Majnu-Ka Tilla, El Tíbet en miniatura Redacción Travelview La capital india derrocha vitalidad y refleja grandes contrastes entre la antigua cultura y la cada vez más instalada modernidad. El bullicio, el caos y la contaminación conviven con otros remansos de espiritualidad y paz en el mismo terreno. Al norte de Nueva Delhi, alejado del ajetreo de la gran urbe encontramos un barrio amurallado conocido como la Colonia Tibetana. Majnu-Ka Tilla es lo más parecido a este país budista. Por sus calles es habitual cruzarse con monjes de esta religión, una experiencia inolvidable que transporta a los visitantes a un remanso de paz sin igual. Es el barrio más llamativo de Nueva Delhi. Sus habitantes, sus tiendas, comercios y templos distan mucho de los que a pocos metros existen en la gran ciudad. Rodeada por muros gruesos esta mini aldea tibetana convive en terreno indio desde el año 1.960 y es que se trata de uno de los asentamientos de refugiados que surgió a raíz de la ocupación del Tíbet por China. Majnu-Ka Tilla es el barrio de los tibetanos afincados en Nueva Delhi, un barrio cuya economía se sustenta gracias a los hoteles y restaurantes de alta influencia tibetana. Una calle principal y dos paralelas forman la vida de la aldea que asiduamente es visitada por los estudiantes de la universidad de Nueva Delhi que, desde hace años, han escogido este lugar como su centro de reuniones. Es por ello que el barrio goza de un ambiente jovial, joven y animado capaz de eclipsar a todo aquel que llega con ganas de relajación y diversión. Majnu-Ka Tilla es el barrio de los tibetanos afincados en Nueva Delhi, un barrio cuya economía se sustenta gracias a los hoteles y restaurantes de alta influencia tibetana. Desde el año 2.000 habitan en la Colonia Tibetana unos 2.500 residentes. Son muchos los que señalan que Majnu-Ka Tilla no es un asentamiento tibetano cualquiera. Tiene aires diferentes que dotan al espacio de un encanto difícil de encontrar en otros refugios. Para conocer bien el lugar es preciso adentrarse en sus pequeñas y estrechas callejuelas en las que a ambos lados se superponen decenas de comercios que no dejan ni un milímetro libre. Ropa, zapatos, joyas y artesanía abarrotan los puestos en los que se puede leer consignas como “Tíbet Libre” o “Me encanta el Tíbet”. Se trata de una zona comercial con aires tibetanos donde la cultura budista se integra en el panorama habitual de la zona. Es tradición también charlar con los comerciantes, no sólo de cuánto cuesta una seda o un tapiz sino del gran tema que les preocupa y les mantiene vivos: la situación del Tíbet. Son ellos los que se interesan por las opiniones de los clientes y es que charlar sobre el pasado, presente y futuro de su pueblo no está reñido con negociar los precios de sus productos. Ropa, zapatos, joyas y artesanía abarrotan los puestos en los que se puede leer consignas como “Tíbet Libre” o “Me encanta el Tíbet”. Las calles y plazas son transitadas por numerosos monjes budistas como si del mismísimo Dalai Lama se tratase. Otro de los encantos de Majnu-Ka Tilla es la famosa comida. Los olores del lugar abren el apetito a cualquiera que merodea por las calles adyacentes al mercado. Sin duda el lugar más transitado a la hora de degustar un plato típico es el Café Dee Tee, establecimiento que ofrece la comida más sabrosa y barata. No podemos salir de este restaurante sin probar los famosos ‘momos’, una especie de bola de masa elaborada de harina de cebada y agua y rellena de diferentes ingredientes, normalmente de verduras o carne. Es uno de los platos más famosos de la cocina tibetana y es perfectamente cocinado en plena tierra india, en este barrio de Nueva Delhi.