culturas antiguas de la india - Museo Nacional de las Culturas

Investigación y Textos: Agripina García Díaz
CULTURAS ANTIGUAS DE LA INDIA: DOCUMENTO DIGITALIZADO
(TEXTO INTEGRAL)
l mundo siempre se ha sentido deslumbrado
y atraído ante la milenaria e inquietante civilización de la
India. Desde 450 a.C., los griegos sabían de historias
fantásticas que perduraron a través de leyendas doradas
presentes aún en la Europa que encontró al Nuevo
Mundo.
Con una fuerte carga religiosa y simbólica, en ella se
hace palpable lo divino, como el eco de un mundo
sobrenatural y esotérico. Su riqueza se expresa también
a través de las 179 lenguas, 544 dialectos y diferentes
grupos raciales. Sin embargo, existen rasgos comunes
que definen a la indianidad como el resultado de
tradiciones milenarias, de creencias religiosas y de una
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organización social que ha dado lugar a esta civilización.
Hábitat. Su población
La actual división política de la India comprende la gran
península al sur de Asia, separada por los Himalaya y
bañada por grandes mares: el Arábigo, el Índico y el Golfo
de Bengala. Desde el frío corazón de Asia hasta las tierras
subtropicales meridionales se localizan cuatro regiones
geográficas diferentes:
1. La región de los Himalaya, formada por grandes
cordilleras donde se localizan planicies y valles de alta
fertilidad. Debido a su altitud y clima extremadamente frío es
la región menos poblada.
2. La planicie Indogangética, cuna de la civilización hindú, se localiza
entre los ríos Indo, Ganges y Bramaputra, que hacen de ésta la zona
propicia para el asentamiento de grandes núcleos de población y
considerada una de las más pobladas del mundo.
3. La región del Desierto se sitúa al noroeste, donde se
forman inmensas planicies y extensiones desérticas.
4. La región peninsular comprende la meseta del Deccán
y la India meridional, las áreas agrícolas más importantes.
La gran variedad geográfica permite tener ejemplos
diversos de fauna, corno el tigre de Bengala, el león, el
elefante y rinoceronte y también una enorme gama de
pájaros y mamíferos. Se han localizado asentamientos
paleolíticos en los ríos Sohan, al noroeste, y Nármada, en el Deccán. El
neolítico está representado en el sitio de Ballari, al sur. Grupos humanos
cercanos al neolítico, por sus características tecnológicas, se encuentran
aun hoy día, como los Khasi de Assam, al nordeste. En la India están
representados diferentes grupos raciales: arios o indios de tez blanca,
caucasoides, mongoles de tez amarilla y varios grupos negroides. Estas
agrupaciones han generado gran cantidad de subgrupos que, de acuerdo
con Von Eickstedt, son el grupo védico al que se integran los aborígenes;
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el melánido que comprende los arios indonegroides; y el hindú que abarca los arios del
Norte. A consecuencia de lo anterior y como hemos mencionado, existe una gran
variedad de idiomas y costumbres.
Algunos de los idiomas que se hablan en la actualidad corresponden a los troncos
lingüísticos indoeuropeo, drávida y tibetobirmano.
Historia
Poco después de la aparición de las primeras comunidades agrícolas en
Mesopotamia, los habitantes del extremo noroccidental de la India
llevaron a cabo la gran transición del nomadismo basado en la caza y
recolección a la agricultura. Al oeste del río Indo, en las colinas de
Beluchistán, se iniciaron los asentamientos; hacia el año 3000 a.C. ya
tenían una cultura aldeana basada en la agricultura y con presencia de un
sistema religioso.
Cultura del Valle del Indo. La arqueología descubrió hacia 1922 lo que
se ha llamado la Civilización del Valle del Indo. Sus dos ciudades más
importantes fueron Mohenjodaro, en el Indo central, y Harappa, situada
en un afluente del río Indo, el Ravi. Tuvo un vigoroso florecimiento
aproximadamente durante mil años, entre 2500 a 1 500 a.C., y era
similar a otras civilizaciones fluviales contemporáneas, como la egipcia
y la sumeria.
Esta cultura, india en su origen, se muestra como una “civilización
urbana, mercantil, floreciente por el uso de la escritura,
por los silos y por su sistema de regadío”. La
organización política está regida por sacerdotes-reyes
que ejercían un poder absoluto y autocrático,
controlaban a la población a través de severas
sanciones religiosas, que abarcaban incluso la
tenencia de la tierra.
Migración de los arios, cultura védica.
Hacia 1500 a.C., la civilización del Indo decae: las aldeas son
abandonadas, las ciudades sufren inundaciones, la tierra quedó
empobrecida por la explotación agrícola y no pudo sostener un civilización
grande y vigorosa, además de las graves inundaciones que propiciaron el
abandono de las ciudades y aldeas. A lo anterior se añade la entrada de
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grupos nómadas, altos, de piel blanca que procedían del Asia Central, denominados
“arios”, hablantes de sánscrito, semejante a las lenguas indoeuropeas.
A mediados del segundo milenio antes de nuestra era, saquearon y destruyeron el área,
pero también trazaron el curso de la historia posterior. Sobre las bases
de una sociedad con presencia de esclavos, denominados dasya, los
arios gobernarán con una aristocracia al frente, en un periodo en el que
los antiguos jefes de la tribu -el raja— se convierten en una especie de
rey. Sin embargo, se conservaron en las aldeas las antiguas formas de
organización comunitaria.
Los bárbaros asimilaron las tradiciones y de aquella mezcla surgió una
cultura diferente: la aria o védica. La nueva formación social, política,
religiosa y económica se resume en los libros sagrados llamados
Vedas, de los que el más importante es el Rig Veda. Mediante esos
libros y las célebres epopeyas Mahabarata y Ramayana se sabe que
la sociedad se dividía en castas; la superior era la de los brahmanes,
quienes, para ejercer su poder, propiciaron el cambio del vedismo
hacia el brahmanismo, en el siglo VI a.C.
En el reino de Magadha surgió, en contraposición al brahmanismo, el
budismo, con Sidharta Gautama, “el Buda”, a la cabeza. El budismo
apoyado por la nobleza permitió al reino imponerse en la explotación
de esclavos. Este reino logró someter a los arios. La región del Indo
fue invadida por Alejandro el Grande (327-325 a.C.), quien había
destruido al imperio persa e intentaba extender su poder hasta la
India. Su fallecimiento frustró estas aspiraciones pero abrió los
contactos hacia el mundo griego.
Hasta el siglo III a.C. el pueblo indio vivió constantes luchas. La presencia de
Chandragupta, que sometió al reino de Magadha, logró un periodo de unificación que
fundó la primera dinastía imperial de los Maurya con el rey Asoka. Al tiempo que se
difundía el budismo se desarrolló la India y se erigieron templos, pilares y monumentos
para el culto. Conservado hasta hoy, el “León Capitel de Asoka” es adoptado como el
emblema nacional. A la muerte de este emperador y ante la constante presión de grupos
nómadas y de reinos asiáticos en busca de recursos en la región Indogangética, el reino
se fragmenta hacia el 185 a.C.
Posteriormente, el reino de Menandro se estableció en la cuenca del Indo para originar un
largo proceso de contacto con Europa, mientras en el noroeste pasaban los
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conquistadores griegos para permitir después el ingreso de sasánidas y de grupos
escitas.
Entretanto, el sudeste era dominado por el reino indio de los Andhra y los
escitas no tardaron en ser dominados por otra población emigrante, los
Kushana, que ampliaron su área de jurisdicción entre los siglos I y II. Esta
dinastía procedente de las tribus de Mongolia, relacionadas con los
tártaros, tuvieron su sede en Mathura y Rapishi. Su emperador más
importante fue Kanishka que, convertido al budismo, dio un fuerte
impulso al arte búdico. La India recibió además influencias culturales de
los hunos, aunque en menor importancia.
Después de un periodo difícil que comprende casi todo el siglo III, entre
los siglos IV y V surgió el gran imperio Gupta, con una dinastía indígena,
en la cual algunos historiadores indios encuentran los fundamentos de la
actual conciencia nacional. Los gupta retomaron las tradiciones de los
vedas y la sociedad de castas, incorporaron los cultos de Visnú y Shiva
logrando la participación de las clases humildes, hecho que originó el hinduismo. Por su
importancia, este periodo se consideró como la “etapa dorada de la India”. En la Cuenca
del Ganges, los hunos, raza mongola, prácticamente ponen fin a la hegemonía del
periodo Gupta; con su política destructora ocasionaron la escisión del imperio y un nuevo
fraccionamiento de las dinastías locales.
Sistema económico
Hemos mencionado la temprana presencia de agricultura en el valle del Indo, en donde
existía un sistema agrario que daba alimentación a un gran número de habitantes y
lograba un excedente con el cual se comerciaba. Tal vez tenían un sistema de riego
artificial para cultivar cereales, árboles frutales y algodón, con el cual elaboraban telas que
intercambiaban por productos de Mesopotamia. También se criaban animales domésticos
como cebú, búfalo, cabra, oveja, cerdo, perro y gato. Para la carga y transporte se
empleaban camellos, asnos, caballos,
elefantes y carabaos.
El gobierno se encargaba de dirigir la economía. Controlaban el almacenamiento de
granos y la producción de harina, la elaboración de ladrillos y los hornos para cerámica y
metalurgia.
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ILUSTRACIONES:
1. Escultura en bronce del dios Shiva Nataradja, “señor de la danza cósimca”.
Procede de Tridandrun, siglos XII-XIII
2. El elefante en la India se utilizó como medio de transporte y como animal de
trabajo.
3. El kathakali es una danza-drama, sus temas están incorporados en el Mahabarata
y el Ramayana. Base de la tradición del teatro en la India.
4. Sello en Terracota que representa un cebú, procede de Mohenjo-Daro.
5. En la ciudadela de Mohenjo-Daro se concentraban los edificios públicos, como los
baños que aquí se observan. Siglos III-II a.C.
6. Escultura en bronce de la diosa Parvati, hija de la montaña Himalaya y esposa de
Shiva.
7. Puerta de acceso al stupa del culto religioso budista. Sanci, Madhya Pradesh,
India. Siglos II a.C. al I d.C.
8. “Kalamkaris”, tapiz del sur de la India que describe una escena del Ramayana.
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9. Pintura sobre marfil. Miniatura que representa al emperador Sha Jahan, quien
ordenó la construcción del Taj Majal.
10. Vista de la ciudadela de Harappa.
Los grandes puertos permitían la comercialización de los productos que eran
transportados a través del Golfo Pérsico hacia Mesopotamia. Es posible que existiera un
sistema de pesas y medidas, así como la escritura y aritmética. Los harappanos
comerciaban también oro, cobre, piedras preciosas y madera procedente de los Himalaya.
Sus inscripciones han sobrevivido grabadas en “sellos para estampar”, sin que hasta la
fecha se logre descifrarlas.
La llegada de los arios marcó el inicio de la Edad del Hierro en el Valle del Ganges, las
herramientas facilitaron la roturación de campos y el cultivo de terrenos duros, facilitando
la irrigación y el nacimiento de nuevos oficios.
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Durante la dinastía Maurya la agricultura floreció gracias al empleo de sistemas de
irrigación. Los artesanos alcanzaron un alto nivel y se incrementó el comercio terrestre y
marítimo. Además se presenta ya la acuñación de monedas de cobre y plata.
Las ciudades se desarrollaron y los griegos mencionan en sus textos “la riqueza
y extensión de Pataliputra, capital de Magadha”.
En los primeros siglos de nuestra era se hizo notable el auge en la vida
económica de la India. Las regiones del sur, con un desarrollo más lento
avanzaron con nuevo ritmo. Por los templos excavados en la roca, las
esculturas y columnas de acero y bronce, sabemos del alto nivel de sus
técnicas y de los exactos cálculos efectuados para su construcción.
Estratificación social
Castas. Ya en los libros sagrados, los
Vedas, y en las epopeyas Mahabarata y
Ramayana se observa que la población
libre de los arios estaba formada por
cuatro varnas o “castas”, establecidas
sobre creencias religiosas muy rígidas.
La estructura social se desenvuelve
alrededor
de
dos
instituciones
fundamentales: la casta y la familia compuesta. El sistema de castas o
chaturvarnya, que inicialmente fue sencillo, se convirtió en un sistema
complejo.
Según el Rig Veda, por disposición divina la sociedad ha sido ordenada en
cuatro castas que provienen del cuerpo del dios Brahma: los brahmanes de
la cabeza son los sacerdotes, primera casta; los kshatriyas de los brazos son
reyes y guerreros; los vaicyas de la cintura son los comerciantes; por último,
los sudras de los pies del dios son 108 siervos y los extranjeros libres que
nada poseían, ni tenían derecho alguno. El hecho es que las cuatro castas,
según el investigador indio K. M. Panikkar, no eran más que una ficción.
Cada una de las incontables subcastas alega pertenecer a una de las cuatro
castas, que se caracterizan por la desigualdad inmutable fundada en el
nacimiento, la gradación y desigualdad de profesiones y las restricciones al
matrimonio entre grupos diferentes. Cabe agregar a los denominados
“intocables”, que no alcanzan clasificación y que se dedicaron a los trabajos en los que se
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exponía la vida por su fácil contaminación e infección. Es tal la
discriminación, que las castas superiores no pueden tomar alimentos
preparados, tocados o vistos por personas de casta inferior.
La unidad de la sociedad hindú es la familia compuesta,
sobreviviente de la comunidad primitiva y equivalente, en mucho, a
una subcasta que con frecuencia consiste en unas pocas familias
entre las cuales son posibles el matrimonio y la comida común.
La mujer. En la vida social es notoria la posición fijada a la mujer. Su situación significaba
entrega, venta o abandono. Mientras que el nacimiento de un niño era considerado la
mejor suerte y se festejaba con gran solemnidad, al nacer una niña
la familia llevaba luto. La mujer no tenía otra misión que la de
procurar descendencia al marido. Se le negaban las más
elementales relaciones sociales, sobre todo la enseñanza, y la
casaban en su más tierna infancia, entre los 7 y los 9 años,
permaneciendo en el hogar paterno hasta la madurez sexual;
generalmente resultaba madre a los 14 años. Al fallecer el marido,
se le aplicaba la sati (fidelidad), que consistía en su incineración con
el esposo muerto; si no le aplicaban esta norma, tenía prohibido
volver a casarse y debía permanecer encerrada sin comunicación.
Actualmente estas costumbres están prohibidas por las nuevas
leyes.
Significación de la religión
A lo largo de su historia la religión es uno de los elementos que rigen la vida del pueblo
indio. Ya en sellos encontrados en Harappa aparecen escenas mitológicas insinuando la
idea de una diosa-tierra relacionada a la vegetación y una diosa-madre para la fertilidad.
De igual manera, representaciones de animales, como el toro jorobado y la vaca, cuya
posición actual es de privilegio, remontan el ritual tal vez al tercer milenio antes de nuestra
era.
Los textos védicos dan testimonio del culto al sol, la luna, el fuego, el cielo, la tempestad,
el agua, el aire y la lluvia. Tenían un dios celeste, Varuna; un dios solar, Surya, y un dios
del trueno y las tormentas, Indra. Con el tiempo el vedismo se transformó en
brahmanismo en el cual los dioses fueron considerados protectores del rey y la nobleza.
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El brahmanismo hacía del Estado una institución divina,
santificaba la persona del rey y consagraba la desigualdad social
con el sistema de castas. Tenía como dios principal a Brahma que
todo lo puede; fue muy caritativa y sentía compasión por el dolor,
pero fue intolerante en cuanto a las condiciones sociales de las
castas, a las que consideraba inamovibles. Se asimilaron otros
dioses, protagonistas de una nueva concepción del mundo: Visnú
y Shiva, que con Brahma forman la Trimurti India, donde éste
aparece como creador, Visnú como conservador y Shiva como
destructor y regenerador.
Opuesta al brahmanismo surgió la doctrina budista. Fue Sidharta
Gautama, el Buda, quien consagró su vida a privaciones y aislamientos y, después de la
iluminación —bodhi—, predicó las cuatro nobles verdades del sufrimiento y los ocho
caminos que conducen al nirvana, es decir, a la liberación del círculo de las
reencarnaciones.
El budismo fue apoyado por la autoridad real, y su influencia alcanzó los territorios de Asia
oriental. Con la dinastía Gupta durante los siglos IV al VI, se afianzó también el
hinduismo, la religión más practicada en la India de hoy.
En el seno de la civilización hindú se arraigaron otras creencias religiosas: el jainismo, el
sikhismo y el cristianismo; a ellas se sumó el islamismo, que vino a ser la más poderosa
religión no india.
Legado cultural
Es muy rico el legado de la India a la humanidad: sus matemáticas han dado el sistema
decimal que fue universalmente adoptado, así como la invención del cero. Conocían la
extracción de raíces cuadrada y cúbica y el cálculo del número Pi; tenían conocimiento del
álgebra y noción de las leyes de trigonometría. La Europa de la Edad Media tomó estos
conocimientos de los árabes, pero éstos reconocían haberlos aprendido de los indios. En
la astronomía intentaron establecer fechas exactas para la celebración de ritos y su
comprensión del cosmos con base en la observación de las fases lunares. Relacionaron
las funciones del cuerpo humano con fenómenos astronómicos y establecieron una
biología; además, inventaron una medicina tradicional empírica, el ayurveda. Los médicos
indios eran muy hábiles cirujanos cuando los europeos desconocían tales prácticas; los
mismos médicos británicos adquirieron de ellos valiosos conocimientos.
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Los antiguos habitantes crearon una escritura que constituiría la base de las grafías de los
pueblos indios actuales. El gramático Panini, desde los siglos V-IV a.C., sentó los
orígenes de la lingüística y obtuvo excelentes resultados. Su literatura es rica y variada;
en el siglo I de nuestra era fueron escritos en sánscrito el Mahabarata y el Ramayana, que
han inspirado a poetas y artistas posteriores. Tal vez entonces se redactaron códigos —el
más conocido es el titulado Leyes de Manú— y salieron a la luz otros tratados sobre
diversas ramas de la ciencia. Las obras más importantes de la literatura budista se
escribieron en lengua pali.
Los pobladores de la India antigua también destacaron en las artes plásticas: sus
magníficas obras de escultura y pintura al fresco se pueden admirar todavía en los
templos excavados en la roca, como los de Ajanta, construidos entre los siglos II a.C. y VII
de nuestra era. En la metalurgia, desarrollaron una técnica avanzada en pilares de hierro
casi puro, como el de Delhi, del siglo IV, con varias toneladas de peso.
Muchos de los emigrantes —comerciantes, misioneros, viajeros— establecidos en el
sudeste de Asia llevaron a aquellos pobladores todas las grandes realizaciones de la India
eterna, país de antigua y brillante cultura.
Cuadro Cronológico
Fecha
2500-1500 a.C.
1500-1000 a.C.
Siglos VI-V a.C.
Fin siglo IV a.C.
Proceso histórico
Noroeste India primera civilización del sur de
Asia, contemporánea de Mesopotamia y Egipto:
Cultura del Valle del Indo. Ciudades
arqueológicas de Harappa (Purijab) y Mohenjodaro (Sind).
Arios invadieron comarca del Punjab, se
establecieron en el Valle del Ganges: Cultura
Védica. Origen de los libros sagrados, los
Vedas.
Evolución del vedismo hacia el brahmanismo.
Reino de Magadha: Sidharta Gautama, el Buda,
originó el budismo (560-487).
Alejandro el Grande cruzó el rio Indo (327-325).
Fundación de la dinastía Maurya a lo largo del
Ganges: Reinado de Asoka (269).
Budismo como religión oficial. Fraccionamiento
de Ia India en varios reinos: Reino Sunga,
Reino Kanva, Reino Satavahana.
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Siglos I-V
Siglos VI-VII
Invasiones extranjeras, se estableció el reino de
Menandro y el comercio romano llegó a la India.
Invasión de los escitas.
Periodo de los Kushana con el emperador
Kanishka.
Dinastía de los Gupta (Periodo Clásico,
eficiente reflejo de la cultura hindú 320-647).
Los hunos blancos invadieron la India desde el
noroeste.
Reducción del territorio Gupta y una nueva
división se originó.
Bibliografía
Biblioteca Salvat de Grandes Temas, Oriente y Occidente, Salvat, Barcelona,
1973.
CÁRDENAS, Eduardo (fundador), Diccionario geográfico, Almanaque Mundial, Ed.
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PIGGOT, Stuart, Arqueología de la India prehistórica, Fondo de Cultura
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