Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario DERECHO A LA SALUD. CAUTELAR. OBRA SOCIAL. PROVISIÓN TRATAMIENTO DE DE INSUMOS ULCERAS. PARA PRECEDENTE SALA III CFALP. Las medidas cautelares se otorgan, por regla, inaudita parte y es claro que la medida cautelar constituye una imposición unilateral. Debe señalarse, no obstante, que la actora procuró con anterioridad a la promoción de la demanda que la obra social le proveyera la medicación en cuestión.Los reiterados argumentos de naturaleza económica y otros que descansan en la situación de emergencia que atraviesa la institución no bastan para enervar el derecho que le asiste a la actora, más en asuntos de la naturaleza del presente, que enfrentan a una persona que con 71 años padece de una grave enfermedad. Téngase presente que la ausencia de tratamiento conlleva un grave riesgo de pérdida de miembros y, que además los insumos solicitados no revisten un costo desmesurado para la obra social demandada.Ninguna de las razones dadas por la demandada logran desvirtuar las que el a quo invocó para disponer la medida cautelar en el modo en que lo hizo. Por tal razón, y en coincidencia con lo decidido por esta Sala entre muchos otros in re “TRANI, Ida c/ P.A.M.I. s/ Amparo”, expte. n° 7980 sentencia del 19/10/04, análogo al presente, debe confirmarse la medida cautelar apelada. PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN //Plata, 1° de julio de 2010.R.S. III T 182 F*42/44 AUTOS Y VISTOS: este expediente n° 17.208/10, Sala III, caratulado: “O. R. E. c/ PAMI delegación La Plata s/ Amparo Ley 16.986”, procedente del Juzgado Federal n° 2, de esta ciudad, Secretaría n° 4; Y CONSIDERANDO QUE: I. La decisión apelada y los agravios. 1. El señor juez de primera instancia hizo lugar parcialmente a la medida cautelar solicitada por la actora hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, ordenando a la Obra Social PAMI a que en el plazo de dos (2) días entregue o arbitre los medios necesarios para que la actora, tenga a su disposición 15 gasas de acido hialurónico y 12 sobres de microgránulos de acido hialurónico, necesaria para iniciar el tratamiento de la enfermedad denunciada según certificado e historia clínica agregados (...). 2. Contra esta decisión, los representantes de la obra social demandada dedujeron recurso de apelación. En sustancial síntesis, sus agravios pueden exponerse así: a) No resulta legalmente exigible la medida ordenada por el a quo, ya que no es obligación de ninguna obra social proveer gratuitamente los insumos pretendidos por la actora, por lo que “de hacerse lugar al reclamo, y correspondiendo la prestación gratuita de insumos a todos los afiliados se produciría un colapso del Instituto, y el quiebre del Sistema Solidario de Salud”; b) Al momento de decidirse la cuestión deberá tenerse en cuenta “el alcance del Decreto n° 486/02 del P.E.N. que tiene entre sus objetivos esenciales ayudar a mantener el equilibrio económico financiero del PAMI a efectos de evitar el quiebre del mismo, con la consecuente y posterior desatención de sus beneficiarios”; c) Finalmente, alega que el amparo no es la vía idonea para obtener lo pretendido por la accionante, en virtud de no haberse realizado el trámite previo pertiente ante la obra social para acceder a los insumos reclamados. II. Consideración de los agravios. 1. Los presupuestos para el dictado de la medida cautelar. El dictado de medidas precautorias no exige un examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud; además el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual agota su virtualidad (“La Ley” 1996-C-434). En tal sentido, ha sido jurisprudencia reiterada que la procedencia de las medidas Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario cautelares, justificadas, en principio, en la necesidad de mantener la igualdad de las partes y evitar que se convierta en ilusoria la subordinada sentencia a la que ponga verificación fin de los al pleito, siguientes queda extremos insoslayables: la verosimilitud del derecho invocado y el peligro irreparable en la demora, recaudos que aparecen exigidos por el art. 230 del Cód. Procesal, a los que se une un tercero, establecido de modo genérico para toda clase de medidas cautelares, cual es la contracautela, contemplada en el art. 199 del Código de rito. Dichos recaudos aparecen de tal modo entrelazados que a mayor verosimilitud del derecho, cabe no ser tan exigente en la apreciación del peligro del daño y viceversa ("La Ley" 1996-B-732) cuando existe el rigor de un daño extremo e irreparable, el riesgo del fumus puede atemperarse (“La Ley” 1999-A-142). También es pertinente recordar -como lo tiene resuelto la Corte Suprema de Justicia de la Nación- que cuando la medida cautelar se intenta contra la Administración Pública, es menester que se acredite prima facie y sin que ello implique prejuzgamiento de la solución de fondo, la manifiesta arbitrariedad del acto cuestionado, dado el rigor con que debe apreciarse la concurrencia de los supuestos que la tornan admisible. Y ello es así porque los actos administrativos gozan de presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria, razón por la cual en principio ni los recursos administrativos ni las acciones judiciales mediante los cuales se discute su validez, suspenden su ejecución, lo que determina, en principio, la improcedencia de las medidas cautelares (Fallos 313:521 y 819, entre muchos otros). Debe añadirse, por último, que en los litigios dirigidos contra la Administración Pública o sus entidades descentralizadas, además de los presupuestos de las medidas de no innovar establecidos en general en el artículo 230 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, se requiere, como requisito específico que la medida solicitada no afecte un interés público al que deba darse prevalencia (“La Ley” 2001-D65) o, expresado con el giro que emplea la Corte Suprema, resulta imprescindible la consideración del interés público comprometido (Fallos 314:1202). 2. Aplicación al caso de estos principios: el derecho a la salud de la actora. 2.1. Tiene sentado la Corte Suprema, que el derecho a la salud, desde el punto de vista normativo, está reconocido en los tratados internacionales con rango constitucional (artículo 75 inciso 22 de la Ley Fundamental; Fallos 323:1339, in re ”Asociación Benghalensis y otros”) y es claro que, en tanto lo consientan las constancias de la causa, su protección cautelar debe otorgarse con amplitud para evitar los daños o su agravamiento (véase, Corte Suprema, in re “Orlando, Susana Beatriz c. Buenos Aires, Provincia de y otros s/ Amparo”, sent. del 4-4-2002, en “El Derecho” 201-36 y, en general, Carranza Torres, Luis R., “Derecho a la salud y medidas cautelares”, en “El Derecho”, Suplemento de Derecho Constitucional del 20-22004 y las remisiones a la jurisprudencia que formula en el punto 3). 2.2. Se encuentra prima facie acreditado que: a) La (actora), padece de dos úlceras, una en cada pierna, (en miembro inferior derecho con tamaño aproximado de 15 cm. por 6 cm y en miembro inferior izquierdo abarca la totalidad de la circunsferencia de la pierna; b) Se ha sometido a tratamiento con la medicación utilizada de manera convencional para el tratamiento de la patología en cuestión (borato de sodio, platsul, alginato, hidromel, apósito de hidrocoloide e iruxol) no obteniendo respuesta favorable; c) Frente a lo dicho se ordenó, por prescripción médica, el tratamiento con ácido hialurónico, resultando favorable la evolución de la las úlceras; d) La actora mediante carta documento (...) requirió al Director del PAMI el suminitro de las drogas aquí pretendidas, sin obtener respuesta alguna por lo que se vió obligada a suspender el tratamiento frente a la imposibilidad de poder acceder a aquellos insumos por medios propios en virtud de ser jubilada y percibir como ingreso mensual la suma de $ (...); todo lo cual conllevó una involución de las lesiones con actual riesgo de sepsis y eventual amputación de ambos miembros inferiores; e) Es beneficiaria del PAMI, n° de Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario afiliada (...). 2.3. En este marco ninguna de las razones invocadas por la demandada resultan suficientes para revocar la medida cautelar dispuesta en la instancia de origen. En efecto, las medidas cautelares se otorgan, por regla, inaudita constituye una parte y es imposición claro que unilateral. la medida Debe cautelar señalarse, no obstante, que la actora procuró con anterioridad a la promoción de la demanda que la obra social le proveyera la medicación en cuestión. Los reiterados argumentos de naturaleza económica y otros que descansan en la situación de emergencia que atraviesa la institución no bastan para enervar el derecho que le asiste a la actora, más en asuntos de la naturaleza del presente, que enfrentan a una persona que (...)padece de una grave enfermedad. Téngase presente que la ausencia de tratamiento conlleva un grave riesgo de pérdida de miembros y, que además los insumos solicitados no revisten un costo desmesurado para la obra social demandada. III. Conclusión. Ninguna de las razones dadas por la demandada logran desvirtuar las que el a quo invocó para disponer la medida cautelar en el modo en que lo hizo. Por tal razón, y en coincidencia con lo decidido por esta Sala entre muchos otros in re “TRANI, Ida c/ P.A.M.I. s/ Amparo”, expte. n° 7980 sentencia del 19/10/04, análogo al presente, debe confirmarse la medida cautelar apelada. Por tanto, SE RESUELVE: Confirmar la resolución apelada (...). Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala III Dres. Carlos Alberto Vallefin.Carlos Alberto Nogueira NOTA: se deja constancia que el señor Juez de la Sala doctor Antonio Pacilio no suscribe la presente por hallarese en uso de licencia (art. 109 del RJN) conste . Dra. Concepción Di Piazza de Fortín.Secretaria.