188 F ERNANDO A RIAS GARCÍA forma, el consentimiento de los demás copropietarios no será trascendente a efectos de pedir la disolución de la cosa común, bien sea mediante el proceso consagrado en los artículos 467 y s.s. del C.P.C. o mediante la venta de la cosa común, en casos en que no fuere posible la indivisión material. 2.1. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS COMUNEROS O COPROPIETARIOS387 Previa enumeración de los derechos y obligaciones de los copropietarios388 , hay que advertir que erradamente el artículo 2323 del Código Civil equipara los derechos de los comuneros con los derechos de los socios , al establecer que “el derecho de cada uno de los comuneros sobre la cosa común, es el mismo que el de los socios en el haber social”. Afirmación que sólo es cierta en forma parcial, ya que el socio detenta un “poder jurídico” al interior de la sociedad, manifiesta en sus “acciones” (Sociedad Anónima y en Comandita por Acciones), “partes de interés” (Sociedad Colectiva y en Comandita Simple) o “cuotas partes” (Sociedad de Responsabilidad Limitada) y en tal sentido no podría afirmarse que los bienes de la sociedad corresponden al patrimonio del socio, porque ellos pertenecen a la persona jurídica que se ha formado; contrario sensu, el comunero es verdadero titular del derecho de dominio manifiesto en su cuota parte389. De otro lado, se tiene que la sociedad debidamente constituida forma una persona jurídica independiente de sus socios, en tanto la copropiedad no es persona jurídica. Cont. Nota: por cada uno en nombre de la comunidad. Esto último conduce a que aparezca el “derecho de conservación” de la cosa común por el interés que todos los condueños tienen en ella, independiente del provecho inmediato que reportan”. 387 Cfr. BORRELL Y SOLER, Antonio. El dominio según el Código Civil Español. Barcelona. Bosh, Casa Editorial. 1982, p. 194 y ss. 388 Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 17 de julio de 1974 : “Es preciso distinguir entre la comunidad en un acervo de bienes y la comunidad en una cosa determinada. Respecto de la primera, ninguno de los partícipes tiene cuotas de dominio definidas en cada uno de los bienes que constituyen el acervo común, de modo que al hacerse la partición bien pueden vincularse los derechos de los comuneros en distintos bienes; en tanto que en lo que toca en la segunda comunidad, la cuota de dominio está radicada en cosa determinada, y puede procederse a la división material o a la venta, según el caso. Ninguna disposición legal se opone a que la primera comunidad pueda resolverse en varias de la segunda naturaleza, pues hay diferencia cardinal entre las dos”. 389 Superintendencia de Sociedades. Concepto 12306 de 25 de marzo de 1998: “Se infiere por tanto que la comunidad no es una persona jurídica en sentido estricto, ni es dueña tampoco de un patrimonio propio. La cuota que corresponde a los comuneros en la cosa común pertenece al patrimonio particular de cada uno de ellos”.