Capítulo Primero 61 de aseguramiento de su imputado, sin que ello signifique abrir un debate probatorio minucioso, pues entendemos que al juez de control de garantías se le exige un nivel de conocimiento menor –tan solo una inferencia razonable sobre la procedencia de la decisión a tomar–, a diferencia de la formulación de acusación, en la que se le exige un nivel más elevado, por decirlo así, el de probabilidad de verdad (art. 336); distinto del de la sentencia condenatoria donde el nivel de conocimiento requerido es el máximo –superación de toda duda, o de toda duda razonable– (arts. 7-4, 372 y 381). Pero también existe una enorme desigualdad cuando se le permite a la víctima solicitar la revocatoria de la medida de aseguramiento, como lo señaló la Corte Constitucional en sentencia C-047 de 2006, Magistrado Ponente Rodrigo Escobar Gil, porque si la controversia que traba el Estado con el imputado es entre éste y la Fiscalía, no existiría razón para que el interviniente especial la solicitara, ya que si aparece la necesidad de hacerlo, es por intermedio del ente acusador y no de la víctima directamente, pues estaría enfrentándose el imputado a dos contrincantes en el proceso penal y no a uno solo, como debe ser la dinámica del sistema. E.En las audiencias reservadas Las audiencias reservadas las podemos definir como aquellas en las que ni el imputado ni su defensor están presentes en el control de legalidad posterior que solicite el fiscal; algunas, desde luego por circunstancias obvias como lo son la de solicitud de orden de captura, la solicitud de búsqueda selectiva de datos, interceptación de comunicaciones telefónicas y similares, etc.; pero existen otro tipo de audiencias, por ejemplo: F. Audiencia de control posterior sobre la diligencia de allanamiento El parágrafo del artículo 237 de la Ley 906 del 2004, dispone que en la audiencia de control de legalidad posterior sobre la diligencia de allanamiento solo puede estar el imputado, si la diligencia de allanamiento y registro se realiza después de formulada la imputación. Es claro que la redacción del parágrafo constituye una violación al principio de igualdad de armas, porque pese a que el artículo 126 señala que