LA HOJA VOLANDERA RESPONSABLE SERGIO MONTES GARCÍA Correo electrónico [email protected] En Internet www.lahojavolandera.com.mx SOBRE EL APRENDIZAJE Y SU FACILITACIÓN Carl R. Rogers 1902 – 1987 Carl Ranson Rogers (nació el 8 de enero en Oak Park, Illinois; murió el 4 de febrero en La Jolla, California) fue, ante todo, un terapeuta cuyas experiencias en el campo de la psicoterapia supo extrapolar con gran acierto al ámbito educativo. Las ideas fundamentales de la pedagogía de Rogers, se expresan en los conceptos de la educación no-directiva y la enseñanza centrada en el estudiante. Algunas obras suyas, son: Psicoterapia centrada en el cliente (1966), Grupos de encuentro (1973), Libertad y creatividad en la educación (1975). mismo es que es necesario para seguir en la facultad. Está fuera de duda la diferencia en el aprendizaje que comportan estas dos situaciones. El primer estudiante adquiere un aprendizaje funcional del material, mientras que el segundo aprende para “aprobar la materia”. Otro elemento que guarda relación con este principio es el ritmo de aprendizaje. Cuando una persona tiene un objetivo que desea conseguir, y tiene a disposición el material que lo hará posible, el aprendizaje se desarrolla con mayor rapidez. Recordemos, por ejemplo, qué poco tiempo necesita un adolescente para aprender a manejar un auto. Está comprobado que el tiempo para aprender una diversidad de materias se reduciría considerablemente si el estudiante percibe su relación con sus propios objetivos. Es probable que sólo necesite una tercera o quinta parte del tiempo habitual. 3) El tipo de aprendizaje que implica un cambio en la organiza- ción del sí mismo –en la percepción de sí mismo– es amenazador y existe tendencia a rechazarlo. ¿Por qué causa tanta conmoción, y a Aprendizaje He aquí algunos de los principios que creo se pueden extraer de las experiencias e investigaciones actuales sobre este nuevo enfoque: 1) El ser humano posee una potencialidad natural para el aprendizaje. Tiene una curiosidad innata por su mundo, a menos que esta curiosidad se ahogue con las experiencias en nuestro sistema educacional. Siente una necesidad ambivalente por aprender y evolucionar. La razón de esta ambivalencia es que todo aprendizaje significativo implica un cierto grado de dolor, sea por el aprendizaje mismo o por la resistencia a dejar de lado aprendizajes anteriores. Un ejemplo del primer tipo de ambivalencia es el niño que está aprendiendo a caminar. Se tambalea, cae, se lastima. Es un proceso doloroso. Sin embargo, la satisfacción que le proporciona desarrollar su potencial, sobrepasa ampliamente los choques y los golpes. El segundo tipo de ambivalencia se manifiesta, por ejemplo, cuando un estudiante de una ciudad pequeña que ha tenido buen rendimiento escolar pasa a un college o universidad de otra ciudad y encuentra que allí hay muchos estudiantes tan brillantes como él. Este aprendizaje es muy doloroso de asimilar, pero en la mayoría de los casos el estudiante lo asimila y sigue adelante. Este potencial y el deseo de aprender, de descubrir, de ampliar conocimientos y experiencias, puede liberarse en ciertas circunstancias. Esta es una tendencia comprobada, y todo el enfoque sobre la educación que hemos descrito se basa en el deseo natural del estudiante por aprender. 2) El aprendizaje significativo tiene lugar cuando el estudiante percibe el tema de estudio como importante para sus propios objetivos. Expresado de modo más formal, una persona aprende realmen- te cuando percibe que el tema está relacionado con el mantenimiento o enriquecimiento de sí mismo. Pensemos en el caso de dos estudiantes que cursan estadística. Uno de ellos trabaja en un proyecto de investigación para el cual necesita el material del curso. El segundo estudiante cursa la materia porque es obligatoria. La única relación que guarda el curso con sus objetivos de enriquecimiento de sí veces hasta juicios ante tribunales, cuando un adolescente aparece en la escuela con el pelo largo? Seguramente que la longitud del cabello no produce una diferencia objetiva tan grande. La causa puede ser que si el maestro o el personal directivo aceptan el valor de actitudes no conformistas, ven amenazadas, desde su punto de vista, las normas de convivencia social. Si permito que exista esta contradicción puedo encontrar que estoy cambiando, porque mis valores sufrirán una reacomodación. Lo mismo es aplicable al interés primero por los “beatniks” y al interés presente por los “hippies”. Si se permite el rechazo de todos los valores que sostiene la clase media, pues para la mayoría de la gente el hecho de que los otros tienen razón implica que ellos están equivocados. Algunas veces estos aprendizajes dolorosos y amenazadores están relacionados con contradicciones dentro de uno mismo. Un ejemplo podría ser cuando una persona cree que “todos los ciudadanos del país tienen derecho a iguales oportunidades”. También descubrirá que sostiene: “quisiera que un negro viviese en mi barrio”. Este aprendizaje que surge del dilema presentado es doloroso y amenazador puesto que las dos proposiciones no siempre pueden coexistir abiertamente y cualquier aprendizaje que emerge de una contradicción implica un cambio definido en la estructura del sí mismo. 4) Los aprendizajes que amenazan el sí mismo se perciben y asimilan con mayor facilidad si las amenazas externas son reducidas. El niño que tiene dificultades para leer se siente de por sí amenazado y aislado por esta deficiencia. Cuando se lo fuerza a leer en voz alta frente al grupo, cuando se ridiculizan sus esfuerzos, y sus calificaciones reflejan fielmente este fracaso, no extrañará que su habilidad para leer no progrese en todos los años escolares. Por otra parte, dentro de un ambiente comprensivo y de apoyo, y la carencia de calificaciones o la autoevaluación, eliminan las amenazas externas y le permitirán progresar porque ya no está paralizado por el miedo. Ésta es también una de las grandes ventajas de las máqui- Diciembre 10 de 2008 nas de enseñar, si se utilizan en forma adecuada. Mediante este sistema, el niño con dificultades para leer podrá comenzar en su nivel de rendimiento y prácticamente cada progreso logrado estará marcado por una recompensa y una sensación de éxito. 5) Cuando no existe una amenaza al sí mismo, la experiencia se percibe de otra manera y resulta más fácil el aprendizaje. En cierto sentido, este principio no es más que una extensión o explicación del anterior. El niño con problemas de lectura es el ejemplo típico de este principio. Cuando se lo llama para leer al frente de la clase, sucumbe al pánico y las letras se vuelven símbolos más ininteligibles que lo que eran cuando estaba sentado en su banco unos minutos antes. Cuando está en un ambiente que lo protege, y cuando está seguro de que nada amenaza su yo, es más libre para ver las letras de la página de una manera diferente, reconocer los distintos elementos en palabras similares, percibir significados parciales, tratar de formar con ellos otras palabras y así avanzar en el proceso de aprendizaje. Todo tipo de aprendizaje implica una mayor diferenciación del campo de su experiencia y la asimilación de los significados de estas distinciones que, según mi opinión, se llevan a cabo en condiciones marcadamente diferentes. Pueden surgir cuando es intensa la amenaza al organismo, muy distinta por cierto de las amenazas al sí mismo. Por ejemplo, el soldado aprende muy rápidamente a distinguir entre el silbido de un proyectil que corta el aire y el gemido de alguien que se acerca. Aprende a discriminar con rapidez entre un sendero normal y otro cuya superficie ha sido modificada, porque ello puede significar que está minado. En estos casos está respondiendo a una amenaza muy seria, pero contra su organismo y no su sí mismo. De hecho, cuanto más rápido aprenda estas diferenciaciones, más enriquecido será su sí mismo. En la situación educacional normal, sin embargo, no son comunes estas amenazas de vida o muerte, pero cuando existen, los alumnos responden bien ante ellas. Por ejemplo, los niños aprenden sin dificultades las reglas de tránsito. Pero la humillación, el ridículo, la desvalorización, el desdén y el desprecio amenazan a la persona misma, a la imagen que tiene de sí misma, y como tales interfieren en el aprendizaje. Por otra parte, cuando las amenazas al sí mismo son leves, el individuo aprovecha las oportunidades para aprender y enriquecerse. 6) La mayor parte del aprendizaje significativo se logra mediante la práctica. Uno de los modos más eficaces para promover el aprendizaje es enfrentar al alumno con problemas prácticos, de carácter social, ético o filosófico, problemas personales o de investigación. Los ejemplos van, en una clase que realizará una representación teatral, desde la selección de la obra y del elenco, el diseño y la construcción de la escenografía y el vestuario, el entrenamiento de los actores y la venta de boletos, hasta confrontaciones más refinadas. Siempre me impresionó la eficacia de los cursos breves e intensivos para personas que enfrentan problemas inmediatos: maestros, médicos, granjeros, asesores, etcétera, porque se encaran con dificultades que habitualmente vivencian. 7) El aprendizaje se facilita cuando el alumno participa de manera responsable en el proceso de aprendizaje. El aprendizaje signi- ficativo será mayor cuando el alumno elige su dirección, ayuda a descubrir sus recursos de aprendizaje, formula sus propios problemas, decide su curso de acción y vive las consecuencias de cada una de sus elecciones. Existen pruebas, provenientes de la industria y de la educación, de que este aprendizaje participativo es mucho más eficaz que el aprendizaje pasivo. 8) El aprendizaje autoiniciado que abarca la totalidad de la per- sona –su afectividad y su intelecto– es el más perdurable y profundo. Hemos descubierto este principio en el campo de la psicoterapia, donde sólo es eficaz el aprendizaje totalmente comprometido. En este aprendizaje no sólo interviene la cabeza, sino que, profundo y perdurable, incluye hasta las entrañas. También puede surgir cuando se intenta descubrir una idea totalmente autogenerada, o adquiriendo una habilidad muy difícil o en el acto de la creación artística – una pintura, un poema o una escultura–. Toda persona “se deja llevar” en estas experiencias creativas. Un elemento importante en estas situaciones es que la persona sabe que es su propio aprendizaje y así puede mantenerlo o desecharlo frente a un aprendizaje más profundo, sin tener que consultar a nadie para corroborar su decisión. 9) La independencia, la creatividad y la confianza en sí mismo se facilitan si la autoevaluación y la autocrítica son básicas y la evaluación de los demás es relegada a segundo término. Las mejores organizaciones de investigación, tanto en el mundo industrial como escolar, han demostrado que la creatividad sólo florece en una atmósfera de libertad. Si la meta es un trabajo creativo, la evaluación exterior no será fructífera. El padre sabio ha aprendido esta lección. Si el niño debe ser independiente y ha de desarrollar confianza en sí mismo, se le deben ofrecer oportunidades desde una edad temprana no sólo para sentar sus propios juicios y errores, sino para evaluar las consecuencias de sus razonamientos y decisiones. El padre puede proporcionarle información y pautas de conducta, pero el niño y el adolescente que están creciendo deben evaluar sus conductas, extraer sus propias conclusiones y decidir de acuerdo con las normas que le resulten adecuadas. El niño o el adolescente que son dependientes de las evaluaciones de los demás en la escuela o en el hogar tendrán la misma actitud dependiente e inmadura o rebelde frente a cualquier evaluación o juicio externo. 10) El aprendizaje social más útil en el mundo moderno es el aprendizaje del proceso de aprendizaje, que significa adquirir una continua actitud de apertura frente a las experiencias e incorporar al sí mismo el proceso del cambio. Ya hemos señalado en los capítulos anteriores que el aprendizaje de información estática era adecuado para otros tiempos. Si nuestra cultura actual sobrevive será porque habremos sido capaces de desarrollar individuos para quienes el cambio es el foco central de la existencia con el cual vivieron cómodamente. Significa que no les preocupará dejar el aprendizaje pasado porque es inadecuado para enfrentar situaciones actuales. Por el contrario, se regocijarán con la expectativa de incorporar continuamente nuevos y desafiantes aprendizajes sobre situaciones en permanente cambio. Fuente: Carl R. Rogers, “Sobre el aprendizaje y su facilitación” en De educación y otros temas, Antología preparada por Sergio Montes García (De próxima aparición). PROFESOR, consulta la HV en Internet. En este número: De los profesores: “¿La vocación o bocación a la docencia?” por José Ricardo Elguera Mendoza. De los estudiantes: “Capacitación laboral... lugar para el pedagogo” por Erika Álvarez A. De la HV: “La ciencia como vocación” por Max Weber.