Diario La Prensa Libre, 8 de junio de 2009. Sección Opinión. ¿POR QUÉ ESTÁN APARECIENDO NUEVAS ENFERMEDADES? Dr. Juan Jaramillo Antillón El ser humano es en la actualidad la mayor fuerza de cambio en la naturaleza. Sin embargo, no debe olvidar que las leyes de la evolución están aún vigentes y no pueden ser trastornadas impunemente, ya que la explotación masiva de los recursos naturales y la contaminación del ambiente (atmósfera, tierra y agua), harán que a mediano o largo plazo la naturaleza nos pase la cuenta, ya que en ella todo está interconectado y ese deterioro ambiental está poniendo en peligro la salud y la vida del hombre. Lamentablemente ya hay una pérdida del equilibrio entre los seres y la naturaleza, eso está dando lugar a la aparición de nuevas enfermedades como el sida, las gripes aviarias y la actual porcina, contra las que no tenemos defensas. Eso sucede, debido a que los seres humanos hemos olvidado que cohabitamos el planeta Tierra en unión de las plantas y de los animales de todo tipo, incluyendo bacterias, parásitos, hongos y virus. Si ese equilibrio se altera sobrevienen problemas. Incluso estamos “colonizados” por miles de millones de bacterias y virus que viven en nuestra piel, boca, aparato respiratorio y digestivo sin hacernos daño y más bien estimulando en muchos casos las defensas inmunológicas de nuestro organismo, como es el caso de los lactobacilos y algunos grupos coli, que impiden la proliferación de otras bacterias malas como anaerobios, clostridium, estafilococos y salmonellas, capaces de enfermarnos si se pierde la protección de las buenas, e incluso éstas contribuyen a la absorción de vitaminas y a la digestión. El efecto invernadero en la atmósfera, da lugar a que se acumulen gases que atrapan el calor del sol, provocando calentamiento global. Esto está siendo al parecer la causa de grandes inundaciones en unas regiones, a la vez sequías en otras. Si a ello se le agrega la deforestación masiva de bosques y selvas, coincidiremos en que, el hombre al alterar el ambiente, ha dado lugar al desplazamiento de animales salvajes más cerca de las ciudades. A su vez, eso ha hecho que bacterias, parásitos y virus que viven normalmente en sus huéspedes naturales (animales salvajes), de los bosques sin hacerles daños, hayan emigrado hacia mosquitos, ratas, aves y gatos de las ciudades, contaminándolos, mutando y produciéndoles a veces enfermedades, que pueden ser trasladadas a los seres humanos y enfermarlos. El agua potable de por sí escasa en algunos lugares, está siendo contaminada por desechos tóxicos de fábricas, ingenios y otros, dando lugar a infecciones con diarreas desnutrición y muertes y alterando la flora de ríos y mares. El empleo de antibióticos para simples gripes y el uso en las aves y el ganado, está siendo causa de resistencia de ciertas bacterias como el estafilococo dorado y otros. Se señaló que en 2007 fallecieron en Estados Unidos más personas por enfermedades resistentes a antibióticos que por sida. La globalización de la enfermedad es otro problema grave. La viruela, la sífilis y la tuberculosis duraron años en diseminarse, ya que sus enfermos viajaban por tierra o barco, pero en la actualidad con los vuelos aéreos, en horas una persona infectada de una virosis, puede llevar el mal de México a la China en pocas horas, como ha sucedido con la “influenza porcina”. Por esa razón ahora las autoridades mundiales de salud no pueden bajar la guardia, ya que en el futuro una nueva influenza aviar de virus mutados puede contaminar a desprevenidas poblaciones, diseminarse en el mundo y matar a millones de personas, como pasó con la Influenza Española en 1918 y 1919 que causó la muerte de casi 40 millones de personas. Esperamos que la actual pandemia del llamado virus AH1N1, pueda ser controlada por las autoridades sanitarias con amplia colaboración de los ciudadanos. Pero ya estamos advertidos que no será la última. Lo relatado nos muestra que la conservación de la naturaleza, ha pasado de ser un problema económico o social, a uno de salud. Por lo que debemos exigir a los gobiernos evitar la destrucción de los bosques y la contaminación del ambiente, incluyendo los ríos y la atmósfera.