12.2. Isabel II (1833-1843): las Regencias. LA REGENCIA DE

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12.2. Isabel II (1833-1843): las Regencias.
LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1833-1840): GUERRA Y DESAMORTIZACIÓN.
Asistimos a dos procesos:
• El acceso del liberalismo al poder a través de un pacto con la Corona. Se alternarán moderados
y progresistas, que definen dos maneras de entender el liberalismo.
• Como telón de fondo la guerra civil que enfrenta a los liberales frente a los absolutistas que
defienden la opción de Carlos Mª Isidro. Conflicto dinástico e ideológico, fruto de las
insuficiencias y contradicciones del Antiguo Régimen
Tras la muerte de Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, Isabel II es proclamada reina y
María Cristina regente. El primer gobierno de Cea Bermúdez (con Javier de Burgos en el Mª de
gobernación) es de carácter muy moderado. El “Manifiesto del 4 de Octubre” firmado por la Reina
Gobernadora afirma el poder de la Corona y promete reformas administrativas en la línea ideológica del
Despotismo Ilustrado que no satisfacerán a nadie. Se inician las primeras insurrecciones carlistas que
generan la oposición de los liberales: pronunciamiento de los generales Llauder y Quesada (capitanes
generales de Cataluña y Castilla) que exigen reformas políticas.
La Regente manda formar gobierno a Martínez de la Rosa, primer ensayo de gobierno liberal
moderado. Se promulga el Estatuto Real (10 de abril de 1834), documento con las siguientes
características:
• No es una constitución, sino una especie de Carta otorgada o más bien una convocatoria de
Cortes.
• La iniciativa legal se reserva exclusivamente a la Corona.
• Establece unas Cortes bicamerales: Cámara de los Próceres (Grandes de Castilla y miembros de
designación real) y Cámara de los Procuradores ( miembros elegidos por sufragio censitario y
muy restringido -0,15%-)
• No incluye ninguna declaración de derechos.
A los liberales progresistas este texto les resulta insuficiente y recurriran a pronunciamientos y
movimientos populares (juntas)con carácter anticlerical y que exigen la apertura del régimen. La oleada
revolucionaria culmina en el verano de 1835 con la caída del gobierno moderado del Conde de Toreno y
la formación del primer gobierno de Juan Alvárez de Mendizábal. Sus primeras medidas son:
• Supresión de órdenes religiosas con sus conventos y monasterios (Decretos de febrero y marzo
de 1836).
• Reorganización del ejército para hacer frente a los carlistas
Se trata de un breve parentesis progresista, porque en mayo la reina manda forma gobierno al
moderado Istúriz. Un nuevo pronunciamiento (los sargentos de La Granja, agosto de 1836) significa
nuevamente la formación de un gobierno progresista ( J.M. Calatrava) que con Mendizábal en Hacienda
realizará una serie de medidas legislativas fundamentales en la línea de las tareas históricas de lo que
hemos denominado revolución burguesa:
• Ley del 29 de julio de 1837 de desamortización de bienes eclesiáticos
• Abolición de Señoríos y mayorazgos
• Libertad de industria y supresión de diezmos y primicias
• Promulgación de la Constitución de 1837 (18 de junio).
La Constitución de 1837.- Tras la convocatoria de Cortes Constituyentes se elaborará el nuevo
texto constitucional que en principio se pensó como una revisión de la de 1812. Sus características son:
•
•
Consta de 13 Títulos y 77 artículos y pretende ser más práctica que doctrinal. Se ha
interpretado como una constitución de “conciliación liberal”
Proclama la soberanía nacional y una amplia declaración de derechos y libertades: libertad de
prensa sin censura previa, institución del jurado para delitos de imprenta... Se reconoce la
milicia nacional y la elección popular de los alcaldes
•
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Mantenimiento del culto y ministros de la religión católica pero sin prohibir el ejercicio de
cualquier otra (art. 11).
El poder legislativo lo comparten las Cortes con el rey. Las Cortes poseen iniciativa legislativa.
Son cortes bicamerales: un Senado de designación real sobre una lista triple propuesta por los
electores; y un Congreso de los Diputados elegido por sufragio directo a razón de un diputado
por cada 50.000 habitantes. El poder judicial es independiente
Una ley posterior (julio de 1837) establece un sufragio restringido y censitario para electores (2,2%,
400.000 electores sobre 15 millones de habitantes) y elegibles.
La nueva constitución no garantiza la estabilidad política , y en agosto de 1837, con los carlistas
a las puertas de Madrid, un nuevo pronunciamiento de oficiales en Aravaca lleva a los moderados al
poder que gobernarán hasta 1840. El 29 de agosto de 1839 finaliza la guerra carlista con el “abrazo de
Vergara” que afianza el prestigio del general Espartero.
Los sucesos de 1840.- Los moderados pretendían reducir el sufragio, controlar y limitar la
libertad de prensa y aprobar una “Ley de ayuntamientos” que permitiría al gobierno controlar los
municipios y diputaciones. Esto provoca movimientos revolucionarios en los ayuntamientos
progresistas, formación de juntas y actuación de la Milicia Nacional que obligan a la regente a paralizar
las reformas y ofrecer el gobierno al Espartero. Este exige además ser corregente y María Cristina
renuncia el 12 de octubre de 1840 a la Regencia y abandona España. Desde Marsella explicará en un
manifiesto las causas de su decisión. El general espartero es nombrado regente.
B) LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840-1843). Los progresistas en el poder.
La regencia de Espartero se caracteriza por su inestabilidad política motivada por las
disensiones entre los progresistas y el recurso a la conspiración y a los pronunciamientos por parte de
los moderados, liderados por Narváez. Así, el pronunciamiento de octubre de 1841, que tuvo como
símbolo el asalto a Palacio para intentar rescatar a la reina niña protagonizado por el general Diego de
León.
Espartero gobernó con dureza y autoritarismo, rodeado de los “ayacuchos”. El año 1842 fue
decisivo con las revueltas de Barcelona: con el telón de fondo de la crisis industrial y la aparición de los
primeros grupos radicales democrata-republicanos y obreros, el gobierno negociaba un arancel de signo
librecambista que favorecía la importación de tejidos ingleses, amenazando así a la industria catalana
.Esto originó la sublevación de la milicia nacional y la movilización de burguesía y trabajadores catalanes
y, ante la gravedad de los acontecimientos, la decisión de Espartero de disparar las batería de Monjuich
contra la población de Barcelona: las repercusiones de la represión acentuaron la impopularidad del
general y la profunda división entre los progresistas.
La formación de un amplio frente de oposición a Espartero, culminara en el pronunciamiento
de Torrejón de Ardoz en 1843 que produjo la caída del regente y el triunfo del general Narváez
convertido así en el “espadón” de los moderados y en el “hombre fuerte” del momento. Para facilita la
labor del nuevo gobierno moderado y evitar la reaparición de un regente poderoso, las Cortes
decretaron la mayoría de edad de Isabel II en octubre de 1843
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