17-08-2014 El medio rural gallego revive con las granjas de

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[ EMPRESAS ] 9
LaVoz deGalicia | Domingo 17 de agosto del 2014 | MERCADOS
El medio rural
gallego revive
con las granjas
de pollo de corral
} La cooperativa Coren dispone ya de
120 explotaciones de este producto
} Cada vez más jóvenes vuelven al
campo para montar su negocio
} Marta Vázquez
Existen maneras de hacer rentable
la vida en el entorno rural y Carmen Andrade ha encontrado una
que, además, la hace feliz. Hija de
granjeros, se marchó de casa hace
unos años para estudiar Ingeniería
Agrónoma. Cuando terminó, supo
que quería regresar al campo y encontró una forma de ganarse la vida sin salir de su entorno. Coren, la
primera cooperativa agroalimentaria de España, le dio la oportunidad y, de su mano, es a sus 29 años
la responsable de una de las 120 explotaciones de pollo campero que
tiene la empresa en Galicia, ubicada en la localidad ourensana de Gomariz (Baltar).
«He estado toda mi vida entre
animales y creo que hay pocas maneras de vivir que sean mejores que
esta», asegura Carmen, que presume de encargarse de la cría de pollos que viven en un entorno único
y a los que ella cuida «con mucho
amor». También lo hace con toda
la tecnología que se puede aplicar
hoy en día a una granja que, pese a
su aspecto tradicional, está dotada
de avances que permiten que los
técnicos de Coren controlen en
todo momento lo que ocurre en la
explotación. «Lo que yo sé, lo saben
ellos», explica.
Su jornada laboral comienza a
primera hora del día, un momento
en el que las aves tienen una gran
actividad. Han pasado la noche en
el interior de la granja —en la que
se les garantiza un descanso tranquilo— pero nada más romper el
día salen al campo y se dispersan
El secreto del ave
de corral está en
un crecimiento
lento para el que
se utiliza una dieta
100 % vegetal
a su aire por la enorme extensión
de terreno arbolado que tiene la explotación Coren Mandiño. Carmen
se encarga entonces de disponer
su comida —totalmente vegetal y
compuesta en un 50 % por maíz—
y, sobre todo, controlar «que no se
estresen». Ese es el secreto, desvela,
para obtener un producto de máxima calidad.
CRECIMIENTO LENTO
La cría de los animales se prolonga durante tres meses, durante los
cuales los ejemplares pueden alcanzar un peso de hasta tres kilos
y medio. Todo gracias a los esmeros de Carmen, que acude a ver como se encuentran a cada momento del día y en situaciones excepcionales, como las tormentas, para
intentar que no se asusten. «Cuando les pasa algo me doy cuenta, por
como tienen la pluma o por como
me siguen; por eso hay que pasar
muchas horas con ellos, acabo conociendo hasta su carácter, si son
más nerviosos o más tranquilos»,
explica la responsable de la explotación. Pese a las horas de trabajo
que requiere su profesión, asegura
que son más las ventajas que los inconvenientes. «Esto para mí es un
sueño», asegura.
Finalizada la cría, los animales
se trasladan al centro de procesado de aves de Coren, en Ourense,
desde donde se distribuyen a toda
España. Se trata de un producto
que se mima y que cuenta con el
certificado de calidad SGS y con el
sello Galicia Calidade. Toda una
garantía para el consumidor que
busca lo mejor.
Coren controla la
trazabilidad del
producto y los
cooperativistas
ponen su trabajo y
las instalaciones
La granja Coren Mandiño, de Carmen Andrade,
se encuentra en Gomariz (Baltar) y tiene una
extensión de 25.000 metros cuadrados, en los que
se crían diez mil pollos camperos | ANTONIO CORTÉS
Una producción sostenible con la que
se ayuda a fijar población en el interior
La cooperativa ourensana Coren
comenzó con la producción de pollo campero en el año 1991. Se trataba de buscar un producto con
un valor añadido de calidad, basado en el crecimiento más lento
y reposado de los animales, que se
crían en exteriores.
La normativa europea que regula este tipo de explotaciones obliga a que cada pollo tenga, como
mínimo, un metro cuadrado de
terreno arbolado para su correcto
desarrollo, lo que supone que se
necesita una superficie de diez mil
metros cuadrados para una granja con diez mil pollos. «Hemos
apostado por esta producción y
queremos reforzarla, creemos que
la imagen de Galicia tiene que ser
esta. Creamos riqueza en el campo
y aunamos la tradición con la modernidad, ofreciendo un producto
garantizado con una producción
artesanal. Es una idea romántica
del trabajo», explica Luis Rodríguez Ojea, responsable de producción avícola del grupo Coren.
La alimentación es totalmente
vegetal, compuesta en un 50 %
de maíz. «Es el cereal más típico
de Galicia, y es lo que le da a la
carne esa tonalidad amarilla»,
explica Rodríguez Ojea, que reivindica la sostenibilidad de este
tipo de explotaciones. «Con estas
granjas le damos una productividad al campo, evitamos que haya
incendios y fijamos población.
Aquí hay cuatro o cinco familias
que viven de esto», asegura. Al
tiempo, se recuperan especies arbóreas gallegas, como los castaños
o los carballos, que ya crecen en la
granja Mandiño.
Y todo sometido a un estricto
control por parte de Coren. «La
cooperativa tiene la trazabilidad
de la producción. Coren tiene a
las madres, las plantas de incubación, la nutrición y los técnicos
que controlan cada detalle. Los
cooperativistas aportan las instalaciones y, como no, su trabajo».
El resultado: un producto selecto, carne natural y libre de medicamentos, que se distingue del resto
por su intenso sabor y jugosidad.
Cada vez son más los consumidores que le dan su confianza.
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