PROCESAMIENTO – GRADO DE CERTEZA – ART. 45, 80 INC. 1

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PROCESAMIENTO – GRADO DE CERTEZA – ART. 45, 80 INC. 1 CP.
(…) Respecto a la apelación del auto de procesamiento coincido con el Juez de
Instrucción y la Fiscalía de Cámaras, como así también con la doctrina y
jurisprudencia que ésta menciona, la que ha sido citada en reiteradas
oportunidades por esta Cámara de Apelaciones, en que no es indispensable
arribar al grado de certeza sobre que se cometió un hecho sino que es
suficiente con que exista probabilidad de que el imputado haya participado en
el mismo. (...)
(…) Si bien el imputado se abstuvo de declarar y ello es un derecho de raíz
constitucional –art. 18 C. N.-, la versión de sede prevencional ha sido
coherente por lo que debe ser tenida en cuenta, más allá del derecho que
tiene el imputado de volver a declarar si lo considera conveniente. (...)
(…) El hecho de que el médico haya constado cortes en el encartado no
significa que este no haya sido quien aplicó los puntazos a la víctima. Él
sostuvo que fue quien tenía los cuchillos y luego ello se corrobora con los
dichos de M. que luego de la puñalada que observó, forcejearon y logró
quitárselos por lo que considero que fue en ese momento donde se produjeron
los cortes. (...)
Nº 210
T. 26
F. 714/717
Venado Tuerto, 4 de Noviembre de 2013.
Y VISTOS: Los presentes autos Nº 175/2013 caratulados
“C., A.W. S/HOMICIDIO CALIFICADO”
CONSIDERANDO: I) Contra la Resolución Nº 478 dictada
el 6 de Septiembre de 2013 por el Dr. Eduardo A. Bianchini, Juez en lo Penal
de Instrucción de esta ciudad y por la que resolvió: “DICTAR AUTO DE
PROCESAMIENTO a A.W.C., argentino, hijo de O.A. y de A.I.B., nacido el
15/11/72 en Venado Tuerto, separado, comerciante, como presunto autor
penalmente responsable del delito de HOMICIDIO AGRAVADO (arts. 45, 80
inc. 1 del CP) en la causa N° 1223/13 que se le sigue por ante el Juzgado en lo
Penal de Instrucción de Venado Tuerto, mantener el estado de detención y
ordenar también el embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de pesos
cien mil (arts. 325, 326 y 332 del CPP), el Sr. Carrizo, por derecho propio y su
abogado, el Dr. Ignacio Blanc, interpusieron recurso de apelación (fs. 174), el
que fue concedido por decreto del 6/9/2013, en relación y sin efecto
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suspensivo (fs. 178).
1.- La Dra. Mirta Haydée Dafonte, por la defensa de A.
W.C., expresa agravios a fs. 210 de autos.
En primer término, la curial invoca nulidad por violación al
principio de congruencia.
Recuerda que se le imputó a su pupilo dar muerte a su concubina,
R.T., destacando que en el lugar del hecho se encontraban tres personas: R.,
G.M. y su asistido.
Remarca con relación a la supuesta arma utilizada -cuchillo
Tramontina- que en autos no se acreditaron las huellas de su defendido, ergo
no quedó demostrado el presunto autor del hecho.
Añade que el Instructor no tuvo en cuenta las heridas de su
defendido producidas al momento de intentar sacarle el arma a M.
Reitera que, en el hipotético caso -hipótesis no compartida,
aclara- de que C. hubiese dado muerte a T., quien debería poseer en sus
manos por actitud de defenderse sería el mismo M. y no fue así. Explica que
fue su ahijado procesal quien quiso evitar la penetración del cuchillo que
manipulaba M. y resultó con lesiones leves, en defensa del ataque de M. hacia
él y hacia R.
La Defensa argumenta que C. ingresó a la vivienda y encontró a
su pareja y a M. en la cama, desnudos y fue M. quien lo provocó.
Destaca que su defendido no posee antecedentes penales, que
trabaja y lleva una vida absolutamente normal.
Asimismo cuestiona los testimonios volcados en autos por no ser
directos sino de quienes se constituyeron en el lugar del hecho y señala que
son “falsos”.
En segundo lugar, la Defensa apunta al testimonio de G. M. quien
incrimina a C.
Recuerda que M. dijo que vio cuando C. le dio una puñalada a T.,
siendo que está constatado que hubo más de un ingreso del arma blanca. Por
ello, considera una falacia lo expresado por M.
La Defensa afirma que no comprende cuál es el relato de los
testigos que el A quo tuvo en cuenta para procesar a C.
Señala que le da importancia al relato de G.M., amante y/o novio
de la víctima, quien fue sujeto activo en el día del hecho, por lo que mal puede
M. incriminarse como autor penalmente responsable del delito de homicidio.
La Dra. Dafonte, en tercer lugar, se refiere también a las lesiones
que sufrió su pupilo. Argumenta que fue G.M. quien lo agredió y el sólo se
defendió. Dice que nunca tuvo intención de lastimar a nadie y menos salir
lesionado.
Se agravia porque a su pupilo se le sindica Homicidio Agravado y
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a quien considera el verdadero agresor, nada.
Asimismo, en cuarto lugar, se agravia por el argumento de
separación entre T. y su defendido. Señala que no estaban separados y que C.
dormía en la casa de su madre porque se “había tomado unos días”, pero que
trabajaban juntos en la verdulería y se veían todos los días.
La Dra. Dafonte, en su quinto agravio, apunta que en autos no
hay pruebas suficiente válidas e idóneas y que no se probó dolo. Sintetiza que
no hubo “animus necandi u occidendi”. Ante ello, argumenta que se violaron
todos los derechos y garantías constitucionales que amparan a su defendido.
Cita doctrina.
Por lo expresado, la Defensa solicita que se revoque en su
totalidad el procesamiento dictado contra su pupilo y, en caso de no arribar a
una solución absolutoria, plantea la Cuestión Constitucional, a fin de
interponer los recursos extraordinarios previstos en la Ley 7055 y el Caso
Federal (Ley 48).
2.- El Dr. Fernando I. Palmolelli, Fiscal de Cámaras al
contestar agravios recuerda que el procesamiento es una declaración del
Instructor acerca de la probable culpabilidad del imputado en un concreto
hecho delictuoso por lo cual puede ser llevado a juicio. Cita doctrina y
jurisprudencia.
Solicita la confirmación del procesamiento por entender que los
hechos se ajustan a derecho.
Considera que no existió violación al principio de “congruencia”
debido a que la imputación fue clara y contundente, la que debió ser
entendida en todo momento
El Dr. Palmolelli señala que el imputado, en sede prevencional,
admitió parcialmente el hecho y relató lo ocurrido. Cita doctrina en apoyo de
su posición.
Asimismo, destaca el testimonio de M,, quien resulta ubicado en
una inmejorable posición y relató cómo se desarrollaron los hechos que tuvo
como protagonista al imputado y considera que no hay razón para no creerle.
El Dr. Palmolelli recuerda lo expresado por Vélez Mariconde
quien señala que no se puede juzgar la equivalencia entre los dichos de un
testigo (obligado jurídicamente a decir la verdad) y los de un inculpado (no
estando obligado a declarar contra sí mismo) cuando, como en la especie, se
advierte que las afirmaciones del imputado tiene un carácter netamente
defensivo, pretendiendo eliminar su responsabilidad en el evento que se le
imputa. Agrega que no necesariamente la valoración de un único testimonio
debe ser tachado de arbitrario o tendencioso, y por tanto privárselo de validez
por cuanto, en principio, en nuestro sistema valorativo de la prueba, la libre
convicción o sana crítica, es un método por el cual la ley no impone normas
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generales
para
acreditar
algunos
hechos
delictuosos,
ni
determina
abstractamente el valor de las pruebas, sino que deja al Juzgador en libertad
para admitir toda prueba que estime útil al esclarecimiento de la verdad y
para apreciarla conforme a las reglas de la lógica, de la psicología y de la
experiencia común. Cita jurisprudencia.
En el mismo orden, destaca el informe médico glosado a fs. 88,
que concuerda con el testimonio de M,, como así también con el resto de los
vecinos que depusieron en autos como el secuestro de los cuchillos utilizados
para dar muerte a la víctima.
Por lo argumentado, el Dr. Palmolelli solicita que se rechacen los
agravios de la defensa y que se confirme íntegramente el decisorio devenido
en Alzada.
II) En la presente causa deben tratarse los agravios planteados
por la Defensa de A.W.C. contra el Auto de Procesamiento tendiente a lograr
su nulificación o su revocación.
En primer término –y aunque la Defensa no lo considera agravio
si lo es- plantea la nulidad del auto de procesamiento por violación del
principio de congruencia.
El principio mencionado en el párrafo que precede tiene como
finalidad evitar que exista una sorpresa en relación a que se procese o
condene a una persona por un delito distinto al que se le enrostrara en la
declaración indagatoria, o bien que se le haya imputado el hecho de tal
manera que no haya podido comprender cuál ha sido el delito por el que se lo
juzga. En este caso ello no ha ocurrido, por lo que coincido con el Sr. Fiscal de
Cámaras en que la imputación fue clara y precisa por lo que no hubo
confusión alguna y si el acusado se abstuvo de declarar ello fue por estrategia
como bien lo dice su actual Defensora.
De la declaración indagatoria, y previo a que A.W.C. ejerciera el
legítimo derecho de no declarar, surge que el Magistrado le enrostró clara y
precisamente el hecho por el que se lo indagaba, dado que le hizo saber la
fecha, el lugar, la víctima, arma utilizada, el resultado, personas presentes y
demás circunstancias del hecho y precisamente por ese hecho se lo ha
procesado, por lo que la solicitud de nulidad debe ser rechazada.
Si bien la Defensa menciona que la supuesta arma utilizada fue
un cuchillo marca “tramontina” y que no se han acreditado las huellas de su
defendido, ello no tiene nada que ver con la congruencia sino que son pruebas
que pueden servir para arribar o no al grado de probabilidad, es decir puede
tener incidencia respecto a la apelación pero no para la nulidad alegada.
Respecto a la apelación del auto de procesamiento coincido con el
Juez de Instrucción y la Fiscalía de Cámaras, como así también con la doctrina
y jurisprudencia que ésta menciona, la que ha sido citada en reiteradas
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oportunidades por esta Cámara de Apelaciones, en que no es indispensable
arribar al grado de certeza sobre que se cometió un hecho sino que es
suficiente con que exista probabilidad de que el imputado haya participado en
el mismo.
La Defensa presentó cinco agravios los que son concordantes
entre sí. El primero se refiere a que no está de acuerdo con el relato de los
testigos que llevaron al Juez a endilgarle la autoría del hecho a su pupilo,
agrega que no tuvo en cuenta las heridas que sufriera C. y efectúa un relato
de lo ocurrido. En el segundo se agravia del valor que le dio el Magistrado a
los dichos de G.M. quien habla de una puñalada cuando la autopsia determina
que fueron varias. En el tercero se refiere a las heridas que tuvo su pupilo, las
que no fueron tenidas en cuenta y no se las imputaron a nadie. El cuarto se
refiere a que el acusado y la víctima no estaban separados y el quinto a la
carencia de dolo.
En el presente caso entiendo que el razonamiento por el cual el
Juez de Instrucción arriba a la probabilidad sobre la participación en el hecho
delictivo ha sido correcto, por lo que adelanto la opinión.
El Magistrado tomó en cuenta los dichos del acusado en sede
policial, los dichos del testigo G.M. que estuvo presente en el hecho y los
demás testigos que vieron o escucharon respecto a los ocurrido en relación a
lo acontecido , el acta de procedimiento, el informe médico etc.
Efectivamente los dichos del imputado de sede policial tienen
importante valor probatorio, máxime en este estado procesal, cuando son
corroborados con otras pruebas, como en este caso.
El acusado al brindar declaración de simple interrogatorio
sumario afirmó que fue a la casa donde vivía con Romina porque presumía que
estaba con “este tipo” –por G.M.-, golpeó la ventana de la pieza y no le
contestaron. Acota que para ingresar saltó un tapial, subió a la terraza, bajó
una escalera, prendió una luz y fue a la pieza donde vio a los dos acostado en
su cama. Agrega que fue a la cocina agarró un par de cuchillos y volvió a la
pieza con los cuchillos en la mano. Luego “el tipo” (textual) se fue, pero desde
afuera se burlaba de él. Dice que salieron y se encontraron los tres afuera,
que después no se acuerda que pasó hasta que recuerda que “el tipo” lo
agredió y lo tuvo en el piso, luego se fue para el auto y como no encontró las
llaves se fue caminando. Entiendo que de estos dichos surge la probabilidad
de que el encartado haya sido quien apuñaló a la víctima, más allá de que en
el plenario deberá arribarse al grado de certeza para poder dictarse un fallo
condenatorio.
En efecto, el acusado reconoce que fue a la casa donde se
encontraba su mujer con su amante, con la sospecha de que ello ocurría, que
ingresó saltando tapiales, sacó cuchillos de la cocina y fue a la pieza donde
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estaban los dos y luego de una discusión, ya fuera de su casa, su mujer recibe
cuchillazos. Sin dudas que se debe entender que las puñaladas las aplicó
quien tenía los cuchillos. Además no existe ningún elemento probatorio que
haga pensar que quien le aplicó los puntazos a la víctima haya sido la tercera
persona que se encontraba con ellos.
Si bien el imputado se abstuvo de declarar y ello es un derecho
de raíz constitucional –art. 18 C. N.-, la versión de sede prevencional ha sido
coherente por lo que debe ser tenida en cuenta, más allá del derecho que
tiene el imputado de volver a declarar si lo considera conveniente.
Tengo presente que el lugar del hecho, como bien lo manifiesta el
Juez de Primera Instancia, ha sido afuera de la vivienda debido a que no se
encontró sangre ni desorden dentro de la misma y a diferencia de ello se
secuestraron cuchillo y lentes rotos en la vía pública lo que respalda lo
antedicho.
Los dichos de G.M. son de suma importancia en perjuicio del
encausado. Es cierto que puede haber alguna sospecha sobre esa versión por
ser la tercera persona que estaba en el lugar, pero de ninguna manera puede
suponerse que fue quien atacó a la mujer pues tenía una relación de amante
con ésta. Tampoco sus dichos pueden considerarse inválidos, pues no pesa
ninguna nulidad sobre los mismos y además se hallan corroborados con otras
pruebas. Este testigo relata de manera parecida los hechos hasta el momento
en que estaban todos afuera de la vivienda, excepto que no menciona haberse
burlado del acusado. Agrega que vio como C. le aplicó una puñalada, luego él
forcejeó, le quitó los cuchillos y los tiró. Sostiene que estos eran tipo
“tramontina” pues tenían filo serrucho.
Del análisis de las versiones del imputado y del testigo M. surge
que son bastante similares y que el último completa la parte que el primero
dice no recordar, lo que es de importancia por lo menos para esta etapa
procesal.
Es cierto lo manifestado por la Defensa respecto a que M.
observó un solo puntazo, pero ello no quiere decir que mienta debido a que,
en el fragor de lo ocurrido, pueda haber visto uno sólo.
El hecho de que el médico haya constado cortes en el encartado
no significa que este no haya sido quien aplicó los puntazos a la víctima. Él
sostuvo que fue quien tenía los cuchillos y luego ello se corrobora con los
dichos de M. que luego de la puñalada que observó, forcejearon y logró
quitárselos por lo que considero que fue en ese momento donde se produjeron
los cortes.
Respalda la versión de G.M. los dichos de L.B.S. quien si bien sólo
escucho a un señor que pedía auxilio a los gritos –lo que fue expresado por M.luego bajó y observó a una persona pelada abrazado a la mujer que estaba en
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el piso y que le decía “R. no, R. no, no te vallas” (textual). Sin dudas esta
persona era M., por lo tanto es ilógico pensar que haya sido él quien le aplicó
los puntazos y no C. que se fue del lugar.
Otra testigo, M.A.D. declaró de manera similar a L.S. Más
categórico aún son los dichos de A.R.Z. quien observó que de un
departamento salió una chica y atrás un muchacho alto con un cuchillo en la
mano. Que este gritaba y otra persona le dijo “que vas a hacer, tenés un
cuchillo, un cuchillo”, luego escucho decir “mirá lo que hiciste” (textual) lo
que es demostrativo, por lo menos en grado de probabilidad, que quien aplicó
las puñaladas fue C.. Cabe acotar que esta es la persona alta pues de la
planilla prontuarial surge que mide 1,78 metros.
El testigo G.A.R. brindó una declaración muy parecida a la de
A.Z., por lo que los dichos de G.P. tienen abundante apoyo probatorio motivo
por el cual considero que se ha demostrado, en grado de probabilidad, que el
autor del hecho ha sido A.W.C.
La Defensa se agravió por que el Magistrado consideró que su
pupilo estaba separado de la víctima. Al respecto entiendo que ello, en esta
etapa procesal, carece de importancia la que podrá adquirir en el plenario tal
vez al momento de fijarse la calificación legal sobre lo que se podrá efectuar
alguna alegación.
En cuanto al agravio de la Defensa referido a la falta de dolo de
su pupilo considero, también para esta etapa procesal, que el mismo ha
quedado demostrado desde el momento que salió de la vivienda con un
cuchillo y le aplicó puntazos a la víctima.
De acuerdo a todo lo antedicho considero que los agravios deben
ser rechazados y el auto de procedimiento confirmado por haber suficientes
elementos probatorios que permiten arribar al grado de probabilidad sobre la
participación de A.W.C. en el presente hecho.
Conforme a que la Defensa efectuó reservas de presentar
recursos de inconstitucionalidad y Caso Federal ante las Supremas Cortes de
la provincia y la nación -leyes 7055 y 48- corresponde tenerlo presente
Atento a lo antedicho, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de
Venado Tuerto RESUELVE: 1) CONFIRMAR EL PROCESAMIENTO DE
A.W.C.,
como
presunto
autor
penalmente
responsable
del
delito
de
HOMICIDIO AGRAVADO (arts. 45, 80 inc. 1 del CP) en la causa N° 1223/13
que se le sigue por ante el Juzgado en lo Penal de Instrucción de Venado
Tuerto, mantener el estado de detención y ordenar también el embargo sobre
sus bienes hasta cubrir la suma de pesos cien mil (arts. 325, 326 y 332 del
CPP); 2)
Tener
presente la reserva de presentar los
recursos
de
inconstitucionalidad y Caso Federal ante las Supremas Cortes de la Provincia
y la Nación -leyes 7055 y 48- efectuada por la Defensa.
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Insértese, agréguese copia, hágase saber y bajen.
FDO. Dr. Fernando Vidal - Dr. Tomás Gabriel Orso -Dr. Héctor Matías López
-Art. 26 LOPJ.- Dr. Sergio Raúl Fenice
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