ficio, se remueve la masa encefálica, sometiendo al mismo tiem

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DE
HISTORIA
NATURAL.
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ficio, se remueve la masa encefálica, sometiendo al m i s m o tiempo el cráneo á u n chorro de a g u a , y en poco tiempo h a b r á
quedado limpio por dentro. Después, se pone entre serrín, como
los cráneos pequeños. E n caso de que el colector no sepa hacer
bien estas operaciones, lo mejor es q u e , limitándose á sacar los
ojos, ponga el cráneo, con carne, cerebro y todo, en alcohol ó en
agua con cierta cantidad de arsénico ( u n a cucharada por litro).
En ningún caso, ni bajo ningún pretexto, debe ponerse sal ni
alumbre en un cráneo, ni tratarlo por ninguna substancia corrosiva.
Ejemplares
en alcohol.—Aunque
el colector debe evitar en lo
posible el empleo del alcohol, h a y casos, como antes h e dicho, en
que puede recurrirse á él. Tratándose de quirópteros, sobre todo,
hasta es conveniente conservar algunos ejemplares de esta m a n e ra, tanto más, cuanto que eii estos animales la decoloración alcohólica es generalmente m u y poco sensible, y el cráneo puede ser
extraído, en caso de necesidad, por la boca, sin más que ensanchar un poco esta ú l t i m a é ir levantando los tejidos con un pequeño escalpelo.
El alcohol empleado para los mamíferos debe ser de 75 á 80°, y
durante los primeros días, cada ejemplar debe disfrutar de u n volumen de líquido dos veces igual al s u y o por lo menos. Luego
no necesitan tanto. P a r a asegurar la conservación, conviene a b r i r
en el vientre-una pequeña incisión, suficiente para que el líquido
penetre libremente en la cavidad abdominal, pero no para dejar
escapar las visceras.
De n i n g ú n modo me atrevería yo á aconsejar la sustitución del
alcohol por formo], pese al g r a n n ú m e r o de partidarios con q u e
hoy cuenia esta substancia. La rigidez q u e comunica á los tejidos
es luego un inconveniente para el estudio de los ejemplares. Sin
embargo, en el caso poco probable de que el colector no disponga
de alcohol y sí de formol, puede hacer uso de éste; pero antes
debe lavar m u y bien el pelo con agua clara, y además, cuidará dedisolver el formol, tal como se encuentra en el comercio, en veinte
veces su volumen de agua.
He visto recomendado, a u n q u e no lo h e usado n u n c a , u n líquido preservador que, según se dice, además de economizar
alcohol, no decolora el pelo y deja á los tejidos su flexibilidad
n a t u r a l . Gompónese de dos soluciones, u n a de 600 gr. de h i p o sulfito de sosa en cinco litros de agua, y otra de 75 gr. de cloru-
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