El TIBET Los monjes de Tíbet han desafiado a Pekín y han boicoteado el acto organizado por las autoridades chinas, que esperaban que el grupo de periodistas extranjeros seleccionado por ellos pudiesen comprobar en vivo que la calma ha vuelto a Lhasa, la capital tibetana donde se registraron las peores revueltas. Al menos una treintena de monjes han protestado ante reporteros y fotógrafos al grito de “Tíbet no es libre”. La protesta se ha producido en el templo Johkang, uno de los más sagrados del budismo tibetano, y ha estado marcada por las acusaciones de los religiosos a Pekín. Los monjes, algunos con lágrimas en los ojos, han asegurado que China miente cuando afirma que ellos son los que incitan a la violencia y han rechazado que se culpe al Dalai Lama de ser el responsable de los disturbios del pasado 14 de marzo. Frente a la delegación periodística, los religiosos budistas han expresado asimismo su temor a ser castigados por sus declaraciones. La agencia estatal Xinhua ha informado sobre estos hechos, pero evitando entrar en detalles y señalado simplemente que “el tour de periodistas extranjeros fue interrumpido por un grupo de lamas”. Por su parte, China afirma que la situación ha vuelto a la normalidad en Lhasa, pese a que el gobierno tibetano en el exilio defiende que la represión policial ha causado a día de hoy 140 muertos. Tras los incidentes del 14 de marzo, que tuvieron réplicas en otras zonas de población tibetana, Pekín prohibió la entrada de prensa extranjera a la región, pero la presión internacional ha obligado a las autoridades chinas a levantar el veto. El viaje, organizado por el Gobierno, cuenta con 26 periodistas de 19 medios, en su mayoría de habla inglesa. Entretanto, el portavoz de Exteriores chino Qin Gang, que ha criticado a la prensa extranjera por su cobertura sobre Tíbet, ha asegurado que los incidentes son “una lección” para el país asiático y “mostraron los colores verdaderos de algunos occidentales”. Sobre las amenazas de algunos líderes europeos de boicotear los Juegos Olímpicos, el portavoz chino espera que Europa “no adopte dobles estándares” y “sepa diferenciar lo correcto de lo incorrecto”. No habrá boicot “No se trata de tener una China crispada por su territorialidad, defendemos los Derechos Humanos, pero queremos armonía, no habrá boicot, estaremos en los Juegos Olímpicos”. Palabras del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ha rechazado la posibilidad de boicot a los JJ OO de Pekín, una puerta que dejó abierta esta semana, durante la rueda de prensa en Londres con el primer ministro británico, Gordon Brown. Desde el estadio del Arsenal club de fútbol, tanto Sarkozy como Brown han expresado su postura conjunta que pide el fin de la violencia en Tíbet y el diálogo y reconocimiento con China. Reino Unido había ya mostrado su rechazo a boicotear la ceremonia de Pekín.