220-35737 Ref. IMPOSIBILIDAD PARA APLICAR LAS NORMAS

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220-35737
Ref. IMPOSIBILIDAD PARA APLICAR LAS NORMAS COMERCIALES AL CUASICONTRATO DE COMUNIDAD
Acuso recibo de su escrito radicado en esta Entidad con el número 2001-01-068258, a través del cual consulta
sobre si una comunidad organizada de conformidad con la Ley 95 de 1890, fuera del administrador, puede contar
con estatutos, consejo directivo con principales y suplentes y, revisor fiscal.
El Código Civil, sobre el tema de la propiedad común o comunidad (artículo 2322), señala que esta nace de la
voluntad de las personas, como la que resulta de la compra de un objeto cualquiera entre varios para usarlo en
común, o por la compra de los derechos de un comunero por parte de un tercero; que en tal virtud, éste pasa a
tener la calidad del primero, es decir, del comunero que vende el derecho.
De igual forma, en la comunidad, la potestad de cada uno de los comuneros sobre la cosa en común es la misma
que tienen los socios en su haber social, sin que uno u otro caso (la formación de la comunidad y los derechos que
otorga), quiera significar que se configure una sociedad, habida consideración que se trata de un cuasicontrato que
se forma de hecho, y las personas que en él aparecen no celebran convención alguna para constituirse como
entidad autónoma, es decir, la comunidad de bienes no tiene personalidad jurídica propia y distinta de la de cada
uno de los dueños, e igualmente tampoco es dueña de un patrimonio propio, aun cuando sí es objeto de derechos.
En conclusión, el dominio de cada uno de los condueños de las cosas comprendidas en la comunidad le otorga
derechos al uso de la cosa común y a sus frutos como también obligaciones en cuanto a deudas y reparaciones de
la comunidad, en donde esa cuota pertenece al patrimonio del comunero, lo que equivale a decir que los comuneros
no son dueños de una cosa, y que en su calidad de copropietarios no se representan unos a otros ni tienen
particularmente la representación de la comunidad.
Sobre este presupuesto, lo único obligatorio, y siempre que los comuneros no se pongan de acuerdo en cuanto al
uso de la cosa común, es la presencia de un administrador nombrado por aquellos mismos constituidos en Junta
General y por mayoría absoluta de votos, o por el juez, pasando de esta forma a constituirse en el representante
legal de la comunidad.
Con base en lo expresado, si de lo que se trata es de acoger unos estatutos para la comunidad, simplemente
bastaría decir que la ley ha regulado todo sobre esta figura, con lo cual aquellos, en principio no tendrían razón de
ser; si por el contrario, de lo que se trata es darle a los frutos que la cosa común produzca una destinación
especifica que redunde en beneficio de los comuneros, se estaría en tal evento saliendo de los parámetros que
establece el estatuto civil, para dirigirse en lo pertinente a las normas que rigen a las sociedades, en cuyo caso el
establecimiento de unos estatutos resulta de imperiosa obligación.
Igual circunstancia (de constituirse una sociedad), se predicaría del consejo directivo y del revisor fiscal, figura esta
última que tiene sus funciones expresamente señaladas en la Ley 43 de 1990 y el Código de Comercio.
En el oficio 220-12306 de marzo 25 de 1998, se trató el tema a que este escrito se refiere.
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