,3 Bruselas, 17 de diciembre de 2001 1XHYD GLUHFWLYD VREUH OD LQIRUPDFLyQ \ FRQVXOWD GH ORV WUDEDMDGRUHV ©8Q PRGHUQR LQVWUXPHQWR HPSUHVDULDOªDILUPDOD&RPLVLyQ $O FDER GH WUHV DxRV GH GLVFXVLRQHV D YHFHV WHQVDV XQ FRPSURPLVR SURSXHVWRSRUOD&RPLVLyQKDSHUPLWLGROOHJDUKR\DXQDFXHUGRXQiQLPHHQ WRUQRDXQD'LUHFWLYDTXHILMDQRUPDVUHODWLYDVDODLQIRUPDFLyQ\FRQVXOWDGH ORV WUDEDMDGRUHV (VWH QXHYR PDUFR OHJLVODWLYR FRPXQLWDULR TXH ORV TXLQFH (VWDGRV PLHPEURV GHEHQ LQFRUSRUDU D VX OHJLVODFLyQ REOLJD D WRGDV ODV HPSUHVDV GH PiV GH WUDEDMDGRUHV D DSOLFDU XQ YHUGDGHUR SURFHGLPLHQWR GH LQIRUPDFLyQ \ FRQVXOWD GH VXV WUDEDMDGRUHV DQWHV GH DGRSWDU FXDOTXLHU GHFLVLyQ LPSRUWDQWH HVSHFLDOPHQWH VL DIHFWD DO HPSOHR (VWH PDUFR HQWUDUi HQYLJRUHQHOSOD]RGHWUHVDxRVSHURSHUPLWLUiSHULRGRVGHWUDQVLFLyQPiV ODUJRV SDUD ODV HPSUHVDV PiV SHTXHxDV HQ ORV (VWDGRV PLHPEURV TXH FDUHFHQ GH XQD WUDGLFLyQ GH LQIRUPDFLyQ \ FRQVXOWD RILFLDO HQ GH ODV HPSUHVDV /RV JRELHUQRV GHEHUiQ HVWDEOHFHU VDQFLRQHV TXH LQFLWHQ HILFD]PHQWH DODV HPSUHVDV DUHVSHWDUOD 'LUHFWLYD 6HWUDWD GHO SULPHU DFWR OHJLVODWLYRGHOD8(TXHJHQHUDOL]DODREOLJDFLyQGHLQIRUPDU\FRQVXOWDUDORV WUDEDMDGRUHV +DVWD DKRUD ODV GLUHFWLYDV KDEtDQ GHWHUPLQDGR VLWXDFLRQHV HVSHFtILFDVHQODVTXHODVHPSUHVDVGHEtDQLQWHUFDPELDUSXQWRVGHYLVWDFRQ ORVWUDEDMDGRUHVGHVSLGRVFROHFWLYRVWUDVSDVRVGHHPSUHVDVRFDVRVHQORV TXHODVHPSUHVDVWLHQHQXQFRPLWpGHHPSUHVDHXURSHR Anna Diamantopoulou, Comisaria europea de Empleo y Asuntos Sociales, ha declarado: «Esta Directiva ofrece una protección óptima a los trabajadores y, si se utiliza inteligentemente, constituye un moderno instrumento empresarial. La conciencia de su propio interés incita ya a las empresas a anticiparse a los cambios y a gestionarlos. Numerosas empresas ya prevén la participación de los trabajadores, y todas ellas deberían establecer un nivel mínimo de participación». Esta Directiva busca establecer normas mínimas en materia de información y consulta de los trabajadores en las empresas ubicadas en la Unión Europea. De acuerdo con el principio de subsidiariedad, deja un margen de maniobra considerable a los Estados miembros y sus empresas para que apliquen las normas como mejor les convenga. No obstante, la Directiva no les impide aplicar normas más estrictas. La Comisión apoya activamente los esfuerzos destinados a fomentar el diálogo social entre empresarios y trabajadores. En la reciente cumbre social que precedió a la de Laeken, la Comisión acogió con satisfacción el anuncio de los interlocutores sociales a nivel europeo de su deseo de acordar un programa de trabajo plurianual para finales de 2002 [IP/01/1809]. Por otra parte, la Comisión anima a las empresas a desarrollar relaciones industriales modernas en el marco de sus programas voluntarios de «responsabilidad social de la empresa» [IP/01/1025]. Concretamente en el área de la reestructuración empresarial, la Comisión lanzará próximamente una consulta formal de los interlocutores sociales para estudiar cualquier otra iniciativa que puedan acordar los empresarios y los trabajadores para gestionar eficazmente los cambios en el lugar de trabajo, por ejemplo a través de programas de formación continua de los trabajadores. &RQWH[WR El 11 de noviembre de 1998, la Comisión pesentó su propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y el Consejo por la que se establece un marco general relativo a la información y a la consulta de los trabajadores en la Comunidad Europea. La Directiva se basa en el apartado 2 del artículo 138 del Tratado de la CE y ha sido objeto del procedimiento de codecisión y de un voto por mayoría cualificada en el Consejo (obsérvese, no obstante, que el compromiso final de la Comisión se adoptó por unanimidad). El Parlamento Europeo ha dado en todo momento gran relevancia a la propuesta. La Directiva se aplica a todas las empresas de al menos 50 trabajadores, lo cual representa el 3 % de las empresas (la Directiva no se aplica al 97 % de las empresas) y el 50 % de los trabajadores de la UE. 2