TEMA MÉDICO N° 87 NEUMONÍA La neumonía, pulmonía o neumonitis, es una enfermedad infecciosa e inflamatoria que consiste en la infección de los espacios existentes en los alvéolos pulmonares (pequeños sacos terminales de los bronquios, en los que se lleva a cabo el intercambio gaseoso). Denominamos neumonías extrahospitalarias o de la comunidad, a aquellas que se contraen fuera del ámbito hospitalario. Llamamos neumonías nosocomiales a las que se contraen dentro de un ámbito institucional sanitario. De acuerdo al agente que la produce pueden ser: bacterianas, virales, micóticas (hongos) o aspirativas si son producidas por alimentos, líquidos o vómitos aspirados. Varios millones de personas desarrollan neumonías y muchas fallecen cada año. Con frecuencia, suele ser una enfermedad terminal en personas que padecen otras patologías crónicas graves. Es la sexta causa más frecuente de todas las defunciones y la infección mortal más frecuente, que se adquiere en los establecimientos asistenciales. En los países en vía de desarrollo, la neumonía es la causa principal de muerte y solo la segunda después de la deshidratación, causada por diarrea aguda. En los adultos, la causan más frecuentemente las bacterias como el estreptococo, el estafilococo o el hemophylus influenzae y el virus de la gripe. 1 Algunas personas son más propensas a contraer la enfermedad, por ejemplo: Niños. Ancianos. Alcohólicos. Tabaquistas. Diabéticos. Quienes padecen o han padecido: Infección viral de vías aéreas superiores recientes. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Asma bronquial. Accidentes cerebrovasculares. Enfermedad de Parkinson. Enfermedad fibroquística del páncreas. Parálisis cerebral. Cardiopatías. Cirrosis hepática. Alteraciones de la conciencia (neumonías aspirativas). Pacientes inmunodeprimidos, postrasplantados, oncológicos en tratamiento quimioterápico, postrados, traumatizados graves y postquirúrgicos. Los síntomas más corrientes de la neumonía son: TOS. Productiva con esputo mucopurulento. No presente en general en los bebes. AUMENTO DE LA TEMPERATURA CORPORAL. Que puede ser leve o alta. Escalofríos. 2 DOLOR TORÁCICO. DIFICULTAD RESPIRATORIA. CEFALEA. CONFUSIÓN MENTAL (ancianos). RECHAZO DEL ALIMENTO (niños). El diagnóstico de la neumonía contempla el examen médico completo, la realización de estudio radiológico, hisopado de fauces y de acuerdo al estado del paciente, la realización de análisis de sangre, gases arteriales, cultivo de esputo, tomografías computadas, etc. Efectuado el diagnóstico, su médico decidirá sobre la necesidad de tratamiento ambulatorio u hospitalización. En general las neumonías leves son tratadas en forma domiciliaria. La hospitalización es necesaria si se acompañan otros problemas médicos severos, en los niños y en los ancianos. Las neumonías son tratadas con antibióticos, antivirales o antimicóticos, por vía oral o endovenosa, de acuerdo al estado del paciente. Se instala tratamiento kinésico respiratorio, nebulizaciones, adecuada hidratación, control de la temperatura corporal y oxigenoterapia. Con los tratamientos instituidos los pacientes mejoran dentro de las 2 semanas. Los debilitados o de edad avanzada pueden requerir más tiempo. 3 Algunos pueden complicar su evolución, en especial los adultos mayores o niños pequeños y los pacientes inmunodeprimidos. En algunos casos puede producirse insuficiencia respiratoria, evento que requiere asistencia respiratoria mecánica o bien, una generalización de la infección a punto de partida de la neumonía, que pondrá al paciente en alto riesgo. Consulte siempre a su médico si: Presenta síntomas respiratorios que están empeorando (tos pertinaz, dolor torácico). Escalofríos y fiebre persistente. Dificultad para respirar, respiración rápida. Expectoración sanguinolenta. Dolor torácico que empeora al toser o inhalar. Sudores nocturnos o pérdida de peso inexplicable. Si Ud. presenta algunas de las enfermedades que lo hacen propenso a contraer neumonía. Prevención Lavarse las manos frecuentemente, en especial luego de limpiarse la nariz, ir al baño, cambiar pañales, antes de preparar alimentos o comer. No fume, el tabaco daña la capacidad del pulmón para detener la infección. Las vacunas (antineumocóccica: Prevenar; antigripal: Influvax, Bregrivac; HIb: haemophilus influenzae) ayudan a prevenir la neumonía, en especial en niños, ancianos, diabéticos, asmáticos, enfisematosos, pacientes oncológicos o con afecciones de evolución crónica. 4