracias -contestó Cosme con voz tímida.
Cerró la puerta dando vueltas y vueltas a la llave. Estaba sudoroso y
pensaba:
---¿No serán sicópatas? iAaaaaah! Será mejor que cene y me meta en la
cama.
---Espero que la otra vecina no esté enterrada en alguna parte y no de
viaje. Si está enterrada descubriré el cadáver y así resolveré el
asesinato.
Estas ideas no lo dejaban dormir.
Pasaron dos días bastante tranquilos hasta que llegó Carmela y empezó a
gritar a los vecinos del primer piso diciendo:
---i¿Pero cómo se les ocurre no avisarme antes?! Eso es lo que yo llamo
mala educación. iMala educación!
Antón respondió:
---Pero es que ... pero yo ... ay es que ... estabas de viaje.
---¡Por eso hay un teléfono! ¿O es que no te enseñaron tampoco lo que era
un móvil? ¡Es imperdonableeeee!
Cosme oía todo aquello mientras leía un libro y se tomaba su taza de té
de todas las tardes. Intentaba hacer que no lo oía pero las voces de
Carmela le entraban en la cabeza y no lo dejaban leer.
Cosme estaba indeciso entre bajar o no. Había pensado mucho en ello pero
pensó:
---Si bajo a lo mejor se arma más. Un hombre tan serio como yo no puede
provocar un escándalo. ¿Y si la tal Carmela es una asesina y me mata?
Al cabo de un rato paró el escándalo pero Cosme estaba muy enfadado
porque no había podido disfrutar de la tarde que para él era un momento
sagrado.
En ese momento llamaron a la puerta.
Cosme no quería abrir pero Carmela gritaba:
---¡Cosme, Cosmeee! Abra que soy la vecina y vengo con una rica tarta.
Cosme abrió muy asustado.
---¡Hola! ¡Guapo! Soy Carmela la vecina de arriba. y dándole un empujón a
Cosme se metió dentro:
---¡Escúchame bonito y escúchame bien! iNo me gusta repetir las cosas!
¿Entiendes? Te he hecho una tarta. Huele, huele. Es de moras. Natural al
cien por cien. ¿Estás soltero? Yo también soy soltera.
Cosme no podía contestar porque Carmela hablaba sin parar.
---¿En qué trabajas? Yo soy profesora de idiomas. El vecino de abajo es
un cotilla, Matilde una maleducada y Lucía una retrasada. Así que cuando
quieras hablar con alguien habla conmigo. Bueno ¡guapo!¿Cuántos libros
tienes?
y empezó a toquetearlos todos y a tirarlos encima de la mesa.
---Este sí. .. ¡este no! iEste sí! ¡Nooo!
Cosme se enfadó pero cuando iba a gritar y se le llenaron los ojos de
sangre de la rabia que tenía se quedó paralizado.
---Este libro no es apropiado. ¡Mírame, y escúchame bien! ¡Hazme
casooooooo! ¡Este libro no es divertido! ¡Eso es lo que yo llamo mal
gusto literario! Escúchame. No tienes idea de lo que habla ese libro. ¡Lo
he leído y es un asco! iMira guapo escúchame bien! Si yo te contara los
libros que conozco que valen un millón más que éste ...
y se fue dando un portazo.
Cosme no entendía qué le pasaba. Normalmente era él quién gritaba a los
vecinos. Así que se puso a tocar su clarinete para relajarse.
En esos momentos bajó Carmela.
---¡Abreeeee !Pero ... ime estás molestando con el clarinete! iEso se
llama mala educación!¿ Todavía no has probado mi tarta? Venga que me
quedo un ratito contigo y nos la comemos entre los dos.
Cosme comió tarta sentado al sofá junto a ella sin poder abrir la boca. Y
sin acordarse de que era alérgico a las moras.
Cuando Carmela se fue empezó a sentir picor por la cara, la espalda y a
hinchársele la boca.
---Esa tarta estaba asquerosa. Tendré que ir a urgencias. Me encuentro
mal.
Cuando salió de su casa los vecinos estaban afuera cotilleando.
---¡Qué cara tienes! Parece que te hayan envenenado.
y con lo maníaco que era Cosme dijo:
---¡Socorroooooooo! Tengo que llegar lo antes posible al hospital.
---¿Quieres que te llevemos? -preguntaron los vecinos.
---No, gracias. -contestó Cosme.
¿ y si ellos trataban de matarle por el camino?
Cuando llegó al médico cuál no fue su sorpresa al ver a su vecino Emilio
que estaba de guardia.
---Pero Cosme, ¿Qué has comido?
---iCarmela me ha envenenadooooooo!
---¿Carmela? ¿Quién te ha envenenado? ¿Qué dices?
---Una vecina mía me ha dado una tarta de moras envenenada. i
Socorrroooooooo!
---iCálmate! Vamos a ver. Tiene pinta de ser una alergia ... ¡exacto!
¿Sabes que eres alérgico a las moras?
---Cosme te voy a dar el antídoto!
Una vez Cosme se hubo calmado notó que necesitaba contar a alguien lo que
le pasaba. No soportaba a Emilio no podía ser amigo de él. Pero en aquel
momento no pensó en el hombre serio que era sino dijo:
---Emilio mi hogar es un desastre. Tengo unos vecinos en el primer piso
que siempre están cotilleando pero eso no es lo peor.
---¿Qué es amigo?
---Es que en el tercer piso vive Carmela que ... que ...
---No pasa nada no me lo cuentes. ¿Por qué te marchaste?
Cosme se fue sin contestar pensando en que echaba de menos a sus antiguos
vecinos.
Al llegar a casa se metió en la cama y cuando estaba durmiendo ... justo
en el mejor momento .... ¡Unos ruidos muy fuertes!
---¡Eso sí que noooooo!
Salió a toda prisa y vio a Carmela en la calle hacia la luna con música
bailando. ---iHola guapo! Únete bonito. ijEscúchame bien! Si no puedes
seguirme el paso no bailes.
--- ¡ j ¡ ¡ Bastaaaaaaaaaaaaaaa!!! !
---¡Escúchame bien y calla la boca! Usted no puede chillar así eso es lo
que yo llamo ¡mala educacióooon! iMaleducado!
En ese momento salieron los tres vecinos del primer piso.
---¡Qué escándalo! Soy abogada ya usted ya le perdoné la primera denuncia
pero ya se pasa usted.
Lucía lloraba.
---Ha hecho llorar a mi madre.
---Quién hace llorar a mi mujer me hace llorar a mí. Lucía tranquila.
---¡Cállense son unos maleducados! Ustedes no se metan yescúchenme.
---Estáis denunciados.
---¡Escuchadme todos! No tenéis ninguna educación bonitos ¡no tenéis!
Cosme se fue sigilosamente mientras los otros cada vez iban a peor:
---¡Escuchad, maleducados! ¡Bonito cállate!
---¡Ha hecho llorar a mi madre!
Cosme preparó la maleta sin poder creer que existían esas personas tan
poco serias.
Al día siguiente se fue. Los vecinos del primer piso estaban afuera.
---Sepa que cómo soy una excelente abogada le perdono.
_ Cosme no respondió y se limitó a seguir su camino.
---iCosme! ¿Qué haces aquí?
---iPedro! ¡Quiero mi casa!
---Pues habla con los inquilinos pero no sé si se querrán marchar porque
son muy simpáticos y están muy a gusto. Por cierto, que tú planta está
muy bien.
Efectivamente, Cosme habló con los vecinos y le dijeron:
---Pero ... señor ... Necesitamos un mes al menos para irnos y buscar
sitio.
Cosme no pudo decir que no pero no quería volver con esos vecinos que
todavía no creía que pudieran haber.
---Cosme ¿Por qué no te quedas en mi casa?
---¡No! ¡Está bien!
Cosme tuvo que estar un mes en casa de Pedro sus días a diario eran así:
---y por cierto, que tendremos que hacer una tarta porque al final no
probé ninguna de la que tú hacías. Por cierto Cosme mira qué mona está la
planta.
---¡Cállate! Odio estar aquí.
y Pedro dándole unas palmaditas en la espalda le decía.
---Venga amigo. En el fondo sé que estás a gusto. ¿Te traigo tu té?
Así más o menos pasaron los días del mes hasta que se fueron los vecinos
y Cosme recuperó su casa y su planta.
Pedro le había cogido mucho cariño y por eso seguía yendo por las tardes
a darle un bichito, a cuidarla ...
Cosme pensaba continuamente:
---Es mejor esto que lo otro.
Fin.
Realizado por Eva Riera Navarro. 2°ESO
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