La fórmula asociativa como organización autogestionada del trabajo

Anuncio
AUTONOMÍA SUR SCA
La asociación como fórmula
de economía social
La fórmula asociativa como una organización autogestionada del
trabajo, unidad económica para la subsistencia y el compromiso social
Área de Gestión de Proyectos de Economía Social de Autonomía Sur
Agosto 2014
Si bien la empresa cooperativa es la fórmula jurídica establecida y reconocida para dar
forma a la empresa autogestionada de propiedad colectiva, también hay otras
posibilidades de experimentar proyectos de economía social con los que organizar colectiva
y solidariamente nuestro trabajo y actividad económica. Una de estas posibilidades es la
constitución de una entidad no lucrativa (asociación cultural, fundación, etc.) en la que de
forma legal realicemos diversas actividades socioeconómicas, siempre dentro de la lógica
de las finalidades y objetivos de nuestra asociación y de los límites marcados por las
normativas. Presentamos a continuación una breve síntesis de las potencialidades y de las
cuestiones a tener en cuenta.
Definición
Según la Ley 1/2002, Reguladora del Derecho de Asociación, una
asociación se define en términos generales como: “Las asociaciones se
constituyen mediante acuerdo de tres o más personas físicas o jurídicas
legalmente
constituidas,
que
se
comprometen
a
poner
en
común
conocimientos, medio y actividades para conseguir unas finalidades lícitas,
comunes, de interés general o particular, y se dotan de los Estatutos que rigen
el funcionamiento de la asociación” (art. 5.1.).
En este sentido, se entiende que las asociaciones no tienen una finalidad
lucrativa privada, sino que son uniones de personas que, con carácter
democrático y libre, pretenden satisfacer necesidades tipo social, político o
cultural, a menudo con una vocación de interés y compromiso con la sociedad.
Posibilidad de realizar actividades económicas
Esto no quiere decir que, para cumplir con los objetivos y finalidades de
la asociación las personas miembros pueden realizar actividades de tipo
económico, siempre que se respete la finalidad no lucrativa de la misma
(diferencia respecto a la cooperativa, que sí que tienen afán lucrativo), que no
excluye la remuneración del trabajo y los gastos personales aportados a la
asociación (así como las obligaciones tributarias derivadas).
Lo más importante es que no debe haber un ahorro económico al cerrar
el año, teniendo en cuenta las entradas y salidas de recursos, que sea
LA ASOCIACIÓN COMO FÓRMULA DE ECONOMÍA SOCIAL
2
susceptible de ser tratado como los beneficios empresariales. La ley 1/2002 ha
mencionado este hecho en el artículo 13 sobre Régimen de las actividades:
“1. Las asociaciones deberán realizan las actividades necesarias para el
cumplimiento de sus fines, si bien habrán de atenerse a la legislación específica
que regule tales actividades.
2. Los beneficios obtenidos por la asociación, derivados del ejercicio de
actividades económicas, incluidas las prestaciones de servicios, deberán
destinarse, exclusivamente, al cumplimiento de sus fines, sin que quepa en
ningún caso su reparto entre los asociados ni entre sus cónyuges o personas que
convivan con aquéllos con análoga relación de afectividad, ni entre sus
parientes, ni su cesión gratuita a personas físicas o jurídicas con interés
lucrativo.”
Obligaciones para la realización de actividades económicas
Para realizar actividad económica, siempre en correspondencia con
nuestros fines y objetivos, debemos tener en cuenta que la ley fija las siguientes
obligaciones.
Obligaciones declarativas:
 Certificado de Identificación Fiscal (CIF): Todas las asociaciones tienen la
obligatoriedad de obtener de Hacienda un CIF, necesario para identificar a la
entidad en sus relaciones con la Hacienda Pública y, en buena medida,
imprescindible para el tráfico mercantil (para cuestiones tan elementales
como abrir una cuenta bancaria o recibir factura de las compras realizadas
por la asociación).
LA ASOCIACIÓN COMO FÓRMULA DE ECONOMÍA SOCIAL
3
 Alta de actividades económicas: Un gran número de asociaciones realizan
"actividades económicas", es decir, emplean recursos materiales o humanos
(o de ambos tipos) para distribuir productos o servicios o, incluso,
producirlos. Para entendernos, cualquier venta realizada por la asociación
(cualquier servicio por el que reciba un precio) o incluso el simple hecho de
contratar personal, son indicio suficiente de que se ha realizado una
actividad económica. La realización habitual de actividades económicas
implica la obligación de solicitar, con carácter previo, su alta (se trata de una
obligación censal que no implica necesariamente ningún pago).
Declaraciones de carácter tributario
 Impuesto de Actividades Económicas (IAE): Las asociaciones gozan de
exención en este impuesto durante los dos primeros años de actividad y,
posteriormente, siempre que el importe neto de la cifra de negocios no
supere el millón de euros. No obstante, es la asociación la que comunica esta
situación de exención al dar de alta la actividad económica (mediante el
modelo 036).
 IVA: Las asociaciones están obligadas, en todo caso, al pago del impuesto en
las compras que lleven a efecto. Para operaciones no exentas, tiene
obligación de repercutir el IVA correspondiente e ingresarlo en Hacienda,
pudiendo desgravar de esta cantidad el IVA soportado.
 IMPUESTO DE SOCIEDADES: Todas las asociaciones sin ánimo de lucro están
sujetas a este impuesto, que grava los beneficios obtenidos anualmente por
la entidad, si bien gozan todas ellas de una exención parcial. El alcance de
esta exención varía, según la asociación tribute en el régimen general o en el
régimen fiscal especial regulado en la ley 49/2002 (de nuevo, se trata
fundamentalmente de las asociaciones declaradas de utilidad pública u
ONGDs acogidas a los beneficios de dicho régimen fiscal especial).
LA ASOCIACIÓN COMO FÓRMULA DE ECONOMÍA SOCIAL
4
Las asociaciones están obligadas a realizar la declaración (con pocas
excepciones). En caso de resultar positiva, además de abonar la
correspondiente cuota, se inicia la obligación de realizar pagos fraccionados
a cuenta de este impuesto (en abril, octubre y diciembre).
 IRPF: Tratándose de un impuesto que grava la renta de las personas físicas,
las asociaciones no son sujetos pasivos de este impuesto, pero pueden estar
obligadas a practicar retenciones por este concepto a personas físicas a las
que satisfacen rentas del trabajo o del alquiler: trabajadores contratados,
profesionales autónomos, arrendadores de locales.
Por tanto, cuando hacemos prestaciones de servicios para terceras
personas, hemos de tener en cuenta que hay que facturar los importes de estos
servicios, así como liquidar las remuneraciones y los gastos a quién presta los
servicios (que puede ser miembro de la asociación o no). Así, hemos de emitir
facturas con IVA (muchas actividades de las asociaciones están exentos de IVA,
según el artículo 20 de la Ley de IVA 37/1992, entre las que destacan las
formativas y educativas) destinadas a formalizar la prestación de un servicio a
una persona o entidad usuaria, al tiempo que hemos de liquidar las
remuneraciones y los gastos de quien presta estos servicios, sea miembro de la
asociación o no (seguridad social e IRPF).
La contratación
Esto último se puede hacer de diferentes formas, dependiendo
principalmente de la intensidad, asiduidad y frecuencia de la relación laboraleconómica de quien presta servicios por parte de la asociación:
LA ASOCIACIÓN COMO FÓRMULA DE ECONOMÍA SOCIAL
5
 Una asociación cultural puede realizar contratos laborales, dando de alta a
trabajadores asalariados. En este punto hay que tener en cuenta algunas
limitaciones legales.
 También podemos recurrir a personas dadas de alta como autónomos, que
puntualmente puedes realizar actividad para (o a través de) la asociación.
 Esporádicamente podemos remunerar las actividades o tareas realizadas por
personas particulares, sin haber contrato laboral. En principio, una persona
puede realizar tareas de carácter económico desde una asociación sin estar
dada de alta a la Seguridad Social, siempre que las tareas tengan carácter
puntual o esporádico y no se supere el salario mínimo interprofesional con el
cálculo anual. En este caso, será suficiente emitir recibos por las cantidades
percibidas a las que se les aplicará el 15% del IRPF por parte de la Asociación.
En definitiva
Dependiendo del tipo de actividad (siempre serán más fáciles aquellas de
tipo social) es posible comenzar a funcionar como una organización de
economía social bajo la figura de asociación cultural, dadas las posibilidades de
contratación de personas, pagos por servicios, retribuciones puntuales por
trabajadores, etc. Esta puede ser una buena fórmula para comenzar a dar forma
a proyectos más amplios como las cooperativas.
LA ASOCIACIÓN COMO FÓRMULA DE ECONOMÍA SOCIAL
6
Descargar