ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS PADRE TODOPODEROSO. Jesucristo resucitó. Es el Señor. Desde este momento todo ha cambiado en el mundo. Para quienes tienen fe, el pasado y el futuro se explican ahora por la presencia poderosa e invisible del Señor resucitado y de su Espíritu en el mundo. El pasado aparece como una historia de salvación, dirigida por Dios. La luz que brota del Señor resucitado ilumina el camino hacia delante: la vida y la muerte de cada hombre y cada mujer, el destino de la creación, la existencia de la Iglesia. Además del espacio y del tiempo nuestro, está el espacio y el tiempo de Dios, la eternidad. Para representar esta realidad, a Dios se le muestra como un poderoso Rey rodeado de una corte de seres no terrestres, que le sirven de consejeros y de mensajeros que cantan: “Santo, Santo, Santo es el Señor todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria” (Is 6,1-3). Esta afirmación del credo, es una cita del penúltimo versículo del evangelio según Marcos: después de hablar a sus discípulos “el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (Mc 16,19). El Catecismo da todas las citas que se refieren de alguna manera a esta entronización del Señor junto al Padre en el lugar más importante del cielo. Se trata, en definitiva, de la entronización de Jesucristo no sólo en cuanto Dios sino en cuanto hombre (659-654). Área Eclesial Conferencia Episcopal de Chile [email protected] 126