TEMA 11.- ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LAS TAREAS MOTRICES 11.1. Conceptos. Las tareas motrices a enseñar son los contenidos de nuestra materia. Como profesores vamos a enseñar tareas motrices muy diversas: nadar, hacer un mortal, jugar a balonmano, etc. todas estas tareas son los contenidos de enseñanza y como tales tienen unas características específicas que debemos conocer para dar un tratamiento concreto a su enseñanza. Las características de la tarea a enseñar determinan la técnica o técnicas de enseñanza a utilizar para que nuestros alumnos aprendan. Las diversas técnicas de enseñanza pueden utilizarse de manera combinada y no son excluyentes entre sí, sino que serán coherentes con las características de las tareas a enseñar. La dificultad de aprendizaje y la ejecución de una tarea motriz determinada viene dada por el tipo y la cantidad de información que tiene que manejar el sujeto para su realización. Una de las teorías que destacan por su aplicación didáctica en el tema que vamos a tratar es la teoría del aprendizaje motor que utiliza la metáfora del ordenador para explicar de qué modo la mente humana adquiere conocimiento. Según la psicología cognitiva los mecanismos de pensamiento en los seres humanos son semejantes al funcionamiento de un ordenador que necesita de un hardware y un sofware, es decir, un soporte físico y unos programas de funcionamiento. En el hombre el hardware es el cerebro y los circuitos neuronales se pueden comparar con los circuitos electrónicos. El sofware son las estructuras mentales que organizan la información. Para comprender de qué modo la mente humana adquiere la información hay que utilizar el modelo del ordenador en relación con los sistemas de memoria. Un ordenador dispone de dos memorias: una llamada RAM que es una memoria transitoria o de trabajo, de capacidad limitada, que procesa la información antes de enviarla a la memoria ROM o de larga duración y gran capacidad que almacena la información que ha elaborado la memoria RAM. Comparando esta estructura con la mente humana, podemos decir que cualquier información que provenga del exterior, como una palabra, una imagen, una señal, es captada por los sentidos y transformada en un símbolo. Este símbolo es procesado por la memoria a corto plazo y posteriormente pasa a la memoria a largo plazo (el disco duro de un ordenador). Un programa “humano” es un mecanismo fruto de la experiencia individual, de la memoria a largo plazo y de la información específica que tenemos para resolver un problema, en nuestro caso un problema de carácter motor. Tenemos una serie de programas que nos marcan nuestra conducta, que los aprendemos y los incorporamos en nuestra mente y los utilizamos como pauta de nuestra conducta. La ejecución y aprendizaje de habilidades y destrezas motrices es comparable a un sistema de procesamiento de información: hay una información situacional que llega a través de la vista, el oído o el tacto generando una serie de sensaciones. Estas sensaciones se van a procesar para dar una respuesta motriz o movimiento. Como consecuencia de ese movimiento se originan impulsos en los órganos sensoriales de carácter kinestésico o propioceptivo que son percibidos por el individuo y le proporcionan una representación propia del movimiento o lo que es lo mismo le dan un conocimiento de la ejecución de ese movimiento, siendo de gran ayuda para la corrección del mismo. Además, el movimiento tiene un resultado externo que el individuo percibe a través de los sentidos periféricos (vista, oído, etcétera). Esta información ayuda al individuo a comprobar si el propósito del movimiento y el resultado real del mismo coinciden. 11.2 ANÁLISIS DE LAS TAREAS MOTRICES La ejecución motriz, la tarea a aprender está basada y tiene exigencias a nivel de tres mecanismos: 11.2.1. 11.2.2. 11.2.3. El mecanismo perceptivo. El mecanismo de decisión. El mecanismo de ejecución. Estos tres mecanismos actúan de manera secuencial. Para comprender el papel que juega cada uno de estos mecanismos vamos a ver un ejemplo práctico: un jugador de baloncesto en juego al que se le pasa el balón; puede suceder que no lo recoja por no haber percibido correctamente su trayectoria, en este caso habrá fallado el mecanismo de percepción. Imaginemos que sí lo ha recibido y en posesión de balón puede considerar que está en buena posición para tirar y consecuentemente intentar el tiro, pero la decisión puede demostrarse equivocada al ser bloqueado éste fácilmente por la defensa, el mecanismo de decisión ha fallado. Suponiendo que haya podido tirar a canasta sin impedimento, puede fallar la canasta como consecuencia de una mala ejecución técnica, el mecanismo de ejecución es el que ha fallado en este caso. En este ejemplo está claro que los tres mecanismos de ejecución motriz intervienen de una manera significativa y que el fallo en cualquiera de ellos puede suponer el fracaso en la consecución del objetivo que en este caso es la consecución de la canasta. Del ejemplo anterior deducimos que el baloncesto presenta unas exigencias en el aprendizaje concernientes a los tres mecanismos. El jugador no sabe a ciencia cierta cuándo le van a pasar el balón, si éste será interceptado en su camino por un oponente o cuál va a ser la trayectoria que imprima al balón el pasador, es decir, depende de factores externos sobre los cuales el jugador no ejerce un control directo. No obstante, debe saber reaccionar adecuadamente según lo exija cada circunstancia. Es fácil pensar que existen tareas motrices diferentes y por tanto que requieren un tratamiento didáctico distinto. Un atleta en el salto de altura que se enfrenta al principio de la carrera de impulso ante el listón no está en absoluto en el caso anterior, ya que dentro de su campo perceptivo toda aquella información de importancia para la ejecución de su tarea motriz es estable y conocida de antemano. Nos encontramos ante una tarea con baja exigencia en el mecanismo perceptivo, la información es estable y conocida de antemano. Hemos visto el problema de decisión del jugador de baloncesto que acaba de recibir el pase y se enfrenta a un problema de decisión en el cual fundamentalmente tiene que escoger entre tres alternativas: pasar, penetrar o tirar. Si en este momento comparamos el problema de decisión del jugador con el de un nadador a punto de tomar la salida, podemos comprender que son diferentes. El nadador no puede equivocarse en la decisión, ya que no se le plantea ningún problema en este aspecto. Sin embargo habrá que decir que las tres tareas motrices mencionadas ( baloncesto, salto de altura, salida en natación ) tienen en común el que exigen una alta coordinación neuro-muscular que trata de ajustar el movimiento a un modelo técnico de rendimiento, la técnica específica en cada caso. Por lo tanto, las tres tareas tienen en común una alta exigencia del mecanismo de ejecución, y en este aspecto el tratamiento didáctico puede ser muy similar. Se puede concluir que todas las tareas motrices tienen mayor o menor dificultad y complejidad en el mecanismo de ejecución. También que no todas las tareas tienen un componente significativo del mecanismo de percepción (se entiende respecto a información del entorno), ni tampoco un componente significativo del mecanismo de decisión (se entiende respecto de la posibilidad de elección entre alternativas diversas). 11.2.1. MECANISMO PERCEPTIVO. A efectos de enseñanza, las tareas motrices deben ser analizadas y clasificadas en términos de sus exigencias de aprendizaje. La peculiar problemática de aprendizaje de cada tarea motriz debe ser el punto de partida para un correcto planteamiento de la enseñanza. Desde el punto de vista del aspecto perceptivo las tareas motrices pueden ser abiertas, cerradas y mixtas. Tareas motrices de carácter abierto son aquellas en las cuales para su realización la información visual juega un papel primordial. Son de carácter perceptivo, el deportista tiene que realizar la tarea motriz con cambios en el entorno y las circunstancias, es muy necesario un feedback de carácter externo o periférico, son por ello tareas que se denominan de regulación externa. A modo de ejemplo, pensemos en un futbolista que tiene que adaptar continuamente su conducta motriz y sus gestos deportivos a los factores externos, de los que obtiene información a través de la vista, si cerrase los ojos aunque fuera tan solo por unos instantes se encontraría al abrirlos “fuera de posición” en el terreno de juego, ya que durante esos breves momentos ha carecido del elemento de control (perceptivo), que le permite situarse y actuar correctamente. La respuesta motriz de carácter fijo no es suficiente, la capacidad de adaptación del movimiento juega un papel primordial, el deportista tiene que resolver el problema de cómo realizar el movimiento ajustándose a cada situación concreta y es necesario reaccionar adecuadamente para ser efectivo. Deportes como el tenis, baloncesto, balonmano, fútbol, situaciones de juego en deportes de combate: esgrima, judo, karate, también actividades en la naturaleza etc implican y son tareas de carácter abierto. Las tareas motrices de carácter cerrado se distinguen sin embargo por ser de carácter habitual, el deportista no toma decisiones acerca de su respuesta motriz. Por ejemplo el caso de un halterófilo ante un intento en el levantamiento de un peso. Las necesidades de ejecución son mucho más previsibles ya que no hay cambios en el entorno ni en las circunstancias, el entorno es estable. Es primordial la automatización del gesto técnico ya que es suficiente una respuesta motriz de carácter fijo que se adquiere con la repetición exhaustiva del gesto técnico. Es necesario un feedback de carácter interno para el control de la ejecución. Son tareas denominadas de autorregulación, el deportista podría cerrar los ojos y ser capaz de realizar la técnica con perfección. Nos referimos a deportes individuales como lanzamiento de peso, salto de longitud, patinaje, gimnasia artística y deportiva etc. Son disciplinas deportivas en las que no hay que tomar decisiones respecto a la respuesta motriz que el deportista debe tener totalmente automatizada, sin tener que preocuparse en resolver el problema de cómo va a realizar el movimiento. Las tareas motrices de carácter mixto se definen porque presentan en mayor o menor grado características de las tareas abiertas y cerradas. Por ejemplo, si consideramos una carrera de 100 metros lisos, en la salida podemos encontrar que el componente es de regulación externa ya que el corredor tiene que reaccionar ante un estímulo externo, cuya información le va a llegar procedente de un sentido periférico (el oído), sin embargo una vez puesto en acción el resto de la carrera, supone fundamentalmente un problema de autorregulación de una respuesta fija previamente determinada. Al analizar el componente perceptivo de una tarea motriz no podemos dejar de considerar aquellos elementos del entorno íntimamente relacionados con el objetivo de la tarea motriz y que constituyen en ocasiones el foco de acción de la misma. Gran cantidad de tareas motrices suponen el manejo o movilización de objetos, sobre este aspecto de evidente importancia sobre el mecanismo perceptivo se analizan las tareas motrices según las siguientes categorías: El grado de complejidad perceptiva de la tarea puede variar de acuerdo a: TAREAS MOTRICES SEGÚN COMPLEJIDAD 1. 2. 3. 4. Número de estímulos a los que hay que atender. Número de estímulos que están presentes. Velocidad, duración e intensidad del estímulo. Grado de conflictividad o confusión del mismo. A modo de ejemplo la tarea de un portero de balonmano implica gran cantidad de estímulos inherentes a la acción de proteger la portería como son el jugador con balón y jugadores susceptibles de pase peligroso, todos los restantes jugadores, el tiro a portería que es de gran potencia y velocidad, efectuado desde unos pocos metros de distancia. El móvil es relativamente pequeño, además el jugador que tira a portería tiene intención de engañar al oponente y además hay que tener en cuenta la interferencia visual que supone la defensa. En consecuencia, se puede, sin lugar a dudas, considerar esta tarea como de gran complejidad perceptiva. Muy distinta, a nivel perceptivo, es la tarea de lanzar un tiro libre en baloncesto. Si consideramos que la canasta es un estímulo estático, único y conocido, el aro se encuentra visualmente enmarcado por el tablero y el recuadro y acentuado por la red. El resto de los jugadores que reglamentariamente participan deben permanecer estáticos, y a excepción del ruido que puede producir el público, caso de que haya, la situación en sí no presenta conflicto ni confusión. Podríamos considerar esta tarea a nivel perceptivo de baja complejidad. A través de aprendizaje el individuo debe identificar y atender selectivamente a aquellas características del entorno que van a tener mayor influencia en la organización de su movimiento, es decir, deberá desarrollar la atención selectiva. De esta forma aprenderá a concentrarse en aquellos estímulos que son realmente de importancia e ignorar aquellos otros que no influyen en la realización de la tarea. Las tareas cuya complejidad perceptiva sea alta se debe proceder para su enseñanza en dos fases: en la primera, el individuo aprenderá a familiarizarse con las peculiaridades perceptivas de la misma, mediante una observación sistemática encauzada por el profesor, a través de la cual el alumno irá progresivamente desarrollando su capacidad de atención selectiva. En una segunda fase se introduciría la ejecución del movimiento. Por ejemplo, cuando a un niño al que estamos enseñando a jugar al voleibol o al tenis le pedimos la ejecución correcta del movimiento, toque de dedos o drive, es probable que no la consiga ya que es casi seguro que su posición en relación a la pelota sea inadecuada. Esta inadecuación proviene en principio de la falta de capacidad de apreciación correcta de la trayectoria, a causa de la falta de familiarización con la situación y por tanto, de capacidad de atención selectiva. La aparición de errores de ejecución en estos casos, que pueden llegar a afianzarse como defectos técnicos, no son extraños ya que el alumno no realiza correctamente el gesto por una mala posición que no se debe a falta de coordinación, sino a una insuficiente apreciación perceptiva por bajo desarrollo de hábitos correctos de observación. Otro aspecto es la capacidad de anticipación o facultad de interpretar correctamente los estímulos ocasionados en el entorno antes de que el resultado de estos se materialicen. Esto implica la previsión de trayectorias de móviles a gran velocidad o en las acciones que van a incidir de una manera directa sobre el cuerpo del sujeto en los deportes de combate. Aprender a percibir correctamente y con tiempo suficiente a partir de unos pocos datos la totalidad de la acción comporta una serie de aprendizajes en relación con el desarrollo de la atención selectiva que logran como producto final una gran capacidad de respuesta. Desarrollar esta capacidad supone en primer lugar desarrollar la precisión en la apreciación perceptiva; el principiante pasa por una primera fase en la que no hay anticipación perceptiva pero conforme el alumno se familiariza con las trayectorias necesitará cada vez menor tiempo de observación para hacer una valoración y comprometerse a actuar anticipándose a la acción. Es una fase posterior se empieza a desarrollar el sentido de anticipación llegando este sentido al límite cuando se es capaz de prever la trayectoria incluso antes de que el móvil haya salido de la mano del lanzador. A lo largo de este proceso de aprendizaje se adquiere la habilidad de interpretar el código perceptivo que emite un móvil al ser lanzado. 11.2. 2. MECANISMO DE TOMA DE DECISIÓN. En cuanto al mecanismo de toma de decisión, veremos como hay tareas que respecto a este mecanismo tienen componente prácticamente nulo y otras en las que este mecanismo es primordial y determinante para alcanzar el resultado deseado. Si pensamos por ejemplo en la realización de un test de salto vertical veremos que las decisiones son de carácter muy simple, en principio, la alternativa es de saltar o no saltar. También el gimnasta cuando realiza un ejercicio obligatorio, la decisión de cuando comenzar es sencilla ya que al deportista se le permite o tiene un margen de tiempo para concentrarse. Es un deportista que cuando ejecuta su ejercicio no toma decisiones sobre la marcha, la serie de habilidades gimnásticas que realiza están muy entrenadas y todas las decisiones respecto las mismas se han tomado con anterioridad. Muy distinto es el centrocampista en fútbol que está avanzando hacia la portería contraria, en esa situación debe tomar decisiones muy variadas sobre la dirección a tomar, pases, de cómo y cuándo realizar las distintas acciones, etc. decisiones que determinarán la eficacia en el juego. Son tareas en las que la inteligencia motriz, la capacidad cognitiva y la capacidad pensante del deportista se ponen en juego para tomar la decisión acertada. Tienen que aplicar la técnica adaptándose a la situación de juego particular y en circunstancias muy diversas en las que puede ser fácil equivocarse. No sólo en fútbol, en baloncesto, voleibol, balonmano y demás deportes colectivos el mecanismo de toma de decisión es fundamental. El aprendizaje de las técnicas es básico y debe dominarse pero no sólo se debe dominar la técnica como modelo de ejecución ideal, también se debe dominar la aplicación de las diversas técnicas en situación de juego. El jugador de voleibol puede saber pasar el balón correctamente con toque de dedos y recibirlo de antebrazos cuando hace ejercicios de pases con otro compañero pero si en pleno desarrollo de un partido no sabe cuando recibir utilizando estas técnicas y no las aplica estará perdido en situación de juego. La complejidad en este mecanismo viene dada por los siguientes elementos de análisis: ELEMENTOS DE COMPLEJIDAD. • Número de decisiones a tomar: Cuantas más sean las decisiones mayor será la dificultad. El número de decisiones a tomar en una carrera de 100 metros lisos de atletismo por un corredor donde la consigna que debe seguir es correr lo más deprisa posible es muy distinto al número de decisiones que tiene que afrontar un corredor de 1500 metros que tiene que decidir a lo largo de la prueba cuestiones en cuanto a la dosificación del esfuerzo en función de las propias fuerzas, las características de los oponentes, la estrategia a seguir, la posibilidad de apoyo de un compañero de equipo, etc. Tendríamos que hablar de un concepto a tener en cuenta en la preparación del atleta: la táctica individual. La táctica de carrera del corredor de 100 metros es simple pero la estrategia a plantear en los 1500 metros estará en función de los objetivos o el propósito planteados en esa carrera: ganar o hacer marca. Por lo tanto, se enfrenta a un problema de decisión más complejo que el velocista. • Duración de la realización de la tarea motriz • Variedad de objetivos que pueda plantear la ejecución de la misma. • Número de respuestas motrices alternativas con que se enfrenta el deportista ante la realización de la misma. Cuantas más alternativas mayor será la dificultad. En los dos casos anteriores la alternativa motriz es la misma, correr en la dirección que marca la pista de atletismo. Las diferencias vendrán marcadas por un matiz cuantitativo o de velocidad o de ritmo de ejecución y distribución del esfuerzo. Si lo comparamos con el juego del rescate o juegos donde los perseguidos y perseguidores no sólo tienen que decidir donde o respecto a la dirección hacia la que deben correr, también cuándo, cuánto, hacia dónde correr así como orientar y reorientar la dirección de sus desplazamientos. Como se puede apreciar en estos juegos, hay muchas alternativas de respuesta a la decisión de correr. En el caso del tenista, además de decidir la velocidad y dirección de desplazamiento para situarse en una buena posición, tendrá que decidir que tipo de golpe va a emplear, la fuerza y dirección que va a dar a la pelota. Como vemos, en este deporte el número de respuestas alternativas en la ejecución de una tarea motriz es muy grande, siendo en este aspecto el grado de complejidad mayor cuanto mayor sea el número de alternativas a las que se enfrenta el deportista. Cada alternativa de ejecución motriz plantea un problema de ejecución complejo y un deportista no puede decidir acerca de la utilización de un elemento motriz que desconoce o carece de capacidad de ejecución suficiente sobre él. Por ejemplo, un judoka no puede hacer la llave o técnica más apropiada si no sabe realizarla por más que esa técnica sea la más apropiada es esa circunstancia. • Tiempo que se necesita para tomar la decisión. El tiempo de decisión es el tiempo que necesita el deportista para pensar de manera inteligente lo que va a hacer, durante ese tiempo aplica la lógica motriz y la velocidad con la que aplique la lógica motriz o decide la respuesta motriz que le parece más acertada es determinante para el éxito en la tarea. En el ejemplo del lanzamiento de atletismo, el atleta tiene tiempo para pensar y repasar mentalmente el movimiento y concentrarse para el esfuerzo que va a hacer. Sin embargo, en un deporte de combate como la esgrima si se lo piensa mucho se puede dar por tocado. • Nivel de incertidumbre con el que se toma la decisión también dará mayor o menor complejidad a la tarea. Ya habíamos visto que las tareas autorreguladas, cerradas o de carácter habitual, tienen nivel de incertidumbre cero a nivel perceptivo. A nivel de toma de decisiones sucede lo mismo. Sin embargo la complejidad será mayor cuanto mayor sea el número de circunstancias imprevisibles y el grado de aleatoriedad de las mismas. Por ejemplo, en la escalada será distinto abrir una vía o repetirla. En el primer caso no sabemos el tipo de dificultades que nos vamos a encontrar, ni siquiera si las dificultades van a ser o no superables pero cuando repetimos una vía ya sabemos al menos, que si se ha hecho antes es que las dificultades son superables y tenemos una idea clara de lo que vamos a encontrar. Las dificultades no previsibles en la escalada al abrir una vía serán de carácter aleatorio (accidentes geológicos), fortuito o casual, que nadie ha puesto en la naturaleza deliberadamente. Sin embargo, cuando el elemento imprevisible de la tarea motriz está representado por una oposición inteligente existirá tanto mayor grado de incertidumbre cuanta menos información tengamos de las características técnicas y tácticas del equipo contrario. Si jugamos un partido de tenis y conocemos los puntos fuertes y débiles de nuestro adversario podremos utilizar un tipo u otro de acciones y la dificultad será menor. Por lo tanto, el nivel de incertidumbre estará determinado por la aleatoriedad de las circunstancias que pueden plantearse en una situación determinada y por otro lado las incógnitas que plantea una oposición inteligente. • Orden en la secuencia de decisiones. Distinguimos entre las tareas de baja organización (desde el punto de vista de secuencia de decisiones) que no presentan una secuencia fija de toma de decisiones y la decisión que se toma se acomoda en cada momento; es el caso de las secuencias de acción en los deportes de equipo que son muy variables. Es decir, se toman decisiones “sobre la marcha” en función de lo que ocurre en situación de juego. Sin embargo las tareas de alta organización tienen una secuencia fija de decisiones, se trata de un encadenamiento de decisiones totalmente previsto de antemano como en el salto de longitud que se decide cuando comenzar la carrera de impulso, batida, vuelo y caída y se ejecutan siempre en el mismo orden. • Nivel de riesgo que puede conllevar la toma de decisión. El profesor se enfrenta a dos tipos de riesgo: el real y el subjetivo. Hay amantes de los deportes de riesgo y aventura como la escalada, descenso en esquí, motorismo… con un indiscutible riesgo alto muy distinto a la situación de un individuo que juega a la petanca en el parque, evidentemente corre menos riesgo que el escalador que está a muchos metros del suelo en medio de una pared helada. El profesor tendrá que hacer frente a situaciones en las que sus alumnos tienen miedo y las pautas a seguir serán en primer lugar analizar las causas del peligro tanto real como subjetivo, ser consciente de qué es lo que puede lastimar al alumno y qué es lo que el alumno piensa que le puede lastimar. Muchas veces el miedo es debido al desconocimiento porque si el alumno no sabe hacer algo le parece que es una actividad de riesgo. Por lo tanto deberemos familiarizar al alumno con las sensaciones básicas de las que depende la seguridad. Por ejemplo, los primeros intentos de un alumno en una rueda lateral; la sensación de desorientación al ponerse boca abajo y el temor a hacerse daño en la cabeza le pueden retraer del ejercicio. Será conveniente familiarizarle con la sensación de soportar peso sobre las manos con los brazos extendidos, buscando distintas situaciones, primero sobre el suelo, con ayuda de un banco sueco, de una espaldera o de un compañero, etc. Otra pauta a considerar será el proporcionar situaciones de práctica inicial fáciles y progresivas en las que el riesgo esté atenuado o sea menor. En la iniciación a una actividad físico-deportiva es necesaria una progresión de aprendizaje para facilitar el aprendizaje y así también eliminamos la falta de confianza para la ejecución y lo que inicialmente al niño le daba miedo hacer pues se convierte en habitual. También será de ayuda dar pautas concretas de actuación segura en el momento en que el alumno se enfrenta a la situación de ejecución global como es dar un punto de orientación espacial. Deberemos utilizar ayudas externas, colchonetas quitamiedos, etc. Desde luego, para disminuir el miedo de tomar determinadas decisiones como pueda ser tirarse en paracaídas, hace falta muy buen nivel técnico y una excelente condición física y también preparación psicológica. 11.2.3. MECANISMO DE EJECUCIÓN. El mecanismo de ejecución es en última instancia el encargado de la realización del movimiento. Es el motor del movimiento y normalmente una buena ejecución técnica o un gesto técnico bien ejecutado se traduce en la consecución de un buen resultado deportivo. Será así siempre y cuando la percepción haya sido óptima y se haya aplicado la lógica motriz así como la toma de las decisiones oportunas. Hemos mencionado al principio de este capítulo que los tres mecanismos actúan de manera secuencial siendo el mecanismo de ejecución el que interviene en último lugar. Hemos de tener en cuenta que el cuerpo humano es una compleja máquina que se pone en marcha para la ejecución del movimiento. Una vez que el individuo comienza a efectuar un gesto técnico dispone de información que le permite tener un control y conocimiento de la tarea motriz que está realizando. Ese control está a cargo de una serie de circuitos de feed-back o de retroalimentación que son imprescindibles para la evaluación y para el aprendizaje de movimientos. Los dos tipos de feed-back a los que nos referimos son el feed-back interno y el feed-back externo. Cuando hablamos de feed-back interno o intrínseco nos referimos a una información que recibe el deportista cuando se mueve y es una información de cómo se mueve. Información proporcionada por los receptores de tipo propioceptivo que es muy distinta a la información del movimiento que procede del exterior de carácter exteroceptivo. Los propioceptores son un conjunto de órganos de los sentidos localizados en el interior de nuestro cuerpo que nos permiten saber la posición en que se encuentran nuestros miembros corporales. Nos dan la sensación del grado de contracción de los músculos, otros que se encuentran en los tendones nos dan la sensación de tensión en los mismos. También intervienen en la regulación de los movimientos. Cuando nos movemos, el propio movimiento genera sensaciones de tipo propioceptivo, se puede hablar de un código motriz del movimiento o lenguaje con que nuestro cuerpo nos habla cuando nos movemos. Lo propioceptivo o kinestésico o cinestesia hace mención a la vivencia del movimiento. Es muy importante mejorar la capacidad del deportista de interpretar las sensaciones propioceptivas como medio de conocimiento de la ejecución motriz. Es la imagen mental frente a la imagen real del movimiento. Los ojos del profesor no sólo deben ser un “vídeo” para percibir la ejecución del alumno y poder detectar errores y la causa de su ejecución; también y lo que es muy importante, el profesor debe hacer sentir al deportista sus propios errores para poder corregirlos. El conocimiento de los resultados o feed-back externo o extrínseco es la información recibida al final de la ejecución del movimiento y se refiere a la información obtenida a través de los sentidos periféricos, la vista y el oído principalmente. Esta información sobre la ejecución motriz es muy importante porque según sea la tarea podemos rectificar y ajustar el movimiento durante su ejecución, pero siempre dependiendo del tipo de tarea y distinguimos entre: 1. Tareas con un solo movimiento como una salida de tacos, 2. Tareas de tipo seriado o sucesión de movimientos con una secuencia desde el principio hasta el final bien especificado como por ejemplo en un ejercicio de suelo en gimnasia deportiva o la secuencia de movimientos de los lanzamientos y saltos en atletismo. En ellas la posibilidad de rectificar el movimiento una vez iniciado es escasa. El conocimiento de los resultados sirve para futuras ejecuciones. 3. Tarea continua o tareas que implican la realización de un esquema de movimiento durante un número de veces consecutivas como nadar, correr o caminar en las que hay posibilidad de ajuste y rectificación sobre la marcha. Las exigencias de las tareas motrices respecto a este mecanismo pueden ser: TIPOS DE EXIGENCIAS MOTRICES. 1. De carácter cualitativo. Se refiere al nivel de coordinación neuro-muscular requerida para la ejecución de la técnica deportiva. Cuanto mayor sea el grado de coordinación necesaria para realizar la tarea motriz más compleja resultará y más difícil será su aprendizaje y su ejecución. La mayor o menor coordinación necesaria dependerá de: La estructura del movimiento: La organización del movimiento que implica la movilización de unos grupos musculares concretos en un orden secuencial determinado y con una cierta intensidad. El número de grupos musculares implicados: Cuantas más partes corporales implicadas mayor dificultad de coordinación. El recurso didáctico más empleado para la enseñanza de tareas complejas es el analítico o descomponer el gesto técnico en partes. Si la tarea es de gran complejidad como un salto doble mortal atrás con doble giro es imposible enseñarla de golpe y no nos podemos plantear la enseñanza global ya que resultaría inaccesible para el alumno. Lo ideal es descomponerla en el menor número posible de partes y ensamblar las partes aprendidas por separado lo antes posible y así evitar la desconexión entre esas partes que es el gran problema del trabajo analítico. La velocidad de ejecución requerida: O capacidad de coordinar el movimiento a gran velocidad. Cuando los dos aspectos mencionados anteriormente son complejos la velocidad es de carácter cualitativo; cuando la tarea es sencilla, el problema de su ejecución a alta velocidad será cuantitativo (carreras de velocidad). Precisión requerida en la ejecución. Es otro componente que determina el nivel de dificultad de coordinación neuro-muscular que implica la ejecución de una tarea motriz. Cuanto mayor sea el grado de precisión que requiera la tarea mayor será la complejidad de ejecución de la misma. Exigen mucha precisión deportes como el golf o el tiro con arco o en aquellos donde se añade el factor “oposición de un contrario” a la realización del movimiento como un tiro a canasta en baloncesto bajo presión. 2. De carácter cuantitativo. También llamado nivel de condición física necesario para ejecutar el movimiento con efectividad. Hay características del deportista que dependen de la herencia (biotipo, composición y número de fibras musculares etc.) y no pueden ser modificadas con el aprendizaje o la práctica. Como no son susceptibles de mejora, lo que podemos hacer pedagógicamente hablando es orientar a nuestros alumnos al tipo de actividades que encajan mejor con sus características y cualidades físicas. Hay otras características que se pueden mejorar con el entrenamiento y están en relación con la capacidad de adaptación al esfuerzo. Es imprescindible una adecuada o un nivel mínimo de condición física para aprender determinadas tareas y progresar en su ejecución. El estancamiento en el aprendizaje, cuando se alcanza cierto nivel de exigencia en la ejecución, puede ser debido a la baja condición física o no es suficiente aunque a nivel de los otros mecanismos, percepción y decisión, la asimilación sea correcta. Un alto nivel de exigencia requiere alto nivel de condición física. El profesor deberá someter al alumno a la ejercitación que sea pertinente para conseguir que previamente a la enseñanza en sí de la tarea en cuestión, exista adaptación al esfuerzo que va a exigir la ejecución de la misma. Por ejemplo, en salto de altura que es una prueba atlética con exigencia de tipo cuantitativo donde el deportista tiene que tratar de convertir el impulso de tipo horizontal de la carrera previa, en otro impulso con la mayor componente vertical posible mediante la batida. La batida debe ejecutarse correctamente y en los principiantes es frecuente una carrera de velocidad reducida que no permite una posición técnica de batida realizada dentro de unos márgenes de velocidad. El profesor debe preparar a los deportistas física y técnicamente de manera paralela. En este sentido, en el atletismo hay dos recursos didácticos interesantes y aplicables a otros deportes como son los ejercicios de aplicación o de fortalecimiento específico de los grupos musculares implicados en la técnica concreta; y ejercicios de asimilación que atañen al aspecto cualitativo y son ejercicios analíticos diseñados para facilitar la mejor realización de aquellos aspectos del movimiento que son más complejos.