LA FIBROMIALGIA, UNA ENFERMEDAD POCO CONOCIDA: UNA EXPERIENCIA PERSONAL FEBRES de S., Gladys Es una enfermedad crónica que ocasiona, a quienes la padecen, dolor en múltiples localizaciones del cuerpo y cansancio generalizado. La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Por esto se ubica dentro de las enfermedades reumáticas. Se cree que los síntomas de esta enfermedad son debido a una disminución de la sustancia que habitualmente protege a los seres humanos del dolor. La fibromialgia es frecuente, ya que la padecen entre el 1 y 3% de la población, puede presentarse como única alteración o asociada a otras enfermedades. Esta enfermedad ha sido reconocida por la OMS recientemente y hasta ahora no forma parte del pénsum de estudios de medicina. No tiene cura conocida, es frecuente que antes de llegar al diagnóstico definitivo, se haya acudido a diferentes médicos de diversas especialidades. Algunos pacientes pueden disgustarse tanto con los médicos como con los familiares, ya que dudan de la veracidad de tan abigarrada sintomatología; ocasionando diagnósticos equivocados e inquietud en el enfermo. ¿Cuál ha sido mi experiencia? A partir del año 1993, comencé a presentar la siguiente sintomatología: Dolor a nivel cervical y hombros, posteriormente hice una braquialgia izquierda tan insoportable que me obligó a consultar con un traumatólogo especialista en columna vertebral, después de las respectivas placas (Rx), se diagnostica artrosis cervical en C5, C6 y C7, recibí tratamiento médico y fisioterapia consistente en calor, masajes y tracción cervical, esta última tolerable con muy poco peso y, como dicen, fue peor el remedio que la enfermedad; la sintomatología remite y aparece nuevamente un año después con dolor y agotamiento físico, nuevamente tratamiento sintomático y se recomienda que si esto continúa debe practicarse intervención quirúrgica, la cual como médico rechacé de plano; de esta manera transcurre el tiempo, síntomas aparecen y desaparecen cada vez más generalizados y con nuevas características que no les encontraba explicación, ya que aparece parestesia (sensación de hormigueo) alrededor de boca, en manos y pies, además el dolor en caderas y rodilla y fasciculaciones en masas musculares diversas, esto me preocupa ya que era un poco incoordinado y cuando acudo a un médico internista por una problema renal, al preguntarle qué le parecía mi cuadro, pensó y me dijo: hay que descartar una enfermedad degenerativa. Con mi forma de ser muy positiva, se lo conté a otra colega pediatra y nos pusimos a reír, ya que no creíamos en esto; continúa el proceso y aparecen más síntomas extraños, temblor en las manos, días de tristeza que no sabía explicar, mañanas que amanecía tan agotada como si no hubiese dormido en toda la noche, que no me provocaba ir al trabajo y es cuando pienso que si la solución es operarme, lo iba hacer; pero una mañana, sin decir nada en mi casa, acudí a un médico internista amigo, no para consulta, sino para una orientación y él decide examinarme, cuando me explora encuentra todo un cuadro neurológico con hiperreflexia generalizada, etc., etc., y decide hospitalizarme para realizarme una serie de estudios, entre ellos electromiografía, resonancia magnética, laboratorio, hormonas, etc., etc., con la buena suerte que lo único alterado fue el estudio hormonal, a pesar de tomar tratamiento sustitutivo y una densimetría ósea, con una osteopenia leve, me refiere al ginecólogo y se descarta la enfermedad degenerativa, se comprueba que no hay compresión cervical, pero sigo sin diagnóstico. Les confieso que llegué a sentir pena con los colegas y con mi esposo, porque pensé que no creían en mi clínica y casi me voy al psiquiatra. Un buen día a finales de año, un domingo en el diario “El Nacional”, aparece un artículo cuyo título era “Me duele todo”, escrito por el Dr. Isaac Mosquera del Instituto de Neurología y Neurociencias aplicadas (INNAP) www.innap.com, en Caracas; al leerlo era mi historia clínica que les he relatado y el diagnóstico “Fibromialgia”, inmediatamente solicité la cita y actualmente continúo en tratamiento, el cual consistió, al inicio, de una terapia parenteral diaria por 15 sesiones, acompañada de calor, masajes, un hipnótico para profundizar el sueño y un antidepresivo, pues en la actualidad se maneja que el dolor y la sintomatología aparecen por la disminución de la serotonina, y algunos antidepresivos actúan disminuyendo la recaptación de esta sustancia con la sinapsis de la célula nerviosa. Aquí concluyo este relato. Por la experiencia sufrida creí conveniente estimular a los médicos a que conozcan más de esta enfermedad tan compleja, que enloquece a los médicos y a los pacientes, con el inconveniente de que muchos caigan en manos de charlatanes o terapias equivocadas.