“REACCIONES AL ESTRÉS GRAVE Y TRANSTORNOS DE

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“REACCIONES AL ESTRÉS GRAVE Y
TRANSTORNOS DE ADAPTACIÓN”
Este síndrome fue reconocido a raíz de las severas alteraciones
psiquiátricas presentadas por los veteranos de guerra de Vietnam
(razón por la que se denomina neurosis de guerra).
¿En qué grupos se observa?
Aparte de los militares en zonas de conflicto armado, se da
fundamentalmente en los integrantes de cuerpos de seguridad del
estado, bomberos, en equipos de rescate, entre personal de
agencias bancarias o comercios expuestos a acciones delictivas
(por ejemplo robo a mano armada en joyerías), o en trabajadores
que sufren un accidente laboral grave, con riesgo de muerte, o son
testigos de la muerte de un compañero en un accidente laboral.
Básicamente es un transtorno de ansiedad, denominado
genéricamente “Reacciones al estrés grave y transtornos de
adaptación” y en el que se engloban el síndrome de estrés agudo y
el transtorno de estrés postraumático, que son más que diferentes
formas de presentación clínica.
¿Cuál es su causa?
El síndrome se desarrolla a partir de una o varias experiencias de
estrés en las cuales existe “peligro para la propia vida”. En general
son las repeticiones de dichas situaciones traumáticas las que
terminan agotando la resistencia y capacidad de adaptación del
individuo hasta desarrollar las manifestaciones patológicas del
síndrome, pero en ocasiones es una sola situación de estrés
postraumático el origen del síndrome. Es una modalidad de estrés
que implica una gran exigencia sobre el organismo y para cuya
resolución o manejo se requiere el esfuerzo de los mecanismos
psicológicos de defensa del individuo, y aquí radica la clave de que
unas personas sean más susceptibles que otras a esta forma de
presentación clínica. A diferencia del síndrome del Burnout (en
donde es la estructura organizativa de la empresa es la causante
del problema), en este síndrome, además del agente tóxico externo,
existe una vulnerabilidad individual. Esto explica la existencia de
casos extremos de sujetos excepcionalmente resistentes (por
ejemplo personas que han estado en campos de concentración) y
otros extremadamente susceptibles al trauma psíquico.
Además, en estos pacientes susceptibles existen antecedentes
familiares de síndrome de ansiedad.
¿Con qué frecuencia se presenta?
Dada la impredictibilidad de los factores etiológicos causantes, la
prevalencia no es bien conocida, aunque en Estados Unidos se ha
considerado que es del orden del 1% en la población general. En el
caso del personal militar norteamericano durante el conflicto de
Vietnam la prevalencia fue del 15%.
¿Cómo se manifiesta?
Si el cuadro clínico se padece inmediatamente después del suceso
traumático y mejora en pocas semanas, lo denominamos “síndrome
de estrés agudo”. Si por el contrario el cuadro se presenta de forma
insidiosa y se cronifica, lo denominamos “síndrome de estrés
postraumático”. En realidad ambas entidades son formas distintas
de presentación de un mismo síndrome, denominado, “Reacciones
al estrés grave y transtornos de adaptación”.
El cortejo sintomático está caracterizado por tres particularidades:
• “Entumecimiento psíquico”: el paciente desarrolla un estado
de ensimismamiento con desinterés y apatía por todo lo que le
rodea. Ese ensimismamiento se traduce en un desapego por
los demás, con pérdida de empatía y abandono de
expectativas gratificantes, como enamorarse o situarse
profesionalmente. Este retraimiento y aislamiento social
aparece como un claro mecanismo defensivo, como una
conducta de evitación de todo lo que le pueda recordar el
suceso traumático.
• “Tendencia involuntaria” a revivir el trauma: le vienen a la
cabeza de forma recurrente imágenes y recuerdos del suceso
-por ejemplo el atraco al banco-, tanto en estado vigil como
durante el sueño. Además, tiene frecuentes asociaciones
mentales (denominados flashbacks disociativos) que hace que
hechos banales los asocien con el suceso (una víctima de un
asalto en una joyería puede comenzar a temblar ante el
sonido de voces juveniles).
• “Hiperactividad simpática neurovegetativa”, que le hace
estar permanentemente “vigilantes” y muy predispuestos a las
reacciones de sobresalto (por ejemplo, una señal acústica
inesperada -el sonido de un claxon- puede provocarle signos
vegetativos intensa sudoración, taquicardia o diarrea-). Todo
esto termina llevando a dificultades para conciliar el sueño y la
consiguiente irritabilidad.
Para finalizar, comentar que a las ya graves complicaciones
psicosociales de este tipo de estrés (como son los altos índices de
alcoholismo, adicción a drogas y suicidio), se ha puesto de
manifiesto un nuevo signo, denominado traumatofilia (se da
especialmente en militares que han estado en combate), que se
manifiesta por la atracción ante situaciones arriesgadas y
peligrosas. Este factor es decisivo a la hora de explicar la mayor
morbilidad y mortalidad que presentan estos enfermos.
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