EL ARTE PALEOCRISTIANO El arte paleocristiano es el arte que se desarrolla paralelamente a la irrupción del cristianismo, desde el año I d.C., en pleno contexto de dominación romana. Aunque la vida, predicación y muerte de Cristo tiene lugar en la zona oriental del Imperio, el espíritu evangelizador de los discípulos llevaron la palabra de Cristo y el arte a otros lugares, siendo Roma uno de los puntos más sobresalientes pues existía el deseo de transformar la capital pagana en la gran capital de la cristiandad. El arte paleocristiano tiene dos momentos diferenciados: .-el arte durante la iglesia perseguida, es decir, antes del Edicto de Milán que supuso la declaración de libertad de cultos (Nicea 325: imposición del credo cristiano) .-el arte posterior al Edicto. Esta distinción es importante porque durante la iglesia perseguida el culto y sus manifestaciones artísticas son secretas y poco desarrolladas mientras que con posterioridad el arte paleocristiano alcanzará su máximo esplendor. Desde el punto de vista de la arquitectura, durante el período de la iglesia perseguida no se pudieron levantar iglesias de manera que el culto cristiano se desarrollaba en casas particulares que tenían algunas estancias reservadas para el oficio: una sala grande con una mesa como altar, otra menor para celebrar bautismos, etc. A estas casas le llaman DOMUS ECCLSIAE, siendo un ejemplo la casa Dura Europos. Después del Edicto de Milán es cuando se levantan ya edificios públicos para el culto cristiano. Estos edificios serán las BASÍLICAS. Se accede a ellas por un patio o atrio con una fuente en el medio (antecedente del futuro claustro) que conduce a un vestíbulo o nartex, lugar destinado a los catecúmenos. Desde el nartex se accede a la basílica propiamente dicha que tiene la misma planta que las basílicas paganas romanas dedicadas al comercio, es decir, planta rectangular con tres o cinco naves, separadas con columnas, la central mayor y más alta. La nave (o naves de la derecha, son las “naves de la epístola” y están reservadas a las mujeres”, mientras que las de la izquierda, para los hombres, se llaman naves “del evangelio” La zona destinada al altar -zona sagrada- es el extremo opuesto a la entrada y tiene forma semicircular formando un ábside. Con el tiempo (a partir del V.) a esta estructura básica se le añadieron varios espacios más a modo de sacristía y de sagrario que se sitúan en espacios rectangulares a cada lado del altar o ábside. La sala de la derecha se llama prótesis y la de la izquierda diaconicón. También se crearán espacios adosados para bautismos y mausoleos que tienen planta circular, con un espacio central sostenido por columnas. Ej. Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, Basílica de Letrán, B. de San Pedro, Mausoleo de Santa Constanza, Baptisterio Ortodoxos. Además de las basílicas destacan los cementerios cristianos, llamados CATACUMBAS, propios del período de la iglesia perseguida. Situados en las afueras de la ciudad, son cementerios subterráneos. Se desarrollan en profundidad porque el espacio de estos cementerios no era público evidentemente, sino donado por algún cristiano rico. La limitación de terreno hace que no se extiendan en superficie sino en profundidad. Así pues las catacumbas estaban formadas por varias plantas comunicadas por escaleras. Los nichos (locus o lóculis) se situaban a ambos lados de las estrechas galerías. Para identificar al enterrado se ponía una inscripción llamada tabulae. Los mártires o personas más importantes se enterraban en pequeños recintos formados normalmente aprovechando el fondo de las galerías, a los que se llaman cubiculos en donde se sitúan sepulcros tallados con temas cristianos. Lo más interesante de las catacumbas es también el hecho de que estaban decoradas con pinturas murales que desarrollan temas cristianos. Destaca la Catacumba de Priscila, Catacumba de San Calixto, Catacumba de Vía Latina, Catacumba de los Santos Pedro y Marcelino, etc. Con respecto a las ARTES PLÁSTICAS, tanto la pintura mural de las catacumbas como los relieves de los sarcófagos, que son las manifestaciones más importantes, no aportan novedades respecto al arte romano en el que nacen, aunque van a ser imágenes cada vez menos realistas y más esquemáticas porque a los cristianos les interesa sobre todo expresar la idea de lo espiritual y no tanto de lo terrenal. Lo novedoso es más bien la temática que desarrollan estas pinturas o relieves. Durante el período de la iglesia perseguida la iconografía cristiana se va a servir de imágenes paganas y simbólicas porque todavía no han creado sus propias imágenes, y porque con ello podían expresar temas cristianos sin correr el riesgo de ser descubiertos por los romanos politeístas. Los temas más frecuentes aluden siempre a la resurrección, inmortalidad, etc. Los más importantes son: .-la orante (mujer con brazos en alto) es la imagen pagana de la piedad que los cristianos usan para aludir al alma en el cielo, que alza las manos no para rezar sino para agradecer haber conseguido la vida eterna. .-el buen pastor: imagen pagana de la filantropía, alusiva a la vida bucólica que los cristianos usan para aludir a Cristo como cuidador y protector del alma del cristiano. .-Orfeo también es la imagen de Cristo que ha renunciado a todo por la salvación de los hombres, con los que vive en la vida eterna. bién símbolos: .-el crismón: anagrama de Cristo que se forma con las dos primeras letras de Cristo X y P. .-el pez alude a Cristo porque sus letras (ίχθυς) coinciden con las de Jesús Cristo hijo de dios salvador .-cordero: Cristo .-delfín y pavo real: resurrección .-vid: eucaristía Cuando la iglesia deja de estar perseguida e incluso se institucionaliza el culto cristiano aparece ya la propia iconografía del antiguo y nuevo testamento destacando temas como: Jonás y la ballena, sacrificio de Isaac, tres hebreos en el horno, resurrección de Lázaro, incluso se va a representar al mismo Jesús, bien como un joven imberbe (Cristo alejandrino) o bien como un Cristo ya maduro, con barba (cristo siriaco) De los sarcófagos hay que decir que tienen una evolución: desde los que se decoran como motivos ornamentales como los estrigilos con líneas onduladas (s. III), los que desarrollan un relieve continuo sin separación (s.IV), los que separan las escenas con columnas (finales s. IV) y los que ponen la imagen del difunto un medallón (imago clipeata) (V). Destaca el sarcófago de Junio Basso, Sarcófago de Letrán.