PALABRA QUE DA VIDA ¡A DESTERRAR TODA VIOLENCIA! -Reflexionemos-

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PALABRA QUE DA VIDA
-Reflexionemos-
¡A DESTERRAR TODA VIOLENCIA!
PARA QUE EN NUESTRO MUNDO LA GENTE APRENDA A NO RESPONDER A
LA VIOLENCIA CON MÁS VIOLENCIA, SINO RESISTIR AL MAL, CUANTO
MÁS POSIBLE, DE FORMA NO VIOLENTA.
MARTES 18 DE JUNIO DE 2013
Del Evangelio según san Mateo 5, 38-42
Dijo Jesús a sus discípulos: -«Han oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por
diente". Yo, en cambio, les digo: No hagan frente al que los agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al
que te pide prestado, no lo rehúyas.»
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
2CORINTIOS 6, 1-10 – SOMOS LOS IMPOSTORES QUE DICEN LA VERDAD, LOS
DESCONOCIDOS CONOCIDOS DE SOBRA, LOS MORIBUNDOS QUE ESTÁN BIEN VIVOS,
LOS PENADOS NUNCA AJUSTICIADOS, LOS AFLIGIDOS SIEMPRE ALEGRES, LOS POBRETONES QUE ENRIQUECEN A MUCHOS, LOS NECESITADOS QUE TODO LO POSEEN.
SALMO 97 - EL SEÑOR DA A CONOCER SU VICTORIA
CONTEXTO – La quinta antítesis sigue la misma secuencia de las
anteriores, una cita del Antiguo Testamento “la ley del talión” (Éx
21,24-25; Lv 24,19-20), una enseñanza de Jesús, en forma general: “no opongan resistencia al que les hace el mal”, seguido de
tres ejemplos concretos: el golpe en la mejilla, el pleito por la túnica, los mil pasos. La ley del talión consiste en aplicar un castigo de
acuerdo al daño causado, para limitar la venganza personal y para
desanimar al posible criminal. La bofetada era un acto ofensivo y
en la mejilla derecha era especialmente injurioso. El pleito por la
túnica supone el caso de una persona que no puede pagar una
deuda y deja como prenda una túnica. El obligar a andar una milla
se refiere a la costumbre que tenían las autoridades civiles o militares, de imponer por la fuerza a la gente a llevar una carga o a
acompañar a alguien en el camino
EL MAESTRO NOS ENSEÑA A DETENER LA VIOLENCIA La exhortación general nos invita a renunciar a cualquier tipo de
violencia y de venganza. No se trata de una táctica para lograr un
objetivo, sino de una actitud basada en la estrategia del amor y la
solidaridad.
PARA REFLEXIONAR
LA OTRA JUSTICIA, LA MISERICORDIA
La llamada Ley del Talión no debería sorprendernos ni espantarnos: se trata de establecer principios jurídicos de retribución y
moderar las acciones de venganza, estableciendo cierto grado
de proporcionalidad punitiva frente a un crimen padecido. Es
decir, no está demasiado lejos de ese concepto de -a cada uno
lo suyo-, principio utópico porque bien sabemos a través de la
historia que la ley es a menudo manipulada en favor propio por
los poderosos.
Sin embargo, son los tiempos de la Gracia, del ir más allá
de lo aparente, del destierro de toda violencia, por justificada que se aparezca.
La enseñanza de Jesús de Nazareth no es fácil ni agradable a
nuestros oídos; más aún, podríamos llegar a argüir que es una
propuesta socialmente poco eficaz, y volvemos a caer en una fé
limitada a ciertas emociones, creencias vividas solamente templo adentro.
Contra nuestros supuestos de justicia y de proporcionalidad, el
Maestro declara e inaugura los tiempos de la asombrosa
desproporcionalidad e ilógica de la Gracia.
El perdón, aunque nos resulte gravoso, es el único modo de sanar toda herida, de hacernos prójimo y hermano, aún cuando el
otro desee solamente nuestro mal.
Él mismo lo expresó y refrendó con su propia vida, porque más
allá de nuestras limitadas especulaciones, la justicia de Dios es
la maravillosa e increíble Misericordia.
PARA ORAR
Oh Dios, Padre nuestro:
traemos ante ti nuestro sincero deseo
de ser justos e imparciales con todos.
Pero te pedimos aún mucho más:
Que bondadosamente nos concedas
asimilar y vivir las actitudes de tu Hijo Jesús;
que sepamos perdonar de todo corazón
a los que nos han agraviado y ofendido
y devolver siempre bondad por maldad.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
PARA ACTUAR – Abramos los ojos. La reacción normal de
cualquier persona es que “quien la hace, la paga”. De esta
manera, se busca la satisfacción de un equilibrio roto, sin
comprender que la armonía no viene por reacción sino por la
apertura a un elemento nuevo: el poder de la bendición sobre
la maldición.
TRABAJANDO LA PAZ
Cierto día, Matthew Henry, el conocido hombre de letras, fue
asaltado por unos ladrones que le robaron la cartera. Ese día
escribió en su diario: “Estoy muy agradecido porque, primero,
nunca me habían robado antes; segundo, porque a pesar de se
llevaron mi cartera, me dejaron con vida; tercero, porque aún
cuando se lo llevaron todo, no tenía mucho; y cuarto, porque
me robaron a mí y no fui yo quien robó”.
«Yo les digo: No hagan frente a quien les agravia»
Cuando las telarañas se unen,
pueden atar a un león.
Proverbio etíope
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