Hablemos de BPM Optimizar los procesos de trabajo y los flujos de información es una preocupación de todo directivo L a gestión de procesos de negocio (BPM) es algo más que el despliegue de tecnología, es la alineación del negocio con las tecnologías de la información. Es mucha la influencia que las tecnologías de la información y las comunicaciones ejercen sobre la organización de una empresa o entidad pública. Desde su influencia en la disminución de recursos humanos hasta la modificación de procedimientos de gestión. En estos y otros aspectos es donde un BPM (Business Process Management), puede influir de manera fundamental. José Ramón García Amo Coordinador de Informática Biblioteca Nacional de España Podríamos definir BPM como una nueva disciplina gerencial que ayuda a las empresas y organizaciones a mejorar sus procesos. Podría considerarse sucesor de la llamada “reingeniería de procesos” pero esta vez ayudado por los BPMS (Business Process Management Systems) que no son otra cosa que herramientas o paquetes de software que sirven para automatizar su desarrollo y puesta en producción. Antes de seguir, conviene definir “proceso de negocio” como un conjunto de actividades o tareas relacionadas que persiguen un fin. Estas actividades son desarrolladas por actores en un orden septiembre 2009 88 establecido y en un tiempo determinado. Los actores pueden ser personas, máquinas o procesos automáticos. El conjunto de procesos de negocio en una empresa hacen que ésta funcione como un todo coherente y persiga y consiga sus objetivos. Los BPMs se han empezado a implantar en procesos de fabricación, logísticos, suministros, distribución, marketing y financieros. La banca y las empresas aseguradoras son grandes usuarios de estos productos. En la Administración Pública su uso está muy poco extendido y se centra fundamentalmente en la gestión de expedientes. Se puede empezar implantando un BPM de forma completa, haciendo de ello una cultura dentro de la empresa; o bien con un proceso de alto impacto pero no demasiado complejo; o bien con un proceso sencillo o de alto contenido manual. Cualquiera de estas opciones es válida, todo depende de los recursos y del presupuesto a emplear, unido al grado de confianza que se posea en este tipo de soluciones. Un BPMS se compone de muchos módulos, pero los más importantes y que no deben faltar nunca son: tecnología y gestión Diseñador gráfico de procesos, con capacidad de importar diseños realizados con otros productos. Debe ser de uso sencillo para el usuario final y sin desarrollos informáticos. Un bus o adaptador que permita su integración y conexión con otros sistemas automatizados, informáticos o no. Un sistema de monitorización de procesos, que permitan controlar los procesos al objeto de optimizarlos. Un simulador de procesos que permita establecer escenarios ficticios al objeto de poder evaluarlos y mejorarlos en su caso. Independientemente de su naturaleza, cualquier proyecto informático debe estar dirigido por profesionales de las TI con la colaboración de las unidades de gestión implicadas, colaboración que puede ir desde una simple aportación de información a una co-dirección del proyecto. Las empresas pueden ahorrar hasta un 20% en el primer año de aplicación de un BPM En el caso que nos ocupa, implantación de un BPM, es vital la implicación de las unidades funcionales desde el principio del proyecto. Para ello, si la empresa es grande y el despliegue de proyecto es global, hará falta la creación de un centro de control que proporcione su experiencia, información, documentación y apoyo en la implementación del proyecto. Si la empresa no tiene suficiente tamaño, bastará con un grupo de trabajo que coordine y aporte la información funcional necesaria. Muy importante es la figura del analista de negocio, persona que aportará valor al proceso de descubrimiento de 89 septiembre 2009 los procesos de negocio, algo fundamental en la primera fase del proyecto. Si esta persona no es la idónea, sus efectos se dejarán sentir en las siguientes fases de la implantación. El uso diario de estas herramientas permite identificar fallos, tareas mejorables y actuar sobre ellas de forma eficaz. Así mismo, puede sacar a flote tareas que podrían mecanizarse y así liberar recursos para otras funciones. En definitiva, un BPM optimiza los procesos de trabajo y los flujos de información, incrementando la productividad del proceso de negocio y mejorando la calidad en la gestión.