Por tanto, la necesidad de estudiar el “síndrome de quemarse por el

Anuncio
Por tanto, la necesidad de estudiar el “síndrome de quemarse por el
trabajo” viene unida a la necesidad de estudiar los procesos de estrés laboral,
así como la reciente preocupación por el estudio de la calidad de vida laboral
de los individuos en las organizaciones.
En tal sentido se ha descrito el estado de “quemado” desde cuatro
dimensiones, que adaptadas al ámbito docente pueden formularse como:
1.-
Falta de energía y entusiasmo en la enseñanza.
2.-
Descenso del interés por los alumnos.
3.-
Percepción
preferente
de
los
alumnos
como
frustrantes,
desmotivados, indignos…
4.-
Deseos de dejar la enseñanza por otra ocupación y/o absentismo.
De los estudios con profesionales de servicios sociales, educativos y
sanitarios, Maslach y Jackson (1997) deducen la hipótesis de que lo que, a la
larga, desarrolla el síndrome de burnout es la tensión emocional o estrés que
se desarrolla asociados a los problemas que suscita el trabajar con otras
personas.
Así, podemos diferenciar dos perspectivas en su delimitación conceptual:
a)
Perspectiva Clínica: Estado al que llega el individuo como
consecuencia del estrés laboral y
decepción,
pérdida
de
interés
que genera agotamiento,
por
la
actividad
laboral
(Freudenberguer, 1974), fatiga emocional, física y mental,..., y baja
autoestima (Pines y Aronson, 1988).
b)
Perspectiva Psicosocial: Proceso que se desarrolla por la
interacción de características del entorno laboral y características
personales, manifestándose, según Maslach y Jackson (1981), como
un síndrome con tres aspectos fundamentales:
1.
Cansancio emocional: Referido a los sentimientos de
depresión que pueden dar lugar al deterioro de la personalidad,
incluyendo actitudes negativas sobre sí mismo, sobre el trabajo,
la familia y la interacción social. Al mismo tiempo, se asocia a
una
baja
autoestima
y
sentimientos
de
ineficacia
e
incompetencia.
2.
Despersonalización: Cuando se da un cambio negativo en las
actitudes y respuestas hacia otras personas.
3.
Disminución del rendimiento personal: Supone también
respuestas negativas hacia sí mismo y hacia su trabajo,
comportamientos de evitación relacional con los compañeros,
baja productividad, e incapacidad para soportar la dinámica
interactiva de agotamiento emocional, despersonalización y
falta de realización personal en el trabajo y, que es, más
frecuente, en personas cuyo objeto de trabajo son las personas
en cualquier tipo de actividad (Maslach y Jackson, 1981; Leiter,
1992: Gil-Monte, Peiró y Valcárcel, 1995).
No debe identificarse como estrés psicológico, sino que debe ser
entendido como una respuesta a fuentes de estrés crónico; como un particular
mecanismo de afrontamiento y autoprotección frente al estrés generado en la
relación profesional-cliente, y en la relación profesional-organización.
También, creemos importante la diferenciación del
“síndrome de
quemarse por el trabajo” de otros conceptos como son “tedio” (Pines, Aronson
y Kafry, 1981), “depresión” (Fischer, 1983), “ansiedad” (Leiter, 1990),
“insatisfacción laboral” (Firth y Britton, 1989), “fatiga” (Pines, 1993) o
“desencanto” (Peiró et al, 1992).
En sentido general, el burnout es el resultado de una respuesta al estrés y
va desarrollándose de forma lenta, pero acumulativa, y las personas que lo
experimentan tienen más probabilidades de abandonar sus trabajos, enfermar
y utilizar drogas, unido a problemáticas familiares y de pareja.
Descargar