los mirmidones - Hemeroteca Digital

Anuncio
MIÉRCOLES, NOVIEMBRE, 13, 1918
Ejemplan; o c é n t i m o s
xjssíom
l¡
AGRADECEREMOS
EL PRÓXIMO UmO PÜBLiÜJñEiOS
I EL CIBALLERO M m i m
i
a nuestros suscriptores y corresponsales que
noten alguna falta en la llegada de EL DÍA
a su poder, que se molesten en comunicarlo
a la Gerencia, Alcalá, 16, para procurar corregirlo con toda urgencia.
NOVELA Í N E D Í T /
de
I EMILIANO RAMÍREZ ÁNGEL
DIARIO DE LA NOCHE
-~er^Sík^'-=_
V época. 33 m%. U% 11878.
PTH^rnimi^'M'
gÜüLIal LnUW.
rrovlncla», 5 pesftM trniestre.
LíU»nje«>. 10i ipcMtas trlmatrc
Kalirid, Alcalá, 16.
EL A R T E EN I T A L I A
LOS MIRMIDONES
•rrcnáo q"« Aquilas sucumbe
meas.
los mirmidonf-s,
rolas las
cantan: ot üanc<-mes sobre su tum
bii—, lo» pequeños quieren ser grandes!»
Cierto cura relapso de b revolución
del S6. m*- tradujo de esta manera la
famosa cancuSn de IWrúnéer cuando
yo era niño y w^pezaha a aprender
el francos. Ha quedado en mi memoria el texto d(-l ?,ran poeta y la versión
cagt^ünna. Siempre que veo que una
graru!o7.a ^ hunde, suena en mi espíritu esa canción, tan U-lln y tan profunda: como que cHa marca 1;. linca
divisoria que so-para a los generosm Oe
los eáoÍMas. F.n el momento trágico
en que una fuer/a social mi'^re. unos
fiombrcs se alearan, otros se en Instecon. Ociando aparte las exrcpcionfs
d^ W que han suirido por el mip-no
del poder triunfador, en lo*; que es naturnl qu<' ni vcrie derrocarlo prwlomine o.l júbilo, la cl.nfiificación ha de operarse entre los que. no habiendo recibido agravios, no pueden iustificar i
pr.r.ión mala, si no es por un lamontabK- cslímulo Intorno, por un virus que
envenena BU sanare.
Una leyenda mí*-tica supone qtie Lu.
cifer no fué arroj.ido al Averno tan
sólo por dpsob'-d<vcr al Creador, smo
porque <!u envidia le inspiró la certeza df qiLe el Simo se desvanecía, y
entonces el án¿.p\ protervo danzo,
gritando qyc haiiía üeflndo su hora. Y
en es(' momento Dio«, el que era,^ o6
y «crn. confipnó «n *-] Malo los viles
impulsos. Otro cuento, éslf- de origen
árabe, nnrr.n que un ¿ranito de aren^
llevaba siálos y siglos mirando con
(KÜo a una aliiv» montaña- «¿Cómo
siendo yo—decía—tan pequeño, existe esa mole Ciüantcsca que oculta p'
sol rlurante muchas horas, y éste hn de
romontarse para lucir sobre olla?» Y el
granito dr arena es'>e''nl>a que 'os rayos del c'flo (Icstnivcran la moninña.
Inútil (•np'^rar. I,o qvie fí ocurrió es que
un día el huricán y 'as Uuvias arrancaron un ppdnro fie roca del p'co InjScnte. y e«e peda/o rodó ron espanl.iblcs ruidos hri';ta lle¿ar al llnnn, y fué
a p:irar<iO prrx:isnm''nte sobre p1 granito de arena, del que nunca más se
tupo cosa alguna.
1.a antología de las frase*, cuentos,
Icyend.is y a-polcgmas en qu*- consta ol
otiio de 'o peuiicño a lo grande llena
ría numeroso»; volúmenc». y en la oca.
BÍón prf'sf-nto sería i-.ícil recapitular millares de p'iginns.
Sí; Re ha derrumbado una montaña,
ha dcsapnrocido un poder colosa', ha
sido borrada de la Hlsioria nna dinastía, y el pueblo que esa dinastía organizó, r-stimuló y ll^nó de vjgor y de
gloria, ha cambiado de aspecto, entrando en la serie confusa de lo venidero
Acontecimient^emejantfc no puede
tener por único'-frtmcnlano burlas e
iras, insultos e improperios. También
cayó otra montaña en los comienzos
dei .siglo XIX. tan grande como ésta,
montaña luminosa que inundó de resplandores la tierra. Algunos de los que
han prndiicido el derrumbamiento qup
nos snbr-jcogc- contribuyerou ni de
aquidla fiíura genial, la más olevnda v
«uldime de hw tiempos^ modernos. Y
también fn'onccs los mirmidones cantaron y danzaron sobre la majestari
flecaída.
F.n In historia y en la literatura francesas qued.i la huella de la trágica ruina, l^a pura y noble genialidad francesa tuvo en esos días una de sus m.ís
significadas victorias- Hasta los que
odiaban a Bonaparte le rindieron pVitesía cuando, vencido en Waterioo, se
entregf^ a sus co^mipetidores. Y mientras
él vivió en la isla del Sepulcro, rnuehos müiarf-R de ciudadanos del país
Vecino permanecían inquietos, desper.
taban en la noehe acordándole de l-i
cauíividnd del genio. Un Aleneon,
fi^Tvldor de li)« Barbones restaurados,
decía al rey: «Yo sería feliz con vuestro triunfo, sire', si no exp<'rimen|ase el
dolor de que Bonaparte sufre persecución y castigo.» r-"«e y otros rasgos d'1
alma gala la separan de l<>s corazones
híKiJos. de los crue'cs y vengativos..
Por ahí empezará la nueva disi<)encia
1-a pa?. h.-i lU'gado. Una nueva fiuerr.'i
se prepara, a pesar de todos lo« inocentí^s o in!(-ncionailos planes de l¡i Soaed;id de !;is Naciones y del desarme
universal. S<j!o las exigencias dcf^-nsivas pueden •unta'" a razas aiuií^tícas.
ConcluídH 1.-) lucha. des,iT);irpc¡'<lo el
ncsáo ,,n el prim'r suspiro de alsgrín
do los venccdoics, Francia volverá a
eerlo que ha sido siempre: aígo incompatible con sus auxdiares.
Lo pasado anuncia lo porvenir. Y
así como pocos años después del 70
muchos eminentes hijos de Krancia
buticaban la concordia con los germanos, no fallarán histüriadores, poetas,
cronistas que mezcU-n las censuras al
Kaiser con la eslima de su magnificen.
ciaAhora es inevitable que el odio hier.
va en tantos milt^ de bogares en que
el luto vi.ste los cuerpos y llora en los
corazones. Pero el tiempo es alivio, es!
olvido, es, sobre tfxlo. r<stauración de
la fraternidad humana, liso ocurrirá
en la nación de las sublimes espiritualidades.
Pasado el lindero, al otro lado de
•nmiensa hiblif/.eca e' santo epítome
han ¡legado a saberlo todo en la ciencia humana ; pero que no tienen en su
inmensa biblioteca e*l Santo epítome
de la caridad.
Felices los que experimentan dolor
ante las desgracias ajenas. Al rrtirarse de Alemania Guillermo II, para
biL^car refugio en país extraño, le seguirán las simpatías dr- muchos hombres: los que le admiraban y los que l-^
discTitían. los que creen q\ic fracasó
en un necesario impulso de defensa,
y los qTie suponen que el ansi<» de la
gloria y la vsridad del dominio le
arrastraron a la cai.ístrofe.
Sólo los qup son incapaces de crea''
aláo. por humilde que fuera, despreciarán al hombre que hahía creado
una fuerte nación, sin la que el mundo queda descentrado.
José Orteg"a Munílla
POLÍTICA EXTERIOR
Las condiciones del aTmlsíício,
impuestas a Alemania, podrán i-ener
consecuencias desastrosas para la
tranquilidad del mundo y la civilización europ<^a. Para alejar al peligro
maximalista. los vencedores rlebían
evitar de exasperar al pueblo alemán
y precipitarlo en !a miseria, porque un
pueble que ya no tiene nada que per
der está sujeto a cualquier propaganda extremista. No hablamos abo"
ra de las medidas m.'ilitares de los
abados, como la exigencia de entregar algunas fortalezas, miles de cañones y •ímetrallodoraa, sino que tratamos solamente de medidas económicas. La entrega de 3 000 locomotoras, lOf'ÜO automóviles y liO.OOO
vagones, debilitarán, por ejetr.^lo,
tanto los medios de comun'cación •"n
AJemania. que el Gobtieri ^ apenas
podjá asegurar la alimpntación de
las grandes ciudades, exponiendo la
aglomeración urbana a! hambre, a
la desesperación y a los f>eore8 ex"
cesos. Para hacer cumplir las condiciones del armisticio, los aliados tendrían interés en que el Gobierno ale'
man se fortaleciera, enfrente de los
maximalistas, como el grupo (iSpartacusí), presidido por Liebknecht. No
conviene a la Entente que Alemania
sea entregada a la anarquía, que muy
fácilmente puede !>asar el Rbín y ei
Mosa. y hasta el Canal de la Mancha.
Parece, sin embargo, que los aliados,
embriagados por su victoria, olvidan
tomar estas precauciones y piensan
antes de todo en satisfacer sus deseos
de venganza. El odio fué siempre
mal consejero, y tememos que lo sea
también en este caso. Y si hablamos
tanto del peligro maximalista, es porque España no está aislada del conti"
nente.
Hasta ahora tenemos, sin embargo,
la impresión que la admirable disciplina del pueblo alemán evitará lo»
excesos sangrientos de la República
de los. Soviets. El grupo ScKeidemann
y el de Haase colaboran sinceramente. Los generales, hasta Hindenburg,
se han sometido al nuevo régimen;
la abdicación de los Soberanos se hi
zo sin efusión de sangre, y un telegrama prcicedente de París reconoce
que en Berlín reina tranquilidad absoluta. Si los aliados no fomentan la
miseria y el desorden, e! maximalia
mo podrá ser reducido a Rusia.
La evacuación por parte de Alemania de las, provinciaa báhicas de
Liuiania, Ukrania, etc., equivaldría a
entregar estos territorios a los maximalistas. También los aliados lo comprenden, y a esto obedece el artículo 12 <íe.l armisticio, que reza así:
UlXUUi
míri'fjVn'J'
teatro eiiíciaoes coniplciss.
R'dacclóti: 4g2.—Administración- I.50I,
Tulleres y Kedacdúa de úlUiaa b<»ai494
lAY OEUfENClOO!
Por desgracia, sigio tr»* sifflo va de"
níosü-fiíiíJo la HuiudjjiUail. en su Lriste
peregnnación poi \& tierra, que el progreso de cjue se cnors''l'ece solo es
eíecUvo en el orden i.
..al; pero en
el orden moral es compie¡«mente nulo.
Ll ansia de perfección que todos lievamos dentro nos mueve a veces a *
creer en que se reparen injusticias y se
sigan rumi>o3 nuevos en denian'la del
s\ispirado progreso: pero los hechos,
cor. bmtai y desgarradora elocuencia,
desvanecen bien proiito nue»Ua« ilusiones.
En el transcurso de esta guerra ei
odio y la fer<>cidad de los conwbates
hs remembrado episodios del hombre
de las cavernas, sin que o!>servi4rarr.oi
eri nwjchos casos los procedimiento»
humanitarios que era lóírico esperar
del estado de civilización en qce el
munílo se encontraba cuando »e deaen.
cadenó la tragedia s?n 1914.
Pero ya que la guerra, en su modo
dt ter. no llevó consigr» progreso alguno, la forma en que empezaTon a con"
cretarse los programas paciAstns nos hicieron abrigar la esperanza de que «u
terminación llevara un •filo que la dL
ferenciara de Tratiados de pM. anterio^
res. y que en lugju- de las duras condL
ciones ¡mpuestas por el vencedor pro.
valecieran loa sentimientos .Justicien»
' las normas del derecho qtje ahogaran
os gérmenes de luchas futuras y abrie"
ran una niieva era de confrnfernidad
humana, para que fcKlos los hombres,
en paz per^lurable. rnarchnrRn tnridos
por el camino del progreso y de la U.
bertad.
Fué el poriinvoz ríe estas nuevas ideas
el presidente Wd.-^^on, q^ie sí ern sir^
cero al proclam^írlas, debió sufrir _ la
primera rlece-pción ni ver In acogida
qiue merecía por p«rte de lo,« C.^hier*
nos de las nnclones que- con frase n^r.
canril, él llama sus asociadas IPodía
esperarse, sin cmbartro, que, a pesar de
todo. eí»grimierB l.-i fuerza de sus ifleal
«Todas las tropas alemanas que se
con nosotios miicha gente, Qoe no y pusiera en la balanza to<lo el podei
encuentran actualmente en los terrioímos tal griio de «¡Abajo los germa- de la nacir^n que ío tiene « «u frente!
torios que formabaa parte antes de la
ni-rdüsi»; ¡no es «sta la cuestión que pero las últimas elecciones le han re».
guerra de Rusia uegrcsarán a las
ahora ífeocupa!, y, dfcsde luego, afir- *l<>do la aittorifind rt*» oite tan necesita*
fronteras de ASemania cuando los
mar, rotunda y categóricamente, que do se fnlla. y la eficiencia míl'far ot«
aliados juzguen llegado el momento
no hubo el taJ inh-nto de asalto de 41 ha desarrollado en tos F.-rtados. Um,
y teniendo en cuenta la situación inn>.fi„-x A^a^ „ 1.
•( ^ -A A if^^^ííacción de que habla el citado co- dos servirá en el porvenir » fi-^es im.
terior de estos territorios.» Es decir,
r»eriali<*as variados en los moldes qu<
que los mismos aliados se dan cuen- . n n ^ f r ^ ^ « n f ' " ^ " ' f ' f J*^" ^^ *^é«' <=0" «^ deseo, sin duda, de haoor- generosamente quiso romiper.
ta de que los alemanes están defen- anoche, dice «El Imparc.al» de ma^^^s un favor que Je agrade<^mos
L^s con<liriones del armisticio qu«
mañana lo siguiente:
Por lo que hace al carácter ge^an^idiendo a los habitantes del occidente
«t:.i grupo que. como antes dec-mos, ,fi,o que se nos atribuye, y conste que acaba de firmarse son draconianas. J
del ex Imperio ruso contra los ex£e so dingio a la Casa de Pueblo, al pasar , ^ , , , , „ , ^ ,1,, j i ^ „ ^ / ;p.f j
V^¡^ f no la» pueden jusrtifirar el que se tr»
sos bolchevikistas y forman una ba- ante el periódico i^L DIA prorrunv- ^ ^ Hor,«v pr,mr,i t-,
,
n'ydi^f.n», te de impedir que el enecnijío, uní
•' ^ j, •,
1 .A' • 1 K
" * ^ tiene completamente sin cuidado* vez expira*io a-|ué'. pudiera rcanudál
rrera coiitra las huestes de Lenin para pío
en gritos de « Ajajo ios germano-; „i nf.mA.):,'^^.^
^ . ^ " " i-u.uduj.
¿1 I
.. j - 1
K
1 - i
^' Per'iodico en su información ra- la lucha, porq-ue la evolución politic»
defender a nuestra civilización.
hlos!»,
pretendiendo
asaltar
la
rfcüac-\:j:„t„i„rtrír,ra
,r
A.Af.^
A- diariamen¡.^'.•" ' ' ' que experimenta A'emania. ni por st:
^•¿jj
,aiotelegraíica y gráfica dice
•'
1 1
1 1 u
.
i^e lo nuc í-s, que no es, precisamente intensidad, ni por su terwlenria, lo hai
L.uando k muchedumbre penetra-li_ _ „ ' „i^„'„^ ^ . " P'ci.is,duienie, cen verosímil. Haho sorpren'lentw hi
,
1
i I j (•
,
j (lo que algunos quieren que sea
ba en el portal de "a casa, un grupo de' Fr. ^.tZ A \rJ. ^ -/.AI . . .. sido que el ejército alemán haya mos
•
1
T' 1
j
i
.
r-n esto de los periódicos, e nnV),!!. trado hasta el último momento «u mcf
monárquicos le salió al paso dando vi- L - p^ „] ^,,-^^^
• ,„,
'v-"». ^-i vum\
\ n
Al
.
. , iCO es 61 supremo luez, v su tallo not; o« ral elevada y su disciplina incólume!
vas
al
iley.
Ambos
grupos
acometie-'
„j„
A'
>
.-,
,
.
" " " ^ "os es
Dice im c r o n i s a :
„^
u .
cada aia mas satisfactorio; por cons- pero esto no es ni siq-uiera indicK> de ll
rons&
.a
puñetazos
y
bastonazos,
port„-„„tfl
^i
„„^;„„
i
.
'
^
, posibilidad de una añagaza para lo
«La ley p.:otege a loa pájaros y loa htxnbies
j £
I
I- A
\ 1' guíente, el camino lo tenemos trazado
se burlan de la ley.-.»
n.endo fin a la contienda un Pf^olon
Pernos de seguido .sin vacilación ha mar aliento y le^nudar la gtierra.
B u e n o ; es que nay pájaros volátiles y pá- de guardias, que cayo sobre ellos_ sa- , j , „ ^ ^ ^aso omiso de toda apreci"ción
La naturaleza del armisticio nos da Ii
ble en manoAl
y ser
que conducidos
praericaronlos
cinco
apasionado o in- norma de lo que será el tratado d<
jaros de cuenta, que a o vuelan, pero picotean, detenciones.
df „ j„;,¡^ ^ ¿ ^ ^ ^
teresado.
¡de qué manera!
.
paz. En él se procurará, no sato 1<
tenidos por la calle de Alcalá, la muSatisfacción de ambiciorics, sino tan»
chedumbre arrolló a los del Orden y
Pregvmta un colega:
'-»
bien el aniquilamiento dei enemigo el
libertó a aquéllos.
«¿Se puede haiblar de comer?»
forma tal, que 'e impi'Ta, por espaac
Los grupos obligaron a cerrar el teaLo que no se puede es comer.
de muchos afiog, el intentar ima repa<
tro Reina Victoria.
ración por las armas.
Hubo momentos en que los manifesLas prendas que se exíigen de ca.
Un periódico habla de «'as esenciívs libera,
tantes se hicieron dueños del campo:
rácter militar hienen jusrificación: perí
les».
impedían la cir ulación de coches y'
la** de orfien económico evidencian
Tape el frasqui^o, qu« se evaporan.
Dice Bonar Law
obligaban a los cocheros a vitorear a
que la guerra no iba diriírida contri
la Riepública..
LONDRES 12 (12 n.) Al propo- los igoben-antes alemanes, acusadoi
Le«no«:
Frente a la Equitativa, y a los gri- ner la votación de un nuevo crétíito •oor la Múltiple de ser los causanteí
«...y cuando tanboa factores se juntan...i
'Ee que preparan un mí.iu.
tos antagónicos de ff¡Vi^'!i el Rey!» y de 700 millories en la Cámara de loa de ella, í>or estar supeditados al mili
«¡Viva I»' República!», se arremetie- Comunes, dijo Mr. Bonar Law que tarismo, sino que se din'ge contra I»
laboriosidad industrial dei pueblo. 3
ron dos grupos a estacazos, obligando aunque creía que habría una reduc
Según un gac<rf;!llero teatral, en el Español
nuien se le quiere iarrooner 'a SancioB
ción en los gastos, debido al cam.bio d" la ruina y e^ h^mtíre.
se va a cstienaa- una trasfedia titulada «El p r e . a int>9rvenir a la fuerza pública.»
No €s, ciertamente, la lógica lo que en la situación militar, los funcionacipicioj.
Y si la guerra fiié como ha sido sierr»
Deseamos a Ricardito que salga bien del más resplandece en semejaníé infor- rios de la Hacienda le habían reco
ore •<' 1« r>az será cOmo han sino tomación, porque si al grito de «¡Abajo mtndado que no redujere la cantidad das, -fata'mente hemos de seenir d i
«precipicio».
los germanófilos!», como dice el cole- del crédito.
ciendo: «Si vis pacen para bellunn.
ga, intentaron los manifestantes asalPudiera ser—dijo—que los aliados
tar nuestra Redacción, no se explica tengan
^
_, _ realizar esfuerzos
^^.^^.^^^
y^a
que
para
que Ciro grupo contestara con «¡Viva, traer a Europa aprovisionamientos de
el Rey!», y que por esto se acometie-j subsistencias, en cuyo caso se incu"
Un Comité femenino
ROMA i2 (9 n.)^ En Fiume so ha ran ambos grupos a puñetazof. y has-1 rriría en gastos mayore.?.
E! gasto correspondiente al peso
formado un Comité de mujeres para tonazos.
socorrer fraternalmente a los prisione- . La contestación de «¡Viva el Rey!» rnuerto de los doscientos días com
j indica bien claramente que lo que gri-| prendidos, se eleva a 1.081 millones,
ros italianos.
Las mujeres han enviado asimismo 'taban IOÍ; manifestantes no era (fi Abajo o séase nueve millones menos del
ROMA 12 (9 n.) Ayer el Rey fué
una bandera italiana al alcalde de Ve- los germanófiSjpí», que no jH. por i cálculo de! presupues::o. Se felicitó de recibido en Venec¡;: c c i un eatusiasotra parte, lo que más preocupa a las i que el valor de los fondos, particular- mo enormenecia.
Utispucs, en un torpedero, sa-lió pan
La parte principal de la flota aus- gentes en estois difíciles momentos, | mente de los que hay ahora en Franprimera*
tríaca, según las cláusulas suplementa- sino otros gritos subversivos contra los I cia. sea mucho mayor que los cálcu" Trieste, adonde lleg
rias dpi armisticio, ha llegado a Vene- cuales un grupo de monárquicos fer- los que hizo en el presupuesto,
horas de la tarde.
vientes protestó indignado, dando
Predijo que habría abundancia de
En las primeras h
';i manan;
cía, consignada al mando italiano«¡Vivas
al
Rey!»
y
«¡Vivas
a
la
Motrabajo
para restaurar los países arra- la noticia había.-- u)'in!!.;iuv> por ii
Más de 300.000 personas se han dirigido al monumento de Víctor Ma- narquía!» Y a poca distancia de nues-isados por la guerra y crédito suficien" ciudad.
La población en masa estaba en lo)
nuel, depositando en él flores y coro- tra Redacción, y por iguales moti te para que esta labor se pueda rea
muelles. A la llegada, recibieron anas, fn memoria de los caídos en la vos, se reprodujeron idénticos conflic lizar.
tos ^ntne monárquicos y republicanos
La futura prosperidad y bienestar; Roy
.,vv el
ci «ui/cina».
gobernador de Trieste, el ai
guerra.
DeJ intento de asalto de nuestra Re- del país dependen de la proporción en calde, las autoridades civüe», miSitarej
dacción, donde tranquilos, y
, reposada
_5--„
, que el capital y el trabajo se armoni_ I y navales.
mente presenciamos anoche todos Jos i cen y esfuercen por aumentar la pro"
La emoción fué gener.al cuando e
sucesos, nos hemos enterado esta ma-jducción.
i Rev pisó el muelle; muchos llor.ibrní
BERNA 13 (4 t.) Se anuncia nana por la piadosa inform.ación de | Hemos alcanzado la victoria &\ Él Rey se dirigió a la plaza d
¡grandes costas; no lo olvidemos Justo, donde tuvo lu,<5ar una coi.u,.
de Viena el falleciirdento de Víctor «El Imparciab>.
Y n-^sotros lo que podemos decir, y [nunca.»
i^-^.i^
..i
„ ceremonia
.,„_»
j - militar.
—ji,-..,.
Adler,
¡vedora
y solemne
f
El tríptico de la sacristía de San Francisco de Viñas. (V encela). (Foto FüippV
LA MANIFESTACIÓN DE ANOCHE Y "EL DW,rLAS F ;S
Y U S FOBIAS
RETABLILLO
EL ESFUERZO EGQNOMIGÜ
INGLES
POR LOS PRISIONEROS ITilliSOS
Fernando Wejlef
VÍCTOR MANUEL A TRIESTE
Y VEIEOIA
ADLER HA MUERTO
Descargar