Introducción a las teorías del aprendizaje ¿cómo aprendemos? Verónica Plaza Existen diferentes teorías que intentan explicar cómo aprenden los individuos, es decir, cuales son los diferentes procesos o mecanismos que los sujetos realizan para incorporar un nuevo concepto. Estas teorías o paradigmas, además de explicar cómo se aprende, determinan el modo en que se enseñar. Es decir, según como se piense que aprenden los sujetos, se realizaran diferentes estrategias de enseñanza. Así como recién nos detuvimos para revisar el concepto de comunicación, antes de introducirnos a la relación entre la educación y la comunicación -que es el tema que nos convoca principalmente- queremos hacer un breve recorrido por estas diferentes teorías del aprendizaje, para poder identificarlas, diferenciarlas y explicitar desde dónde enmarcamos esta propuesta de relacionar la educación y comunicación. Teoría Conductista Desde el conductismo se sostiene que el aprendizaje se produce a partir de un estímulo externo que provoca una conducta determinada en los individuos. Sostiene que los comportamientos más complejos de los humanos, (como la resolución de problemas) puede estudiarse científicamente a partir de su relación con las consecuencias que tiene para el sujeto, ya sean positivas (refuerzo positivo) o negativas (refuerzo negativo). Sus fundamentos nos hablan de un aprendizaje producto de una relación estímulo respuesta. Los procesos internos tales como el pensamiento y la motivación, no pueden ser observados ni medidos directamente por lo que no son relevantes a la investigación científica del aprendizaje. Según esta teoría, el aprendizaje únicamente ocurre cuando se observa un cambio en el comportamiento. Si no hay cambio observable no hay aprendizaje. Las prácticas educativas que se basan en este modelo, utilizan refuerzos para fortalecer conductas apropiadas. La asignación de calificaciones, recompensas y castigos son las principales características de este modelo educativo. La enseñanza se convierte en una manera de “adiestrar – condicionar” para así aprender-almacenar. La inteligencia se entiende desde una perspectiva hereditaria, estática y sin posibilidad de mejora. Los que aprenden tienen capacidades para aprender y los que no aprenden es que carecen de dichas capacidades. Límites de la teoría conductista Los principios de las ideas conductistas pueden aplicarse con éxito en la adquisición de conocimientos memorísticos, que suponen niveles primarios de comprensión, como por ejemplo el aprendizaje de las capitales del mundo o las tablas de multiplicar. Sin embargo esto presenta una limitación importante, porque se ha demostrado que la repetición no garantiza asimilación de la nueva conducta, sino sólo su ejecución (sabe multiplicar pero no sabe cuando debe hacerlo, se sabe las tablas de multiplicar pero no sabe resolver un problema en el que tiene que utilizar la multiplicación, sabe las reglas ortográficas pero escribe con errores), esto indica que la situación aprendida no es fácilmente traspasable a otras situaciones. Teoría Cognitiva La teoría cognitiva parte de una otra visión del ser humano. Lo considera un organismo que frente a una información recibida (un estímulo externo) realiza un procesamiento interno. Es decir organiza, filtra, codifica, categoriza, y evalúan la información. Estas herramientas, estructuras o esquemas mentales que poseen los individuos son empleadas para acceder e interpretar la realidad. Desde esta perspectiva, cada persona selecciona y procesa la información de manera diferente, creando sus propias estructuras de conocimientos. En este sentido se considera que cada individuo tendrá diferentes representaciones o ideas del mundo, las que dependerán de sus propios esquemas y de su interacción con la realidad. A diferencia del conductismo que parte de la necesidad de un estímulo externo, esta teoría considera que gran parte del desarrollo cognoscitivo es auto motivado. Los niños son buscadores de conocimiento, desarrollan sus propias teorías acerca del mundo que les rodea y las someten a prueba. Ejecutan experimentos de pensamiento, cuestionan sus propias suposiciones básicas, proporcionan contraejemplos y razonan con base en cualquier conocimiento que tengan. En base a esto, se afirma que los protagonistas de su aprendizaje son los aprendices y el profesor se limita a su función de mediación en el aprendizaje, actuando sólo cuando es necesario. El modelo de enseñanza está centrado en procesos (y no en resultados) para facilitar la incorporación de lo aprendido a largo plazo. Según esta corriente, la inteligencia es mejorable por medio del desarrollo de capacidades cognitivas, psicomotoras, de comunicación y de inserción social. No es hereditaria, sino que es producto del aprendizaje, existiendo una inteligencia potencial (capacidades potenciales) que se pueden desarrollar por medio de contenidos y métodos. Limitaciones del Paradigma Cognitivo: A esta teoría se le ha criticado que, si bien ha realizado grandes aportes al estudio del aprendizaje, tiene una faceta individualista. Se centra demasiado en la mente del individuo, en sus posibilidades cognitivas (desarrollo auto motivado) y deja afuera la dimensión social del aprendizaje. Es decir, como el contexto también determina las posibilidades de desarrollo de los sujetos sociales. Teoría Constructivista Uno de los principales referentes de esta teoría es Jean Piaget. El constructivismo asume que nada viene de nada. Es decir que conocimiento previo da nacimiento a conocimiento nuevo. Sostiene que el aprendizaje no es un sencillo asunto de transmisión y acumulación de conocimientos, sino "un proceso activo" por parte del alumno que ensambla, extiende, restaura e interpreta, y por lo tanto "construye" conocimientos partiendo de su experiencia e integrándola con la información que recibe. El constructivismo sostiene que el aprendizaje es esencialmente activo. Una persona que aprende algo nuevo, lo incorpora a sus experiencias previas y a sus propias estructuras mentales. Cada nueva información es asimilada y depositada en una red de conocimientos y experiencias que existen previamente en el sujeto. Podemos decir que el aprendizaje no es ni pasivo ni objetivo, por el contrario es un proceso subjetivo que cada persona va modificando constantemente a la luz de sus experiencias (Abbott, 1999). Los factores que intervienen en el aprendizaje son los factores del individuo (procesos cognitivos), las experiencias y los factores ambientales. En este proceso de aprendizaje constructivo, el profesor cede su protagonismo al alumno quien asume el papel fundamental en su propio proceso de formación. Es el alumno quien se convierte en el responsable de su propio aprendizaje, mediante su participación y la colaboración con sus compañeros. Para esto habrá de automatizar nuevas y útiles estructuras intelectuales que le llevarán a desempeñarse con suficiencia no sólo en su entorno social inmediato, sino en su futuro profesional. Es el propio alumno quien habrá de lograr la transferencia de lo teórico hacia ámbitos prácticos, situados en contextos reales. Constructivismo Social – Cultural. Lev Vygotsky Esta perspectiva no es una teoría diferente a la anterior, sino que desde la educación se la distingue porque hace un mayor énfasis en la dimensión social del aprendizaje. El principal referente de esta perspectiva es el filósofo ruso Lev Vygotsky, quien concebía al conocimiento como un producto que surge de la interacción entre el sujeto con su medio, pero el medio entendido como algo social y cultural, no solamente físico. Aunque es cierto que la teoría de Jean Piaget nunca negó la importancia de los factores sociales en el desarrollo de la inteligencia, también es cierto que es poco lo que aportó al respecto, excepto una formulación muy general de que el individuo desarrolla su conocimiento en un contexto social. En cambio, en el pensamiento de Vygotsky esa es la dimensión central, ya que explica como el individuo desarrolla el conocimiento a partir de la interacción con el contexto social. Una de las contribuciones esenciales de Vygotsky ha sido la de concebir al sujeto como un ser eminentemente social y en función de esto sostiene que todos los procesos psicológicos superiores (la posibilidad de pensar, razonar, comunicarse, etc.) son adquiridos primero en la interacción con un contexto social y luego son internalizados. El contexto social está compuesto por objetos, pero principalmente por relaciones con personas y por instrumentos (por ejemplo el lenguaje) que median en la interacción. Analicemos el siguiente ejemplo. Al principio el bebé intentar agarrar un objeto estirando su mano hacia el, pero no lo alcanza. Su madre lo ve, interpreta su deseo y le alcanza el objeto. De esta forma, el bebé mediante su acción ha provocado la intervención de “una acción mediadora” que le facilita lo que quiere. Poco a poco, esa mediación se va internalizando , y cada vez que el niño quiere el objeto se estira hacia el, pero ya no lo mira, sino que mira a la madre. Ya no intenta alcanzar el objeto, sino que lo esta señalando para que su madre se lo acerque. Esta acción del niño adquiere un significado que inicialmente no lo tenía (señalar), y ese significado hubiera sido imposible sin la intervención de otra persona que le atribuya sentido e intención a la conducta del niño. (Bruner, 1984) Entonces, ¿cómo los individuos adquieren los significados? Para Vygotsky, los sujetos no imitan los significados (conductismo), ni los construyen (constructivismo de Piaget), sino que los “reconstruyen”. Los saberes compartidos con otros en el contexto social, son internalizados por el sujeto y apropiados, de manera tal que pueden hacer uso activo de ellos de manera consciente y voluntaria. Esta visión del aprendizaje supone una visión completamente renovadora de muchos supuestos de la investigación psicológica y de la enseñanza, ya que plantea –a diferencia de lo que se venía creyendo durante mucho tiempo- la potencialidad del aprendizaje no sólo depende de la actividad individual del individuo.