Ley del Talión

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Ley del Talión
El término ley del talión se refiere a un principio jurídico de
justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se
identificaba con el crimen cometido. De esta manera, no sólo se habla
de una pena equivalente, sino de una pena idéntica. La expresión más
famosa de la ley del talión es "ojo por ojo, diente por diente".
Históricamente, constituye el primer intento por establecer una
proporcionalidad entre daño recibido en un crimen y daño producido en
el castigo, siendo así el primer límite a la venganza libre.
Multitud de ordenamientos jurídicos se han inspirado en la ley del
talión, especialmente en la Edad Antigua y en la Edad Media. Aunque
pudiera parecer una ley primitiva, sin embargo el espíritu de esa ley
es la proporcionalidad de la pena, y la evitación de una respuesta
desproporcionada por la venganza. La aplicación de la pena, con
barbarie, a lo largo de los siglos, no implica un defecto de la ley,
sino un defecto de los aplicadores.
En el famoso Código de Hammurabi (1792 a. C.), el principio de
reciprocidad exacta se utiliza con gran claridad. Por ejemplo:La Ley
229 establecía que si un arquitecto hizo una casa para otro , y no la
hizo sólida, y si la casa que hizo se derrumbó y ha hecho morir al
propietario de la casa, el arquitecto será muerto; dicho concepto se
acentúa cuando se señala que (Ley. 230) si ella hizo morir el hijo del
propietario de la casa, se matará al hijo del arquitecto.
Un siguiente nivel de penas consistía en la mutilación de una parte
del cuerpo en proporción al daño causado. Por ejemplo la Ley 195 se
establecía que si un hijo golpeó al padre, se le cortarán las manos;
la 196 si un hombre libre vació el ojo de un hijo de hombre libre, se
vaciará su ojo; 197 si quebró un hueso de un hombre, se quebrará su
hueso .
Las penas menores consistían en la reparación del daño devolviendo
materias primas tales como plata, trigo, vino, etc. En los casos en
que no existía daño físico, se buscaba una forma de compensación
física, de modo tal, por ejemplo, que al autor de un robo se le
cortaba la mano.
En el Antiguo Testamento, más concretamente en la ley mosaica, la ley
del talión aparece en Éxodo 21:23-25, en Levítico 24:18-20 y en
Deuteronomio 19:21. Este principio seguirá vigente para el judaísmo
hasta la época Talmúdica donde los Rabinos del momento determinaron
que la pena se transformaría en un resarcimiento económico.
También el Cristianismo lo deja sin efecto a raíz del Sermón de la
montaña de Jesús de Nazaret (Mateo 5:38-39).
La Ley de las XII Tablas de Roma muestra en la tabla VIII una curiosa
combinación entre normas inspiradas en la ley del talión, y normas
correspondientes a sistemas jurídicos menos primitivistas. Esta mezcla
suele ser atribuída al momento de transición jurídica en que surge el
primer cuerpo legal de Roma.
En el Derecho de los pueblos germanos, el espíritu de la ley del
talión se manifestaba en la llamada Blutrache o venganza de sangre.
Aún en la actualidad hay ordenamientos jurídicos que se basan en la
ley del talión, especialmente en los países musulmanes.
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