RECURSOS MÚLTIPLES EN EL ANÁLISIS DEL CUERPO Por Susana Kesselman Novela corporal Los conceptos no son, van siendo, en particular cuando existe la voluntad de mantenerlos abiertos. Así Novela Corporal surge como un conglomerado de expresiones, todas ellas referidas a las distintas maneras de decir que no hay un cuerpo, sino multiplicidad de cuerpos. Que un cuerpo es Obra Abierta que se ofrece al que lo porta para ser cambiado, deformado, fragmentado. Lo que sea necesario para hacerlo desconocido ante “uno mismo”, que es el que siempre sabe quién habla o de qué va la vida. Qué bueno sería volver a vernos con ojos infantiles. Entonces hay novela corporal en tanto producción de algo nuevo, de nuevas versiones, de nuevas lecturas de los sucesos del cuerpo y se necesita un fabulador, un novelista, que aliente otras formas de contar, que abra el destino a los azares posibles. Un novelero que recomience cada vez que irrumpe un gato negro, un mal presagio, un sabor amargo y ofrezca recorridos que no configuren un mapa único de geografías preestablecidas. Cartografía, le dicen, al diagrama que recoge las formas, los estados, las vicisitudes que se despliegan en un territorio. El tropiezo, el desliz del terreno, disloca a quien camina y lo desvía, lo demora, le tuerce el cuello al porvenir. Porque la geografía cambia la historia, cuando bifurca el tiempo del correcaminos y lo distrae de otros apuros. De eso se trata, de un cambio en el tiempo. Cuando el tiempo nos burla en nuestras certezas. Un cambio en el tiempo que es como decir un cambio en la percepción y en el perceptor, que es quien percibe. La producción de nuevas percepciones, que el filósofo Gilles Deleuze llama perceptos, para distinguirlos de los conceptos, nuevas formas de pensar y de los afectos, nuevas formas de sentir. Un cambio que requiere un lector, cineasta, dramaturgo, espectador estético de la existencia, que desate la vida del carro del futuro perfecto y la deje “un poco” a la deriva. Devenir, construirse nuevas alternativas de existencia en el cuerpo roto y fabricarse una melodía, un juego, una fotografía, un sueño, que permita avanzar, que deje seguir novelando la vida. Las vidas en el cuerpo. Investigación de la novela corporal Para investigar la novela corporal -la versión que cada persona tiene de su cuerpo, de su imagen, de su destino corporal- he seleccionado algunas herramientas propuestas por la eutonía y otras disciplinas: 1. Modelado del cuerpo con arcilla, antes y/o después de un trabajo corporal a. Técnica: Éste es un trabajo que suele realizarse a través del método de la eutonía, pero puede utilizarse utilizando otros métodos. Con un trozo de arcilla, una persona -si se trata de un tratamiento individual-, o los integrantes de un grupo -en un trabajo grupal- modelan un cuerpo con los ojos cerrados. Esta propuesta puede darse en el inicio de un trabajo corporal, a fin de observar las nociones y la imagen del cuerpo con las que llegan las personas a una experiencia, y también, al finalizar la experiencia, para observar las nociones y la imagen del cuerpo después de un trabajo con el cuerpo y compararlas con las del inicio. Por lo general, previo al modelado de arcilla, se realiza un Inventario corporal, es decir, se imparten un conjunto de consignas que orientan la atención de las personas hacia el cuerpo. El Inventario es una de las técnicas de la eutonía aunque no exclusiva de ella- que tiene como objetivo conducir a las personas a observarse, a registrar sus estados, a prestar atención a las diferentes partes del cuerpo, a la calidad de los movimientos y a otras cuestiones. El contenido del Inventario es muy variado y con frecuencia está orientado por los objetivos que se persiguen en un trabajo corporal concreto. El inventario que precede a un modelado de arcilla, por ejemplo, será pertinente a la conciencia que se intenta desarrollar –ósea, epidérmica, muscular y otras-. Así, el profesional que está al frente del trabajo impartirá una serie de consignas verbales que ayuden a las personas a recorrer mentalmente y también con el cuerpo, a través de movimientos o de toques, las diferentes zonas corporales. b. Interpretación de los modelados He tenido la experiencia de haber realizado un modelado en un curso con Gerda Alexander, la creadora de la eutonía, y de haber recibido por parte de ella, una interpretación que fue acertada para ese momento de mi vida. El hecho ocurrió durante la experiencia prolongada de un verano en Talloires, uno de los últimos en los que Gerda impartía su curso. Mi modelado tuvo una calidad particular: pedacitos de arcilla se juntaban unos a los otros hasta componer un cuerpo. Los pedacitos no estaban unidos de modo uniforme; era un rejunte de pedacitos. Gerda miró mi modelado entendiendo que expresaba un cuerpo fragmentado, fracturado, partido. Algo que yo reconocí como propio y conectado con la situación que estaba viviendo. Por mi parte, interpreto el modelado a partir de la opinión, de las impresiones y asociaciones que hace la persona que lo realizó. Es muy difícil que a quien modela un cuerpo no le surjan algunas ideas a partir de lo que ve. La persona modela con los ojos cerrados y, cuando los abre, se sorprende. Recoger estas primeras impresiones es importante. Es bueno evitar una interpretación del terapeuta que se anticipe a las palabras de quien modeló la arcilla. El terapeuta corporal podrá estar sensible entonces no sólo al modelado que ve, sino a las palabras que oye, a los matices de la voz, a los silencios. Y para todo esto es útil el modelado. De esto se trata la novela. En el caso de tratarse de un modelado dentro de un grupo, resulta valiosa la lectura que otros integrantes del grupo realizan sobre el modelado de una compañera o compañero. Todo se multiplica y se evita así el riesgo de cerrar con una frase una experiencia tan rica. 2. El álbum fotográfico corporal. Propongo a las alumnas y alumnos que me consultan que construyan un álbum fotográfico corporal. Que repasen sus fotos históricas desde las observaciones que van realizando en sus cuerpos, en sus posturas, en algunos rasgos que descubren a partir del trabajo corporal. Las fotos arrojan muchos datos sobre las características de una familia, cómo viven, cómo son los espacios en los que se mueven. La foto de una habitación dice mucho de quien la habita. Existe un cuerpo familiar del que una persona forma parte por presencia o por ausencia y es interesante detectarlo. Los sitios que las personas ocupan en una foto familiar pueden variar según pasan los años. Las personas vienen al trabajo corporal con sus fotos, ellas eligen qué mostrar, qué registraron que antes no habían notado, qué de sus gestos encuentran en tal persona de su familia. Recojo los comentarios que hacen mis alumnas y alumnos sobre la búsqueda de las fotos, las razones que las/os llevan a elegir unas y no otras, las diferencias que observan en sus modos de pararse o sentarse cuando están al lado de una hermana, de la madre o del padre, por ejemplo, y todas aquellas cosas que encuentran de interés para compartir conmigo o con el grupo. El trabajo es personal y yo trato de ser una acompañante del proceso y resonar desde mi propio cuerpo. 3. Cartografiar las edades del cuerpo. Las distintas partes del cuerpo tienen variadas edades según las personas. Hernán Kesselman propone a sus pacientes el dibujo del cuerpo con la intención de que cada persona sitúe en este dibujo las edades que le adjudica a las diversas zonas. A partir de esta cartografía, él interroga sobre algunos datos personales que llevan a plantear tantas diferentes edades, algo que ocurre casi siempre. Es difícil que las personas no encuentren diferencias entre las edades de sus manos, de sus pies, de sus dientes, de sus ojos, de la espalda, y de otros lugares. Ésta es una herramienta muy valiosa para el análisis de la novela corporal. Cada parte del cuerpo tiene su propia novela, e indagarla contribuye a diversificarla, multiplicarla, no estereotiparla, algo que resulta enriquecedor y permite transformaciones posturales, que no sólo provengan de las técnicas corporales. Últimamente, presento a mis alumnas y alumnos dibujos del cuerpo y los invito a escribir, a hacer literatura en ellos. Tachar lo que no corresponda y agregar lo que se crea conveniente. Palabras sueltas, frases. Les sugiero animar los cuerpos, sacarlos del papel. 4. Análisis de los sueños desde la imagen y el esquema corporal. El análisis de los sueños le lleva siglos al psicoanálisis, pero ha sido Freud quien ha creado una teoría para comprender su significado inconsciente. Considero que los sueños son un material valioso para un trabajador corporal, pero debemos cuidarnos de los clichés. Los alumnos, por lo general, no cuentan sus sueños en una actividad corporal, a menos que el coordinador lo facilite. Recuerdo mi experiencia con Gerda Alexander en Talloires, cuando me transformé en cronista onírica y registré los sueños de mis compañeros en la experiencia, incluso uno de Gerda en su propia voz. Ella valoraba los sueños y pedía que se anotaran al lado de la experiencia corporal que se había tenido, ignoro qué decía a sus alumnos sobre ellos. En mi trabajo, los relaciono con el esquema y la imagen corporal y escucho atentamente las asociaciones de los alumnos. Los sueños que se cuentan en el transcurrir de una terapia corporal enriquecen los procesos de otras terapias, no es útil oponer interpretaciones. Propongo dejar abiertos esos sueños “corporales”. Casas, paisajes, mares, animales, inspiran, con el tiempo, renovadas lecturas del cuerpo. 5. Corpodrama. El Psicodrama, la Multiplicación Dramática y la Eutonía han desarrollado una metodología que “los Kesselman” llamamos Corpodrama. Este método se nutre de los aportes de terapias diversas que construyen escenarios para que los cuerpos transiten, se expongan e intenten caminos. En la actualidad, no es sólo la Eutonía, también intervienen otras terapias y trabajos corporales. En la escena, el terapeuta corporal puede observar a las personas de un modo diferente que a través del relato. Para desarrollar la técnica se crea un espacio de observación resonante y otro de escenificación protagónica. Las tonicidades que se logran a través de un trabajo corporal pueden transformarse cuando las personas atraviesan la escena, se juntan o separan de otros cuerpos, conversan o silencian sus voces, se inmovilizan o se aceleran, según las emociones que los afecten. En la escena corpodramática es posible captar aspectos de la novela corporal: el momento justo en el que el temor captura la energía y no la deja circular. Se observan escenas en las que la persona no puede dar el salto, no puede esquivar el obstáculo, tiene miedo, que a veces se confunde con indiferencia, y entonces el cuerpo produce una máquina de agarrotamiento, se tensa, cambia de coloración, se retrae, y más datos que pueden observarse en un escenario. Esos instantes escenificados pueden multiplicarse, abrirse, a través de las resonancias escénicas de los integrantes de un grupo que afectados por algunos datos de la escena que acaban de observar, se sienten convocados a crear otras escenas, tal como lo propone la Multiplicación Dramática.