Dame una de términos y un hipernarcisimo alimentario: La Modernidad alimentaria…o ¿posmodernidad –hipermodernidad alimentaria? Los cambios que se van produciendo dentro del campo de las humanidades y en particular en esta área multidisciplinar del estudio de la alimentación, van paralelos a los periodos en los que ellos suceden; aunque a veces no siguen su misma cronología. Debido a esto, no es de extrañar que términos como “modernidad alimentaria” (J.P Poulain, C. Fishler, S. Mennell, J. Contreras, M. Gracia, C. Díaz Méndez, P. Herrera…) se encuadrasen, apareciesen o se entendiesen dentro del momento histórico de la modernidad o como una consecuencia tardía de ella. Hoy en día es asumido casi por todos que históricamente la modernidad forma parte del pasado, aunque no sus consecuencias y los cambios que a partir de ahí pudiesen haber surgido. Como mínimo, nos encontramos en un periodo-momento histórico de posmodernidad. Incluso algunos autores llegan aún más lejos y ven indicios -razonados y apoyados, tanto en el fin de la segunda fase del consumo, como en el fin del modelo de individualismo narcisista de la época posmoderna, basado este en “un Narciso amante del placer y de las libertades” (G. Lipovetsky/S.Charles:2004, “L’ère du vide”: 1983…)- que les llevan a enunciar que nos podríamos encontrar y haber entrado en una tercera fase del consumo: hiperconsumo. Asentándose esta fase y de una manera muy resumida “en una lógica emotiva y hedonista que hace que se consuma más por el placer que por rivalizar con otros” (Lipovetsky 2004, p.26). De esta manera, sería este tiempo la continuación de la posmodernidad y nos estaríamos adentrando en la era “hiper”: hiperconsumo, hipernarcisimo y todo ello abriendo y dando paso a la hipermodernidad (ibíd.). Momento-tiempo histórico concreto en el que nos encontraríamos ahora. Según Lipovetsky el hipernarcisimo corresponde a una época dónde el Narciso se tiene a si mismo como un ser “maduro, responsable, organizado y eficaz, adaptable y que rompe así con el Narciso de los años posmodernos” brevemente señalado con anterioridad, (ibíd., p.27) amante del placer y de las libertades, en una sociedad, la posmoderna, que se ha liberado de las costumbres y las tradiciones; provocando ello entre otras consecuencias, la desarticulación del mundo de la familia y las relaciones, y un consumo que produce un sentimiento de eternidad y perpetuidad en una sociedad entregada a la fugacidad y brevedad de las cosas (ibíd.). A la vez y según el autor, el periodo o era posmoderna pertenece a un momento concreto durante el cual se incrementa la “autonomía individual”, junto con “la destrascendentalización de los principios reguladores sociales” y de “la disolución de la unidad de los modos de vida”…entre otros muchos factores relevantes. Para el autor, tanto la descomposición de las estructuras familiares como la autonomía individual, es lo que produce comportamientos tan opuestos que van desde el control de uno mismo, hasta la ausencia total de voluntad; es decir, un compromiso personal por un lado, pero por otro, disipación y desenfreno. Es el hecho de que el individuo pueda elegir entre aceptar estas responsabilidades o no, entre ser comedidos y dominarse, o por el contrario desmadrarse, es, está esencia del individualismo, lo que forma para Lipovetsky la paradoja de la posmodernidad. (G. Lipovetsky/S.Charles, 2004, p.7-100) El ejemplo claro de estos comportamientos posmodernos y de la paradoja de la posmodernidad, como bien nos muestra fugazmente el propio autor, aparece en la alimentación. Exponemos a raíz de lo mencionado que si hoy en día y ya incluso desde hace décadas han desaparecido las obligaciones sociales y preceptos religiosos y han aparecido comportamientos y decisiones tan individualistas como la búsqueda obsesiva de la información de todo lo que comemos a través de las etiquetas, una atención casi patológicamente enfermiza hacia la salud, cuidado y atención al medio-ambiente y al ecosistema, potenciación de los productos locales y filosofía kilómetro cero, movimientos de no consumir grandes marcas ni productos globalizados y aún así vivimos en una sociedad de dietas y elegancia, delgadez y belleza pero a la vez en la sociedad de obesidad, el sobrepeso y enfermedades, y de todo tipos de trastornos de conductas alimentarias…¿no habrá llegado el momento de empezar a pensar -al más puro estilo Lipovetsky- en términos como “posmodernidad alimentaria” o incluso “hipermodernidad alimentaria”?…si los cambios y conductas sociales se producen como consecuencia del momento histórico que nos ha tocado vivir, ¿ no estaremos ante otra gran paradoja -como fue la del ” El (H)Omnívoro” de Claude Fischler- llamada la paradoja alimentaria de la posmodernidad? …. y ¿no estará la aparición constante de productos gourmets y exaltación del sibaritismo en la que vivimos dando paso al hipernarcisimo alimentario?